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Perspectivas Teoricas

pacoma1526 de Noviembre de 2013

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INDICE

I. PERSPECTIVAS TEORICAS DE LA FORMACION DOCENTE

INTRODUCCION………………………………………………………………………….3

1.1 LA TAREA DE FORMARSE: ADQUIRIR, PROBARSE, COMPRENDER..……4

1.2 LA FORMACION INICIAL DEL PROFESORADO: EL PRIMER PASO HACIA LA CULTURA PROFESIONAL…………………………………………………..….7

1.3 LA FORMACION PERMANENTE Y EL DESARROLLO PROFESIONAL DEL PROFESORADO……………………………………………………………………10

1.4 MODELOS DE FORMACION PERMANENTE DEL PROFESORADO……….12

1.4.1. EL MODELO DE INFORMACION ORIENTADA INDIVIDUALMENTE……

1.42. EL MODELO DE OBSERVACION Y EVALUACION

1.43 EL MODELO DE DESARROLLO Y MEJORA

1.4.4. EL MODELO DE ENTRENAMIENTO O INSTITUCIONAL

1.4.5 EL MODELO DE INVESTIGACION O INDAGATIVO

BIBLIOGRAFIA……………………………………………………………………..……19

INTRODUCCION

Los docentes son uno de los factores más importantes del proceso Educativo. Por ello, su calidad profesional, desempeño laboral, compromiso con los resultados son algunas de las preocupaciones centrales del debate educativo que se orienta a la exploración de algunas claves para lograr que la educación responda

a las demandas de la sociedad actual en armonía con las expectativas de las comunidades, las familias y los estudiantes.

El desempeño docente, a su vez, depende de múltiples factores, sin embargo, en la actualidad hay consenso acerca de que la formación inicial y permanente de docentes es un componente de calidad de primer orden del sistema educativo. No es posible hablar de mejora de la educación sin atender el desarrollo profesional de los maestros. La formación inicial de los docentes sigue siendo uno de los factores críticos al momento de analizar la relación entre calidad de la educación y desempeño profesional de los maestros.

La mayoría de reformas educativas de los países latinoamericanos han optado por focalizar sus esfuerzos en la “capacitación” de maestros, en ocasiones fuera de un contexto de políticas, estrategias y programas de formación permanente. Los recursos invertidos no han mostrado coherencia con la mejora de los resultados de aprendizaje de los estudiantes y ni con cambios en la gestión de las escuelas.

.A partir de este proceso algunos cambios se han generado, entre ellos destaca la tendencia a desplazar la formación docente hacia el nivel superior, el esfuerzo por incluir la función de capacitación junto a la de formación inicial en los institutos de formación docente ya existente, el fortalecimiento de la práctica docente, el establecimiento de mecanismos de certificación y habilitación.

Sin embargo, estas reformas o no han logrado sostenerse en el tiempo o no siempre han sido capaces de convertirse en sistemas Innovadores para la formación de los profesionales. De hecho, a pesar de esos intentos de cambio, la práctica de la formación ha continuado atrapada en modelos tradicionales de enseñanza y aprendizaje. Los centros de formación docente continúan reproduciendo la cultura escolar tradicional, mientras los estudiantes para educadores llegan con trayectorias escolares igualmente tradicionales. “La actual formación inicial, en general, refleja los mismos problemas de la educación tradicional, refuerza el rol pasivo de los docentes y contribuye a sostener los sistemas educativos Jerárquicos y cerrados”.

1.1. LA TAREA DE FORMARSE: ADQUIRIR, PROBARSE, COMPRENDER

La formación del profesorado ha sido y sigue siendo un tema de constante actualidad y preocupación desde diferentes esferas de actividad, ya sean los propios profesionales que demandan una actualización de conocimientos y una puesta al día sobre los nuevos cometidos a desarrollar en el marco de una sociedad en constante evolución, como desde las autoridades académicas encargadas de llevar adelante este cometido, con el fin de lograr una educación de calidad, para lo que se precisa de un colectivo con la suficiente preparación y motivación hacia la enseñanza.

