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Padres Brillantes, Maestros Fascinantes


Enviado por   •  21 de Enero de 2014  •  2.369 Palabras (10 Páginas)  •  1.888 Visitas

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Padres brillantes, maestros fascinantes.

Lilia Virrueta Gordillo.

Vivimos en una sociedad en la que muchas veces parece que hemos perdido la batalla por la educación, que no es sólo lo que muchos piensan que equivale a modales, sino a fórmulas de ciudadanía, de tolerancia, de entendimiento, de armonía para con los demás y los que nos rodean. Padres brillantes, maestros fascinantes nos presenta las tremendas dificultades a las que nos enfrentamos quienes tenemos la bonita tarea de educar, y cómo hoy en día no basta con ser un buen padre o un buen maestro: hay que ser brillante, y fascinante.

De la mano de esta premisa, Augusto Cury nos presenta sus principios básicos para llegar a convertirnos en esos padres o maestros que dejan verdadera huella en sus hijos y alumnos. Esos que van mucho más allá de lo que se hace actualmente, utilizando principalmente las armas de la creatividad, la emoción y la afectividad. No es una lista larga ni técnica, pero son las llaves maestras que pueden llevar a abrir el corazón de cualquier niño o joven.

De esta forma se da un pequeño bosquejo de lo que es el libro, este muestra lo importante del rol que debe tener tanto los padres como los profesores en su quehacer diario, y formar esos niños y niñas que se quieren para un futuro sana y prospero.

Buenos padres dan buenos obsequios, padres brillantes dan su propio ser, este hábito de los padres brillantes contribuye a desarrollar en sus hijos la autoestima, protección de emoción, capacidad para manejar pérdidas y frustraciones, filtrar estímulos estresantes, dialogar, escuchar. Los padres buenos atienden, dentro de sus condiciones, los deseos de sus hijos. Los padres brillantes dan algo incomparablemente más valioso a sus hijos, algo que todo el dinero del mundo no puede comprar: su propio ser, su vida, sus experiencias, sus lágrimas, su tiempo.

Los padres que viven en función de dar presentes a sus hijos, son evocados por ratos. Los padres que se preocupan en comunicar su historia a los hijos, se convierten en inolvidables. Muchos padres trabajan para darles el mundo a sus hijos, pero se olvidan de abrirles e ellos el libro de su propia vida. Lamentablemente, sus hijos sólo van a admirarlos el día en que ellos mueran.

Los buenos padres nutren el cuerpo, los padres brillantes nutren la personalidad. Este hábito de los padres brillantes contribuye a desenvolver reflexión, libertad controlada, valor, optimismo, superación del medio, prevención de conflictos. Los buenos padres cuidan de la nutrición física de sus hijos, los estimula a tener buena dieta, con alimentos sanos, tiernos y frescos. Los padres brillantes van más allá, saben que la personalidad necesita excelente nutrición psíquica, se preocupan por los alimentos que enriquecen la inteligencia y la emoción. Debido a que la sociedad se convirtió en una fábrica de estrés, no hay control sobre el proceso de formación de la personalidad de nuestros hijos. Antiguamente una familia estructurada era garantía de que los hijos desarrollarían una personalidad saludable. Hoy, los buenos padres están produciendo hijos ansiosos, alienados, autoritarios, angustiados, que atraviesan graves conflictos. Los padres brillantes preparan a sus hijos para que sobrevivan en las turbulentas aguas de la emoción y desarrollen capacidad crítica.

Los padres buenos corrigen los errores, los padres brillantes enseñan a pensar. Este hábito de los padres brillantes contribuye a desenvolver conciencia crítica, pensar antes de reaccionar, fidelidad, honestidad, capacidad de averiguar, responsabilidad social. Los buenos padres corrigen errores, los padres brillantes enseñan a los hijos a pensar. Entre corregir errores y enseñar a pensar, existen más misterios de lo que imagina nuestra psicología. Haga que sus hijos reflexionen. Los viejos regaños y los conocidos sermones definitivamente no funcionan, sino que desgastan la relación.

Cuando usted abre la boca para repetir las mismas cosas, inconscientemente estimula la aparición de determinados archivos de la memoria que contienen viejas críticas y como sus hijos ya saben todo lo que usted va a decir, se armarán, se defenderán y lo que usted diga, no les penetrará, no les generará un momento educacional. No insista en repetir las mismas cosas por los mismos errores, para las mismas terquedades porque los hijos continúan repitiendo las mismas faltas. Los mismos errores merecen actitudes nuevas.

Los buenos padres preparan a los hijos para los aplausos los padres brillantes los preparan para enfrentar los fracasos Este hábito de los padres brillantes contribuye a desarrollar motivación, osadía, paciencia, determinación, capacidad de superación, creatividad y aprovechar oportunidades. Los buenos padres preparan a sus hijos para recibir aplausos, los padres brillantes los preparan para enfrentar sus derrotas. Los buenos padres educan la inteligencia lógica de los hijos, los padres brillantes educan sus sensibilidades.

