La formación de profesores docentes bilingües en una sociedad moderna. El caso de Programa Educativo ikoots

La formación de profesores docentes bilingües en una sociedad moderna. El caso de Programa Educativo ikoots.

Sandra Martínez Díaz

Facultad de Estudios Superiores Aragón/ Universidad Nacional Autónoma de México/ Maestrante del Programa de Posgrado de Pedagogía

Sandra.martinez.ctk@gmail.com 

Temática general

Subtema

Resumen

En la presente ponencia se dan una breve panorama del Proyecto “La Pesca”y como la formación docente bilingüe generan nuevos escenarios de aprendizaje-enseñanza en la educación bilingüe de nuestro país teniendo como principal eje la dualidad del enseñando-enseñante. Asimismo, se reitera la importación de documentar estas experiencias educativas diferencias, en una sociedad moderna.  

Palabras clave

EDUCACIÓN BILINGÜE, EDUCACIÓN INDÍGENA, PEDAGOGÍA CRÍTICA, PROGRAMAS EDUCATIVOS, FORMACIÓN PROFESIONAL

Formación docente: El caso de San Mateo del Mar, Oax. Méx.

Introducción

Lipovetsky, plantea en diferentes niveles la ruptura de la ideología del individuo instituida en los siglos XVII y XVIII. A la par, expone una nueva fase en la historia del individualimos occidental a través del incremento de una reciente forma de control de los comportamientos, la diversificación incomparable de los modos de vida, de las creencias y los roles de una sociedad en conmoción.

Entendiendo a este, como un reciente proceso de personalización que implica una nueva forma de organizarse y comportarse partiendo desde lo privado;  corresponde a la fractura de la socialización disciplinaria, a una sociedad flexible basada en la información y estimulación de las necesidades, el sexo y la exaltación de los “factores humanos” en el culto a lo natural, cordialidad y sentido del humor.

Surge el valor narcisista como resultado y expresión de este proceso, se pasa de un individualismo limitado al total, donde no hay una base sólida ni un anclaje emocional estable; donde todo se desliza en una indiferencia relajada; asimismo, este valor es inseparable de un entusiasmo por relacionarse con el otro como lo demuestra el aumento de asociaciones como grupos de asistencia y ayuda mutua, creando redes situacionales.  

Vivimos en una era obsesionada con la información y la expresión, puesto que todos podemos ser el locutor y el escucha;  hay una necesidad exhorbitante de expresarse en sí, aunque sea para si mismo, comunicar por comunicar, expresarse solo por el hecho de expresar, es decir, la lógica del vacío.

Ante esta lógica, “la falta de atención de los alumnos, de la que todos los profesores se quejan hoy, no es más que una de las formas de esa nueva conciencia cool y desenvuelta, muy parecida a la conciencia telespectadora, captada por todo y nada, excitada e indiferente a la vez, sobresaturada de informaciones, conciencia - Opcional, diseminada, en las antípodas de la conciencia voluntaria, - «intra-determinada». El fin de la voluntad coincide con la era de Ji indiferencia pura, con la desaparición de los grandes objetivos y grandes empresas por las que la vida merece sacrificarse: «todo y ahora» y ya no per aspera ad astra (Hacia las estrellas a través de las dificultades).(Lipovesky, 1983:57).

Bajo este panorama mundial, aun en resistencia, subsisten,  los autodenominados pueblos originarios, de los cuales, los ikoots ubicados en el Istmo de Tehuantepec tomando como referencia la Escuela Primaria Bilingüe “Moisés Sáenz” son los protagonistas de esta investigación educativa, en donde la formación docente bilingüe que tiene como característica fundamental la defensa de la identidad cultural, la cual no retomaremos de manera conceptual sin antes hablar del concepto de cultura, puesto que el primero no puede subsistir sin el segundo (Gimenez, G, 2005) siendo esta “la construcción colectiva en perpetua transformación, definida […] por el entorno y las condiciones materiales y simbólicas; consiste en las prácticas y procesos, la serie de normas, significados, creencias, hábitos y sentimientos que han sido conformados en una figura del mundo particular”(Villoro, 1993:43-45) y  como una red de poder y de conocimientos en la que se produce una realidad específica por medio de prácticas institucionales y de regímenes discursivos que permiten que tal realidad avance desembarazada de los imperativos democráticos (McLaren, 1990).