El hecho de haber participado en cursos de formación dirigidos a este colectivo, así como la responsabilidad académica desempeñada en estos años, nos ha permitido constatar, de una parte, la demanda de formación permanente en el profesor y, de otra, las limitaciones y lagunas de las ofertas que se presentan. En general, los profesores tienden a valorar de forma positiva las conferencias o ponencias de las diferentes actividades formativas, no obstante, éstas tienen una escasa traducción a la práctica, es decir, se hace necesario buscar una máxima conexión entre los aspectos teóricos y prácticos, de forma que tenga una aplicación inmediata en la propia tarea profesional.

Por ello, nos podemos formular algunos interrogantes como: ¿Está realmente motivado el profesorado?; ¿dónde se encuentran las principales lagunas en la formación permanente?; ¿qué nivel de participación en actividades formativas tiene el profesorado?; ¿se establecerán diferencias en base al nivel educativo, la experiencia docente, el tipo de centro? Todos estos interrogantes, junto a otros más concretos y operativos que se pudieran presentar, configuran el punto de partida del proceso de análisis.

En el contexto internacional, también se pone de relieve una preocupación por la figura del profesor y el importante papel que está llamado a desempeñar en el campo de la renovación y la implantación de reformas en la educación. Así se resalta la importancia de la profesionalización de los enseñantes, la formación en ejercicio, el uso de las nuevas tecnologías al servicio de la enseñanza o de las demandas que la sociedad solicita de este colectivo. En todo caso se insiste en la necesidad de abordar los problemas desde políticas integrales y no desde enfoques parciales o descontextualizados que generan más confusión que soluciones a los problemas planteados.

Así pues, pensamos que las cualidades básicas exigibles al profesorado se pueden agrupar en tomo a tres grandes áreas:

• Campo cognoscitivo, que implica una preparación científica adecuada en los diferentes campos unidos a la especialidad del docente.

• Estrategias docentes adecuadas para favorecer la transmisión de esos conocimientos (orientación y organización); ello implica una flexibilidad mental y la capacidad para resolver problemas.

• Capacidad socio-afectiva de relación y comunicación con las personas que configuran la comunidad educativa: compañeros de profesión, padres y alumnos.

En el marco de la Reforma Educativa se destacan como características más reseñables del docente el que sea un buen organizador de los procesos interactivos entre el alumno y el objeto de aprendizaje, mediador para que la

actividad a desarrollar resulte significativa, activador del papel funcional de la cultura, reproductor de la tradición en el entorno inmediato. En suma, un profesional que partiendo del análisis contextual sea capaz de ofrecer respuestas razonables a una sociedad en constante evolución, combinando la enseñanza para todos con el respeto a las diferencias individuales. Es decir, dotado de autonomía profesional y responsable ante los miembros de la comunidad.

Desde la Administración Educativa la preocupación por la formación del profesorado en ejercicio ha sido una constante en los últimos años, sobre

todo a raíz de la publicación del Plan de Formación del Profesorado del año 1989, donde se hace especial hincapié en lograr una mejora sustancial en la capacitación del profesor que le permita una adaptación a las situaciones de

innovación y cambio en que está inmerso. Por ello, se insiste en propugnar una formación vinculada a la práctica: investigador en el aula, comprometido con la solución de problemas, promotor de la investigación-acción, orientador, tutor. Para alcanzar este ideal es preciso motivar al profesor, dotarle de recursos, favorecer la comunicación y colaboración entre los docentes, resolver problemas logísticos, generar los marcos apropiados de apoyo a las iniciativas individuales o de los grupos de trabajo.

A aquel que desee llegar a ser enseñante, se le pueden proponer tres tipos de discursos. Podemos decirle más o menos esto:

Primero debe adquirir los conocimientos y los modos de razonamiento propios de la o las disciplinas que usted tendrá que enseñar. Usted debe reorganizar este saber desde la perspectiva de su transmisión e iniciarse en la didáctica. Pero su capacidad debe ser doble: es necesario que adquiera los conocimientos sobre el desarrollo del niño y del adolescente, la psicología de los adultos, sobre los procesos de aprendizaje, sobre los métodos de evaluación, sobre el funcionamiento de grupos, sobre la institución escolar, sobre las desigualdades socio-culturales. La lista de las nociones juzgadas como indispensables no deja de alargarse… Pero el estudio no es suficiente. Tendrá que adquirir también un ‘saber hacer’ (…)Usted seguramente

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