Ulbrich, Holley - Finanzas públicas En Teoría Y Práctica

Finanzas Públicas en teoría y práctica

Capítulo 11

Este capítulo se concentrara en estas dos cualidades de los impuestos o sistema de impuestos o ingresos. Una es la eficiencia. La otra equidad. La eficiencia puede significar minimizar el impacto (negativo) en las decisiones de hogares sobre dónde comprar, donde vivir, etc. Puede significar alentar (o desalentar) la ubicación de un negocio en el país o en un estado o municipio. A veces los impuestos intentan distorsionar las decisiones de los consumidores o los negocios, como las emisiones de CO2 o fumar. La eficiencia también puede significar minimizar el costo de recolección. La equidad significa justicia en la distribución de la carga tributaria entre los hogares y las firmas. La eficiencia es objetiva pero la equidad es subjetiva.

Muy pocos impuestos pueden lograr un alto estándar de eficiencia. La capitación (poll tax), es una carga por persona o por hogar, es una de los pocos impuestos que no distorsiona las decisiones económicas. La carga de la capitación no cambia con ningún tipo de cambio en ubicación, esfuerzo de trabajo, etc. Este tipo de impuesto es rara vez utilizado por naciones industriales modernas ya que es extremadamente regresivo, toma un porcentaje mayor de los ingresos de los pobres que de los ricos.

Una herramienta de análisis para evaluar el efecto distorsionador de los impuestos es el excedente del consumidor (consumer surplus).

Todo aquello que cambie el precio pagado va a alterar el monto de excedente del consumidor recibido. Imponer un impuesto tendrá un efecto reductor en este excedente. ¿A dónde va el excedente del consumidor? Parte de él es transferido a la recaudación impositiva del gobierno. Esta transferencia no es necesariamente indeseada, porque el servicio adicional que el gobierno paga con la recaudación de impuestos puede compensar al consumidor por la pérdida de utilidad. El excedente de consumidor que se pierden los consumidores y no es transferido al gobierno es conocido como exceso de carga o peso muerto en un contexto tributario.

No importa si las leyes dicen que los impuestos los debe pagar un vendedor o el comprador. Los factores económicos, primariamente la elasticidad de precios de la demanda y la oferta, determinan la división de la carga impositiva entre ambos partidos. Pero si el comprador es capaz de pasar parte de ese impuesto al vendedor a través de precios más altos, entonces hay un desplazamiento de una parte de la carga tributaria. El lugar donde la carga cae finalmente es conocido como incidencia de los impuestos. El impuesto ideal sería en la tierra ya que la tierra es fija en oferta y el impuesto no causaría distorsión en el comportamiento o una carga tributaria. La mayoría de los impuestos son establecidos en bienes con oferta altamente o perfectamente inelástica, porque el exceso de carga será menor que si hubiera una curva de oferta elástica.

Existen impuestos específicos que se imponen según una cantidad determinada como unidad, volumen o peso. A su vez tenemos unos muchos más comunes que son los impuestos ad valorem que imponen un porcentaje del precio o el valor. Muchos impuestos especiales (excise taxes) como aquellos de teléfonos celulares y llantas de automóviles, son de este tipo. El impuesto a la propiedad también.

Un gasto que es deducible en impuestos tiene un precio efectivo menor que otros que no son deducibles. Un análisis es necesario para evaluar los efectos generales de eficiencia en un impuesto. Introduciendo un impuesto a la nómina de sueldo, es decir, un porcentaje de lo que gana un individuo tendrá una restricción de su presupuesto y el trabajador ajustara su comportamiento. El individuo experimenta un efecto en el ingreso (el impuesto reduce el ingreso) y un efecto substituto (en donde el ocio es más barato en términos de pérdida de ingresos) que impacta en su comportamiento de trabajo. En tanto el impuesto no sea universal influirá en las decisiones de los individuos sobre tomar actividades sujetas a impuestos o no. Solo la capitación es neutral en las decisiones de los consumidores.

Todos los impuestos en última instancia los pagan los hogares de una u otra manera. La parte del impuesto pagada por el vendedor tiene que salir de las ganancias de uno o más de esos grupos (trabajadores, proveedores, dueños). Puede resultar en menores sueldos, dividendos más bajos, entre otras cosas pero la carga sigue cayendo en los consumidores, los trabajadores y los dueños. Los impuestos también influencian las decisiones de locación. El tipo de impuesto que se establecen, tiene impacto diferente en las propiedades comerciales e industrias que en los hogares. Lo que determina la locación es la relación entre carga impositiva y el paquete de servicios ofrecidos a cambio.

La captación es el único impuesto que no ocasiona exceso de carga pero es poco satisfactorio en cuanto a equidad por ende se utilizan otros instrumentos impositivos para distorsionar las decisiones de la gente. El tamaño del exceso de carga depende de dos factores: el exceso de carga es inversamente proporcional a la elasticidad de la demanda (a mayor elasticidad, menor es el exceso) pero aumenta directamente en proporción con el cuadrado de la tasa de impuesto. Primero se sugiere que la tasa se imponga en el grado posible a artículos para los que la demanda es relativamente inelástica. La elasticidad es menor cuando hay menos substitutos.

Un impuesto minorista tiene una base más amplia que un impuesto al consumo porque hay menos posibilidades de substitución. El primero incluye servicios al igual que bienes que son menos distorsivos que el netamente impuesto a bienes tangibles. Los impuestos altos a las ventas tiene como resultado el cruce de frontera para las compras.

Un impuesto en cualquier tipo de gasto tiene dos efectos: aumenta el precio y reduce la cantidad. Aumentar un precio ocasionara el aumento de la recaudación pero reducirá la cantidad o erosionara la base impositiva lo cual reducirá la recaudación.

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