Padres y maestros al rescate.

PADRES Y MAESTROS AL RESCATE

El hogar es donde se debería empezar la educación del niño pues allí es donde los pequeños adquirirán bases esenciales para ir creciendo como personas. Los padres serán los encargados de asumir el rol de maestros y hacer de esta primera escuela algo agradable aplicando diferentes métodos para la educación de los niños. No se les debería enseñar solo las vocales, números o letras de canciones sino la formación del carácter. La hermana Elena G. de White en su libro Conducción del niño, en la primera sección, encontramos la importancia del hogar como una escuela preparatoria y se debe considerar un asunto de gran importancia ya que allí nuestros hijos recibirán la verdadera educación, pero debemos esforzarnos si deseamos impartir esa verdadera educación ¿cómo lograr esto? Tenemos al maestro más sabio de todos cuyo nombre es Jesús, solo basta ir hacia a Él para que nos de la sabiduría necesaria para impartir esa educación bajo los principios divinos hacia nuestros hijos y hacer de nuestro hogar la escuela más grata y placentera.

En cuanto a roles, la madre cumple uno esencial y muy importante en la educación del niño, ella será su primera maestra. Ella será quien tendrá el grato de privilegio de enseñarle y la oportunidad de moldear su carácter junto con su padre. Quizás se pregunten porqué la madre, el padre y no los maestros que se encarguen de la educación de aquellos seres exploradores con ansias de conocer el mundo. Bueno existen casos donde los neonatos son entregados a otras personas o llevados a centros infantiles con los maestros para que sean cuidados y a la vez que sean educados. Esto no debería suceder pero por las circunstancias que a veces se vive en el hogar hay que buscar otras opciones y se le quita el privilegio al niño de que aprenda con sus padres además la responsabilidad que tienen los padres con la educación de sus hijos.

Los maestros y maestras han de prepararse debidamente para educar a los pequeños. En el párrafo anterior expuse un pequeño problema que a veces se da en las familias es por ello que como maestros debemos aferrarnos a Dios y prepararnos para educar a los pequeños como si fueran nuestro hijos. No podemos lavarnos las manos como Pilato y solo brindarles conocimiento, tenemos parte en la educación inicial, somos responsables no solo ante Dios sino ante una nación entera de educar y formar un niño con un carácter equilibrado con unas costumbres básicas y el conocimiento que como maestros estamos en la obligación de enseñarles. Pedir la dirección divina para que seamos más que maestros y eduquemos junto con los padres niños de bien.

Padres y maestros hemos de unirnos y rescatar la verdadera educación. Esa educación que Dios ha dejado en su palabra y en los libros inspirados por la Sra. Helena G. de White, realizar un compromiso es nuestro paso a seguir para lograr juntos personitas que agraden al Señor, que respeten, que amen y no odien, que compartan y no sean egoístas, que tengan dominio y no que dominen a los demás.  Padres y maestros es hora de reflexionar lo que estamos realizando por la educación de nuestros hijos, padres no olviden que el hogar es la primera escuela y que ustedes son sus primeros maestros, ustedes serán su modelo a seguir; maestros a prepararnos para seguir con la educación que ellos reciben en sus hogares y no tergiversar lo que han aprendido.

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