TRABAJO FINAL Vision Marxista de la crisis del desarrollo capitalista
Diego Di BartoloTrabajo4 de Febrero de 2023
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Universidad Central de Venezuela
Facultad de Ciencias Económicas y Sociales
Escuela de Economía
Materia: Teorías del Desarrollo y Subdesarrollo
Profesor: Carlos Blauman
Visión Marxista de la crisis del Desarrollo Capitalista: Interpretación de Immanuel Wallesstein e István Mészáros
Nombre de los estudiantes:
Luis Gustavo Rojas Goncalves 27.545.964
Diego Di Bartolo 26.484.264
Caracas, enero 2023
Índice
Pág.
Introducción …………………………………………………………………………… 1
Visión Marxista de la crisis del Desarrollo Capitalista………………............. 2 y 3
Interpretación de Immanuel Wallerstein………………...…………………............ 3 y 4
Contexto Histórico…………………………………………………………......... 4,5,6 y 7
Características ……………………………………………………………............ 7,8 y 9
Estados Centrales, Estados Periféricos y Estados Semiperiféricos …….. 9,10 y 11
Sistema Interestatal e Importancia …………………………………….…… 11,12 y 13
Critica ……………………………………………………….…………………… 13 y 14
Interpretación de Istvan Meszaros………………………………………………... 14
Pensamientos ………………………………………………………………..….…… 15
Crítica al sistema del capital…………………………….……………....… 15,16,17 y 18
Capital, trabajo y Estado…………………………………………………...…... 18 y 19
Alternativa Socialista………………………. ……………………..………... 19,20 y 21
Conclusión …………………………………………………………………….…….... 22
Referencias Bibliográficas……………………………………………….…….... 23 y 24
Introducción
El objetivo del siguiente trabajo es analizar las concepciones generales de la crisis del desarrollo capitalista desde diferentes puntos de vista para poder estudiar tanto sus aciertos como sus debilidades, desde una perspectiva marxista.
Desde mediados de la década del ’70, el capitalismo comenzó a atravesar una nueva crisis de sobreproducción vinculada al agotamiento del modelo fordista de acumulación. La sobreproducción, para Marx, demuestra las contradicciones necesarias de un sistema que tiene el potencial de producir abundancia real, pero bajo el cual ese mismo potencial provoca un colapso cada vez que se acumula.
Este fue el punto de partida para el desarrollo de diferentes teorías y estudios, entre las cuales resalta la llamada “Teoría del Sistema-mundo”, la cual tiene como máximos representante a Immanuel Wallerstein e Istvan Meszaros. En líneas generales explica como el capitalismo, siempre ha integrado una variedad de formas de trabajo dentro de una división del trabajo funcional (economía mundial) y muestra como la economía mundial manifiesta una división tripartita del trabajo , con zonas centrales, semiperiféricas y periféricas. Wallerstein argumentaba que las zonas centrales (empresas), con el apoyo de los estados en los que operan, monopolizan las actividades más rentables de la división del trabajo. Meszaros por su parte, expuso sus ideas acerca de los límites absolutos del sistema del capital, concebido este último como un sistema mundial, identificando cuatro conjuntos de contradicciones o antagonismos estructurales, límites absolutos del sistema del capital, que en su momento histórico fueron constituyentes positivos de la expansión y el avance dinámicos del capital; Pero que sin embargo pueden ser contraproducentes, si la teoría revolucionaria no se convierte en fuerza material, como expresión de las necesidades de los pueblos.
Visión Marxista de la crisis del Desarrollo Capitalista
La época clásica del capitalismo industrial terminó con la Primera Guerra Mundial, pero este sigue siendo el período citado por todos los defensores del capitalismo cuando se refieren a los poderes regenerativos del “ciclo económico” y las crisis periódicas que lo engendran. Tenemos que revisar el ciclo clásico para ver cómo el desarrollo del capitalismo lo ha obligado a cambiar.
Para Marx, las crisis capitalistas son crisis de “sobreproducción”: se producen demasiadas mercancías de las que se pueden vender de manera rentable, y se ha invertido demasiado capital en la industria, en un intento por reclamar una parte de las ganancias disponibles. Esto ocurre porque el capitalismo, tanto a escala nacional como internacional, es un sistema de propiedad separada e independiente. En épocas prósperas todo capitalista invierte todo lo que puede y aumenta la producción; en particular, los auges periódicos estimulan la producción de "capital fijo", los edificios y la maquinaria que no se agotan en un ciclo de producción y, por lo tanto, no tienen que ser reemplazados de inmediato. Cuando los tiempos son buenos, todos los recursos se agotan para poner en producción nuevo capital fijo; pero una vez que este capital comienza a producir, una avalancha de mercancías llega al mercado, y surge la crisis. El desempleo, que cae durante el auge, vuelve a subir; la alta tasa de ganancia que estimuló el auge declina, primero cuando el bajo nivel de desempleo fortalece el poder de negociación de los trabajadores, y más aún cuando la crisis obliga a la producción a disminuir.
