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Pobreza En El Peru


Enviado por   •  2 de Diciembre de 2013  •  4.893 Palabras (20 Páginas)  •  291 Visitas

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Introducción

Para solucionar el problema de la Pobreza hay que definir la Pobreza, la cual no sólo hay que verla desde un enfoque económico, sino considerar los factores que afectan a los individuos, las cuales muchas se derivan de las carencias económicas. Como el acceso a una educación adecuada —la cual les permita desarrollarse y dejar de ser simple mano de obra— y una adecuada planificación familiar, tener los hijos que realmente puedan mantener, satisfaciendo no sólo sus necesidades básicas, sino también sus necesidades de desarrollo.

Debido a esto, se da principalmente una desigualdad social entre las zonas rurales –donde está el mayor porcentaje de pobreza— y las zonas urbanas. Ya que la agricultura tradicional requiere de una gran cantidad de mano de obra, por lo cual tienen gran cantidad de hijos, los cuales deben de encargarse de las labores domésticas, descuidando muchas veces sus estudios y sin que sus padres puedan darle las atenciones de salud y sanidad básicas.

En los últimos años, el Perú ha experimentado un crecimiento económico sin precedentes. ¿Se ha traducido este crecimiento económico en una mayor equidad social tanto en términos de oportunidades como de resultados para todos los peruanos?

Los programas sociales que se han implementado han sido orientados al alivio de la pobreza, pero no intervenciones que busquen el desarrollo sostenible del sector rural, ni los grupos marginales.

Sin embargo, en los últimos años las industrias lograron lo que no habían logrado las políticas gubernamentales: descentralizar el país. Con lo cual se dio el crecimiento de las provincias, donde la necesidad del mercado requería de mano de obra más calificada, con lo cual las nuevas generaciones son conscientes y tratan de suplir sus carencias educativas para conseguir mejores oportunidades laborales.

Concepto de pobreza

De manera general, se dice que la pobreza existe en una sociedad cuando una o más personas tienen un nivel de bienestar inferior al mínimo necesario para la sobrevivencia. Así tenemos que la dificultad que tienen algunos grupos de personas para participar en la vida de la comunidad, tratado por Adam Smith en la obra "Riqueza de las Naciones", es un inicio para entender la pobreza, según W. Rimciman, Meter Towsnsend y otros.[1]

En los últimos 25 años el concepto de pobreza y su medición se ha ampliado desde una visión netamente monetaria (donde se acentúa más la carencia material y económica de los sujetos), a dimensiones del bienestar (longevidad, analfabetismo, salud y seguridad) dando lugar a diferentes enfoques.

DIFERENTES ENFOQUES SOBRE LA POBREZA.

Ingresos

En términos monetarios la pobreza significa la carencia de ingresos suficientes con respectos al umbral de ingresos absolutos, o línea de pobreza, (que responde al costo de una canasta de consumo básico). Este enfoque diferencia, lo no pobre de lo pobre a través de una canasta mínima de consumo representativo de las necesidades de la sociedad, permite detectar la pobreza crítica y extrema. La línea de pobreza crítica se determina en base al costo total de la canasta de consumo, que incluye los gastos de alimentación, vivienda, salud, vestidos y otros. La línea de pobreza extrema considera sólo los gastos de alimentación[2]

Los críticos dicen, que la pobreza en un sentido amplio va más allá de la escasez de ingresos, e implica una serie de privaciones educativas, sanitarias, alimentarias y sociales que conducen a la exclusión social y a la inseguridad. La falta de oportunidad provoca desigualdades e injusticia social, creándose las condiciones propicias para el estallido de la violencia. [3]

Así mismo se dicen, que la pobreza "va más allá de las carencias de ingresos" pues ésta es de carácter multidimensional e incluye lo económico, lo social y lo gubernamental, "económicamente los pobres están privados no sólo de ingresos y recursos, sino también de oportunidades".

El Banco Interamericano de Desarrollo, estima la "línea de pobreza" en dos dólares diarios por persona, el Banco Mundial calcula la "línea de pobreza" a partir de un dólar diario de ingreso por persona.

