Pensamiento Crítico aplicado a los medios de comunicación en México
Miguel Ángel NúñezEnsayo6 de Mayo de 2016
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M Á N P
Ensayo:
Pensamientos escéptico y crítico aplicado a los medios de comunicación en México
Índice
Introducción………………………………………………………..2
El poder en la era de la información………………………........3
Dónde surge la opinión pública……………………………........5
Pensamientos escéptico y crítico……………………………….7
Conclusión…………………………………………………….....11
Referencia bibliográficas………………………………………..14
Introducción
Hoy en día, vivimos en una era donde la información es predominante. Aquellos que tienen información y los medios para comunicarla tienen prácticamente poder ilimitado. Las masas oyen lo que dicen los noticieros en la radio, la televisión, los periódicos, blogs electrónicos, etc. Y suelen creer todo lo que oyen y leen; cuando se platica con las personas y éstas comentan algún absurdo, su mayor argumento de veracidad es: “porque salió en la tele” como si el hecho de salir en un programa televisivo fuese el máximo sello de autenticidad.
Los políticos y empresarios son conscientes de esta debilidad social, pueden usar (de hecho lo hacen) los medios de comunicación para transmitir un mensaje deforme, oscuro e incluso totalmente contrario a la realidad; con el fin de manipular a las masas, de convencerlas sobre asuntos contrarios a los intereses de éstas. Los medios de comunicación son una gran fuente de información (que no siempre es conocimiento), pero su lado negativo es que también pueden estar ocultando o restando importancia a información relevante, pueden estar comprados o coaccionados, y en este caso servirían para oprimir nuestras libertades; por eso, lo que se argumentará en este ensayo es que: la aplicación de los pensamientos escéptico y crítico hacía los medios de comunicación es de vital importancia para el buen desarrollo de la sociedad y la protección de las libertades.
Los pensamientos escéptico y crítico tienen por función ser peligrosos. Desafían a las élites e instituciones, instan a las personas a pensar por sí mismas, a contrastar ideas, a hacer preguntas importantes. Un gobierno democrático con un pueblo pasivo y acrítico, es un gobierno flojo e ineficiente; pero un gobierno con ciudadanos que le critican, lo vigilan y le exigen es un gobierno que trabaja para el pueblo. Solamente una nación pensante puede ser verdaderamente libre.
El poder en la sociedad de la información
«El dinero fue el motor de la sociedad industrial. Pero en la sociedad de la información, el propulsor, el poder, es el conocimiento y la capacidad de transmitirlo”
- John Kenneth Galbraith
A través de la historia, y de formas muy distintas y hasta contradictorias, el ser humano ha adquirido diversas capacidades para controlar la vida propia y la de otros.
En las épocas primitivas el más fuerte y rápido tenía el poder de controlar la existencia propia, así como también la del resto del grupo. A medida que se desarrolló la civilización y la mayoría se hizo monoteísta, algunos argumentaron que dios les brindo potestad y poder para gobernar al pueblo; así surgieron los reyes, quienes mandaban con autoridad incuestionable y cuyo poder se volvió hereditario. Luego llegamos a la Era industrial, donde el poder ya no era de origen divino; ni tampoco lo poseían los fisiológicamente más fuertes, sino que era asociado a los poseedores del capital: Los que tenían acceso a los recursos dominaban la industria y por lo tanto a la sociedad. (Robbins, 2001)
Hoy en día ya no es así, aunque claro: Es mejor ser fuerte y con mucho capital que no serlo. Sin embargo, la globalización junto con la ciencia y la tecnología, han cambiado la fuente del poder: ahora la encontramos en el saber, en el conocimiento; y una de las maneras de distribuirlo es a través de los medios de comunicación.
En la época actual, existe un flujo masivo de información: las nuevas ideas, los movimientos, las noticias están cambiando el mundo a diario. La información cae sobre nosotros a través de libros, periódicos, revistas, internet, la radio, la televisión, etc. En esta sociedad, los que poseen “información” (ya explicaré más adelante las comillas) y los medios para comunicarla tienen prácticamente lo que los reyes en la edad media: Poder casi ilimitado.
