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Escuela Secundaria Del Estado


Enviado por   •  19 de Noviembre de 2014  •  7.606 Palabras (31 Páginas)  •  297 Visitas

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La Escuela Secundaria del Estado

La educación y el aprendizaje son dos aspectos muy importantes, que cumplen una tarea fundamental y además van de la mano en el camino de la formación de cualquier individuo, hay diversos aspectos que los engloban, muchos de los cuales representan a veces algún tipo de barrera para una educación integral y de calidad. Actualmente la educación en México presenta complicaciones para lograr el objetivo por el cual muchos héroes de la historia dieron su tiempo, su sangre y por si fuera poco sus vidas, el objetivo principal de la educación, es formar a ciudadanos consientes, críticos, autónomos y preocupados por la soberanía de su pueblo.

El papel que juega el docente de educación secundaria es fundamental en la formación de cualquier ser humano, puesto que al cursar este nivel educativo, el individuo atraviesa por una edad crucial en su vida, en la cual terminará de formar su carácter, preferencias y algunos intereses, el maestro se convierte entonces en una influencia directa sobre sus alumnos, esto implica una responsabilidad y un compromiso aún más grande para esta hermosa labor.

En este ensayo abordo las características principales de la Escuela Secundaria del Estado y cómo estas mejoran las condiciones para un buen desempeño de maestros y alumnos, hablo de lo más importante en la labor docente, los adolescentes, cómo trabajan, qué reacciones muestran ante los equipos equiparables y cómo influyen en ellos los aspectos sociales y económicos. Por último expongo un poco más mi experiencia de maestra en formación durante las prácticas y toco el aspecto qué más llamó mi atención y el que me parece que de mejorar, puede significar un gran avance en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Las instalaciones y la infraestructura: potenciadoras del trabajo escolar

La escuela está situada cerca del centro de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, lo que permite que haya una considerable afluencia de transporte público, dentro de la escuela existe un espacio muy amplio destinado a cada una de las diferentes actividades que se presentan en la vida escolar, esta escuela es afamada por sus tan adecuadas instalaciones y por el rendimiento académico que los alumnos presentan ante las evaluaciones nacionales. Considero que el tipo de infraestructura y el equipamiento con el que cuenta la institución facilitan al alumno un adecuado ambiente de aprendizaje, en el cuál puede encontrar una mejor plataforma de creatividad para sus ideas y el desarrollo de sus distintas habilidades y destrezas.

Instalaciones

Aulas para clase 21

Áreas deportivas o recreativas Si

Patio o plaza cívica Si

Sala de cómputo 2

Cuartos para baño o sanitarios 5

Tazas sanitarias 24

Servicios

Energía eléctrica Si

Servicio de agua de la red pública Si

Drenaje Si

Cisterna Si

Servicio de internet Si

Teléfono Si

En la institución además de aspectos de infraestructura existe un buen abastecimiento de recursos didácticos, que pueden ser utilizados por los maestros para las clases, más no son otorgados a los alumnos, es responsabilidad de cada docente, si algún alumno hace uso de proyectores o algún otro recurso dentro del salón de clases. Si bien, la Secundaria del Estado tiene instalaciones en las cuales cuenta hasta con una alberca para dar clases de natación en educación física, el uso de estas siempre es muy complicado.

En mi experiencia dentro de la institución, pude notar que las salas audiovisuales, los cañones, las bocinas, el internet, la biblioteca y demás servicios y recursos con los que cuenta la escuela, no son utilizados directamente por los profesores para el desarrollo de las clases, no está incluido su uso dentro de alguna planeación docente y son pocas veces solicitados, sin embargo, los alumnos dan uso a estos servicios a la hora del receso, cuando requieren de investigaciones o de forma recreativa para leer y pasar un buen rato.

En este aspecto me dediqué a observar el trabajo de los profesores y me encontré con un tradicionalismo implementado en los salones de clases, que no incluye más espacios de aprendizaje que el aula, las investigaciones y las experimentaciones son extra clase y los alumnos tienen también asignado un tiempo específico para estos aspectos, que es cuando hacen uso de las demás aulas que no están destinadas para impartir clases.

Lo rescatable de esta situación es que los alumnos han creado cierta autonomía dentro de la institución, en donde son ellos quienes deciden como usar las instalaciones y los recursos de la escuela, para qué utilizarlas y qué ventajas traerá cada una. Me refiero a los lugares destinados a la biblioteca, la cafetería, el centro de cómputo las canchas y los espacios a los que el alumno tiene acceso de manera común.

