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Patología General de la Evaluación Edcativa M. A. Santos Guerra.


Enviado por   •  14 de Marzo de 2016  •  Ensayos  •  1.710 Palabras (7 Páginas)  •  610 Visitas

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ESCUELA NORMAL DE ESTUDIOS SUPERIORES DEL MAGISTERIO POTOSINO

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“PATOLOGÍA GENERAL DE LA EVALUACIÓN EDUCATIVA”

Ensayo

Curso: Evaluación para el aprendizaje

L. E. P. 4° “C”

Catedrático. Humberto Hernández Olvera

PRESENTA:

Corona Flores Aidé Yesenia

Guevara Herrera Marivy

Ramírez Tovías Cecilia Gabriela

Daniel Clemente Renovato Saucedo

Salazar Morales Juan Jesús

San Luis Potosí, S.L.P. marzo del 2016

El autor Miguel Ángel Santos Guerra plantea los problemas que entrañan los procesos de evaluación educativa en los diversos niveles y desde diversas perspectivas. Analiza diversas disfunciones y desenfoques de la evaluación escolar, además de la desvirtuación de la práctica y del significado.

Lo llama Patología porque implica en medicina el estudio de trastornos anatómicos y fisiológicos de los tejidos y órganos enfermos, así como síntomas y signos por los cuales se manifiestan las enfermedades y las causas que las produzcan. En consideración personal, la patología de la educación son los síntomas, signos y causas de que la evaluación no sea adecuada, de tal modo que Santos Guerra presenta algunas consideraciones para que este proceso no sea inadecuado.

El propósito del presente ensayo es dar a conocer los puntos propuestos por el autor Santos Guerra en su Patología de la evaluación, a fin de que el lector considere (si es así) mejorar la práctica, y en caso de que considere que ya es correcta la forma de evaluar se contraste con lo que se muestra a continuación.

En el proceso educativo hay una serie de situaciones que han hecho compleja la práctica y trabajo docente, desde perspectivas ideológica, política, ética, didáctica, técnica. Adentrándonos en el proceso de la evaluación diremos que no se queda atrás, hay una serie de dificultades que se han presentado a lo largo del tiempo desde que se comenzó con el proceso de evaluación.

Miguel Ángel Santos Guerra en 1985, dio a conocer su obra Patología de la Evaluación Educativa, donde expresó 22 puntos en los que hace mención del cómo se debe evaluar para que sea sistemático, objetivo, e imparcial, evitando caer en prejuicios.

Se habla de una patología general porque se interesa más el estudio global. La evaluación puede ser manejada para servir intereses del evaluador, cosa que no debiera ser así.

Es importante reconocer que el alumno es el centro del aprendizaje e incluso se expresa en el primer principio pedagógico  del Plan de Estudios de Educación Básica. Sin embargo, de acuerdo a como se había presentado el proceso de evaluación, siempre se le dan resultados que no se pueden refutar, es común escuchar decir: “Yo soy el maestro y yo te puse tal calificación” evitando que el estudiante pueda apelar a tal acto.

En la actualidad se exige que no se evalúe únicamente el resultado del proceso educativo, sino que también se tome en cuenta la forma en que se llega a ese producto, en palabras de Santos Guerra, “No sólo importa qué es lo que se ha conseguido, sino el cómo, a qué precio, con qué ritmo, medios, esfuerzos, a qué costa, para qué fines...”

Es injusto, por poner un ejemplo, que el que nunca estudia obtenga mejor promedio que el que ha estado atento en clase por el hecho de copiar tal vez, por ello es que se deben tomar en cuenta las competencias que se desarrollan a lo largo de la unidad, semestre o ciclo escolar.

Otro de los puntos manejados por el autor en su obra es la evaluación de resultados directos y observables. Los primeros son referidos a lo que se exige que se adquiera de conocimiento y aprendizaje, es decir, solo lo que se pretende que se enseña es lo que como maestro se ha de evaluar, sin embargo esto conlleva en variadas ocasiones a que los estudiantes pierdan el gusto por el estudio porque no aprenden lo que quieren. Los segundos tienen su importancia en los instrumentos de evaluación. Siempre se utilizan técnicas evaluativas para medir la capacidad del estudiante y remitidos a que el número es la cuantificación de lo que el discente sabe, se esforzó o dejó de hacer; no analizamos que muchas cosas de lo que aprende el alumno no viene en el curriculum.

Siempre se ha sabido que se ha evaluado negativamente, no refiriéndose a la reprobación, sino a que cuando se evalúa algo y no es correcto se debe hacer motivación para que tales actos no se repitan, sin embargo se ha evaluado a lo largo del tiempo de manera en que se utilicen expresiones como “no sabes”, “así no es”, “estás mal”, por mencionar algunas.

Un punto que destaca Santos Guerra y que es mucho más aplicable en la sociedad de clase baja, o en algunas comunidades rurales marginadas es la evaluación fuera de contexto. Se exige y se entregan formas de evaluar desde con los superiores, sin embargo no se analiza el trasfondo del porqué tal vez los alumnos reprueban y no siempre es culpa del maestro titular, en algunos casos el estudiante no desayuna, o sólo come una o dos veces al día por el índice de escasez, motivos por los que los estudiantes no rinden. De acuerdo con el articulo natursan “Tanto durante la infancia como en la adolescencia, los niños y jóvenes se encuentran en un continuo crecimiento tanto físico como intelectual. De ahí que sea vital el seguimiento de una alimentación sana y equilibrada, como forma de aportar a su organismo todos y cada uno de los nutrientes esenciales que tanto necesitan para su crecimiento y desarrollo. En el caso del desayuno, nos encontramos ante una comida vital porque, después de 8 horas de ayuno, el pequeño aporta a su organismo alimentos que se transformarán en energía, y que utilizarán a lo largo de la mañana en la escuela o en el instituto. Debemos prestar una atención especial a que el desayuno sea lo más equilibrado y variado posible, destacando sobre todo los lácteos, cereales, frutas o zumo, y grasas saludables.” (Chistian Pérez).

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