PROYECTO DE GRADO Instituto Centro de Sistemas

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UNIVERSIDAD DE LA COSTA

COORDINACIÓN DE PRÁCTICAS UNIVERSITARIAS

INFORME DE GESTIÓN

MISIÓN DE LA EMPRESA

Somos una institución educativa dedicada a la prestación del servicio de formación por competencias laborales en programas técnicos, bachillerato para jóvenes y adultos por ciclos y educación continuada, con el propósito de suplir las necesidades de capacitación de la población y el sector empresarial a nivel regional y nacional. Garantizamos la calidad académica de nuestros servicios, con nuestros docentes y colaboradores competentes e idóneos, ambientes virtuales, infraestructura y herramientas tecnológicas, adecuadas a las necesidades.

Fomentamos la formación integral, fundamentada en comunicación de principios éticos, cultura emprendedora, empleabilidad y liderazgo innovador en el ámbito social y empresarial, contribuyendo a la transformación social y económica de la sociedad. Orientamos nuestros esfuerzos hacia el cliente, propendiendo por la excelencia en nuestros servicios, el crecimiento y sostenibilidad de la organización.

VISIÓN DE LA EMPRESA

Para el año 2024, ser una organización líder en el sector educativo, con un portafolio de servicios pertinente, con altos estándares de calidad, inclusivo, accesible a toda la población; destacándose por su alto nivel formativo, su compromiso social en la formación integral de ciudadanos competentes y emprendedores; garantizando su posicionamiento en el ámbito laboral y promoviendo alianzas con el sector productivo a nivel nacional e internacional.

1. JUSTIFICACIÓN

La pandemia afectó negativamente al Instituto Centro de Sistemas ya que se observó un crecimiento en el índice de deserción estudiantil, esto se traduce en un aumento en la cantidad de estudiantes que deciden abandonar su formación académica; lo que puede estar causado por factores económicos, de salud o personales, sumado de la poca adaptación a la virtualidad por falta de recursos necesarios para una educación virtual efectiva, lo que a su vez genera descontento y causa desmotivación en los estudiantes.

Luego de evaluar los inconvenientes anteriores, el área de Bienestar Institucional en compañía de la Coordinación Académica y Gerencia General determinaron que en el año 2021 se trabajaría la bimodalidad, lo que significa que los estudiantes tienen la posibilidad de decidir el modo en el que desean continuar sus estudios, ya sea de manera virtual o presencial, esto para fomentar la continuidad de su formación y contribuir a la disminución de la deserción.

Igualmente, por parte de Bienestar Institucional se brinda acompañamiento psicológico a toda la población estudiantil, tanto a quienes en el aula evidencian dificultades en el aprendizaje, como a los que de manera voluntaria manifiestan que situaciones personales les están obstaculizando el desarrollo de su formación. Para esto se estableció un modelo de intervención educativa con la finalidad de optimizar su proceso de aprendizaje.

Entonces, la labor de Bienestar Institucional es velar por que cada estudiante finalice con éxito su formación, además de brindar herramientas educativas que le permitan afianzar los conocimientos requeridos y prevenir que dificultades específicas (trastornos asociados al aprendizaje) repercutan en su futuro. Se continúan mejorando los procesos para los estudiantes del Instituto Centro de Sistemas hasta lograr una disminución notoria en la deserción y los eventos derivados de esta.

1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

En marzo del año 2020 se dispararon las alarmas en Colombia por la llegada y expansión de la pandemia del Coronavirus, su evolución trajo consigo la limitación de actividades de primera necesidad, tales como: desplazamientos a centros laborales, cierre de establecimientos y la suspensión de la actividad escolar presencial para aproximadamente 138 billones de niños y jóvenes en el mundo (Sánchez, 2021) lo que afectó de manera directa a las personas, las entidades públicas y privadas, y el Estado.

Uno de los sectores con mayor afectación fue el educativo que presentó dificultades a la hora de adaptarse a esta contingencia y que se ha enfrentado a través del tiempo al gran desafío de la deserción estudiantil; las instituciones educativas se vieron obligadas de manera inmediata a trabajar por medio de plataformas virtuales lo que impactó significativamente la calidad de la educación frente a los escenarios virtuales y evidenció un incremento en la cantidad de personas que deciden interrumpir sus estudios.

