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La evaluación y la acreditación en el proceso de aprendizaje

NatsukijlDocumentos de Investigación1 de Mayo de 2017

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La evaluación y la acreditación en el proceso de aprendizaje        Evaluación

-Profesorado de inglés

-Instituto superior de formación docente nº 41

-Perspectiva pedagógica didáctica

-Integrantes:

  • Belinche Giovanna
  • Gómez Belén
  • Lazarte Mónica
  • Valente Gisela
  • Villanueva Laura

                                      Índice

Introducción…………………………………………………………Pág 3

Desarrollo……………………………………………………………Pág 4

Conclusión…………………………………………………………..Pág 18

Bibliografía…………………………………………………………..Pág 19

        Introducción

En este trabajo vamos a abordar el tema evaluación, qué quiere decir a nivel general y a nivel educativo, el objeto de aprendizaje, las fases y las funciones. Para acercarnos al tema y tener una idea general, podemos decir que la evaluación nos muestra diferentes miradas sobre la realidad educativa. Saber ver, analizar, reflexionar sobre todos los elementos que nos puede mostrar una nueva evaluación es acercarnos a un proceso de mejora continua y de calidad, no solo en el propio proceso de enseñanza-aprendizaje sino del contexto educativo en el cual se desarrolla la educación.

La evaluación es una práctica que no se circunscribe únicamente al ámbito educativo. Directamente, de manera personal, evaluamos en forma no sistemática las acciones que realizamos teniendo en cuenta lo que alcanzamos o nos queda incompleto. Además, esta práctica es muy utilizada en diferentes ámbitos como el gubernamental, deportiva, informativo, económico, etc.

Nuestra vida está atravesada por procesos evaluativos, por eso sentimos que, en diversos medios estamos rindiendo examen.

En la práctica educativa, la evaluación es una herramienta del proceso de enseñanza-aprendizaje, sistemática, constructiva y compleja, indispensable para comprender en qué medida se han de conseguir los objetivos educativos previstos. Para el docente, es también un elemento para evaluar su propia intervención educativa, ya que le permite reajustar el quehacer realizado de acuerdo con los resultados de evaluación.

                                    Desarrollo

Evaluar, en línea general, significa emitir un juicio crítico sobre algo o alguien, propio, personal.

Es habitual que la evaluación del proceso de aprendizaje sea una de las problemáticas que más polémicas despierta en el seno de las instituciones educativas. Se llevan a cabo a menudo charlas, cursos conferencias sobre el tema. Las cuestiones relativas a la evaluación han adquirido un protagonismo creciente hasta convertirse en uno de los focos prioritarios de la atención de los análisis, las reflexiones y los debates pedagógicos y psicopedagógicos.

Es común que desde un análisis superficial del tema se entienda a la evaluación como una problemática meramente técnica, es decir que tendría que ver exclusivamente con la posibilidad de construir instrumentos confiables para medir determinados productos de aprendizaje.

La evaluación tiene connotación social ya que la evolución en la escuela tiene directamente que ver con el fracaso escolar, este con la deserción y este con la marginalidad. El poder de la escuela como institución acreditadora es tan fuerte que los sujetos que no han pasado por ella no tienen lugar social para ocupar. Algunos autores consideran que el principal rol que cumplen las instituciones educativas, fundamentalmente a través de su sistema de evaluación, es la reproducción social.

La evaluación, entendida como instrumento de selección, se transforma en una práctica clasificadora y etiquetadora. Es común que se clasifiquen los alumnos y que se los etiquete, sin reunir los suficientes datos para ello. La psicología ha mostrado cuan importantes es para el hombre la imagen de los otros que tienen de él. Éstas son las connotaciones psicológicas.

La evaluación es un punto conflictivo entre y de enfrentamiento entre docentes y alumnos, entre directivos y docentes, entre instituciones y autoridades. Ésta, es la connotación pedagógica.

La evaluación, también tiene connotaciones técnicas. Es necesario resolver situaciones como las de evaluar todo el proceso a través de instrumentos idóneos y confiables, acreditar en función de criterios institucionales ampliamente discutidos y consensuados, acreditar de manera que dicha acreditación sea confiable para los actores sociales implicados.