Bajo el método de la línea de pobreza se puede diferenciar hasta dos tipos de pobre: Los "pobres extremos" como aquellos cuyo nivel de ingreso no es suficiente para cubrir sus requerimientos nutricionales básicos, y los "pobres no extremos" como aquellos que si bien sus ingresos son suficientes para cubrir sus requerimientos nutricionales básicos, éstos no son suficientes para cubrir un nivel de consumo mínimo. "La línea de pobreza extrema" se define como el nivel de gastos totales que alcanza solo para cubrir los requerimientos mínimos de alimentación.

El porcentaje de hogares rurales debajo de la línea de pobreza pasó de 54% en 1980 a 58% en 1990 y en 54% en 1999, y el porcentaje de hogares rurales en la línea de pobreza extrema pasó respectivamente de 28% a 34% y a 30%. Esto se traduce para el año 1999 en 64% de la población rural o 77 millones de habitantes rurales debajo de la línea de pobreza y 38% o 46 millones de personas debajo de la línea de pobreza extrema.[4]

Necesidades Básicas Insatisfechas.

Este enfoque considera que la pobreza es una situación en la que las personas no pueden satisfacer una o más necesidades básicas, por lo tanto no puede participar plenamente en la sociedad; relaciona con la disponibilidad de bienes y servicios, por un lado, y de las condiciones de vida, por otro. A partir de lo cual "la pobreza y su magnitud depende del número de las características de las necesidades básicas consideradas".

Las "Necesidades Básicas", consideradas universales comprende (una canasta mínima de consumo individual o familiar, alimentos, vivienda, vestuario, artículos del hogar), el acceso a los servicios básicos (salud, educación, agua potable, recolección de basura, alcantarillado, energía y transporte público), o ambos componentes. Este enfoque explica los diferentes tipos de pobreza en base al acceso que las familias tienen a los diferentes servicios:

Los indicadores que se reconocen internacionalmente entre las necesidades básicas insatisfechas son: (PNUD, 1990):

Viviendas inadecuadas por sus materiales (cuando son inadecuados para la salud y el normal desenvolvimiento de las actividades de un hogar).

Hacinamiento crítico por habitación (un cierto número de personas por dormitorio).

Falta de servicios para la eliminación de excretas (si se carece o ella es inadecuada).

Asistencia a escuelas primarias de los menores (cuando no asisten).

Capacidad económica de los hogares, que asocia el nivel educativo del jefe del hogar con la tasa de dependencia económica.

De acuerdo a los censos de población y vivienda en el Perú, 1981, 1993 y 2005 (años censales) la pobreza extrema en el área rural no disminuyó significativamente, registrándose un 37%, 47% y 46.5% respectivamente.

CUADRO N° 01

Perú: POBREZA Y POBREZA EXTREMA 1981-2005

POBREZA

1981

1993

2005

POBREZA TOTAL

POBRES

EXTREMA POBREZA

ÁREA RURAL

POBRES

POBREZA EXTREMA

54

27

65

37

56.8

37.8

88.2

46

57.0

37.1

89.2

45.3

Fuente INEI: Información sobre Población y Pobreza para Políticas Sociales; Lima: 1995; INEI; Compendio Estadístico 2005 y Nivel de Pobreza 2006.

El método integrado mide la pobreza por ingresos y necesidades básicas insatisfechas, integra el método de "Línea de pobreza" con el método de "Necesidades Básicas Insatisfechas"; incorporó también la atención de salud y la seguridad social; define cuatro categorías de pobres:

Hogares con Integración Social: Hogares cuyos ingresos per cápita superan la línea de pobreza o el costo de la canasta básica de consumo y, simultáneamente, no presentan carencias en las necesidades básicas consideradas.

Hogares con Carencias Inerciales: Hogares que pese a tener ingresos por encima de la línea de pobreza, presentan carencias críticas en una o más necesidades básicas.

Hogares en Situación de Pobreza Reciente: Hogares que tienen ingresos por debajo de la línea de pobreza, pero que no dan cuenta de carencias a nivel de las necesidades básicas.

Estimaciones hechas para América Latina señalaron que en 1990 existían 270 millones de pobres, lo que representaba el 62% de la población; la mayoría correspondía a pobres crónicos (PNUD 1993). En el Perú no fue posible aplicar debido a la exigencia de la información que requiere.[5]

Capacidades, Libertad y Derecho

Este análisis se fundamenta en las capacidades o potencialidades de que disponen los individuos para desarrollar una vida digna, e incorpora los vacíos en los procesos de distribución y de acceso a los recursos privados colectivos. De ahí que el bienestar se identifica con la adecuación de los medios económicos con respecto a la propensión de personas a convertirse en capacidades[6]para funcionar en ambientes sociales, económicos y culturales particulares.

