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SOCIEDAD Y RELIGIÓN, LA VERDADERA CUESTIÓN


Enviado por   •  4 de Noviembre de 2019  •  Ensayos  •  1.389 Palabras (6 Páginas)  •  134 Visitas

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SOCIEDAD Y RELIGIÓN, LA VERDADERA CUESTIÓN

Ensayo

La religión ha jugado y juega un papel importante en la sociedad y en la vida de las personas. Para Durkheim (1915), las religiones son representantes de los sistemas coordinados respecto a las creencias y prácticas en las cuales se defina lo sagrado –para ello prescriben en ciertos fenómenos un orden cuya existencia se estratifica desde otras dimensiones y, por tanto, fuera de la vida cotidiana u ordinaria-. En correspondencia con ello, lo sagrado es puesto en un plano prohibido, inaccesible, procurando por ello, el engendrar creencias y prácticas que posteriormente se enlazan entre ellas, para formar una comunidad moral única a la cual se le denomina iglesia.

En este contexto, una iglesia se define como el conjunto de creencias que se enuncian por sus propios líderes y se aceptan por parte de sus adherentes (fieles), quienes en su totalidad se reconocen como una religión. Por ende, el propósito de las religiones, no es otro que reglamentar la relación existente entre sus fieles con lo sagrado y espiritual, en un contexto que se representa por uno o varios dioses. Las grandes religiones, contando algunas excepciones (Budismo, Hinduismo), son de corte monoteísta (un solo dios). De igual manera, al establecer lo sagrado, también traen al contexto practico, lo profano, definiéndose como las conductas y elaboraciones que son de estricta prohibición dentro de sus códigos morales.

Bajo este paradigma, cabe preguntar si ¿Realmente la religión y en su defecto, la educación religiosa ejerce una influencia importante en las conductas de las personas y sociedades? ¿Y bajo qué presupuesto lo hacen?

En primera instancia es fundamental referir que las religiones en su esfuerzo por organizarse, apoyan su accionar sobre dos nociones fundamentales: creencias y ritos. Las creencias se establecen como representaciones que conllevan valores morales y en la mayoría de los casos se encuentran asociadas a imágenes místicas o a seres sobrenaturales que van más allá de la experiencia humana. De otra parte, los ritos, son acciones que se expresan en ceremonias –muchas veces de gran complejidad-, en las cuáles los elementos forman la base de las creencias.  

No obstante, las religiones sin duda alguna contribuyen a lograr una definición entre las sociedades los límites entre lo sagrado y lo profano, en decir, entre el bien y el mal. Por ello, las religiones son sistemas sociales con una marcada complejidad en sus jerarquías, pero con el propósito de orientarse a la celebración de la dignidad y capacidad del ser humano y estimular a través de ello un sentido de unidad y comunidad. Este es el gran agregado positivo que las religiones pueden aportar.

En consideración a lo anterior, las religiones adoptan códigos morales y sistemas de valores que son de obligatoria observación por parte de sus creyentes. Es así que los objetivos de esos códigos se encuentran guiar las conductas en materias como (el ejercicio de la sexualidad, formación de familias, roles de género, anticoncepción y aborto, siendo entre otras, estas las más importantes). Por ello, todas las religiones, sin excepción, tienen en su haber normas detalladas que son las que definen que es aceptable o condenable en estas áreas (McQuillan, 2004).

Todo lo anterior ha propuesto, que la formación religiosa del individuo y de manera específica para la religión cristiana, ha sido para las sociedades un imperativo, el cual se ha destacado desde la época de la colonización europea en los continentes invadidos. En correspondencia, la Educación Religiosa en la escuela ha sido orientada a la formación integral del estudiante, con especial énfasis en su dimensión religiosa y de sentido que se concreta con su espiritualidad y estilo de vida.

Por tanto, esta intencionalidad formativa, se orienta hacia el ámbito trascendente, logrando en el individuo una actitud de apertura hacia el otro (Consejo Episcopal Latinoamericano, 2001). Es así, que sus objetivos son el de penetrar en la dimensión cultural, relacionándose con los demás saberes (transversalidad), para aportar a la formación de los componentes religiosos fe-cultura, fe-vida.

Es por ello, que, desde una óptica personal, la educación religiosa ha fungido como un proponente de un orden que, no obstante haber sido promulgado hace más de dos mil años, en la actualidad incorpora mucha más vigencia que nunca. Como integrantes de una sociedad, los seres humanos se encuentran absorbidos por una serie de prácticas cuyo único propósito es el crecimiento material, contrario a las directrices que desde la religión emana y que fundamenta desde la solidaridad el crecimiento integral de las personas en conjunto.

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