Psicologia Del Mexicano En El Trabajo

Psicología del mexicano en el trabajo

Los altos ejecutivos, mandos intermedios y otros cargos que tienen a su mando a un determinado número de personas, bien parecen estar buscando el hilo negro sin tener aún la audacia y el arrojo de encontrarla. Se ha buscado la piedra angular para aumentar la productividad, mejorar el desarrollo e incrementar el crecimiento del capital humano. Pero como he comentado esta búsqueda ha sido infructífera; al parecer se han atacado síntomas y no causas. En empresas (públicas y privadas) se generado un programa bien detallado de capacitación en el rubro técnico de las empresas; intentando aumentar el área de expertis de cada empleado. Se ha intentado llenar el espacio hueco del saber que existe en el tan afanado triángulo de productividad (quiere, sabe y puede), pero se han olvidado de un hueco muy importante que se enlaza con los valores cardinales del hombre, es el quiere que se homologa con la voluntad. Desde mi particular punto de vista para poder aspirar a llenar el hueco de la voluntad hace falta entender las causas y actuar sobre ellas; entender que ha sucedido en el pasado para poder actuar en el presente y cambiar el futuro.

Se ha buscado subsanar grietas que provocan estragos generados a partir de dos preguntas importantes:

• ¿Cómo hacer que nuestra gente se desarrolle?

• ¿Cómo lograr calidad y excelencia?

Para ello es necesario entender que (al igual que todas las naciones) los mexicanos somos resultado de un híbrido de tres factores; la herencia biológica, el entorno en que nos desarrollamos y las reacciones y decisiones que tomamos como individuos y como pueblo. Las raíces de la actitud y percepción con que se encara al trabajo hay que buscarlas en la psicología e idiosincrasia (en este caso) del mexicano. Para ello es necesario comprender que no se puede atacar la psicología si se ignora el pasado.

Vale la pena comenzar a hacer este recuento de sucesos históricos a partir de un hecho que sin duda cambio el rumbo de la historia de nuestra nación con un cataclismo anunciado: la conquista. La conquista trajo consigo una reprimenda de lo que éramos, desde dos escenarios distintos; la parte política/militar y la parte religiosa. “Convirtieron a nuestros dioses en sus demonios, y nuestros demonios en nuestro Dios”, nos alejaron de nuestro cosmos generado por la cultura ya establecida en el imperio indígena. Con hechos tan atroces que no sólo suponen la imposición de ideas y creencias, sino la subyugación de nosotros como pueblo; elevar templos religiosos de los españoles encima de los templos indígenas aplastó cualquier rastro de carácter que pudiera existir después de esta masacre cultural.

Esto da paso a la primera acepción que el pueblo mexicano tiene consciente o inconscientemente del trabajo; una actividad obligatoria que era determinada únicamente por los conquistadores y cuyo objetivo sólo era beneficiar a conquistadores. Esto es quizá la validación del principio del pensamiento en el que él padre mexicano ha inculcado a sus hijos; debes estudiar mucho, para sacar buenas notas y después poder encontrar un buen empleo, se ha quedado como sello inherente al esfuerzo la recompensa de ser empleado, mas no empleador.

Otro efecto de la conquista hispana, fue la pérdida de identidad como nación, lo cual originó un comportamiento que hasta la fecha se ve refrendado; la búsqueda de una imagen paternal en tanto a cultura, con lo cual se admira a extranjeros y se respira un aire de superioridad

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