Sin embargo para el uso de las aulas de medios y el de algunos recursos tecnológicos necesitan autorización y supervisión de un docente y de la parte administrativa, que es donde el alumno encuentra su limitante, pero que a su vez como institución es necesario implementar reglas de uso para el cuidado y la preservación de los recursos, además de un adecuado control tanto de inventario como de funcionamiento en los aparatos y las salas.

Organización administrativa y docente: Parte esencial del adecuado funcionamiento de la escuela.

Dentro de las instalaciones del plantel, se cumplen con diferentes actividades y las funciones y obligaciones tienen que dividirse entre los directivos, personal de intendencia, administrativos y por supuestos de los docentes, quienes son los encargados de la formación y de mantener el orden dentro de las aulas como fuera de ellas, apoyados por los directivos y prefectos, quienes deben velar por la seguridad y el bienestar de la comunidad estudiantil.

En lo que a construcción del conocimiento respecta, los docentes se encargan de que sus pupilos asimilen, busquen y procesen información, además que aprendan en conjunto y para esto no hay una clasificación jerárquica, es decir no se monopoliza el conocimiento y la verdad en una sola persona. Ahora el maestro es quien guía la construcción del conocimiento de los alumnos y no consiste en simplemente explicar la información.

En organización, influencias políticas y manejo de la escuela y los recursos que la misma tiene, queda al mando y responsabilidad de los directivos. El director y subdirector, quienes ven por el bienestar e imagen de la escuela, además que actúan como la máxima autoridad dentro de un plantel y ejecutan trabajos como el impartir justicia si en dado caso algún alumno o bien, un maestro, no cumple con las normas que la institución o la misma SEP ha establecido.

Los cuidados de limpieza en la institución quedan bajo la responsabilidad del personal de intendencia, que son quienes se encargan de darle cuidado y mantenimiento a los espacios en que los alumnos llevan a cabo diferentes actividades, como los salones de clases, las aulas de medios, la biblioteca, los pasillos, la dirección, los baños y todas las demás áreas comunes.

En la labor de organizar toda la documentación, el personal administrativo se encarga de verificar que los papeles tanto de los que pertenecen a la matrícula, egresados e interesados en ingresar estén en regla, además de que son quienes se encargan de llenar las boletas de calificaciones de cada alumno y asistir directamente cualquier necesidad de la escuela en cuanto a esta área se refiere, como la elaboración del horario, algunos oficios para los maestros y para los alumnos, entre otros aspectos importantes que este sector de la escuela cubre.

El funcionamiento de las escuelas también depende mucho del personal de asistencia educativa, intendentes, bibliotecarios, prefectos y laboratoristas, quienes se encargan de vigilar ciertos aspectos de las actividades escolares, siendo vistos también, por los alumnos, como autoridades. La participación de estos asistentes es esencial para que la infraestructura funcione adecuadamente y esto permanezca. La cantidad de asistentes educativos que existen en una escuela depende del tamaño de la escuela, y de los distintos departamentos que tenga.

Otro de los aspectos dentro de la escuela es la organización docente, que va de la mano con lo administrativo, puesto que me refiero en este caso a la elaboración de planeaciones, la distribución del grupo, el acomodo, los aspectos a evaluar, qué es lo que registra el profesor dentro de su lista y qué consecuencias hay a partir de estas decisiones.

Algunas de las inconformidades por las cuales pasan tanto los docentes como los alumnos es el exceso de alumnos en un salón de clases, es antipedagógico e inconsciente y en algunos casos hasta inhumano, reunir en el aula de clases una población de más de 30 alumnos que recaen en responsabilidad de los maestros. En un salón con demasiados alumnos, el docente se enfrenta a otra complicación la falta de espacio, este problema atenta contra la privacidad y la tranquilidad tanto de los alumnos como de la clase.

En algunos casos el contar con muchos alumnos puede ser hasta peligroso, a causa de que en las aulas solo hay un espacio por donde salir e ingresar, suponiendo que se presente alguna catástrofe natural, la seguridad y la integridad de los alumnos de secundaria y del mismo maestro estarían en peligro, al no poder salir de manera rápida y fluida del salón para refugiarse en algún lugar seguro.

Es en extremo difícil escuchar y atender a cada uno de los alumnos en sus dudas y sus complicaciones al tratar de entender un tema, ya que si se le da la atención de manera individual, los 50 minutos destinados a una clase se esfumarían, desgraciadamente el maestro tiene que lidiar con muchas complicaciones de tiempo y espacio además que tiene que buscar alternativas para tratar de cumplir al 100% en sus actividades.

Es cierto que deben existir reglas para el buen funcionamiento de la escuela y no solo de las clases, sino de todo lo que esta demanda, dentro de la Secundaria del Estado, existen muchas normas que controlan todo el comportamiento del alumnado para asistir a los profesores y por supuesto como un aspecto formativo para los alumnos.

