Resumen: Immanuel Kant: Un Orden Supraestatal como condición para la paz

Alumno: Camilo Pedrozo

Código: 1350843

Materia: Historia de las ideas políticas

Resumen: Immanuel Kant: Un Orden Supraestatal como condición para la paz

El texto nos empieza hablando sobre que Immanuel Kant quería que la paz fuera un privilegio de los muertos por lo que con algo de ironía tomo la frase ‘La paz perpetua’ la cual se encuentra escrita en la entrada a los cementerios alemanes para dar un título al libro en el cual critica el problema de la sociedad moderna ósea la guerra y la paz.

También dice que Kant nos da la propuesta de establecer un organismo supraestatal.

1. Un filósofo de la ilustración y una idea universal

Aquí nos cuenta que Kant nació en Königsberg actual Kaliningrado(Rusia) el estudio matemáticas y filosofía. Siendo representante de la ilustración quería demostrar que la convivencia pacífica era producto de la razón.

1. LAS DICOTOMÍAS DEL RENACIMIENTO Y LA SÍNTESIS KANTIANA

El pensamiento durante el renacimiento se puede proponer como un debate entre racionalistas, partidarios de que la base del conocimiento está en la conciencia del hombre y, en este sentido, partidarios de una certeza incontrovertible a todo un sistema de verdades racionales y, por otro lado, los empiristas, partidarios de una postura epistemológica según la cual el conocimiento del mundo viene de las percepciones y, en este sentido, partidarios de una crítica contra la especulación metafísica.

Kant dividió el conocimiento en sensible e inteligible. El primero está constituido por la receptividad del sujeto, que en cierto modo se ve afectado por la presencia del objeto. El conocimiento sensible presenta las cosas tal como se le aparecen al sujeto, no como son en sí. En cambio, el conocimiento intelectivo es la facultad de representar aquellos aspectos de las cosas que, por su misma naturaleza, no se pueden captar mediante los sentidos. “Posibilidad”, “existencia”, “necesidad”, etc., son conceptos propios del intelecto, y son tratados por la metafísica.

El conocimiento sensible es intuición, conocimiento inmediato. Todo conocimiento sensible, sin embargo, tiene lugar en el espacio y en el tiempo, ya que no es posible que se dé ninguna representación sensible a no ser que esté determinada espacial y temporalmente. ¿Qué son entonces espacio y tiempo? No son, tal como se piensa, propiedades de las cosas, realidades ontológicas (el newtoniano Clarke había llegado a transformarlos en atributos divinos), y tampoco son simples relaciones entre los cuerpos, tal como pretendía Leibniz. Son las formas de la sensibilidad, las condiciones estructurales de la sensibilidad, modos a través de los cuales el sujeto capta sensiblemente las cosas. El tiempo y el espacio no están “ahí fuera” junto con los objetos, sino que los pone el sujeto. No se trata de que el sujeto se adecue al objeto cuando lo conoce, sino al revés; el objeto se adecua al sujeto. Ésta es la gran intuición de Kant, que le abrirá una perspectiva nueva y revolucionaria, que él denominará su “revolución copernicana”, y que le permitirá superar el racionalismo y el empirismo, el dogmatismo y el escepticismo, y abrirá una nueva era en la filosofía tras la publicación de la Crítica de la Razón Pura.

1. Una moral universal

Kant sostiene que el saber distinguir entre el bien y el mal pertenece a la razón humana. Por este camino el filósofo alemán formula una ley moral como un imperativo categórico cuyo origen no podemos probar, pero sabemos que está en la conciencia humana. Esta ley moral, además, es válida en todas las situaciones y es ineludible.

Ese imperativo categórico, tal como Kant lo presenta en Fundamentación de la metafísica de las costumbres, se puede formular de la siguiente manera: "Obra de tal modo que uses la humanidad tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro siempre a la vez como fin nunca solamente como medio". Ahora bien, pese a que en este trabajo Kant estableció que la razón de este principio está en el mismo principio, en otros trabajos, como en la Metafísica de las costumbres, el filósofo parece aceptar que la recta actuación obedeciera a ciertos objetivos, como la felicidad

II. LA CRÍTICA DEL ORDEN POLITICO ESTATAL MODERNO Y LA PROPUESTA DE ESTABLECER

El orden estatal demostró, por lo menos en algunas latitudes de la geografía europea, que dentro del territorio en el que se concentraba una población bajo un orden político centralizado, los seres humanos podían alcanzar una vida más digna comparada con la que tuvieron que soportar en tiempos medievales. Este proceso se constata cuando se considera que algunos de los Estados, cuyo establecimiento se remonta a los orígenes de la modernidad y bajo los principios del absolutismo renacentista, habían hecho tránsito en tiempos de la ilustración hacia formas más respetuosas de los individuos impulsadas por principios novedosos como la división del poder, la soberanía de la ley y la garantía de los derechos individuales que conformaron lo que el filósofo alemán ha denominado Estado de derecho.

Kant sostiene que el proceso racional que lleva a los Estados a hacer un tránsito hacia los principios de la ilustración también los conduce a la construcción de un orden superior que controle los poderes derivados de su soberanía e independencia.

A. EL ORDEN ESTATAL Y LA AMENAZA INMINENTE DE LA GUERRA

El orden político de la sociedad moderna, desde sus orígenes en la Europa occidental del renacimiento, se estableció como un sistema de estados y, en ese contexto ideológico absolutista, los seres humanos se condenaron a vivir en la precaria paz de los tratados, o en la guerra.

En efecto, tal como lo sostiene Max Weber (1984), el Estado moderno se establece cuando un príncipe monopoliza en su favor el poder político y lo impone por la fuerza sobre todas las personas que habitan en un territorio determinado. En consecuencia, agrega, el origen de los Estados está asociado al establecimiento de una autoridad, y este proceso solo es posible cuando un príncipe impone su dominio mediante una guerra fundacional que le permite alcanzar una pacificación interna y, sobre esa base, una dominación legítima.

...