La falta de capacidades básicas impide tener opciones y genera limitaciones, para:

Vivir una vida larga saludable y creativa.

Mantenerse informado.

Tener un nivel de vida decoroso.

La dignidad al respecto por uno mismo y por los demás.

Vivir en Libertad.

Según Amartya Sen en su obra "Desarrollo y Libertad", escrito en Barcelona en el año 2000, dice, en el mundo contemporáneo existen muchas personas sin acceso a las libertades básicas; la falta de libertades fundamentales está relacionada directamente con la pobreza económica, que priva a los individuos de la libertad necesaria para satisfacer el hambre, para lograr un nivel de nutrición suficiente, para contar con remedios a enfermedades tratables, para vestir dignamente o tener una vivienda aceptable, o para disponer de agua limpia o de servicio de saneamiento.[7]

En otros casos, la privación de libertades está estrechamente relacionada con la falta de servicios y atención social pública, como ausencia de programas epidemiológicas o de sistemas organizados de asistencias sanitarias, o de educación o de instituciones eficaces para el mantenimiento de la paz y el orden local, ello se encuentra relacionado con la teoría del bienestar.

Desarrollo Humano

El enfoque de Desarrollo Humano señala que las personas no pueden vivir de acuerdo a las necesidades que ellos valoran, el de "vivir una vida larga y sana", tener conocimiento, tener acceso a los recursos necesarios para alcanzar un nivel de vida decoroso y poder participar en la vida de la comunidad. Esto implica el reconocimiento de que todos los seres humanos con independencia de atributos como el sexo, la raza, la edad, la lengua y el poder económico y social, tienen derechos similares no sólo a la "existencia" sino también a la "existencia con calidad".[8]

El enfoque de desarrollo humano se mide a través del Índice de Pobreza Humana (IPH) surgió en 1997, refleja la distribución del ingreso y mide el cúmulo de privaciones en las dimensiones del desarrollo humano básico, refleja la distribución del progreso y mide el grado de privación que continúa existiendo.

El IPH se subdivide en IPH1, para los países en desarrollo y el IPH2, para los países industrializados. El IPH1 se concentra en la carencia de tres aspectos esenciales: Longevidad, educación y nivel de vida. La longevidad se mide por el porcentaje de personas que se espera que muera antes de los 40 años de edad; la educación es representada por el porcentaje de adultos que son analfabetos y el nivel de vida se presenta por una combinación de tres variables: El porcentaje de personas sin acceso a los servicios de salud, agua potable y el porcentaje de niños menores de 5 años que se encuentran en estado desnutrición.

También es medido con el Índice de Desarrollo Humano (IDH) que apareció en 1990 sobre la base de la premisa de que "el criterio definitivo para evaluar el desarrollo de un país debe ser la gente y su vida, no el crecimiento económico", mide el progreso general de un país en tres dimensiones básicas: Longevidad (esperanza de vida), conocimiento (alfabetización de adultos y la matrícula combinada en las enseñanzas primaria, secundaria y terciaria) y el nivel de vida adecuada (y el ingreso per cápita ajustado por la pariedad del poder adquisitivo).

Opinión de los Pobres.

El enfoque "Participativo de los Pobres" surge al comienzo del siglo XXI como un cambio importante en el enfoque de la pobreza, se sustenta en las tradiciones disciplinarias como la antropología aplicada y la investigación sobre la acción participativa. Este enfoque, sugiere la sinergia entre los gobiernos y los actores de la sociedad civil para tomar responsabilidades conjuntas en los procesos de construcción de las políticas públicas para la reducción de la pobreza.

En el enfoque participativo, los pobres definen a la pobreza a partir del análisis que ellos mismos hacen de su realidad e incluyen los aspectos que consideran significativos. Desde este punto de vista, la superación de la pobreza pasa por el empoderamiento de los pobres.

La pobreza desde la perspectiva del análisis participativo y visión de los entendidos de la pobreza, vale decir, los mismos pobres que viven la pobreza, se amplía aún más y la pobreza llega a tener muchas caras y significados distintos para las personas.

Este enfoque entiende la pobreza como un proceso, y no como un estado, es decir si bien la pobreza puede ser una situación que se mantiene en el tiempo como en muchos casos, puede modificarse en el corto plazo, especialmente en función del bienestar de las personas.

