ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Limites, Limitaciones Y Deseo.

vanessaglezm11 de Abril de 2013

2.934 Palabras (12 Páginas)433 Visitas

Página 1 de 12

Límites, limitaciones y el deseo de fusión en el tratamiento de adolescentes

Resumen conceptual

Boundaries, Limitations, and the Wish for Fusion in the Treatment of Adolescents

H. Shmuel Erlich, Ph. D.

Traducido por Jorge Gutiérrez. Doctorado ELEIA 2004.

Resumen del desarrollo conceptual del artículo: Tratará sobre la centralidad del tema de los límites en la adolescencia desde diversas perspectivas, como el desarrollo y la consolidación del self, la internalización del superyó y la autoridad, y el encuentro entre el self y el otro. El estudio de los límites a través de los modos experienciales del ser y del hacer nos llevan a distinguir dos tipos de límites, uno basado en la separación y la diferenciación, y el otro basado en la fusión. La adolescencia implica la integración de ambas modalidades para que puedan tener lugar la formación de la identidad y de la intimidad.

Los límites juegan un rol importante en la comprensión del desarrollo y del funcionamiento de la adolescencia. Para abordar la cuestión de los límites es necesario integrar dos aspectos complementarios: la experiencia de la limitación y los deseos de unión y fusión.

El autor piensa que el concepto de límites intrapsíquicos es central y fundamental para el psicoanálisis, y puede ubicarse tanto en el nivel de la discusión clínica como en el discurso metapsicológico. Si por una parte el concepto es flexible y elástico, por otra es fundamental y valioso. La centralidad y elasticidad del concepto de límite queda de manifiesto en las tres áreas de explicación y aplicación del psicoanálisis contemporáneo: desarrollo, psicodinámica y psicopatología.

El autor identifica diversas subáreas o facetas de la experiencia de los límites: 1) Límites como reflejo del proceso y como componentes del desarrollo y de la consolidación del self; 2) Contribuciones del superyó a la formación de límites, especialmente referidos a la autoridad; 3) Límites como diferenciación y encuentro entre el self y el otro; 4) Límites como características de roles sociales específicos, jugando una parte en la formación de la identidad.

1. Límites como reflejo del proceso y como componentes del desarrollo y de la consolidación del self

Los límites del self son un buen ejemplo del resultado de la interacción e integración de un proceso complejo, que contiene aspectos maduracionales, del desarrollo y físicos, componentes experienciales, e influencias social-sistémicas. La formación de los límites internos podría entenderse, por ejemplo, como un sentido de separación en el niño, y después en el adolescente, cuyo proceso puede describirse con el título de separación – individuación (Mahler et al., 1975).

1.1. La piel. Hay sensaciones que resultan de la interacción entre lo psicológico y las actividades corporales. Desde el inicio del psicoanálisis están presentes: Freud (1923) hablaba de que “el yo es primero, pero antes está el yo corporal”; Jacobson (1964) habló del self psicofisológico; Anzieu (1970) se refirió al desarrollo del “yo piel”. La piel representa un contenedor, un instrumento de separación, y una línea divisoria que el aparato mental usa para distinguir las representaciones mentales. La piel adquiere un renovado significado durante la adolescencia: es investida con excesivo poder y con significados y contenidos emocionalmente polarizados (como la belleza y la fealdad, la aceptación y el rechazo). Durante la adolescencia la piel puede ser objeto de ataque y mutilación por el self, como sucede, por ejemplo, con los tatuajes.

1.2. El conocimiento. Éste contribuye a la formación del concepto del self separado del objeto. Desde la teoría psicoanalítica, el sentido de separación del self y del objeto deriva de la integración de las representaciones intrapsíquicas del self y del objeto. Jacobson (1964) se refirió a los límites como una función del nivel de diferenciación de representaciones internas. En las teorizaciones de Freud (1915a) (1915b), las representaciones internas son ideacionales, que funcionan en diversos niveles de concretización o abstracción. Durante la adolescencia, los límites resultan del desarrollo cognitivo, atravesando por una revolución estruendosa que pasa de lo concreto a las operaciones formales (Inhelder y Piaget, 1958). Este proceso deja su huella en el nivel de diferenciación y en el entusiasmo para definir la representación interna tanto del self como del objeto durante la adolescencia.

1.3. Imagos parentales. Otra contribución en la formación de límites viene de la introyección de las imagos parentales punitivas y amorosas, y de la identificación con tales representaciones durante la formación del superyó.