Estimulen a sus hijos a tener metas, a procurar el éxito en los estudios, en el trabajo, en las relaciones sociales y llévelos a no tenerle miedo a los fracasos. Muchos no consiguen sobresalir en su trabajo, porque se rindieron frente a los primeros obstáculos. Otros no vencieron porque no tuvieron paciencia para soportar una negativa, porque no tuvieron osadía para enfrentar algunas críticas, ni humildad para reconocer sus faltas. La perseverancia es tan importante como la habilidad intelectual. Vencer no es siempre acertar.

Los buenos padres conversan acerca del mundo en que están, los padres brillantes dialogan como amigos sobre el mundo que son Este hábito de los padres brillantes contribuye a desenvolver solidaridad, compañerismo, placer de vivir, inteligencia interpersonal. Debemos comprender que la mejor forma de desarrollar un quinto hábito, es dialogar. Los buenos padres conversan, los padres brillantes dialogan. Entre conversar y dialogar hay una gran diferencia. Conversar es hablar sobre el mundo que nos rodea, dialogar es hablar sobre el mundo que somos. Dialogar es contar experiencias, es sacar lo que está oculto en el corazón, es penetrar la cortina de los comportamientos, es desarrollar la inteligencia interpersonal.

Más de la mitad de los padres nunca tienen el valor de dialogar con sus hijos sobre sus temores, pérdidas, frustraciones. La mayoría de los educadores no consiguen atravesar la cortina de los comportamientos. No es posible que muchos padres e hijos viviendo en el mismo techo, permanezcan aislados, dicen que se aman pero gastan poca energía en cultivar el amor.

Cuidan de las paredes cerradas, los problemas del auto, pero no cuidan los cierres de la emoción y los problemas de relación.

Los padres buenos dan información, los padres brillantes son contadores de historias Este hábito de los padres brillantes contribuye a desarrollar creatividad, inventiva, perspicacia, raciocinio esquemático, capacidad para encontrar soluciones en situaciones difíciles. Los padres buenos son una enciclopedia de informaciones. Los padres brillantes son agradables contadores de historias, son creativos, perspicaces, capaces de extraer de las cosas más simples, bellísimas lecciones de vida. Apenas tenga el hábito de dialogar, cuente historias, cautiven a sus hijos por su inteligencia y afectividad y no por autoridad, dinero o poder.

Conviértanse en personas agradables e influencien en el ambiente donde los hijos están. La imagen que los amigos de sus hijos tengan de ustedes, es el termómetro que indica si son agradables, indiferentes o insoportables. Si ellos se complacen en acercárseles, ustedes aprobarán el examen, si los evitan fueron reprobados y tendrán que revisar sus actitudes. Los padres que son contadores de historias, no tienen vergüenza de usar sus errores y dificultades para ayudar a sus hijos a meterse dentro de sí mismos y encontrar sus caminos.

Los buenos padres les dan oportunidades a sus hijos, los padres brillantes nunca desisten de ellos Este hábito de los padres brillantes contribuye a desarrollar aprecio por la vida, esperanza, perseverancia, motivación, determinación y capacidad de debatir, de superar obstáculos y de vencer fracasos. Los buenos padres son tolerantes con algunos errores de sus hijos. Los padres brillantes jamás desisten de ellos, aunque los decepcionen, cometan errores, no les agradezcan y pasen por los senderos de los trastornos emocionales.

El mundo puede no creer en nuestros hijos, puede suponer que no lograrán nada en la vida, pero si somos padres brillantes podremos creer en ellos, procurar distinguir lo que ninguno ve. Los padres brillantes son sembradores de ideas y no controladores de sus hijos. Siembran en el solar de sus inteligencias y esperan que un día germinen sus semillas. Durante la espera puede haber desolación, pero si las semillas son buenas, un día germinarán. Aunque los hijos desprecien su futuro, algún día retornarán. Un ejemplo magnífico para ser seguido, es la Parábola del Hijo Pródigo.

Por consiguiente también los maestros deben de ser fascinantes a continuación se presenta porque Los buenos maestros son elocuentes, los maestros fascinantes conocen el funcionamiento de la mente.

Esta habilidad de los maestros fascinantes contribuye a desarrollar en los alumnos la capacidad para gestionar los pensamientos, administrar las emociones, trabajar pérdidas o frustraciones, o superar conflictos. Los buenos maestros tienen una cultura académica satisfactoria y transmiten con seguridad y elocuencia las informaciones en el aula. Los maestros fascinantes sobrepasan esta meta. Intentan conocer el funcionamiento de la mente de los alumnos para educar mejor. Para ellos cada alumno no es un número más en el aula, sino un ser humano complejo, con necesidades peculiares. Los maestros fascinantes transforman la información en conocimiento y el conocimiento en experiencia

Los buenos maestros poseen metodología, los maestros fascinantes tienen sensibilidad. Esta habilidad de los maestros fascinantes contribuye a desarrollar la autoestima, la estabilidad, la tranquilidad, la capacidad de contemplación del la belleza, de perdonar, de hacer amigos y de socializar.

