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La reforma energética en Мéxico

mayralag6Tesis4 de Noviembre de 2013

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REFORMA ENERGETICA EN MEXICO

INDICE

Introducción………………………………………………………………………….………………1

Desarrollo

Reforma energética…………………………………………………………………………..….………..……2

Objetivos………………………………………………………………………………………………….……..…..2

Privatizaciones en México…………………………………………………………………..……………….3

Brasil…………………………………………………………………………………………………………………...7

Conclusión……………………………………………………………………………………………11

Bibliografía……………………………………………………………………………………….…12

INTRODUCCION

Hoy en día, nos encontramos en un momento crucial para el país, donde depende de todos el rumbo del mismo, hemos visto en los meses de este nuevo gobierno el planteamiento de nuevas propuestas de Reforma de diversas índoles, educativa, laboral, energética las principales, entre otras, y las cuales debemos analizar cuidadosamente ya que de ser aprobadas traerán grandes cambios en nuestras vidas.

La reforma energética es una nueva propuesta que se está dando en la gubernatura de Enrique Peña Nieto donde se pretende dar varios cambios a la industria petrolera dentro del país, desde intervenciones de empresas extranjeras y otras controversias que quedan en un campo de discusión si realmente es un cambio de progreso a la nación , o un cambio negativo para el mismo, dentro de este ensayo se hablara sobre lo que el gobierno nos muestra y nos dice sobre lo que implicara esta nueva reforma, además de puntos de vista negativos y positivos hacia la misma, y adentrándonos en un punto de comparación con otros países donde ya se ha aplicado una reforma energética para ver cómo ha funcionado y si realmente esta es benéfica para el desarrollo de esos países, observando el futuro que como país nos espera con estos nuevos cambios.

REFORMA ENERGETICA EN MEXICO

La reforma energética de 2013 en México como sabemos es una iniciativa de reforma constitucional presentada por el Presidente Enrique Peña Nieto, el 12 de agosto de 2013, y enviada a la Cámara de Senadores para su análisis y discusión.

El debate en torno a la reforma energética y el futuro de PEMEX se ha convertido en el terreno perfecto para los choques y enfrentamientos de una sociedad polarizada que cada vez encuentra menos espacios de interacción y diálogo. Dejando de lado la carga político-ideológica que reviste el tema, cada día es más evidente que la situación actual de la paraestatal es insostenible y que deben implementarse profundos cambios si es que se pretende, al menos, detener su espiral descendente.

Las llamadas reformas estructúrales promovidas fast track por el gobierno peñanietista requieren un análisis riguroso, no sólo de las iniciativas que provengan del ejecutivo, sino de la realidad sobre la que pretenden incidir.

La iniciativa que el Ejecutivo Federal somete a la consideración del Congreso de la Unión propone que el Artículo 27 de la Constitución vuelva a decir lo que el Presidente Lázaro Cárdenas dejó escrito, palabra por palabra, para desarrollar la industria petrolera bajo la rectoría del Estado. Asimismo, se promueve el desarrollo de un sistema eléctrico nacional basado en principios técnicos y económicos, bajo la conducción y regulación del Estado.

Los objetivos de esta Reforma Energética son los siguientes:

• Mejorar la economía de las familias: Bajarán los costos de los recibos de la luz y el gas. al tener gas más barato se podrán producir fertilizantes de mejor precio, lo que resultará en alimentos más baratos.

• Aumentar la inversión y los empleos: Se crearán nuevos trabajos en los próximos años.

• Con las nuevas empresas y menores tarifas habrá cerca de medio millón de empleos más en este sexenio y 2 y medio millones más para 2025, en todo el país.

• Reforzar a Pemex y a CFE: Se le dará mayor libertad a cada empresa en sus decisiones para que se modernicen y den mejores resultados. Pemex y CFE seguirán siendo empresas 100% de los mexicanos y 100% públicas.

• Reforzar la rectoría del Estado como propietario del petróleo y gas, y como regulador de la industria petrolera.

Se dice que esta reforma es sumamente necesaria en materia constitucional ya que existen razones como:

1) para producir más hidrocarburos a un menor costo, permitiendo que empresas privadas complementen la inversión de Petróleos Mexicanos mediante contratos para la exploración y extracción del petróleo y gas.

