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MARIO LABORÍN Y LA TRANSFORMACIÓN ESTRUCTURAL DE NACIONAL FINANCIERA


Enviado por   •  12 de Abril de 2016  •  Resúmenes  •  6.309 Palabras (26 Páginas)  •  409 Visitas

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MARIO LABORÍN Y LA TRANSFORMACIÓN ESTRUCTURAL DE NACIONAL FINANCIERA

INTRODUCCIÓN

¿Quién era Mario Laborin antes de NAFINSA?

Mario Laborín creció en el estado de Sonora, el cual se ubica en el noroeste de México. Dejó su Estado para estudiar Contabilidad en el Instituto Tecnológico de Monterrey (ITESM) a finales de los años 60, donde también realizó sus estudios de Maestría en Administración especializándose en el área de Finanzas. Cuando terminó sus estudios fue reclutado por un holding de la Ciudad de Monterrey llamado Valores Industriales Sociedad Anónima (VISA). En los años 70 VISA era uno de los conglomerados industriales más grandes de México, registrando fuertes crecimientos en ventas cada año. En 1974 ascendieron a 332 millones de dólares, pasando a 1,570 millones en 1981. Este holding participaba en la producción de acero, cartón, vidrio, productos químicos, seguros, banca y servicios financieros, así como en el embotellamiento

Se le ubicó en una de las subsidiarias llamadas Valores Monterrey Sociedad Anónima (VAMSA), encargada de proporcionar servicios financieros al holding y a sus grandes clientes. VAVISA era también propietaria de la compañía de seguros más grande del país, Seguros Monterrey y del tercer banco comercial más importante en México, Serfin. Rápidamente Mario Laborín fue ascendiendo en la estructura organizacional, en particular dentro de la tesorería de VAMSA, alcanzando el puesto de Director Corporativo de Tesorería. Durante esos años Laborín trabajó muy cerca de Ricardo Guajardo, un ingeniero del ITESM, el cuál era también una estrella en crecimiento dentro del grupo VISA.

En 1982 el Presidente José López Portillo nacionalizó el sistema bancario del país, justificando su decisión como un intento de frenar la salida de capitales de la banca comercial, después de una radical devaluación del peso (de $26 a $47 pesos por dólar). Mario Laborín no estaba de acuerdo con la participación del gobierno en la banca comercial, sabiendo que esto provocaría un retroceso en el sector. Con la experiencia adquirida y consciente de la importancia de las finanzas en el desarrollo económico, Laborín deja VISA y con un grupo de jóvenes ejecutivos especializados en finanzas inicia el proyecto Vector.

Vector fue una de las primeras casas de bolsa creadas durante los años 80, al frente de ella como Director General, Laborín promovió el rápido crecimiento de la firma y la diversificó en áreas como cambios y banca de inversión. Gran parte del éxito de Vector se sustentó en la habilidad de su director para innovar productos financieros y desarrollar instrumentos de captación en el mercado de valores. Durante su estancia en Vector, Mario Laborín trabajó muy de cerca con Steven Saide, un joven ejecutivo altamente capacitado, a quién le encargó la responsabilidad de los asuntos administrativos y de recursos humanos de la empresa, lo cual le aseguraría tener el soporte casa de bolsa. En 1987, después de una exitosa gestión, los accionistas fundadores de Vector vendieron la compañía a un grupo local de inversionistas.

A principios de los 90 el presidente Salinas anuncia la desincorporación de los bancos comerciales nacionalizados en 1982, como parte de su estrategia económica de liberalización y economía de mercado. Con el sólido conocimiento que poseían del sistema financiero y empresarial del país, Laborín y Guajardo ven la oportunidad de adquirir un banco comercial. Se acercaron para ello a los accionistas de VISA, liderados por Eugenio Garza, y armaron en el año 1991 la oferta de compra por el 51 por ciento de Bancomer, para entonces el segundo banco más grande de México. En la oferta por 2,550 millones de dólares J.P. Morgan participó con 1,000 millones mediante un crédito sindicado.

El grupo pudo adquirir el banco en General Adjunto de Banca Especializada, mientras que Guajardo asume la Dirección General del banco. Mario Laborín no dudó entonces en contratar a Steven Saide, su anterior director de administración en Vector, para desempeñar un cargo similar en Bancomer.

Con el objeto de transformar a Bancomer, el nuevo equipo diseñó una estrategia de cambio buscando una mayor orientación al cliente e innovación, dejando de lado las actividades de tipo burocrático que no generaban valor a la organización y que eran parte de una cultura de trabajo no orientada a resultados.

Se identificaron las necesidades de optimizar los tiempos de respuesta y servicio a clientes, implementaron prácticas modernas de administración de riesgos y mejoraron los procesos administrativos y de control interno; asimismo, implementaron agresivos programas de capacitación, modificaron el esquema de incentivos y de evaluación de desempeño.

Los resultados no tardaron en llegar; para 1994, Bancomer era el banco más innovador de México. Los productos eran mejorados permanentemente, incluyendo tarjetas de crédito, créditos hipotecarios, automotrices, personales, así como servicios de banca electrónica. Gran parte de este éxito fue obscurecido por la crisis económica y financiera de 1994, que impactaba al mismo tiempo a todo el sistema bancario del país incluyendo a NAFINSA, la inestabilidad política, el surgimiento de una guerrilla armada en Chiapas y el asesinato de Luis Donaldo Colosio, Candidato del Partido Revolucionario Institucional.

Los bancos, recientemente privatizados, habían incrementado de manera importante su cartera de crédito y pasivos para su fondeo, sin un marco regulatorio y prudencial adecuado. El crédito al sector privado en el país había crecido de 14.3% como proporción del PIB en 1988 a 55.3% en 1994. Su crecimiento real fue mayor a 200%.

En el contexto internacional, la tasa de interés de los bonos del tesoro de los EUA a largo plazo (US 30 year T-bonds) creció de 6.3% de enero de 1991 a 8.1 % en noviembre de 1994 y su combinación con los fenómenos internos contribuyó a una salida importante de capitales que se tradujo en una devaluación del 23% en el peso mexicano en diciembre de 1994 y un acumulado de 46% a marzo de 1995.

 Los bonos mexicanos (Certificados de la Tesorería de la Federación, CETES) llegaron a registrar tasas de interés del 80% en ese último año, influyendo en el proceso de contracción económica que llevó hasta una disminución de 6.2 en el producto interno bruto (1994). La cartera vencida en el sector bancario se incrementó 156% entre 1994 y 1995, representando el de la cartera total.

En 1995 el gobierno mexicano tomó diferentes medidas para disminuir el riesgo sistémico en la economía, derivado de la crisis financiera de los bancos recientemente privatizados. El brazo ejecutor de un gran número de las medidas fue el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (FOBAPROA), un fondo de contingencia creado por el gobierno en 1990, cuyo fin era asegurar los depósitos de los ahorradores en situaciones de crisis financiera. En muchos casos se realizaron intervenciones directas a los bancos, tomando el gobierno el control de los mismos.

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