Es muy importante que en este aspecto organizacional la escuela tome en cuenta a los padres de familia, es por esto que se hacen reuniones bimestrales para que la familia de los adolescentes conozca su rendimiento académico, así como también existe libertad de que los padres lleguen a preguntar por el comportamiento y desarrollo de sus hijos.

Dentro de esta institución existen organigramas, que son los que organizan el poder jerárquico de cada puesto y algunas veces las tareas que cada uno tiene que cumplir para el funcionamiento de la escuela, las funciones de maestros, directivos y alumnos son obvias y supervisables, existen comités de padres de familia e inspectores escolares, que se encargan de examinar constantemente el trabajo y el rendimiento de cada escuela que es coordinada por el director, apoyado del subdirector y prefectos en la cuestión académica y por las secretarias en la cuestión administrativa.

El personal docente tiene la responsabilidad de llevar a cabo y con eficacia el proceso de enseñanza-aprendizaje con los alumnos, también influyen en la disciplina y en el apto funcionamiento de las clases, creando reglas internas para exigir la participación de los alumnos. El criterio de cada uno de las autoridades educativas debe de ser suficiente para tomar decisiones y dirigir a los grupos. Los alumnos son encargados de cumplir de la mejor manera posible el reglamento escolar, como asistir a clases, portar el uniforme y respetar a las autoridades educativas, estos son supervisados por los antes expuestos.

Si bien existe un reglamento escolar, existen también normas que rigen el funcionamiento del aula, que los mismos alumnos crean, influenciados completamente por el que rige a la escuela misma, aunque en algunas ocasiones, los alumnos se muestran desinteresados a tal situación y las reglas del salón las diseñan los profesores con opinión y ayuda de los mismos alumnos.

Todo este proceso es influenciable por los profesores asesores de grupo o por cualquier otro, que se tome la molestia de encaminar correctamente el trabajo constante de los adolescentes. Es mucho más probable que el alumno cumpla con las reglas, cuando él está de acuerdo con las normas, es decir un cumplimiento con convicción, en este caso el cumplimiento eficaz de las normas no causa ninguna incomodidad o rechazo por parte del alumno, por el contrario entiende y las cree necesarias para la sana convivencia con sus compañeros.

Sin embargo también existe la obediencia de las reglas del aula por coerción, que son quienes son obligados a cumplirlas por medio a represalias, sanciones o evidenciación por parte del grupo. En la Secundaria del Estado cada grupo cuenta con su reglamento interno pese a que el reglamento general de la escuela pertenece al año 2002, por lo que hay cosas que ya no tienen mucho sentido para esta generación.

Los aspectos disciplinarios de los que se encarga el personal administrativo, son bastante estrictos como portar el uniforme adecuadamente, la camisa por dentro, el color de los zapatos, cuando en realidad estos aspectos no son necesarios para el proceso de la construcción del conocimiento, sino más bien en un lineamiento formativo para los alumnos, en el cual tengan conciencia de las reglas, para que sirven y que beneficios o repercusiones trae respetarlas y violarlas.

Desafortunadamente la escuela cuenta con un tradicionalismo dentro sus objetivos, incluso los reglamentos no están actualizados a las necesidades reales de los adolescentes. (Anexo 4). Hoy día, es necesario que las organizaciones diseñen procesos y estructuras más flexibles al cambio, que este cambio se produzca, no como un proceso forzado de imposición de normas y procedimientos, sino como consecuencia del aprendizaje de sus integrantes.

La falta de Misión y Visión dentro de la secundaria del Estado influye directamente en el rumbo que tomará la escuela, se sigue trabajando con el mismo patrón que se hacía hace más de diez años, por lo que también dentro de las clases pude observar muchas de las anomalías de la ausencia del trabajo en equipo y la forma de trabajo de los profesores dista mucho una de otra, así como se ve mayormente el tradicionalismo y el conductismo dentro de las clases.

“No se tiene un concepto de aquello para lo cual la institución es realmente buena ni aquello para lo que no sirve” (Drucker, 1995). Tampoco puede cumplir con varios aspectos de calidad que son exigidos de manera social, hay que tener en cuenta que la calidad es un elemento fundamental para acentuar la manera en cómo se realizan las cosas dentro de las instituciones, dando una visión de cómo se haría en condiciones óptimas y los resultados sean mejores y visibles.

Si no hay una misión y visión claras es muy probable que la calidad de la institución esté en juego puesto que tampoco está clara, y si en una institución educativa no hay calidad no tiene razón de existir, no pretende mejorar ni cambiar. A pesar de la alta reputación con la que goza la escuela secundaria del estado, cuenta con el mismo lineamiento desde hace más de diez años y esta situación estanca de muchas formas el trabajo que existe con los alumnos, puesto que siguen dejándose todo el control a la imposición y no a la persuasión de la importancia de la disciplina y los valores que son tan necesarios de promover en la etapa de la adolescencia.

