La sociedad base de la religión

La sociedad base de la religión

La religión siempre ha sido concebida con el fin de crear preceptos, prototipos e ideales de cuál es la mejor forma de comportarse en el mundo terrenal, para recibir la salvación o tener seguro un lugar en el cielo, sin necesidad de pasar pruebas en el purgatorio, para saber si finalmente nuestra vida eterna estará destinada a la tranquilidad del cielo o al fuego del infierno.

Como podemos apreciar a través de la historia, la religión ha estado ligada al desarrollo de la sociedad, ya que a medida que está avanza encuentra en la religión el mejor amuleto para perfeccionar al hombre; que hace parte de la sociedad funcional, una sociedad que día a día exige más virtudes en un ser humano imperfecto, para evolucionar ha encontrado en Dios y en la iglesia, la representación más sagrada para convencer al hombre de cuales son los ideales a seguir, los lineamientos morales, espirituales, humanos e intelectuales, que terminaran asegurando un final feliz al terminar la historia terrenal.

La sociedad desde el principio de los tiempos ha querido lograr que el hombre llevado por las costumbres que adquiere desde su nacimiento dentro de determinado núcleo social, sea lo más ‘’perfecto y bueno” para el mismo, ya que al incumplir las normas o reglas que se le han inculcado desde pequeño estaría formándose una especie de parasito no apto para la sociedad, que en vez de contribuir al avance de la misma, hace que esta, se estanque hasta llegar a un punto de degradación que tendría como resultado final un escenario imposible de habitar.

De acuerdo a lo expuesto por los autores Durkheim en Las formas elementales de la vida religiosa y Weber en La Ética protestante y el espíritu del capitalismo, podemos ver como ellos representan y apoyan la idea de que la religión ha sido formada por la sociedad y la necesidad de evolucionar que la misma ha tenido con el paso de los años, de las crisis, las guerras y demás situaciones que la han visto obligada a acabar con muchos preceptos  y reglas; a crear nuevos o a modificar los existentes con la única finalidad de no quedar atrás y ser absorbida por los nuevos lineamientos; pero esto no sería posible si no existiera una fuerza universal y lo bastante poderosa que lograse convencer a todo una humanidad que lo que hace esta bien o mal  y del premio o castigo que recibirá de acuerdo con su comportamiento. En este punto entra a jugar la religión; que elemento más poderoso puede existir que el dogma de la creación del mundo, de donde surgimos y venimos, de lo que se supone es real, benigno y perfecto y a donde finalmente todos retornaremos para la vida eterna.

De acuerdo al pensamiento de Durkhein, y su concepto de la sociedad.

La sociedad no es la suma de los individuos que la componen, y el hecho social es una realidad que trasciende (le es a la vez superior y exterior) al hombre individual. La prueba es que, en nuestra vida cotidiana, no cesamos de obedecer reglas  (en nuestra conducta con respecto al otro, por ejemplo) o de conformarnos a normas (vestidos, matrimonio, prácticas religiosas, etc.) que no solamente no hemos hecho nosotros, sino que ni siquiera tenemos conciencia de ellas la mayoría de las veces). Tales son los hechos sociales   que consisten “en  maneras de actuar, de pensar y de  sentir, que son exteriores al individuo y que están dotadas de un poder de coerción en virtud del cual se imponen a éste”. (Durkhein, 1912, p.45).

Podemos ver como él apoyo desde una visión atea como la sociedad ha construido un sinnúmero reglas que debemos seguir al pie de la letra para lograr ser parte activa y funcional de la sociedad en la cual nacemos e interactuamos, como el cumplimiento o incumplimiento de las mismas nos llevaran al éxito o nos condenaran al fracaso al no alcanzar los estándares exigidos; desde el momento en que se es concebido el ser humano ya se lleva implantado el chip, de las costumbres, normas, leyes, reglas que tendrás que aprender, aplicar y seguramente enseñar a su descendencia, si se nace en el seno de una sociedad católica ya tendrás que adoptar sus creencias y desarrollarte de acuerdo a lo que es bueno o malo, pero si en tu evolución tu pensamiento no concuerda con los lineamientos de la sociedad católica, indudablemente tomaras otro camino que te llevara a la adopción de nuevas reglas, doctrinas y credos que poco a poco harán que la sociedad en la cual interactúas ahora te aleje de la sociedad en la cual naciste, seguramente enseñaras a tus hijos tus creencias pero ellos en su libre albedrio podrán adoptar nuevas creencias, como lo hiciste tú en algún momento y esto los llevara a ser participes de una nueva sociedad. Demostrando así que el hombre es un ser individual que se desarrolla en una sociedad que ha ido formando sus creencias de acuerdo a su desarrollo y su necesidad de permanecer en el tiempo.  

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