Como síntesis de estas problemáticas tomamos aportes de Díaz Barriga quien señala:

  • En la historia de la educación, el trabajo en el aula no siempre fue evaluado mediante el examen.
  • El examen no puede mejorar, por si, ni los procesos de aprendizaje ni el desarrollo de la educación: lo que sucede en un examen es consecuencia de lo que sucede en el aula. El cambio fundamental debe realizarse en las estrategias metodológicas.
  • La implementación de la calificación en la escuela abrió la posibilidad de desarrolla múltiples vicios en la acción educativa.
  • En el examen anudan e invierten problemas sociales: que tienen que ver con las posibilidades de los alumnos de participar de experiencias más o menos enriquecedoras fuera de las instituciones educativas.
  • El problema de la calidad de la educación no se resuelve a partir  de ajustar más los exámenes: la calidad se lograra a partir de mejorar las condiciones intraestructurales y de mejorar el proceso didáctico.
  • En las instituciones educativas es necesario resolver cuestiones que tienen con la evaluación entendida como proceso y con la acreditación, no confundiendo totalmente estos procesos que son equivalentes.

La evaluación es un problema conflictivo ya que tiene que ver con problemáticas ideológicas, sociales políticas, psicológicas y pedagógicas. La tarea del docente consistirá en tratar de transformarla de conflicto a diálogo para que cumpla con su principal objetivo, que es el de enriquecer los procesos de aprendizaje.

El concepto de evaluación ha sido, es y será un campo de lucha. Con la evaluación del producto final, con el objeto de promover a los sujetos evaluados. Para esta postura evaluar es sinónimo de clasificar, separar a los sujetos en aptos y no aptos. Se confunde la evaluación con el mero acto de calificar. Si bien una de las funciones que debe cumplir el sistema de evaluación en las instituciones educativas es la acreditación, no es el único, ni siempre el más importante.

Pero precisamente la acreditación no se soluciona reduciendo la evaluación al mero acto de certificar una nota, sino intentado evaluar los procesos más ricos del aprendizaje y tratando de que la acreditación sea, en lo posible, un reflejo de dicho proceso.

La acreditación no es un problema intrínseco a la pedagogía, sino que tiene que ver con la necesidad administrativa de las instituciones de otorga certificados. Centrar la discusión en los problemas de acreditación, de calificación, obtura la discusión de aspectos importantes y centrales de la educación, y empobrece la discusión acerca de la evaluación.

Confundir la evaluación con medición implica reducirla al mero acto de colocar notas a ejercicios. Nada más arbitrario, pues evaluar significa valorar algo, y solo es posible el acto de valoración cuando, después de reunir diversas evidencias cualitativas, se comparan las mismas con ciertas expectativas y escala de valores. Entonces, evaluar significa valorar. Abrir un juicio de acuerdo a una escala de valores. Evaluar no es solo a nivel de aprendizaje sino también a nivel general, es emitir un juicio crítico sobre algo o alguien, una opinión propia, personal.

Reducir la evaluación a la medición de los productos, hace perder de vista los procesos más ricos que se llevan a cabo el aprendizaje. Si evaluamos solo productos, el alumno tratara de memorizar dichos productos, sin preocuparse ni reflexionar acerca de los procesos que permiten construirlos, y esta reflexión es indispensable para lograr un aprendizaje significativo.

Reducir la evaluación a la medición de productos lleva a veces a respetar más los tiempos institucionales que los procesos de los alumnos, y esta actitud muchas veces coincide con una concepción  de conocimientos fragmentados o produce como efecto una comparación muy parcializada de los conocimientos.

Desde otra perspectiva, distinta a las analizadas entendemos la evaluación como un continuo proceso de reflexión acerca de los procesos realizados en la construcción de aprendizaje significativos. Por ello evaluar implica una permanente actitud de investigación por parte de los docentes y alumnos, que intente descubrir y valorar todos los procesos, aun los no visibles nítidamente. Adquiere así real significación la autoevaluación, como la posibilidad de revisar críticamente los propios procesos realizados. Autoevaluarse implica tomar nota de la marcha del propio aprendizaje. Desde este punto de vista podríamos decir que la evaluación debe buscar como meta final la autoevaluación.

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