PALACIO DE LA ESCUELA DE MEDICINA

PALACIO DE LA ESCUELA DE MEDICINA

El día 14 de septiembre de 2018, asistí al Palacio de la Escuela de Medicina, también conocido como Museo de la Medicina Mexicana, (el cual fue construido por Pedro de Arrieta durante 4 años, iniciando labores en 1736), a las 11:00 a.m.

La historia del Palacio es algo curiosa, ya que desde que se inauguró, y durante 84 años, funcionó como sede del Tribunal del Santo Oficio, cerrando en 1820. Luego de esto, pasó a subastarse, pero nadie lo compró a causa de las leyendas de la Santa Inquisición. Luego fue sede del Arzobispado de la ciudad, de la Lotería Nacional, de una escuela primaria e incluso de un cuartel militar. Para en 1854, de la mano de José Urbano Fonseca, convertirse en la Escuela de Medicina, funcionando así durante 103 años hasta 1957, cuando los estudiantes se trasladaron a la recién construida Facultad de Medicina en Ciudad Universitaria. Después, la escuela se cerró para su mantenimiento y posterior apertura el 22 de diciembre de 1980, cuando nació el Palacio de Escuela de Medicina.

Luego de dejar mi credencial a cambio de un gafete para ingresar a las instalaciones, recorrí estas mismas, entrando a todas las salas, desde la Sala de México Antiguo hasta la Sala de la Academia Nacional de Medicina, pasando por la Sala de Ceras, el Jardín Botánico, la exposición temporal A capite ad calcem, entre otras.

En uno de los momentos del recorrido, tuve que pasar al baño, uno curioso, ya que en la sala anterior para entrar al baño, se muestran bustos de doctores que han dejado su huella en la medicina mexicana y/o en la Escuela; a su vez, también se muestran muchas placas explicando diversas cosas del lugar, pero entre ellas, la más destacable para mí, es aquella que menciona al famoso poeta coahuilense Manuel Acuña, explicando que: “Desde la construcción del antiguo Palacio de la Inquisición hasta 1933, en el área que actualmente ocupa el auditorio Dr. Gustavo Baz Prada, se localizaba el Patio de los Naranjos. Al fondo de este patio estaban ubicados los dormitorios de los alumnos. La habitación número 13 era la del estudiante de medicina Manuel Acuña, prolífero poeta de la corriente romántica. Ahí, el 6 de diciembre de 1873, el autor de Nocturno a Rosario, se quitó la vida ingiriendo una dosis de cianuro”. Luego de analizar todo, y hacer mis necesidades, continué mi recorrido.

Después de leer la placa conmemorativa de Manuel Acuña, aproximadamente a la 1:00 p.m., me dirigí a la Antigua Botica o Droguería para ver que había en su interior, pero lamentablemente, estaba en remodelación, por lo que no pude ver mucho, pero lo que sí alcance a ver (como algunos de los instrumentos que iban a ser guardados en cajas, o el mueble en el que se exhibían los instrumentos), me llamó mucho la atención por la historia que contaban y por la estética que tenían, convirtiendo está sala en mi favorita personal. Y aunque como mencioné, no pude ver mucho de la Botica en el Palacio, sí pude investigar por internet los datos de esta Sala, los cuales dicen que la Botica fue fundada en 1885 por el Dr. Manuel de Esesarte en Oaxaca., siendo un ejemplo de cómo se incorporaron los nuevos elementos farmacéuticos en la segunda mitad del siglo XIX.

También supe, que entre sus utensilios destacan una balanza de precisión, morteros de distintos tamaños elaborados en cristal, porcelana, mármol y metal. Cuenta con una prensa para exprimir raíces y aparatos para hacer píldoras y fabricar comprimidos, así como un alambique de cobre; a su vez contiene frascos de cristal y porcelana con diseños hechos especialmente

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