El Impacto De La Forma De Trabajo De Le Corbusier En Un Estudiante De Arquitectura
afuentes192 de Septiembre de 2013
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Ensayo basado en el Libro Rojo de Le Corbusier
“La arquitectura debe de ser la expresión de nuestro tiempo y no un plagio de las culturas pasadas.” Le Corbusier
En el siguiente escrito, se abordarán y manifestaran ciertos puntos que fueron de gran impacto e importancia tras la lectura de algunas páginas y conceptos del Libro Rojo del gran maestro de la Arquitectura contemporánea, Le Corbusier. Leer un poco sobre el, ayudo a conocer, enriquecer y de alguna manera comprender, puesto que no se estuvo presente en esa época, la manera en que este maestro llego a ser quien fuera. Dicha lectura, nos daba un indicio de lo que su vida podría haber sido, comenzando con la forma en que el trabajaba, en una oficina pequeña donde el techo se estaría cayendo, es decir, las condiciones no eran las óptimas, quien diría que en ese estudio se estuvieran planeando y boceteando lo que cambiaría el rumbo de lo que se conocía como arquitectura. Parece increible imaginarlo sobre una escalera dibujando en un gran pizarrón, siendo tan paciente con las personas que trabajaban con el, lo cual llama la atención porque, por ejemplo, yo no soy paciente y si trabajo a un ritmo, espero que todos lo hagan al mismo, algo muy contradictorio a lo que el Libro Rojo dice de Le Corbusier, tal ves por lo mismo el fue capaz de transmitir mejor sus aprendizajes y experiencia.
Si algo me llamó la atención fue el hecho de que le costará a el mucho trabajo organizar su tiempo, su arquitectura era muy organizada, el rompió con todos los prejuicios de la arquitectura simple y la volvió racional dejando atrás los ornamentos innecesarios que adornaban las fachadas y techos de las casas-habitación de aquella época, por lo contrario. Por lo mismo me pongo a pensar, a el le costó trabajo estructurar su día para cumplir con tres distintos oficios que serían escribir, pintar y por supuesto ser arquitecto, sin embargo esto no lo privó de organizar y racionalizar su arquitectura de manera que cumpliera con las necesidades y metas del ser humano. Por ejemplo, las casas conjunto, es decir los departamentos, no cubrían las necesidades que un ser humano tiene, como leer, divertirse, comprar, relacionarse con los demás, simplemente cubrirían las necesidades básicas que son dormir, comer, asearse, entre otras. El hecho de que tu seas una persona ordenada, desordenada o desorganizada no te resta posibilidad de ser hacer buena arquitectura, puesto que si lo vemos de ese modo, podemos cubrir errores que pensaríamos son involuntarios pero para otra persona resultan óptimos, es decir, el diseño de un espacio que de alguna manera ocultara el desorden que sucede ahí dentro, un ejemplo algo ambiguo.
Una de las cosas que más capto mi atención y me hizo reflexionar fue cuando dijó, “La arquitectura es muy difícil, usted sabe; no es como la música, en la que se puede ser genio a los 11 años. La arquitectura es un oficio duro y cuesta mucho aprenderlo.” Le Corbusier. Constantemente pensamos que la buena arquitectura solamente surge de personas que tienen un don nato y que aquellos que podríamos no tenerlo, nos resultaría imposible alcanzar a ser una persona como lo fue Le Corbusier, es decir, que por más que estudiemos si no contamos con ese don desde nacimiento no seríamos capaces de ser exitosos como arquitectos. Sin embargo, nos muestra que no es así, incluso el, que me resulta difícil creer que se le complicara siquiera un poco el diseñar y racionalizar todos los espacios de esa forma, nos deja perplejos en el sentido que dice que es muy difícil llegar a comprender la buena arquitectura y ponerla en marcha, es complicado conocer las verdaderas necesidades del ser humano y ajustarlas a un plano de construcción, se necesita de habilidades por supuesto, pero más que nada de estudio, el ver como nos comportamos y lo que en realidad necesitamos.
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