Los adolescentes de la Escuela Secundaria del Estado.

Características principales.

Durante el periodo de la adolescencia, cualquier cambio es evidente y el sujeto en modificación es muchas veces objeto de inconformidades e incomprensiones sociales. El aula de clases es el lugar es donde el adolescente pasa más tiempo en al día, en su “recreación” hasta cierto punto, puesto que convive con gente de su edad y se desarrolla intelectual, física y socialmente.

Los actores que participan en la interacción dentro del aula, son los propios compañeros y los maestros, ya que al hablar de secundaria, los maestros son distintos para casi cada materia, rompiendo así el ritmo de estudio del alumno, propiciando que se distraiga y le cueste trabajo tomar enserio su trabajo, debido a que sus objetivos al acudir a la escuela no son precisamente aprender y superarse día con día, el alumno adolescente va a la escuela secundaria por otros motivos.

Los alumnos adolescentes tienen precisamente intereses y curiosidades respecto a lo que ocurre dentro de ellos y muchas veces dejan los intereses escolares de lado. Les parece mucho más interesante asistir a la escuela por el hecho de convivir con sus compañeros y no por aprender y desarrollar sus habilidades. Es por esto que la educación en secundaria, es complicada y distinta a los otros niveles de educación, el alumno muestra un fuerte rechazo ante las situaciones de disciplina y respeto.

El proceso de cambio hace que ni el adolescente mismo sepa lo que desea, de modo que se comporta rebelde la mayoría de las veces ante cualquier orden o imposición. Las capacidades que demuestra cada adolescente dependen de sus motivaciones e intereses y es precisamente esto lo que los hace diferentes, en cualquier etapa. La identidad del alumno, requiere un esfuerzo que va de la mano con el desarrollo psicológico, el razonamiento, la facultad de emitir criterios, lógica formal, aumento progresivo de conocimiento, realidad física y social haciendo que se tenga una visión distinta del contexto en el que se desarrolla.

Es aquí donde cabe recalcar que la motivación también puede ser diferente, de acuerdo a lo competentes que se consideren ellos mismos, los docentes debemos ser capaces de conducirlos al éxito y crear un ambiente de confianza para que se esfuercen con sus propias convicciones, generando posibilidades y orientando los desafíos de cualquier proceso escolar.

En la Escuela Secundaria del estado pude encontrar una buena diversidad de alumnos, en cuanto a los estilos de aprendizaje que cada uno presentó puesto que es una escuela con grupos bastante grandes en donde la mayoría de los adolescentes se relacionaban únicamente con sus compañeros de clase y, no tanto con los de otros salones, por lo que el interés de la mayoría de los alumnos es comunicarse e interactuar con su grupo de pares. Sin embargo los intereses de los alumnos son distintos por lo que es necesario observarlos y tomarlos en cuenta para el trabajo áulico.

Cuando hablo de intereses me refiero a que son distintos a las motivaciones, pues estas se refieren a un plan estricto en el cual los objetivos y los fines están planteados y se trabaja con base en algo específico, mientras que los intereses, son más bien personales y por lo tanto, la variabilidad entre un individuo y otro, aumenta. Encuentro que no únicamente hay cambios externos sino también en la forma en la que el alumno se ve a sí mismo y a su ambiente.

Así como también la adquisición de una buena autoestima que le permita convivir en sociedad de manera equilibrada, basándose en los valores morales que rigen el funcionamiento del contexto y estar preparado para su introducción a la vida adulta activa, desarrollando cada vez más su valoración, conocimiento y la preservación del medio sociocultural y físico.

Organización del trabajo en equipo.

El adolescente es inquieto por naturaleza, puesto que se encuentra en una etapa de descubrimientos y aventuras, es muy fácil que se relacione con gente de su edad y que exprese sus dudas y sus preocupaciones. Entre alumnos, surge con mayor frecuencia la “amistad”, pues a lo largo del ciclo escolar convive uno con otro a diario, obteniendo así por medio de los factores que comparten, una relación. Es de gran necesidad recalcar el hecho de que una característica esencial de la adolescencia es el comienzo del interés por el sexo opuesto o por las relaciones amorosas, surge entonces una evolución al compañerismo y la amistad, noviazgo.

Es importante tomar en cuenta este aspecto de los adolescentes dentro de la conformación de los equipos, puesto que muchas veces el trabajo con compañeros que agraden al alumno puede potencializar sus habilidades, al encontrarse en un agradable ambiente de trabajo, sin embargo este aspecto también puede ser contraproducente, al sentirse el adolescente en confianza con sus amigos, podría perder el interés por la actividad y definitivamente no realizarla.