La deserción estudiantil es considerada como el abandono definitivo de la formación académica por parte de los estudiantes, independientemente de las condiciones y la modalidad (Páramo, 1999, citado en Montalvo et al., 2019). Ahora bien, centrándonos en la formación técnica o formación para el trabajo, Lopera (2021) resalta que para el año 2020 en este sistema se registraron 1,414,672 estudiantes, de los cuales 1.055 se encontraban matriculados en el Instituto Centro de Sistemas, hasta el mes de marzo la cifra había continuado en aumento con 3.166 estudiantes, sin embargo, a causa de la modificación repentina de modalidad, la cifra para el mes de junio ya había disminuido de manera abismal, dejando solo 1.894 estudiantes activos, es decir, más del 50% de la población desertó por múltiples razones, ese mismo año se cerró con una totalidad de 1.106 estudiantes, evidenciando que deciden  abandonar sus estudios, pues esto exige mucho más trabajo  y  acompañamiento  del  docente  para  que  realmente  se  logre  la continuidad de los estudiantes en los programas académicos respectivos y así evitar la deserción (Camacho, Montalvo, Galezo, 2019).

De acuerdo a lo anterior, es clara la afectación de esta peculiaridad en el ámbito estudiantil, debido a que los alumnos no se encontraban listos para trabajar de esa manera, por tanto no solo perjudicó a los estudiantes en la interacción cara a cara con sus docentes, amigos y compañeros de clases, sino también fue contraproducente para el aprendizaje debido a un ambiente limitado o desfavorable por la adquisición de aparatos tecnológicos y conectividad deficiente, estando  así  el  deseo  de  aprender  determinado por ello.

Ante la afirmación anterior, Hurtado (2020) añade que es importante tener en cuenta los escenarios sociales, ya que siempre existirán casos de estudiantes vulnerables que no pueden adquirir aparatos tecnológicos, ni mucho menos cuentan con conexión a internet, estando en desventaja con aquellos estudiantes que sí cuentan con  conectividad  permanente,  relacionado al  poder  adquisitivo y, por consiguiente, con  la  posibilidad  de  obtener  dichos  aparatos,  los  cuales contribuyen  al  valioso  proceso  de  enseñanza-aprendizaje virtual.

Cabe añadir también, que los docentes evidenciaron una formación escasa a la hora de ejercer una pedagogía virtual ya que mostraron dificultades en el desarrollo de las habilidades necesarias para sumergirse en el área digital y aprovechar dichas herramientas al máximo, quedándose cortos a la hora de utilizar componentes didácticos para dinamizar su clases y mantener la atención de los estudiantes, lo anterior puede estar determinado por la edad o causado por la carencia de conocimiento y manejo de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC).

A causa de la rapidez con la cual se tomaron dichas decisiones con respecto al cambio de modalidad, las instituciones educativas no tuvieron mucho espacio para evaluar estas variables, por tanto, este fenómeno estuvo en aumento. Hay que mencionar entonces los distintos factores que favorecieron el aumento de la deserción estudiantil en Colombia durante la pandemia, ya que esta tiene incidencia en las diferentes esferas del individuo.

Autores discuten sobre los factores que pueden influir en la deserción estudiantil, para Otero, algunas de las variables predominantes en esta, son los factores psicosociales y sociodemográficos del contexto familiar, recursos económicos, alguna limitación física y mental, la ausencia de disciplina y el método en el estudio (Otero, citado en Rodríguez & Sánchez, 2005). Asimismo, según Páramo y Correa existen otras variables complementarias asociadas a este fenómeno tales como: los ambientes educativos, la edad, la apatía por los programas curriculares, la adaptación social, el cambio brusco del modelo pedagógico, respecto al que tenían en el colegio, tipos de evaluación, cursos de poco interés para su ejercicio profesional, y la masificación de la educación (Páramo y Correa, 1999, p. 70). Estudios enfatizan la incidencia de algunos factores psicológicos como la inseguridad, ansiedad, falta de confianza en sí mismo, carencia afectiva, inmadurez, inhibición, agresividad, bajas expectativas, entre otros (Aparicio, 2008)

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