2) para obtener mejores resultados bajo condiciones competitivas en

las actividades de refinación, transporte y almacenamiento, permitiendo que las empresas privadas participen bajo la regulación del Gobierno de la República.

Con esta reforma energética que a mi ver considero que no es nada buena ni prudente dada la cantidad de reformas que se han estado lanzando en tampoco tiempo, además de la imagen engañosa que nos dan a ver y a creernos ya que si analizamos un poco todas esas palabras que nos dicen, esas grandes promesas en realidad no existe ventaja alguna por ningún lado se ve alguna ventaja ya que desde simple vista se puede ver que al momento en que otros países intervengan en la producción nuestro país y patria estarán perdiendo su soberanía, por otros lados esas ventajas que nos mencionan de más competitividad, nueva infraestructura tecnológica son falsas y engañosas ya que:

• Si habrá un crecimiento, pero engañoso (corto periodo) de nuestro país, esto quiere decir que algunos saldrán ganando, principalmente los promotores del saqueo.

• Pérdida de autonomía y utilidades, ya que, al poner una Empresa privada infraestructura con nueva tecnología, se convierte en amo y dueño del manejo del hidrocarburo, y México quedaría dependiendo de ellas, aunado al gran porcentaje de las ganancias que se llevarían estas compañías

México dueño del pozo, pero las herramientas de extracción de otro.

Las privatizaciones en México

Referente a las privatizaciones, centenares de empresas públicas se privatizaron a partir de 1982, entre las que se cuentan los bancos, teléfonos, ferrocarriles, aerolíneas, industria siderúrgica e industria azucarera. El Estado obtuvo 32 mil millones de dólares, pero los fracasos de los empresarios privados le ha costado al país una cantidad cercana a los 110 mil millones de dólares. Este tipo de privatizaciones no tiene ni caso discutirlo. Baste con decir que no deberíamos ni aceptarlas ni permitirlas.

Existen varias clases de privatización, una sería la venta de la empresa, otra privatización parcial ha venido ocurriendo al autorizar la generación privada de energía que luego distribuye la Comisión Federal de Electricidad. Pero hay todavía un tercer caso de privatización, que es más grave que la venta porque está disfrazada, y que en el pasado se denunció, la simple venta del petróleo.

Estados Unidos es uno de los principales beneficiados con la llamada Reforma Energética, este es el que se dedica a guardar sus reservas de petróleo mientras consume las nuestras. Aquí no necesitó mandar soldados, ni invadir o bombardear, sólo tuvo que becar a Salinas en Harvard, a Zedillo en Yale, y apoyar al gerente de la Coca cola para que tomara las riendas de un gobierno y un país que no ha podido producir un líder ni un movimiento que defienda su interés como nación y como pueblo.

¿Y quiénes son los representantes de esa política antinacional de aumentar la exportación de petróleo? El presidente de México en turno. Ayer Fox y Calderón, hoy Peña Nieto, quienes han comprometido nuestros recursos petroleros y han multiplicado la exportación de crudo a Estados Unidos a cambio de favores para sus campañas presidenciales.

Pero si no lo exportamos, nos podrán preguntar, ¿cómo nos financiamos y qué hacemos con él? Y es cierto, se requiere de un proyecto económico que deje que basar el gasto público en el ingreso del petróleo y que genere ingresos alternativos. Al mismo tiempo, se trata de iniciar la generación de tecnologías alternativas al petróleo, que hayan sido puestas en operación antes de que se nos agote el recurso.

Si al mismo tiempo que reorientamos los recursos financieros, hacia actividades productivas, renegociamos los pagos de deudas que la administración pública no tendría que seguir pagando -como las carreteras y los bancos-, entonces sí que estaríamos avanzando en la instrumentación de un proyecto económico alternativo.

Si tuviéramos una política económica alternativa, que no dependiera del petróleo, pero que tampoco pretendiera cobrarnos por comer pan o por tener necesidad de medicamentos, podríamos destinar el petróleo a que se extrajera a un ritmo menor mientras desarrollamos las tecnologías, la infraestructura y

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