En mi escuela de práctica, los grupos de pares no importaban mucho en la conformación de equipo e incluso no pude realizar con éxito los equipos que previamente yo había diseñado respecto a las encuestas del sociograma. Los alumnos contaban con una distribución áulica específica y repetida de acuerdo a como el titular consideró apropiado y si bien los equipos eran de cuatro personas, estas eran las que se encontraban más cerca.

Los alumnos en la escuela presentan algunos casos de apatía y desinterés en las actividades, por ejemplo no es lo mismo que a un alumno se le ponga una actividad en la cual el desarrollo sea de manera estática y sin alguna motivación que lleve a la comprensión y atención sobre la clase, a que a los alumnos se les ponga una actividad de interacción, en la cual se les dé un incentivo para poner su atención sobre la clase.

Es en este punto en donde se potencializan las actividades áulicas por medio del trabajo en equipo, pues este sirve de incentivo para los alumnos, al mismo tiempo que el hecho de compartir con sus compañeros sus ideas hace que el alumno rompa muchas de sus limitaciones y amplíe su perspectiva aumentando su creatividad.

Una de las problemáticas más comunes en las escuelas durante las clases es la falta de importancia que los alumnos tienen sobre la clase y su contenido, estos actúan de manera frívola a las actividades, cabe destacar que no siempre es el alumno quien lleva la clase al fracaso, hay otro pilar muy importante el cual es el maestro.

El maestro como intermediario entre el conocimiento y los alumnos es quien tiene como primera responsabilidad mantener al grupo atento a las actividades, probando distintas metodologías para hacer más interesante y menos tediosa una clase sobre todo la clase de matemáticas que resulta muy difícil hacerla un tanto didáctica a causa de que es una materia exacta y de contenidos relativamente complejos para los alumnos de secundaria.

Es con esto en donde encuentro que muchas de las actividades que diseñé tuvieron éxito por el hecho de que los alumnos tenían que trabajar en cuatro fases y esto era nuevo para ellos por lo que encontrar incentivo ante el trabajo en equipo y compartir sus ideas, así como en la redacción de una síntesis, a la cual le tomaron mayor importancia luego de darse cuenta de que leí cada una y les puse notas constructivas al final.

En la clase de matemáticas los alumnos tienden a tomar una actitud de indolencia hacia los contenido e incluso hacia el maestro mismo, ya que a lo largo de la vida no se les ha dado una educación en la cual se describa la importancia de las matemáticas no solo como herramienta para la vida cotidiana, si no también, como método de crecimiento racional e intelectual, con el que podemos alcanzar un gran nivel de perspicacia.

Al trabajar en equipos, los alumnos pueden manejar un mejor circuito comunicativo, uno de los factores que impiden que el alumno logre un aprendizaje significativo es la falta de comunicación, sería erróneo que usara un lenguaje matemático sin antes asegurarme de que el alumno lo comprende totalmente, porque esto obstaculizaría la construcción de su nuevo conocimiento.

Es por esto que mediante el trabajo en equipo estas dudas pueden solucionarse en contacto con sus compañeros y mediante el uso de un lenguaje con alguien de su mismo grupo, podía decirse que se encuentran dentro del mismo canal y puede asegurarse un poco más la comprensión.

Los equipos no pudieron ser conformados como yo los tenía diseñados, respecto a la empatía que había entre los alumnos y el rendimiento académico según el parcial anterior a mi práctica. Con esto entonces fueron conformados de manera aleatoria, aunque durante toda la práctica fueron los mismos. Esto originó que los resultados variaran demasiado en la resolución de las actividades y casi siempre eran los mismos equipos los que terminaban antes, aunque ninguno se mostró jamás deseoso de participar en el debate matemático ni pasar al frente cuando no estaban seguros de que sus resultados y procedimientos eran correctos.

Temor al error

Autoestima y Motivación.

La etapa de la escuela secundaria es en la que el ser humano termina de formar su carácter, dentro de la Secundaria del estado, en el tercer grado con el que tuve la oportunidad de trabajar, encontré un grupo homogéneo conformado por treinta y nueve alumnos que en su mayoría eran de rendimiento alto y que presentaban una conducta disciplinaria impecable.

Al principio de mi práctica tuve que hacer modificaciones a mi planeación en cuanto a las actividades que llevaba preparadas, estas no significaron un reto para los alumnos por lo que tuve que subirlas de nivel, sin embargo la profesora titular no permitió que en el trabajo individual, los alumnos trabajaran solos y explicó un par de cosas para que todos pudieran contestar la actividad.

