Ensayo sobre Steve Jobs

¿Quién era Steve Jobs? ¿Puede considerársele como un líder? Y en caso que la respuesta sea afirmativa, ¿qué tipo de líder fue? ¿Cuál era la visión que compartió a los que se convirtieron en sus seguidores?

Primero que nada, su nombre completo era Steven Paul Jobs. Sus padres biológicos fueron Joanne Schieble y Abdulfattah Jandali, quienes lo tuvieron a la edad de veintitrés años, en 1955. Joanne, amenazada por su padre a no contraer matrimonio con Jandali, e incapaz de proteger a su hijo, concertó darlo en adopción, con la condición de que sus padres adoptivos, Paul Jobs y Clara Hagopian, crearan un fondo para que pudiera asistir a la universidad. Dicho fondo no logró que Steven, mejor conocido como Steve, se decidiera a concluir sus estudios universitarios.

Desde pequeño, Steve supo que había sido dado en adopción. Criado en Mountain View, Colorado, muy cerca de donde a los pocos años comenzaría una revolución tecnológica, pronto encontró su pasión y curiosidad en torno a ella, descubriéndose además su mente brillante y perspicaz, que fue comprendida y motivada por sus padres. La idea de haber sido abandonado, así como de ser especial, fueron los pilares en la formación de su personalidad, que también se tornaría obstinada y tenaz.

Distintas, y con el paso del tiempo, escasas, fueron las personas que también aportaron su grano de arena a la personalidad y visión de Jobs. Paul, su padre adoptivo, fue de los primeros en transmitirle el sentido de la perfección en todo lo que hiciera. Por otro lado, con Robert Friedland pudo perfeccionar su carisma, y la mirada intensa que lo caracterizaba.  En el poco tiempo que pasó en universidad, se hizo vegetariano, aprendió y dedicó al budismo zen, la meditación y la espiritualidad, y los llevó a tal grado que, en cuanto se le presentó una oportunidad, viajó a la India  con el propósito de conocer a cierto gurú, buscando su camino a la iluminación, lo que le permitió desarrollar su intuición, clave en muchas de las decisiones que tomaría más adelante.

En los últimos años de instituto medio-superior conoció a Stephen Gary Wozniak, un ingeniero brillante, al que motivaría y apoyaría en la creación de uno de los primeros ordenadores personales, el Apple I. Pese a la disposición de Wozniak de compartir el conocimiento y la tecnología de manera gratuita, fue Jobs quien lo convenció de venderlos y fundar una empresa, Apple Computers. Desde el momento en que el Apple I apareció en una feria de la tecnología, y Steve Jobs pudo presenciar que los ordenadores de otras compañías eran mediocres en su funcionalidad, pero que tenían un mejor aspecto, decidió que los próximos ordenadores que produjeran debían venir en un paquete completo, con una buena carcasa, teclado conectado y estar totalmente integrado, desde la fuente de alimentación hasta el software pasando por la pantalla, para que pudiera venderse listo para el consumidor. El siguiente proyecto, tomando en cuenta todo lo anterior, fue el Apple II, y mientras Wozniak se encargó del diseño de los circuitos, Jobs se hizo cargo del diseño estético, y de buscar que cualquier componente fuera perfecto y estuviera en armonía con la visión que él tenía del Apple II.

En aquella época también llegó Mike Markkula a unirse a Apple, como mentor de Jobs, subrayando que la meta de crear una empresa no es hacerse rico, sino producir algo en lo que se pueda creer y crear una compañía duradera, así como tres principio: la conexión y comprensión de las necesidades del cliente, la concentración y el principio de “atribución”, que se refería a la manera de presentar no solo el producto, sino también la empresa, reflejando siempre calidad.

Si bien en los principios de Apple, fundada en 1976, Jobs nunca pudo fungir como su presidente, debido a su fuerte temperamento y poca paciencia, todos aquellos a su alrededor reconocían el carisma y su poderosa capacidad de influencia, mostrada al público en cada una de las presentaciones que él orquestaba obsesivamente de los productos Apple.

Después del éxito del Apple II, con la compañía trabajando en tres proyectos diferentes, Jobs pasó de uno a otro, hasta asentarse con el Macintosh, a cuyo grupo de trabajo logró influir de tal manera que pese a su temperamento y dura crítica, cada miembro sentía una irrefrenable pasión por crear productos de vanguardia, así como una fuerte necesidad de impresionarlo.

Tras la salida del Macintosh al mercado, con unas ventas muy por debajo de las expectativas, Jobs fue prácticamente echado de Apple. Esto lo llevó a fundar Next, una compañía también dedicada a la tecnología, que pese a sus buenos proyectos, fue llevada casi a la ruina, pues fue en aquella época, alrededor de 1988, que se dejó llevar por sus mejores y peores instintos en cuanto al diseño y la administración de la misma.  

También fue en aquella época que ayudó a la construcción de Pixar, uno de  los estudios de animación con mayor reconocimiento mundial, al cual apoyo en la gestión financiera y en lograr la independencia económica frente a Disney, aun si años más tarde esta última comprara el estudio, convirtiendo a Jobs en uno de sus mayores accionistas.

Tras su regreso a Apple a finales de los 90, Steve Jobs estaba preparado para asumir el puesto de consejero delegado, devolviendo a la visión original una empresa que desde su partida, había cambiado drásticamente. De ahí en adelante, se concibieron éxitos no solo en el campo de la computación, con el iMac y el software iOS, sino también, con su visión de lograr un centro digital alrededor de los ordenadores de la compañía, con productos como el iPod, iTunes y una infinidad de programas para la edición de video y audio, e incluso en el campo de las ventas, con las tiendas Apple. No está demás mencionar el iPhone y el iPad, situados entre los últimos éxitos que la compañía logró bajo su mando, así como el impacto que toda la tecnología de Apple tuvo en la digitalización de los medios, y la compra de música y aplicaciones en línea.

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