La crisis eventualmente pasa factura: masas de trabajadores son expulsados de sus trabajos, como resultado, los salarios se ven obligados a bajar hacia la subsistencia o por debajo, y las plantas más débiles, pequeñas y menos modernas se hunden. Pero los efectos de la recesión permiten que la rentabilidad reviva: la mano de obra puede ser contratada a bajos salarios, los capitalistas sobrevivientes pueden comprar fábricas, equipos y materiales a precios de ganga. Entonces, a la caída le sigue un nuevo período de recuperación y, a su vez, un nuevo auge.
Típicamente, en el transcurso del período de auge, la competencia entre capitalistas estimula nuevas técnicas productivas que hacen avanzar el nivel de productividad. La escasez temporal de mano de obra durante el auge, debido al bajo nivel de desempleo, es el factor clave para convencer a los capitalistas de encontrar formas de aumentar el uso de maquinaria ("mano de obra muerta") en proporción a la mano de obra viva. Así, el período de auge del ciclo lleva a cabo lo que Marx llamó la “concentración” del capital: su expansión y avance tecnológico – así como el período de depresión ya descrito tiende a llevar a cabo la “centralización” del capital, su unificación en menos manos a través de adquisiciones y fusiones.
La “sobreproducción” como análisis de las crisis es frecuentemente transformada por los teóricos reformistas en “subconsumo”, la idea de que a la masa de trabajadores se le paga muy poco para volver a comprar lo que produce. Esto conduce al programa de persuadir a los gerentes sabios y a los capitalistas preocupados para que promuevan sus propios intereses pagando más a los trabajadores; los trabajadores podrán entonces consumir y comprar más y, por lo tanto, se evitarán o amortiguarán las crisis.
Hay problemas insolubles con tal teoría. En primer lugar, como señaló Marx, las crisis surgen a raíz de salarios cíclicamente altos para el trabajo, no bajos. Además, gran parte de lo que se produce y sobreproduce bajo el capitalismo son medios de producción, no simplemente mercancías destinadas al consumo de la clase trabajadora: incluso los trabajadores mejor pagados no compran equipos de fabricación. En tercer lugar, el subconsumo de las masas, en el sentido de su incapacidad para pagar la gama completa de productos básicos necesarios para un nivel de vida cómodo, es una constante de la vida bajo el capitalismo tanto en el auge como en la caída. Si el subconsumo fuera la causa de las crisis, entonces la crisis no sería cíclica sino permanente.
La sobreproducción demuestra las contradicciones necesarias de un sistema que tiene el potencial de producir abundancia real, pero bajo el cual ese mismo potencial provoca un colapso cada vez que se acumula. En la época clásica del capitalismo industrial el ciclo reflejaba el papel inicialmente progresista del sistema. La lucha de clases obligó a los capitalistas a aumentar la productividad, acumular más y más medios de producción y, por lo tanto, producir mercancías útiles más baratas. Por primera vez en la historia, la escasez, con toda su miseria endémica, hambre, guerras y pestilencias, ya no era una parte ineludible de la vida humana.
La visión marxista de la crisis del desarrollo capitalista: Interpretación de Immanuel Wallerstein
Quién fue Immanuel Wallerstein
Referente del pensamiento crítico. Historiador, sociólogo y economista, fue uno de los científicos sociales más importantes de nuestro tiempo. Profesor de Sociología hasta su jubilación en Binghamton University, SUNY, donde dirigió, hasta 2005, el Fernand Braudel Center for the Study of Economies, Historical Systems and Civilizations, asimismo profesor visitante en universidades de todo el mundo y presidió, durante la década de los noventa, la Gulbenkian Commission on the Restructuring of the Social Sciences. Poseedor de múltiples doctorados honoris causa, entre su vasta producción intelectual destacan: «Movimientos antisistémicos» (1999, junto con Giovanni Arrighi y Terence K. Hopkins), «Capitalismo histórico y movimientos antisistémicos. Un análisis de sistemas-mundo» (2004), «El universalismo europeo. El discurso del poder» (Siglo XXI de España, 2007) y «El moderno sistema mundial» (3 vols., Siglo XXI de España).
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