Causas y consecuencias de la pobreza en el Perú.

Causas de la Pobreza en el Perú

Como señala María Barriga, no puede establecerse una sola causa para la pobreza: "…la pobreza es un fenómeno, que puede ser causado por miles de factores (naturales, políticos, sociales, etc.)."[9]

Sin embargo, en mi opinión, la causa principal de la pobreza es la Desigualdad social. Es decir, un grupo de social es excluido al no tener el mismo acceso a los recursos que el grupo de poder. Lo cual se ve principalmente en las diferencias entre las zonas rurales y las zonas urbanas. Lo cual se debe a Políticas sociales y económicas deficientes, las cuales no tienen carecen de una visión de país que nos permita integrarnos, aprovechando la multiculturalidad que tiene el Perú.

A esto hay que sumarle la falta de planificación familiar y el control de la natalidad: Tener más hijos de los que en realidad se puede mantener.

La pobreza es experimentada como un fenómeno multidimensional, cuyas dimensiones individuales se relacionan estrechamente y refuerzan mutuamente, como una red: Roles discriminatorios de género, violencia en el hogar, alto costo de enfermarse, servicios deficientes de educación, inseguridad ciudadana, jóvenes frustrados, desempleo y subempleo, dependencia y vulnerabilidad de la pequeña agricultura, acceso insuficiente al crédito formal, trato discriminatorio y corrupción institucional, acceso limitado a la justicia, dificultades para asegurar los derechos de propiedad.[10]

CONSECUENCIAS DE LA POBREZA EN EL PERÚ.

Muchas de las consecuencias son las mismas que las causas. Es decir, se generó un círculo vicioso, el cual refuerza la desigualdad de la pobreza y la transmite a las nuevas generaciones, quienes asumen con fatalidad su destino, con lo cual afecta su baja autoestima creyendo que no pueden mejorar.

…los mismos pobres, en el análisis de sus propia condición de sobrevivencia; la misma que se logró en la presente investigación. La población rural de Pariahuanca en situación de pobreza extrema, define la pobreza como:

"No tener nada para que coman sus hijos".

"Ser golpeadas siempre".

"Morirse por no tener medicamentos".

"No ir a la escuela, no saber leer ni escribir".

"Trabajar gratis y si se trabaja nos pagan poco"

"Beber agua contaminada".

"Maltratada por las autoridades corruptas".

"Producir poco, porque no hay agua".

En su entender la pobreza: "Es una enfermedad maligna, que no tiene cura"; "Es un dolor profundo, que hace doler el corazón"; "Es su destino, de ser pobre"; "Es morir poquito a poquito, todos los días"; "Es seguir siendo pobre igual que sus padres".[11]

Conclusiones

Durante la última década, el Perú ha destacado en América Latina por su éxito en mejorar el bienestar de la población en su conjunto. La estabilidad macroeconómica y los niveles sin precedentes de crecimiento sostenido –que llego a alcanzar 9,8% en 2008- han mejorado los ingresos de todos los segmentos de la población peruana. Muchos peruanos han salido de la pobreza, al punto de que esta ha disminuido e 49% en 2004 a 31% en el 2010. En la medida en que el dinamismo de la economía ha hecho más firme y se ha distribuido con mayor amplitud, inclusive los ingresos de quienes siguen siendo pobres también se han elevado, sobre todo a partir de 2007, cuando el dinamismo de la inversión y del empleo se hicieron mayores. Las políticas sociales han contribuido también a este logro, aunque el bajo nivel de gasto social ha limitado su impacto en el bienestar a corto plazo.

A pesar de lo anterior, la pobreza y la desigualdad siguen siendo muy altas en el Perú. Los avances en la lucha contra la pobreza a nivel nacional esconden diferencias significativas de desempeño entre los grupos poblacionales de las diversas regiones, y varían también según su origen étnico y otras características. Por ejemplo, la pobreza rural llega a 54%, prácticamente el triple que en las áreas urbanas (Tabla 1). Los niveles de bienestar varían también según el grupo etario: el 41% de los niños y niñas viven en la pobreza, mientras que un 25% de los adultos mayores se encuentra dicha situación. En las áreas rurales, el 60% de los niños vive en hogares pobres. El panorama es más sombrío cuando examinamos la pobreza extrema, definida como la situación en la cual el nivel de consumo de los miembros de un hogar no llega a una canasta alimentaría básica. Si bien, la pobreza extrema prácticamente ha desaparecido en las áreas urbanas, todavía afecta aproximadamente a una cuarta parte de la población rural. Si tenemos en cuenta que el Perú es un país de ingreso medio y de rápido crecimiento, esta realidad es moralmente injustificable y plantea un reto urgente para las políticas sociales.