Este tipo de acciones limitan la creatividad del alumno y lo hacen perder seguridad de su pensamiento, por lo que la primer clase dejó de tener sentido y ni el trabajo en equipo ni el debate matemático tuvieron sentido. Dentro del trabajo en equipo indiqué que buscaran todas las soluciones posibles y para el debate matemático los alumnos expusieron su trabajo previo. Sin embargo los alumnos me hacían preguntas constantemente a cerca de la efectividad del procedimiento y de que el resultado fuera correcto antes de pasar frente al grupo.

Con este suceso repetido por más de tres días seguidos, observé una clara falta de autoestima por parte de los alumnos. “Es un hecho que a ningún alumno le gusta sentir que no vale, que no es capaz, y mucho menos le gusta que su falta de valía quede de manifiesto ante sus compañeros o compañeras. También es cierto que a todo alumno le gusta quedar bien. Este hecho podría hacer pensar que la necesidad de autoestima no tendría por qué plantear problemas de motivación, ya que lo lógico es esforzarse por satisfacerla.” (Tapia, 1999). Sin embargo son cuestiones que van de la mano y muchas veces el alumno al errar repetidas veces se desmotiva porque siente que es incapaz de aprender.

La adecuada incentivación propicia que el alumno tenga el deseo de participar, en la mayoría de los casos, los alumnos exponen frente al grupo porque esto significa un porcentaje de la evaluación que sirve para asignar una calificación. La motivación no debe de ser vista tampoco como un estímulo-respuesta, es más bien despertar el interés pero sobre todo mantenerlo.

Estar preocupado ante todo por la posibilidad de perder la autoestima frente a los demás genera comportamientos que perjudican a menudo al aprendizaje. Por ejemplo, es frecuente observar que, cuando se tiene esta preocupación, se tiende a estudiar de forma que asegure poder responder como los profesores quieren y tener buenas notas, aunque ello Implique memorizar más que elaborar y asimilar lo estudiado. Además, la posibilidad de quedar en ridículo en público hace que se evite participar en clase o en grupos de trabajo, aunque esa participación pueda proporcionar un mayor aprendizaje. (Tapia, 1999, p. 23).

Esto sucedió durante mi práctica docente, los alumnos estaban mucho más preocupados por tener un resultado correcto, más que por tener un procedimiento adecuado o haber comprendido totalmente la actividad y sobre todo saber en dónde se ve reflejado el uso del conocimiento para la utilidad de la vida del adolescente. Partir del error, tiene que ser visto como una posibilidad de aprendizaje por parte de los alumnos, no está mal equivocarse, pero cuando el alumno no tiene seguridad a cerca de sus habilidades y no comprende con claridad que la función del estudio es desarrollarlas, es casi imposible que pueda contar con este principio como propio dentro de su ideología.

Aprender es arriesgarse a errar. Cuando la escuela olvida este hecho, el sentido común lo recuerda diciendo que el único que no se equivoca es el que no hace nada. Partiendo de la falta como un 'fallo" del aprendizaje, la consideramos en algunos casos, como el testigo de los procesos intelectuales en curso, como la señal de lo que afronta el pensamiento del alumno durante la resolución de un problema. Llega a suceder, si lo miramos desde esta, perspectiva, que aquello que denominamos error no lo sea, y que nos esté ocultando un progreso que se está realizando. (Astolfi, 1999, p. 16).

Al llegar al tercer grado, en la Secundaria del Estado, los alumnos mostraban cierto temor por enfrentarse a la metodología de la maestra titular, como es una escuela bastante grande cada grado tiene un solo maestro, exceptuando a los primeros grados en donde existían dos. Lo extraño del caso es que los alumnos tiene un comportamiento totalmente distinto en la clase de matemáticas respecto a las demás materias, se expresan poco, temen preguntar, se sientan de manera distinta, entre otros aspectos de disciplina excesiva.

La profesora titular sin embargo, consigue que los alumnos dominen el contenido y puedan resolver ejercicios de manera eficiente, más no son capaces de resolver problemas en donde el conocimiento tenga que ser aplicado, por lo tanto el aprendizaje esperado no se logra. Se basa en una repetición hasta que los procesos de resolución sean cotidianos para los alumnos.

Tomando esto como referente, ante mi propuesta didáctica, los alumnos se sentían atemorizados al compartir su razonamiento respecto al problema y aún más cuando debían emplear sus conocimientos para resolverlo. Necesitaban estar seguros de que estuvieran en lo correcto para tomar seguridad frente al grupo y sobre todo frente a la profesora titular.

