Una Mirada Mariateguina a los actuales partidos políticos peruanos y su percepción a la participación ciudadana

Una Mirada Mariateguina a los actuales partidos políticos peruanos y su percepción a la participación ciudadana

Introducción.

El presente trabajo dirige su enfoque a los partidos políticos que carecen de una filosofía política sólida y transparencia; en su lugar, adoptan la improvisación, desvirtuando el propósito de la política, el bienestar colectivo. Todo ello observado desde los ideales del escritor, periodista, político y filósofo José Carlos Mariategui.

Para ello, se utilizará como base la obra de José Carlos Mariátegui, Ideología y Política, así como investigaciones de autores que detallan de primera mano los planteamientos del Amauta, quien ha dejado una huella indeleble en la historia intelectual. A través de sus obras, ofrece un análisis crítico de la realidad y aboga principalmente por una transformación social como necesidad.

Por tanto, las interrogantes a las que se apuntan son: ¿Cumplen los partidos políticos el rol que deberían asumir en la sociedad peruana según lo planteado en el pensamiento político de Jose Carlos Mariátegui? ¿Qué tan importante es la participación ciudadana para el cambio social? Para responder dichas cuestiones, a continuación, se ahondará en los conceptos brindados por los autores y estudiosos del pensamiento de Mariátegui, que permitan responder a las hipótesis y finalmente, se presentará la conclusión encontrada como resultado de este estudio.

Desarrollo.

José Carlos Mariátegui defendía la importancia de los partidos políticos como herramientas para cambiar la sociedad y proteger los intereses de las clases trabajadoras, así como de los grupos marginados. No obstante, la percepción del cumplimiento de este papel por parte de los partidos políticos en la sociedad peruana actual deja mucho que desear, ya que la sed y la búsqueda constante del poder son sus objetivos principales.

En su obra 'Ideología y Política', Mariátegui señala que una de las tareas más urgentes de los partidos es la revisión inmediata de todos los datos históricos actuales acumulados (pp. 60). Asimismo, afirma que la opinión de un país se manifiesta a través de los partidos (pp. 200). Siguiendo esa misma línea, menciona sobre todo que “No vale la idea perfecta, absoluta, abstracta, indiferente a los hechos, a la realidad cambiante y móvil; vale la idea germinal, concreta, dialéctica, operante, rica en potencia y capaz de movimiento” (p. 246).

En base a eso, se entiende que los partidos políticos deben llevar a cabo una revisión minuciosa de los datos históricos existentes, ya que estos permiten no solo entender lo que sucede en el presente, sino también prever y medir el rendimiento de las decisiones que se tomen. Todo ello debe estar en conjunto con un partido que no tenga un ideal perfecto e indiferente a los hechos, porque carecería de valor real al desconectarse de la realidad cambiante.

Esto podría representar en el ámbito político a aquellos partidos que tienen discursos o plataformas políticas ideales en teoría, pero que no se materializan en acciones concretas para ayudar a la sociedad, las clases trabajadoras o los sectores más desfavorecidos. Esos partidos podrían carecer de una comprensión profunda de las necesidades reales de las personas y, en su lugar, promover ideas abstractas que no abordan los problemas concretos que enfrentan.

Asimismo, Mariátegui destaca la relevancia de las ideas "germinales", las cuales son dinámicas, dialécticas y funcionales. Esto podría estar relacionado con la necesidad de que los partidos políticos creen propuestas específicas que se adapten a los desafíos y transformaciones sociales, económicas y culturales en constante cambio. En esa misma línea, se enfatiza la importancia de que estas ideas sean poderosas y capaces de actuar, lo que implica que los partidos políticos deben actuar de manera ética y coherente, en lugar de comportamientos inconsistentes o carentes de ética.

El Amauta mostraba interés por la ética política y la transformación social en su escritura. Reconoce que luchar por la justicia y la igualdad es una necesidad en la sociedad. Por ende, era muy crítico con los partidos políticos que carecen de una sólida filosofía política y que adoptan acciones no éticas. Mariátegui apreciaba la integridad ideológica en la política y consideraba que los partidos políticos eran esenciales para lograr cambios sociales.

Atamara, Montúfar y Saavedra (2022) señalan que “Los partidos que no tienen una filosofía política fuerte difícilmente pueden construir una estrategia y mantenerla en el tiempo”. Esto apunta a que la ciudadanía no posea certidumbre sobre el candidato y el partido en general de su actuar por el beneficio de la comunidad, sino que lo hagan de forma más egoísta y respondiendo a sus propios intereses.

Mariátegui defendía la importancia de tener un plan político definido y una perspectiva amplia para abordar los desafíos en Perú y América Latina. Según él, los partidos políticos deben basarse en una base ideológica sólida, fundamentada en principios y valores que reflejen los intereses de las clases trabajadoras y los sectores más marginados de la sociedad.

Asimismo, Guardia (2021), estudioso del ideal de Mariátegui, señala que "su objetivo es precisamente criticar la falacia de la inevitabilidad de los cambios sociales y su consiguiente desencanto, pasividad y escepticismo". De este modo, rechazaría las acciones que no cumplen con los estándares éticos, como la corrupción, el oportunismo y la falta de transparencia, ya que afectan negativamente el objetivo de la política y la confianza de los ciudadanos en las instituciones políticas, lo que obstaculizaría la lucha por la transformación social que él promovía.

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