Otros indicadores de pobreza, como la malnutrición, la mortalidad infantil, el acceso a la educación básica y a servicios de infraestructura también han mejorado en años recientes. Pero las brechas entre las zonas rural y urbana, entre grupos de ingreso y entre grupos de diferentes niveles socioeconómicos siguen siendo considerables y no se están reduciendo con la debida celeridad.

La desigualdad también ha disminuido ligeramente en el Perú durante la última década. En general, la evidencia apunta a una reducción de la desigualdad en toda América Latina, aunque el punto de partida es extremadamente elevado… Utilizando datos comparables para 2004-2010, el coeficiente de Gini del Perú, que mide la desigualdad de ingresos, disminuyó de 0,48 a 0,45, lo que revela un cambio pequeño pero estadísticamente significativo.

Esta reducción de la desigualdad representa un hecho positivo pero insuficiente considerando la magnitud de las brechas de bienestar. Entre el 2004 y el 2010, el ingreso total de una familia del decil más pobre se incrementó en 50% en términos reales. Ello significa que el ingreso de una familia pobre de cinco miembros aumentó en términos nominales en 212 soles, llegando a 500 soles en 2010. Una familia del decil más rico incrementó sus ingresos "solamente en 20%" en términos reales, pero ello se traduce en un incremento nominal de 3.785 soles en 2010. Así, los ingresos de la familia más rica en 2004 fueron 24 veces mayores que los de la familia más pobre, ratio que se redujo a 21 veces en el 2010. Esto revela que si bien la brecha se está acortando, su magnitud es todavía muy alta. Más aún, en términos absolutos, la brecha de ingresos se incrementa sustancialmente, lo que contribuye a que la percepción de inequidad se mantenga, aun cuando los ingresos relativos de los más pobres hayan aumentado proporcionalmente. A esto se agrega una polarización de ingresos entre las zonas rurales -particularmente de la sierra- y las urbanas, que tiende incluso a aumentar.[12]

Desafortunadamente, a pesar de que el Perú ha logrado grandes avances en la reducción de la pobreza monetaria de sus ciudadanos, esta sigue afectando a más de un tercio de la población[13]Más aún, no toda la población se ha beneficiado por igual de dicho progreso. El cálculo por separado de los cambios en las áreas rurales y urbanas revela una enorme desigualdad: entre 2004 y 2010 la pobreza urbana disminuyó solo 22%. Hoy en día uno de cada dos peruanos que vive en áreas rurales sigue siendo pobre.

La pobreza tiene un rostro rural pero también joven, pues es dramáticamente mayor entre los niños y niñas que entre el resto de la población. el 40% de los niños y niñas de menos de 14 años vive en hogares pobres, cuando este porcentaje es 27% entre el resto de la población. Por su parte, la pobreza de los niños de campo del Perú llega a 60%, 20% por encima del promedio nacional de pobreza infantil. [14]

El escenario es también sombrío cuando examinamos los índices de pobreza extrema, definida como la situación en la cual el nivel de consumo de los miembros de un hogar no llega a cubrir una canasta alimentaría básica. Aunque la pobreza extrema prácticamente ha desaparecido en las áreas urbanas, sigue afectando aproximadamente a una cuarta parte de la población rural. En vista del crecimiento del país, el hecho de que en el ámbito rural una de cada cuatro personas no cuente con los medios suficientes para cubrir una canasta mínima de consumo es injustificable, y un reto urgente para las políticas sociales.