Y entendiendo por identidad cultural al:

“proceso de construcción, en donde los seres humanos, en contextos sociales, culturales y prácticos con los otros, se narran como objetos y sujetos de sus propias creaciones. En este sentido, es conveniente asumir lo humano como un proyecto, como un proceso, como un devenir, que está en construcción; en este proceso, los aportes de la herencia natural, como las construcciones adquiridas, son elementos fundamentales en la conformación de identidades” (Freire,1999).

no sin antes dar un breve recorrido por el concepto de formación que nos interesa recuperar.

        Formación docente desde la perspectiva la Pedagogía crítica.

McLaren (1990) sostiene que la educación no puede ser políticamente neutral, pues los efectos producidos por ésta repercuten en la integración social de las personas y es un acto formativo que las inmiscuye al momento de concretar un proyecto de país según órdenes histórico-políticos específicos, al igual que Foucatl, el autor argumenta que todos los pensamientos, actos y relaciones son políticas en su sentido ideológico y, ciertamente, la educación es parte de ello pues desde una perspectiva crítica, es producto de las macroestructuras políticas que nos definen como seres con experiencias de vida, que debemos adquirir una visión dialéctica de la vida social (Pérez Jiménez, 2009).

Aunque cabe destacar que Foucautl, no alude a los conceptos de formación docente, educación ni pedagogía, en sus obras más importantes obras no dejan de departir acerca de las prácticas sociales y culturales que están ligadas a los modelos y modos de enseñanza en Occidente. Por lo que el autor, arremete contra la pedagogía occidental en tanto técnica educativa disciplinaria, puesto que no concibe a la acción pedagógica como actividad docente aislada sino como, el efecto, la imposición de inculcar normas culturales de forma arbitraria y totalitaria y cuestiona la noción de “amor al maestro”.  Argumento que empata con las ideas de Paulo Freire, en cuanto al concepto de la educación, que concibe como:

“un proceso permanente que se rehace constantemente en la praxis, que reconoce que los hombres son seres históricos y por lo tanto inacabados, en y con una realidad que, siendo histórica, es tan inacabada como ellos; que propicia y refuerza el cambio y que entiende que la inmovilidad amenaza de muerte al hombre y a la sociedad” (Freire, 1971).

Asimismo, Freire (2006a), afirma que enseñar exige reconocer que la educación es ideológica. La ideología en educación, no la ideología educativa, amplía o cierra las perspectivas sobre las experiencias humanas que experimentamos tanto docentes como estudiantes;  el poder siempre está ahí, nunca se está fuera de él, es coextensivo al cuerpo social, y en las relaciones de poder también están implicados otros tipos de relaciones, que obedecen a formas variadas, y que responden a una especie de dominación más o menos unitaria (Foucautl, 1980). Así la ideología en educación permite “...una comprensión del hombre en cuanto seres hacedores de historia y hechos por ella, seres de la decisión, de la ruptura, de la opción...” (Freire, 2006ª:123); actuación que reclama enfáticamente que nos consideremos seres éticos encaminados hacia una formación centrada en la ética social, que permita reflexionar sobre la formación pedagógica como asunto de carácter moral. Al tiempo que somos parte de un contexto simbólico-social, le otorgamos sentido a los hechos que ocurren como efecto de nuestra inacabada y constante interacción social.

De igual manera, Giroux (1997), señala  la importancia del papel de los docentes en la formación de los estudiantes, explica que una de las amenazas a las que se tienen que afrontar es el progresivo desarrollo de ideologías instrumentales que acentúan el enfoque tecnocrático tanto en su formación profesional como de la pedagogía del aula; las cuales reducen “la autonomía del profesor con respecto al desarrollo y planificación de los currículos y en el enjuiciamiento y aplicación de la instrucción escolar.” Dando como resultado una estandarización del conocimiento escolar, y la devaluación del trabajo crítico e intelectual tanto en profesores como estudiantes.

Dicho modelo se caracteriza por contar con los expertos en currículo, en instrucción y en evaluación, los que llevan adelante “la tarea de pensar”. Mientras que los docentes son los meros ejecutores de esos pensamientos.

Para Giroux , los profesores deben pensarse como intelectuales transformativos es decir, como profesionales reflexivos de la enseñanza, en donde ejerzan activamente la responsabilidad de plantear lo que enseñan, la forma y los objetivos generales; propone pensarlos como activos y reflexivos, con funciones sociales dentro de una sociedad libre y democrática.

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