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Misión Cultura


Enviado por   •  12 de Enero de 2013  •  Monografías  •  7.979 Palabras (32 Páginas)  •  342 Visitas

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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio de Educación Superior

Convenio Marco de Cooperación

Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez

Misión Cultura

AUTOBIOGRAFÍA

Facilitadora: Nombre de la Misión

Ada Bello Nuevo Horizonte Cultural

Participante:

Corro, Freddy Benito

C.I N° V- 7.995.932

Carayaca, Diciembre 2005.

REMEMBRANZAS

DE MI VIDA

Antes de empezar a contar la historia de mi vida que recuerdo desde que tenía cuatro años aproximadamente, retrocedo unos cuantos años atrás para que se enteren como era todo aquello cuando llegue al mundo.

Según mi querida madre María Luisa, nací el día 21 de Marzo de 1969 a las 11:00 de la noche, en una pequeña medicatura rural ubicada en el pueblo de Carayaca, de nombre Doctor Eudoro González. Para aquel entonces la Parroquia Carayaca pertenecía al Departamento Vargas, luego este Departamento paso a ser Municipio y para 1997 se decretó como Estado Vargas.

En dicha medicatura existía espacio suficiente para que los niños nacieran en un lugar más adecuado, es decir no había una maternidad, solamente unas camillas viejas y rotas en una habitación que era el único espacio con que se contaba, decía mi madre para ese entonces.

Cuenta mi mamá que el parto fue normal, claro ella tenía una gran experiencia para traer niños al mundo, siendo yo el décimo quinto hijo procreado, gracias a Dios nací sano, dijo el médico que atendió el parto.

A los dos días de haber nacido me llevaron a mi querido hogar, una pequeña, pero hermosa vivienda de bahareque que se encontraba entre grandes árboles de eucaliptos y pinos, en un sector denominado El Arbolito, también perteneciente a la Parroquia Carayaca. En ese maravilloso lugar crecí junto a mi madre María Luisa Corro, mi padre José del Carmen Sulbaran y mis catorce hermanos, siempre hemos sido una familia muy unida, en la actualidad la mayoría de nosotros vivimos en el mismo sector y en el mismo terreno que heredamos de nuestros padres.

Mi madre cuenta que para colocarme el nombre no tubo problemas, porque en aquella época, cuando nacía un niño, en lo primero que se fijaban era en el almanaque, y el nombre que aparecía en esa fecha era el que colocaban a ese niño. Como yo nací el día de San Benito, mi nombre oficial era Benito, luego a mis hermanos mayores se les ocurrió combinar ese nombre con otro y concluyeron en colocarme Freddy Benito.

Al pasar un mes de nacido, mi mamá decide presentarme en la Jefatura Civil de Carayaca, ese día mi papá no pudo acompañarla. Como mi papá era comisario del sector donde vivíamos, no había problemas, porque todo los que laboraban en la Jefatura lo conocían, lo cierto es que en el momento de la presentación la secretaria le dijo a mi mamá, bueno si el padre se llama Cose del Carmen y usted María Luisa, ¿Por qué al niño no le colocamos el mismo nombre del padre o una combinación entre el suyo y el de él?. Mi mamá le contestó que los hermanos llevan el nombre de mi papá: José Elías, José Rafael, José Octavio, José Gregorio, y así todos tienen el José en memoria de nuestro querido padre y las dos hembras llevan mi primer nombre: María Angelina y Carmen María.

Bueno esta conversación fue tan amena que al final quedó asentado en los libros de registro como Freddy Benito Corro; como nos podemos dar cuenta a la secretaria se le olvidó colocarme el apellido de mi papá, mi mamá tampoco se dio cuenta, se fijaron en el error cuando por primera vez me sacan la partida de nacimiento, a los seis años, y ya no había remedio.

En ese hermoso hogar, fui creciendo junto a mi familia, es entonces cuando tengo cuatro años de edad y comienzo a relatar mi propia historia.

Para tener una visión más clara de la casa y del lugar donde viví desde que nací, hasta que cumplí treinta y dos años de edad, comienzo con las características más resaltantes: la casa era pequeña para la cantidad de personas que la habitábamos, (catorce hermanos mayores, mi papá, mi mamá y mi persona), bueno como decía, era muy pequeña: estaba conformada por cuatro habitaciones, sala-comedor, cocina y un baño, las puertas y ventanas eran tan chiquitas, que mi papá y mi mamá, aún siendo bajas de estatura, apenas cabían por la puerta de la sala, también había un patio grande, el cual no esta ahora, porque por ese espacio pasa la carretera principal que conduce desde el pueblo de Carayaca hasta el pueblo del Junquito.

La vivienda se encuentra ubicada en un espacio de terreno adquirido por mi padre desde el año 1927, con una extensión aproximadamente seis hectáreas, el cual esta cultivado de café, cambur, aguacate, naranja, mandarina, chirimoya, limón, hortalizas, maíz, carotas y verduras.

Mi papá se ocupaba de atender los cultivos en su tiempo libre, ya que el era el comisario del sector, mis hermanos mayores estudiaban en la mañana y en la tarde ayudaban a mi papá en el trabajo agrícola.

Mi mamá también trabajaba la tierra, pero le dedicaba muy poco tiempo, porque el mayor tiempo se lo dedicaba a los quehaceres del hogar, a criar animales: gallinas, pavos, chivos y vacas y además a atender a cuatro niños pequeños que estábamos en la casa, con esto quiero decir que después que yo nacieron tres hermanitos más: Manuel Vicente, Zenaida y Argenis, aparte de nosotros, también atendía a mis dos hermanas mayores: María Angelina y Carmen María que lamentablemente nacieron enfermas, con retardo mental bastante pronunciado, este problema produjo un trauma muy fuerte para todos nosotros, que poco a poco hemos superado.

En una oportunidad mi mamá llego llorando a la casa, porque el Doctor le dijo que mis dos hermanas enfermas no pasaban de los quince años; según el doctor, cuando se desarrollaran morirían, a pesar de esa mala noticia, mis padres continuaron luchando sin desmayar y con la gran esperanza de verlas totalmente

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