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Perspectivas teóricas de la participación


Enviado por   •  23 de Abril de 2013  •  1.743 Palabras (7 Páginas)  •  312 Visitas

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Perspectivas teóricas de la participación

Participación y ciudadanía

Las perspectivas teóricas que plantea la participación a través de la experiencia del PP son sumamente alentadoras. La ampliación de la democracia representativa, donde el ciudadano es objeto de la política, hacia una democracia participativa, en la cual el ciudadano se convierte en sujeto activo de la política, implica una profunda resignificación del rol del Estado y del ciudadano, y sobre todo de la relación entre ambos.

En oposición al ciudadano apático, desencantado de la política y de las instituciones representativas, desinformado, individualista, objeto pasivo de la política, en definitiva, del tipo de ciudadano alentado por (y funcional a) la perspectiva neoliberal, la participación fomenta una ciudadanía de mejor calidad, que exige del sujeto un rol activo y solidario, generando conciencia sobre su entorno y sus posibilidades reales de transformación y, más importante aún, brindando la posibilidad al ciudadano de tener un acceso más democrático a la información.

Este es un punto crucial. En un contexto en el que se registra una marcada concentración de los medios de comunicación, donde las decisiones informativas son, en la inmensa mayoría de los casos, coherentes con el modelo de acumulación hegemónico durante las últimas décadas, la manipulación de la opinión pública por parte de estos conglomerados contribuye a disminuir aún más la calidad de las democracias latinoamericanas.

El PP es un elemento que promueve y estimula la creación de una opinión pública independiente. La participación a través del PP genera un espacio público no estatal que limita las estructuras clientelistas y permite el control del Estado por parte del ciudadano, cuya participación ya no se limita al voto cada cuatro años, sino que se realiza continuamente.

La participación contribuye también a rearticular el tejido social, desintegrado luego de varias décadas de exclusión neoliberal, mediante la confluencia de los ciudadanos en un espacio de debate y discusión, generando nuevos y novedosos lazos sociales entre ellos.

Participación y Estado

Hasta aquí hemos prestado particular atención al papel ciudadano en la participación, sin embargo nuestro análisis sería estéril si no tuviésemos en cuenta cuál debería ser el rol del Estado en este proceso.

En este sentido, la promoción es el concepto central a tener en cuenta. El Estado debe incentivar a la participación. Ningún proyecto de socialización de poder por parte del Estado puede llegar a buen puerto sin una participación activa por parte del mismo. Esto significa que el Estado debe asumir un compromiso serio de delegación decisoria, lo cual no significa que deba dirigir el proceso participativo, sino coordinarlo y darle sentido.

Por otra parte, corresponde al Estado la tarea de descentralizar, de efectivamente ceder poder de decisión y en este sentido existen dos caminos de descentralización que se corresponden con dos ideologías claramente diferenciadas. El primer camino consiste en delegar en instancias administrativas de menor jerarquía. El segundo camino, hasta ahora poco transitado, consiste en descentralizar el poder, no en instituciones estatales inferiores, sino en la misma sociedad, es decir socializar el poder. Por lo general son la izquierda y el progresismo quienes suelen llevar a cabo este tipo de proyectos, correspondiéndose con una visión socialdemócrata.

Ciudadanía y Estado

El PP implica compromisos tanto por parte del ciudadano como por parte del Estado. Por parte del ciudadano, porque se requiere de él una fuerte voluntad de participar seriamente en la elaboración de las prioridades del presupuesto. Por parte del Estado, porque es éste el que en definitiva ejecuta las decisiones emanadas de la ciudadanía a través del PP. La relación entre ambos es simbiótica. Lo novedoso en esta nueva forma de relación es el control directo del ciudadano en la ejecución de sus mandatos.

De esta manera se democratiza la relación entre el ciudadano común y el Estado resignificando lo que se entiende habitualmente como "cosa pública", no ya entendida como un área de influencia exclusivamente estatal, sino como un lugar de encuentro entre ambos en donde el poder de decisión está en manos del ciudadano. El PP es una apuesta fuerte a la horizontalidad que trunca la lógica verticalista de la perspectiva neoliberal.

Posibilidades prácticas de la participación

La experiencia de Porto Alegre

La aplicación del Presupuesto Participativo en Porto Alegre, en el año 1989, responde a un proyecto de partido de larga data, a saber, la promesa del Partido de los Trabajadores (en adelante PT) de llevarlo a cabo en cuanto llegasen al poder y con la clara intención de aprovechar todas sus potencialidades.

Está claro que surgieron dificultades en la aplicación del PP, sería ingenuo esperar que llevar adelante una experiencia novedosa por primera vez sea un camino fácil. Pero el PT tenía (y tiene) un profundo compromiso con este proyecto que ha hecho que a pesar de las dificultades no lo descartara y saldara cuestiones de fondo, como la coherencia ideológica, que lo han puesto en una posición ventajosa para llevar a cabo exitosamente esta propuesta. Cabe preguntarse que sucederá con el PP en Porto Alegre luego de que el PT ha perdido este histórico municipio en las elecciones de 2004, sin embargo especular sobre ello no es la intención de este trabajo.

La

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