Si bien la práctica hace al maestro y es esencial la experiencia para diseñar mejor las actividades, no tienen por qué excluirse las nuevas metodologías en las cuales la autoestima y la motivación del alumno va en igual importancia que su dominio de contenido, con esto el alumno puede desarrollar las competencias para la vida.

Aunque se tiende a pensar en la escuela como en algo estático, el ámbito de la educación también ha crecido y ha cambiado. Hoy en día sabemos muchas cosas sobre la enseñanza y el aprendizaje que no sabíamos hace un siglo o incluso hace algunas décadas. Algunas de estas apreciaciones se derivan de la psicología y de las ciencias que estudian el cerebro. Otras son consecuencia de la observación continua que tiene lugar en el aula. Cualquiera que sea su génesis, estos cambios educativos son tan revolucionarios como pueda serlo la transición del lápiz a la máquina de escribir y de esta al ordenador personal. (Bandwein, 1991, p.5).

Es mucho más importante que el alumno sea capaz de resolver problemas en su cotidianeidad, a que tenga las hojas de su libreta con el folio en orden. Este tipo de conductas distraen al alumno del objetivo principal y por supuesto tensan y hacen mucho más pesado el ambiente de trabajo. Un alumno no es irresponsable por el hecho de arrancar hojas de su libreta o por no colocarse justo en la raya del piso indicada para su silla.

La mayoría del grupo, por dejar margen y no decir que en su totalidad, estaba motivado por el aprendizaje de las matemáticas y contaban con disposición para las actividades, incluso se mostraron interesados ante la metodología de las cuatro fases que les presenté al principio de la práctica, y se esforzaban por cumplirla y ponían empeño en la redacción de sus conclusiones, así como también hacían observaciones de lo que les había agradado o no dentro de la clase.

“No basta con que los alumnos quieran aprender para que se interesen por el trabajo escolar y se esfuercen. Al exponer las metas que persiguen los alumnos, señalábamos que al deseo de aprender suele acompañarle el de que lo que se aprenda sea útil.” (Tapia, 1999).

Mi papel de Maestra Practicante.

Un punto importante del rol del maestro consiste en estimular e interesar a otros en lo que se ha de aprender. Esto es importante tanto si la organización implica mucho trabajo individual y de grupo pequeño como si se hace casi todo en la clase en conjunto. El apoyo individual también es necesario y debe considerarse una herramienta de enseñanza, dado que los niños tienden a repetir lo que se alaba y apoya. (Dean, 1993, p.25).

El papel que jugué dentro de mi grupo fue muy importante puesto que yo diseñé, mediante la previa observación, las actividades que creí más aptas para lograr que mis alumnos construyeran un nuevo conocimiento con la ayuda de estas.

Analicen la siguiente sucesión de figuras y respondan lo que se cuestiona.

a) Si la sucesión continúa en la misma forma, ¿cuántos cubos se necesitan para formar la figura 5? ¿Y para la figura 10? ¿Y para la figura 100?

Los alumnos observarán que se trata de una sucesión lineal en la cual hay una diferencia de 3 entre cada posición. Por consiguiente, la expresión algebraica que permite conocer el número de cubos de cualquier figura que esté en la sucesión es 3n -2. Otros alumnos puede que tengan una respuesta en la cual elaboren una tabla de dos columnas y en ella anoten el número de cubos que tienen las primeras figuras de la sucesión.

Figura cubos

1 1

2 4

3 7

4 10

5 13

10 28

100 298

b) ¿Cuál es la expresión algebraica que permite conocer el número de cubos de cualquier figura que esté en la sucesión?

c) Se sabe que una de las figuras que forman la sucesión tiene 307 cubos, ¿qué número corresponde a esa figura en la sucesión?

d) Una figura con 101 cubos, ¿pertenece a la sucesión? ¿Por qué?

(Anexo 1a)

Sin embargo no conté con plena libertad en mi trabajo, la profesora titular interrumpía constantemente mis clases y explicaba el contenido, rompiendo con el proceso de descubrimiento y capacidad de resolver problemas de los alumnos. Por lo que fue necesario que modificara algunos aspectos de mi metodología, como que dentro del trabajo en equipo buscaran otros métodos de resolución y eligieran uno para la exposición dentro del debate matemático.

Fue complicado lograr que los alumnos quisieran participar en el debate matemático, sin antes asegurarse de que sus procedimientos y sobre todo el resultado fueran correctos. Al no tener equipos equiparables, había un ritmo de trabajo demasiado disparejo entre los subgrupo del salón, siempre eran los mismos equipos los que terminaban primero, pero eran todos los que se acercaban a corroborar conmigo la certeza de sus resultados.