La reducción de la pobreza experimentada en la última década puede tener orígenes diversos. Por ejemplo, los ingresos de los pobres podrían estar aumentando debido al incremento en los salarios y/o en número de horas trabajadas, porque están aumentando las remesas o se están ampliando las transferencias provenientes de los programas sociales. En el periodo 2004-2009, la mayor parte de la reducción observada de la pobreza fue consecuencia de un aumento de ingresos por trabajo, principalmente debido a mayores ingresos por hora. Por su parte, el aporte de las transferencias públicas y privadas a la reducción de la pobreza fue relativamente pequeño. A su vez, el aumento del tamaño de los hogares pobres elevó las tasas de pobreza, aunque no al punto de cancelar el impacto positivo de los factores laborales.[15]

La evidencia de que la reducción de la pobreza experimentada entre 2004 y 2009 fue principalmente consecuencia de aumentos en los ingresos laborales de los pobres, concuerda con el hecho de que el crecimiento haya sido de ancha base y comprendiera a sectores intensivos en mano de obra, tales como la industria de la construcción y de los servicios. Sin embargo, también muestra que las políticas públicas no actuaron con suficiente agresividad para lograr una contribución significativa a la reducción de la pobreza.

2004 y 2009 se debió a cambios en los ingresos laborales. Con una línea de pobreza de 4 dólares por día, los aumentos en los ingresos laborales en el Perú redujeron la pobreza en 11,4 puntos porcentuales, de una reducción total de 11,6 puntos porcentuales. La contribución de los otros factores es mucho menor. Por ejemplo, las transferencias y donaciones oficiales redujeron la pobreza en solo 0,7 puntos porcentuales. Es decir, solo el 6% de la reducción de la pobreza puede explicarse por un aumento de las transferencias. Por el contrario, los cambios en el tamaño de las familias aumentaron el porcentaje de individuos que viven en situación de pobreza en 0,5 puntos. Con una línea de pobreza de 2 dólares al día, que es algo superior a la línea de pobreza extrema nacional establecida a partir de datos de consumo, el efecto de las transferencias y donaciones oficiales en la reducción de la pobreza es proporcionalmente mayor: 1,1 puntos para una reducción total de 7,8 puntos, es decir, aproximadamente el 14% de la reducción.[16]

Avanzar hacia una sociedad que progrese, que lo haga más allá de lo económico, que sea más justa e igualitaria, sólo es posible con una activa participación del Estado en la construcción de una (nueva) visión de país, en la ejecución de las políticas que nos conduzcan a alcanzarla, en la creación de los mecanismos que permitan alinear al sector privado, en el contrapeso necesario que en cualquier economía de mercado requiere la actividad empresarial.[17]

Recomendaciones

No hay verdadero desarrollo sin inclusión social, una adecuada política de redistribución y una política de Estado con el norte apuntando claramente en dirección del bien común. Esta verdad, simple pero que ha sido eludida de una forma u otra en los últimos gobiernos, se ha convertido hoy en día en la demanda fundamental de cientos de miles de peruanos.

La pequeña agricultura está relacionado con tres desafíos: Disminuir la pobreza rural, la inseguridad alimentaria y hacer frente al cambio climático.

Aun cuando la inversión pública agraria -así como la inversión en servicios básicos para el medio rural ha aumentado en los últimos cinco años, el déficit de infraestructura en el medio rural es grande en lo referido a agua y saneamiento, electrificación rural, riego, caminos rurales , conservación de suelos y reforestación. Las inversiones agrarias que priorizaron la construcción de infraestructura de riego son necesarias pero son insuficientes para mejorar la productividad y la competitividad de los pequeños productores y asegurar un manejo sostenible de sus recursos naturales y de la agrobiodiversidad. [18]

Los pequeños avances en la disminución de la pobreza rural están referidos a la pobreza monetaria, medida por el aumento en el gasto de las familias producto de la acción de los programas sociales como parte de la estrategia Crecer *Entre los principales tenemos el Programa Juntos, Vaso de Leche, Comedores populares. *. Sin embargo, la pobreza en el medio rural es de carácter estructural y está asociada con los bajos ingresos que permite el minifundio con incipientes niveles de productividad, con los altos índices de desnutrición infantil y baja calidad educativa. Para atacar estas causas se requiere de estrategias específicas, de mayores recursos presupuestales y de voluntad política para implementarlas, lo que no hemos visto estos años.