Es aquí donde surge un problema. Ya que dependemos tanto de los medios de comunicación para estar informados y así formarnos nuestras opiniones; o para tomar decisiones; o para estar al corriente de los acontecimientos; o buscar asesoría o lo que sea; los medios de comunicación consiguen ser una espada de doble filo. La opinión pública puede no serlo; nuestras opiniones pueden no ser realmente “nuestras”; o nuestro “conocimiento” puede que realmente no sea conocimiento; sino engaños, camelos o medias verdades. Nuestra dependencia dogmática de estos medios puede resultar ser nuestra debilidad como sociedad.
Donde surge la opinión pública.
Una característica básica de los gobiernos democráticos es esta: El pueblo es quien manda ¿De qué manera? Se supone que nuestros gobernantes son sensibles a la opinión de la ciudadanía, y que en base a dicha opinión toman sus decisiones. Pero cabe preguntarse si la opinión pública es realmente del público; Giovanni Sartori afirma que, cuando el pueblo ejerce un influjo, es porque también está influido. Antes de que quiera algo, frecuentemente se hace que lo quiera. (1995) ¿Quiénes influyen en el pueblo? Los medios de comunicación son sin duda, la forma más efectiva de hacerlo. Ahora bien, conviene saber si los medios son objetivos e imparciales, para saberlo basta preguntarse si tienen algún estímulo para serlo; o por el contrario para no serlo.
Otra característica elemental de una democracia- volviendo con Dhal- es la diversidad de fuentes de información. A pesar de que en México existen varias televisoras y radiofrecuencias, el 95% de la transmisión televisiva lo tienen Televisa y Tv Azteca; y el 90% de frecuencias radiales pertenecen a tan solo 13 familias. Siendo así, estas concesiones tienen el monopolio de la información, y por lo tanto de los “hechos” que llegan a todos los rincones del país. Además, las televisoras pertenecen a empresarios que están correlacionados con fuerzas políticas. Los legisladores y el duopolio televisivo tienen una relación simbiótica, que ellos pueden tachar de círculo virtuoso, en la que las televisoras cuidan la imagen de los gobernantes, mientras éstos les corresponden con subsidios y el control total de las concesiones; no permitiendo la libre competencia en este ramo y otorgando ganancias muy jugosas a las televisoras, por ejemplo: En el 2009, el presupuesto federal para publicidad ascendió a 44 900 millones de pesos, de los cuales el 90% fue a parar a Televisa y Tv Azteca.
Siendo así, las televisoras que tienen el monopolio de la información difícilmente van a permitir que se oiga la voz de sus detractores. Es por eso que cuartea la libertad de expresión, otra característica elemental de las democracias. Un excelente ejemplo de lo hablado hasta ahora, es la polémica “Ley Televisa” en la que se pretendía ceder, libre de todo cargo, el espectro digital de frecuencias al dúo televisivo y a Telmex. Dicho de otro modo, la intención era regalar un bien público; condenando al olvido a las televisoras locales y eliminando prácticamente la creación de una tercera televisora, que resulta indispensable.
Esto es como un sistema de pesos y contrapesos, si Televisa y Tv Azteca no tienen opositores fuertes, pueden estar manipulando las noticias, u ocultando información que dañe a sus legisladores protectores. Con un tercer medio la situación podría cambiar ya que sería como un sistema de libre mercado: cada televisora vigilaría a las otras; pendiente de los errores o mentiras que puedan cometer para después usarlas en su contra. Así, además de vigilar a sus contrincantes, cada empresa tendría que asegurarse la veracidad de sus noticias.
Pero mientras eso no ocurra, estamos a la intemperie. Ya hemos visto que los medios de comunicación masiva (nacionales) tienen incentivos para ser parciales y totalmente subjetivos, no podemos depender enteramente de ellos; no debemos creerles todo.
Pensamientos escéptico y crítico.
«Si una nación espera ser ignorante y libre en un estado de civilización, espera lo que nunca fue y lo que nunca será.»- Stuart Mill, sobre la libertad.
Ya se ha visto que estamos en una era donde la información es predominante; los medios de comunicación son la máxima fuente de poder: son formadores del pensamiento social, las masas dependen de las transmisiones para estar informadas, para tomar decisiones, para formarse sus opiniones. También se ha hablado del peligro latente de creer todo lo que nos dicen los medios, así pues ¿Cómo saber si nos están engañando? Ser escépticos y pensar críticamente es la única manera de mantener la guardia en alto.
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