Los buenos maestros hablan con la voz, los maestros fascinantes con los ojos. Los buenos maestros son didácticos, los maestros fascinantes van más allá. Poseen sensibilidad para hablar al corazón de los alumnos. Un maestro fascinante es capaz de hacer viajar a sus alumnos sin salir del lugar. Un maestro fascinante no deja que la agresividad y las actitudes impensables de sus alumnos le roben la tranquilidad. Entiende que los débiles excluyen, los fuertes acogen, los débiles condenan, los fuertes comprenden

Los buenos maestros educan la inteligencia lógica, los maestros fascinantes educan la emoción. Esta destreza de los maestros fascinantes contribuye a desarrollar la seguridad, la tolerancia, la solidaridad, la perseverancia, la protección contra los estímulos estresantes y la inteligencia emocional e interpersonal. Los buenos maestros enseñan a sus alumnos a explorar el mundo que están, del inmenso espacio en el pequeño átomo. Los maestros fascinantes enseñan a sus alumnos a explorar el mundo que son, su propio ser. Y que es educar al emocionalidad? Es estimular al alumno a pensar antes de reaccionar, a no tener miedo al miedo, a ser líder de sí mismo, autor de su historia, a saber filtrar los estímulos estresantes ya trabajar no sólo con hechos lógicos y problemas concretos, sino también con las contradicciones de la vida

Los buenos maestros usan la memoria como almacén de datos. Los maestros fascinantes la usan como fundamento del arte de pensar. Este hábito de los maestros fascinantes contribuye a desarrollar el pensar antes de reaccionar, exponer y no imponer las ideas, la conciencia crítica, la capacidad de debatir, de cuestionar, de trabajar en equipo. Los maestros fascinantes usan la memoria como soporte de la creatividad. Los buenos maestros cumplen el programa del curso, los maestros fascinantes también lo hacen, pero su objetivo fundamental es enseñar a los alumnos a ser pensadores y no repetidores de información.

La memoria humana es una fuente de información y experiencias para que cada uno de nosotros produzca un fantástico mundo de ideas. Las pruebas escolares que estimulan a los alumnos a repetir datos, además de poco útiles, son frecuentemente perjudiciales, pues acartonado la inteligencia. Multiplicamos los conocimientos pero no los hombres que piensan. Los maestros fascinantes forman pensadores que son autores de su historia

Los buenos maestros son temporales, los maestros fascinantes son inolvidables. Esta habilidad de los maestros fascinantes contribuye a desarrollar la sabiduría, la sensibilidad, la afectividad, la serenidad, el amor por la vida, la capacidad de hablar al corazón y de influir en los persones. Un buen maestro está presente durante el tiempo que dura la escuela. Un maestro fascinante es un maestro inolvidable. Un buen maestro está cerca de los alumnos, un maestro fascinante es buscado por ellos. Un buen maestro es preocupa por las notas de sus alumnos, un maestro fascinante es preocupa por las notas y para transformarlos en arquitectos de ideas

Los buenos maestros corrigen comportamientos, los maestros fascinantes resuelven conflictos en el aula. Este hábito de los maestros fascinantes contribuye a desarrollar la superación de la ansiedad, la resolución de crisis interpersonales, la socialización, la protección emocional y la recuperación del liderazgo del yo en los momentos de tensión. Ante cualquier fricción, ofensa o crisis entre los alumnos o de los alumnos con el maestro, la mejor respuesta es no dar ninguna respuesta inmediata. En los primeros treinta según que estamos tensos, cometemos los peores errores, las peores atrocidades, En el calor de la tensión respira profundamente y no des una lección de moral a quien ha sido agresivo. Esto se hace desde la Edad de Piedra y no es eficaz, no genera un momento educativo, pues la emocionalidad de el agresor esta tensa y su inteligencia obstruida. ¿Qué hacer? Cautiva a tu clase con gestos inesperados. Sorprende a tus alumnos. Así resolverás conflictos en el aula. ¿Cómo? Llevándolos a pensar, a zambullirse dentro si, a confrontarse consigo mismos.

Los buenos maestros educan para una profesión, los maestros fascinantes educan para la vida. Esta habilidad de los maestros fascinantes contribuye a desarrollar la solidaridad, la superación de conflictos psíquicos y sociales, el espíritu emprendedor, la capacidad de perdonar, de filtrar estímulos estresantes, de escoger, de cuestionar y de establecer meta,

Los maestros fascinantes son profesionales revolucionarios. Cambian paradigmas, transforman sin armas el destino de un pueblo y de un sistema social sólo preparando a sus alumnos para la vida por medio del des desarrollo de sus ideas. Los maestros fascinantes preparan a sus alumnos para que exploren lo desconocido, porque no tengan miedo a equivocarse, sino miedo a no intentarlo. Enseñan a conquistar experiencias originales a través de la observación de pequeños cambios. Los maestros fascinantes enseñan a ser flexibles en el trabajo y en la vida, pues lo único que no cambia de idea es quien no es capaz de crearla.

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