Por otra parte, las estadísticas oficiales del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) reportan una población rural de 24%, una cifra que dista mucho del 40% que identifican diversos estudios como los de la ONG Cepres. Esto revela la poca importancia que el Estado le da al tema y el consiguiente impacto en la insuficiente asignación presupuestal. Los recursos destinados para las zonas rurales tienen un carácter regresivo , no guardan relación con los Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) ni con el Indice de Desarrollo Humano (IDH). Esta característica se reproduce en el presupuesto público para la pequeña agricultura, el cual tampoco considera las altas tasas de pobreza rural en departamentos como Huancavelica (83,9%), Apurímac (74,8%) o Cusco (61,9%). Estas regiones tienen un presupuesto per cápita agrario muy por debajo del promedio nacional que es de 300 soles.

Los pequeños productores tienen un rol de gran importancia en el abastecimiento de alimentos en el país: siete de cada diez toneladas que consume el mercado nacional provienen de la pequeña agricultura. Pero las políticas públicas y el presupuesto orientado a este importante sector están disminuidos por la hegemonía de las políticas de agroexportación concentradas en la costa.

Los programas y proyectos que se gestionan desde Agrorural en el marco de la estrategia Crecer Productivo, recogen experiencias exitosas validadas por el Estado en la promoción del desarrollo rural, pero su alcance es limitado porque tienen escaso presupuesto y no cuentan con respaldo político. A la hora de las decisiones importantes se impone la lógica de las grandes inversiones, incluidos los cultivos a gran escala para biocombustibles y la introducción de semillas transgénicas. Los intereses asociados a las grandes inversiones mineras que requieren tierras y afectan ingentes cantidades de agua imponen frente a las actividades económicas locales como la agricultura, la ganadería, el turismo rural, que dan empleo a hombres y mujeres.[19]

Se han implementado programas orientados al alivio de la pobreza, pero no intervenciones que busquen el desarrollo sostenible del sector.

La descentralización del Estado peruano es aún precaria, situación que se traduce en gobiernos regionales y locales con pocas capacidades para ejecutar presupuestos con calidad. La inversión en pequeña agricultura no es ajena a esta realidad. Para lo cual se requiere lograr la participación activa de las comunidades circundantes a las operaciones extractivas.

Se requiere medidas para luchar contra la desigualdad y el racismo:

Lograr espacios de igualdad en los Derechos de las mujeres.

Hay un diagnóstico desalentador sobre la situación en la que viven las mujeres. A la violencia física y cotidiana que sufren muchas de ellas, se suma otro tipo de violencia: la falta de acceso a un trabajo digno y la escasa participación política en espacios de decisión... la inclusión de un trabajo digno comi derechos fundamentales de las mujeres.

La tarea es ardua. En un modelo de crecimiento como el peruano, donde sólo se da valor al trabajo productivo y remunerado, no todas las peruanas reciben el reconocimiento por su aporte al desarrollo del país. Una gran mayoría son amas de casa o forman parte de organizaciones populares. Ambas ocupaciones permiten que los niños y niñas de las familias vayan a las escuelas, tengan una atención primaria en salud y, sobre todo, el afecto indispensable para su buen desarrollo.Pese a ello, estas ocupaciones (y otras tareas del hogar) no son consideradas oficialmente como trabajo. Para el Estado, estas mujeres conforman la población económicamente inactiva. [20]

A pesar de la importancia de las poblaciones indígenas en el desarrollo del Perú, históricamente se ha legislado sin considerarlas "...fortalecer a las organizaciones indígenas del país para promover un mejor conocimiento de sus derechos ciudadanos y contribuir a la generación de alternativas a los problemas que enfrentan."[21]..

Las tasas de desempleo juvenil y la precariedad del escaso trabajo que consiguen muchos jóvenes en el Perú no les permite superar la línea de pobreza...

Necesitamos ante todo construir algo de lo que hemos carecido en todo este tiempo: Una visión de país. Una visión que tenga la capacidad de integrarnos.

Bibliografía

CAMPOS PONCE, Rosa Luz

2008 Análisis Cualitativo de la Pobreza en la zona rural del Departamento de Junín. Tesis para optar el grado de doctor en Economía. Universidad Nacional Mayor de San Marcos —Escuela de Post grado Facultad de Ciencias Económicas Unidad de Post Grado

ESCOBAL, Javier; SAAVEDRA, Jaime y VAKIS, Renos.

2012 ¿Está el piso parejo para los niños en el Perú?: Medición y Comprensión de la Evolución de las Oportunidades. Ed. Banco Mundial , Lima- Perú. enero 2012

OXFAM

2011 Informe Perú 2010-2011: Pobreza, desigualdad y desarrollo en el Perú. Ed. Oxfam.

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