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Nuevo Modelo de Desarrollo en Bolivia


Enviado por   •  20 de Mayo de 2017  •  Documentos de Investigación  •  9.981 Palabras (40 Páginas)  •  493 Visitas

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NUEVO MODELO DE DESARROLLO

New Model of development

Moreno Valdivia Antonio Edgar1

Instituto de investigación de la Carrera de Ciencias del Desarrollo, Universidad Pública de

El Alto, Villa Esperanza Km. 15, ciudad de El Alto, Bolivia.

1 Docente Universitario, moreno1660@hotmail.com

Abstract

This article

Keywords: Model of development, womb económic, womb social, socialism and Constitution Politic of State.

Resumen

El artículo analiza la modificación e implementación de un nuevo modelo de desarrollo propuesto por el Movimiento al Socialismo (MAS). Asimismo, examina el carácter político e ideológico de este instrumento político, la matriz económica y social de su propuesta y su incorporación en la nueva Constitución Política del Estado.

Palabras clave: modelo de desarrollo, matriz económica, matriz social, socialismo y Constitución Política del Estado.

Introducción

La historia de Bolivia esta signada por una serie de acontecimientos económicos, políticos, sociales, culturales e ideológicos que han determinado una suerte de “estigmatización” a partir del calificativo de país conflictivo e ingobernable. Sin embargo, expresar que no todos los cambios producidos han sido negativos sino que ciertas transformaciones han tenido resultados favorables, pues han beneficiado a la sociedad en su conjunto y en particular a las grandes mayorías nacionales. Asimismo, manifestar que los periodos de transformación, orden, crisis, caos, convulsión y bonanza que se han dado y que se vienen dando en el país no provocan en la sociedad civil un único significado e imaginario colectivo, pues los bolivianos sienten y perciben estos periodos con distintos niveles de intensidad que provocan, en algunos casos, la fascinación y el apoyo y, en otros, el rechazo y la confrontación.

En el país prevalece una bidimensionalidad “ideológica” en torno a ideas, valores, opiniones, acciones, representaciones y significados que responden a dos líneas claramente diferenciadas: una de linea “conservadora” y la otra “revolucionaria”. Es decir, existen posiciones doctrinales, ideológicas y prácticas políticas “relativamente” antagónicas, opuestas, confrontadas, contradictorias e irreconciliables. Así, se tiene una visión de país donde debe prevalecer el “consenso y el equilibrio” y, en contraste, se tiene una posición donde se plantea que en la sociedad prevalece el conflicto, el caos y la “lucha de clases” como resultado de un sistema injusto e inequitativo. Estas subjetividades también están presentes en el análisis y la explicación de la realidad nacional, pues todo investigador como parte de un determinado contexto histórico, social y cultural no se halla al margen de posiciones teóricas, metodológicas, ideológicas y políticas. En esta perspectiva, el presente artículo que analiza la emergencia del Movimiento al Socialismo (MAS) y su desenvolvimiento en el acontecer nacional, pretende establecer un análisis “sistemático e imparcial”, al margen de criterios subjetivos de carácter valorativo en términos de aceptación o rechazo, tarea difícil pero no imposible por las propias subjetividades que prevalecen en la forma de ver la realidad actual.

Cambio de modelo de desarrollo

La revolución del 52 trató de implementar un “Capitalismo de Estado”, es decir, un patrón de acumulación a partir de la conformación de una burguesía nacional por la vía de los estímulos estatales, proceso que radicaba en el hecho de extraer el excedente económico tanto de la minería como del sector de hidrocarburos para crear una industria nacional capaz de llevar adelante un proceso de sustitución de importaciones.

El nuevo modelo de desarrollo que pretendía crear e impulsar la revolución nacional tenía el propósito de crear “una burguesía nacional” que dirija el proceso de desarrollo capitalista “antiimperialista” y que sustituya a la oligarquía minero/feudal dependiente. No obstante los incentivos estatales como ser el tipo de cambio diferencial, la reducción de impuestos y aranceles a las importaciones de bienes de capital, la asignación de “cupos” y las inversiones privadas, las acciones realizadas no fueron las esperadas, es más aún la “burguesía nacional” respondió con un proceso de “desacumulación de capital”.

En la práctica, una vez satisfechas las exigencias financieras internacionales, la política económica estatal se expresa en un debilitamiento de la economía, en una apertura de la economía al capital transnacional, el congelamiento de salarios y un débil desarrollo industrial. En este marco, se estructura un nuevo bloque de dominación clasista constituido por la burguesía agroindustrial y la minería mediana que no llevan a cabo la política de diversificación económica y que sólo se ocupa de transferir ingresos del sector minero nacionalizado hacia los sectores de hidrocarburos y agroindustriales, condicionando la emergencia de una nueva burguesía en la región oriental y a la vez posibilitando el crecimiento de la minería mediana que en los hechos sustituye la vieja oligarquía minera. Como lo señala René Zabaleta, el fracaso y las contradicciones de la revolución nacional arrancan de un falso proyecto económico. El resultado de la incapacidad de la “burguesía nacional” fue que Bolivia ingresa a un tipo de desarrollo industrial lento, de escaso efecto multiplicador e incapaz de generar un ahorro interno propio.

Las flaquezas ideológicas y prácticas de la política económica de la revolución nacional provocan, por un lado, una vertiginosa inflación monetaria, el desmedido crecimiento de las demandas salariales y sociales de todos los sectores populares y, por otro lado, una pugna interna en el MNR. Esta situación de inestabilidad ideológica también se refleja en la contradicción que se establece entre los que buscan profundizar el proceso revolucionario, los que pretenden su claudicación y los que aspiran a la construcción de una Estado Nacional bajo los moldes del desarrollo capitalista de Estado.

En 1956, la revolución toma otro rumbo.[1] En efecto, luego de triunfar en las elecciones nacionales asume la presidencia el Dr. Hernán Siles Zuazo y su primera medida fue ejecutar un “Plan Antiinflacionario” inspirado por asesores norteamericanos. Crea el Fondo de Estabilización que es dirigida y controlada por el Fondo Monetario Internacional, organismo internacional que exige la indemnización a los grandes mineros, como condición previa para conceder préstamos. El contenido de este “Plan de Estabilización” era claramente antipopular, pues se basaba en la reducción del gasto público, el congelamiento de salarios y se paralizan las medidas en favor del mejoramiento de los sistemas de salud, educación, vivienda, bonos, etc. Al respecto, Ñuflo Chávez Ortiz, al momento de su renuncia como vicepresidente de la República, señala que el “Plan Inmediato de Política Económica del Gobierno de la Revolución Nacional”, elaborado por Walter Guevara Arce y presentado  al gobierno de EEUU, tenía como objetivo robustecer el sector estatal de la economía, diversificar la producción, recuperar las actividades productivas, mantener e incrementar el empleo, trato soberano con el FMI y estímulos a la empresa privada. Sin embargo, sostiene que este documento fue vulnerado por la influencia de Jackson Eder.

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