2. Contribuciones del superyó a la formación de límites, especialmente referidos a la autoridad

Desde la perspectiva de la operaciones, estos límites difieren de aquellos surgidos de la consolidación de representaciones internas del self y del objeto. Desde el punto de vista del superyó, los límites que se forman están referidos a “lo correcto y equivocado” (right and wrong). Ellos permiten responder a preguntas como: qué es lo mío y qué no; a qué tengo derecho y a qué no; cuáles son mis derechos y mis obligaciones; y, sobre todo, ¿con quién es permitido o prohibido satisfacer mis deseos insintivos? Estas cuestiones, aunque provienen de un proceso intrapsíquico, necesitan de la familia como marco referencial para ser resueltas. Dicha resolución necesita del “yo familiar”, que mantenga la integridad de la familia entera, incluyendo las diferencias entre generaciones, géneros, estilos, etc. (Klein y Erlich, 1978).

El carácter obligatorio de los límites así como su autoridad, se adquieren durante la fase edípica, sus crisis y resoluciones. Al establecerse las identificaciones con los padres, sobre todo con el del mismo sexo, el niño procura darse un “descanso” de las presiones instintivas que le permitirá llegar a la latencia y después a la adolescencia. Estas internalizaciones, adquiridas a través de la identificación y del amor, le proveen el poder y la fuerza para compensar sus sentimientos de inferioridad e insignificancia, la envidia y las propias limitaciones.

En la adolescencia resurgen los antiguos deseos edípicos (Blos, 1962), pero también se experimentan de nuevo la limitaciones edípicas, tal vez de forma más aplastante y urgente. La adolescencia representa el tiempo de una posible satisfacción de los deseos intitntivos, cuya inminencia e intoxicante sentido de poder, demandan al adolescente negar dos peligros fundamentales: el amenazante sentido de poder y el sentido de las propias limitaciones, que no es menos ominoso (Erlich, 1986).

3. Límites como diferenciación y encuentro entre el self y el otro

Se trata aquí del tema de los límites en relación con el objeto o con el otro. Toda relación de objeto comprende un proceso de separación-individuación que se propone como problema central. En este punto, es necesario precisar el concepto de “relación de objeto”: la relación self-otro que el autor describe, va más allá que la supuesta por el proceso de separación-individuación. En la teoría psicoanalítica, el término “relaciones objetales”, no se refiere primeramente, como parece que lo han entendido muchos, a relaciones interpersonales reales. El significado original y heurístico del concepto se ubica, en primer lugar, en un nivel intrapsíquico, entre representaciones del self y de objeto; y, en segundo lugar, a la catexis que estas representaciones reciben. De forma derivada, el término se refiere a la relación que se da entre personas, particularmente con gente que son significantes e importantes entre sí.

El asunto de las relaciones de objeto es importante durante la adolescencia ya que juegan un papel importante en la formación y consolidación de la identidad. La identidad del adolescente no es un asunto que busque, de forma reductiva, responder a la pregunta “¿Quién soy yo?”. Ericsson (1968) afirmaba que la identidad psicosocial se forma y adquiere significado cuando el yo o el self encuentra una expresión y una posición dentro de un rol específico. No es que el adolescente “invente” un rol que le permita forjar su identidad; lo que hace, más bien, es investirse de un rol, sentirse capaz de llevarlo a cabo, y sentirse original al realizarlo. Todo esto se da de acuerdo a los lineamientos que ha trazado la sociedad, y no de acuerdo a algo que el adolescente haya creado. Se trata de un reto a su habilidad que le pide ajustarse a un orden preestablecido u ofrecido por otros. El adolescente descubre que los límites han sido puestos desde fuera, por lo que resulta comprensible que aparezcan sentimientos de disgusto y repulsión, resistencia y rabia, pues no pueden escapar a lo establecido.

Por otra parte, aún cuando el adolescente pudiera encontrar su propio lugar o plataforma, pudiendo expresarse auténtica y originalmente, dentro de los límites sociales preestablecidos, queda el asunto de la intimidad. Más allá de la resolución del rol social, asociado al género y las preferencias sexuales, como masculinidad/feminidad y homosexualidad/heterosexualidad, el adolescente tardío, así como el joven adulto, deben permitirse la oportunidad

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (19 Kb)
Leer 11 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com