Aunque hice muchos esfuerzos por exponerles la idea de que si se equivocaban, únicamente tendríamos una forma de saber cómo no se resolvía y que de eso podíamos partir para mejorar el procedimiento, los alumnos confiaban poco en ellos mismos, y es que con el tiempo que dura la práctica no puede modificarse una conducta de motivación y autoestima ni llevar a cabo un proyecto en el cual se trabajen estos aspectos.

Si hay algo contra lo que todos nos rebelamos es contra el hecho de tener que hacer algo obligados. Este hecho es particularmente cierto en el caso de muchos adolescentes que no ven sentido a ir a clase cuando no se enteran, o cuando no ven el valor de aprender lo que se les explica. El problema se acentúa porque la obligatoriedad de la enseñanza hasta los 16 años hace que muchos alumnos vean prolongada una situación en la que estaban a disgusto. En estos casos, cuando alumnos y alumnas se sienten obligados, afrontan el trabajo sin interés, se esfuerzan lo menos posible y buscan salir de la situación como sea. Por el contrario, cuando experimentan que progresan y ven sentido a lo que aprenden, asumen la tarea como algo propio, que les enriquece y les abre nuevas posibilidades. En estos casos, al tener claras las metas que persiguen, actúan con autonomía buscando nuevos medios de conseguidas cuando el centro escolar no les ayuda a alcanzadas. Por ejemplo, si un alumno está interesado por una materia y el profesor no la explica con claridad, pide ayuda a otros compañeros, busca ayuda en otros libros, pregunta a otro profesor. Si queremos que alumnos y alumnas acepten de buena gana el trabajo escolar es, pues, necesario crear las condiciones adecuadas para que lo asuman como algo propio, de modo que el sentimiento de obligación disminuya.” (Tapia, 1999, 38).

Así mismo, la obligatoriedad y la imposición por parte del profesor pueden crear temor e inseguridad en el alumno, que es lo que sucede con el grupo de tercero de secundaria con el que trabajé, truncando de muchas formas la seguridad y las habilidades que pueden desarrollarse, así como el aprendizaje significativo a lograrse mediante la construcción del conocimiento.

La relación que existe entre maestro y alumno es un eje dentro de la participación en clases, se necesita de un espacio armónico y de confianza que permita que el alumno experimente su libertad de pensamiento sin temor a equivocarse, verá el error como una alternativa de aprendizaje, porque el profesor así debe de interpretar la situación, sin evidenciarlo y con un gran umbral de paciencia que deje a los alumnos equivocarse y terminar con su propuesta, para posteriormente analizarla entre todos.

Este trabajo debe de ser constante y paciente por parte del docente, es lento el procedimiento mediante el cual, el alumno logra seguridad en sí mismo e incluye el error como punto de partida para su aprendizaje. Es incluso más trabajo para el docente porque tiene que adoptar este principio también para sí mismo y a decir verdad la mayoría de las personas tememos equivocarnos y aún más cuando hay quien pueda señalarnos los errores.

La confianza que puede llegar a crear el alumno para sí mismo, puede ayudarlo no solo a tener seguridad en un debate matemático, sino que mediante ésta puede desarrollar con mayor eficiencia todas sus demás habilidades para lograr los aprendizajes esperados y concluir su educación básica con el perfil de egreso deseado por los planes y programas de estudio.

De esta forma, espero que los alumnos aumenten su participación, y al decir participación me refiero a la seguridad que manifiestan al exponer sus conocimientos, tendrán el escenario apto para el desarrollo de sus propuestas con la certeza de que es necesaria para mejorar su aprendizaje y de que no habrá que preocuparse por el error, sino interpretarlo como un trampolín hacia el aprendizaje significativo, que servirá como medio para ser ciudadanos competentes y útiles en sociedad, que muestren habilidad para la resolución de problemas y comunicar adecuadamente sus ideas ya sea de manera oral o escrita.

Así mismo el alumno al tener una adecuada autoestima, también estará dispuesto al cambio, puesto que bajo una formación constructivista, tendrá también la habilidad de escuchar ideas de los demás, valorarlas, criticarlas y compararlas con las suyas, de modo que pueda tomar lo mejor de cada una para reconstruir sus conocimientos, al mismo tiempo que desarrolla competencias de convivencia en las que aplica valores como el respeto hacia las opiniones de otros, la tolerancia a que alguien no esté de acuerdo con lo que él proponga y la valoración de la diversidad de pensamiento, sólo por mencionar algunos.

El profesor de secundaria es muy importante para el adolescente, este significa una influencia considerable para el alumno, las opiniones que el docente emite o las etiquetas que muchas veces inconscientemente existen dentro del aula de clases, pueden marcar para toda la vida a una persona, al ser la adolescencia una etapa de reconstrucción y de desarrollo fundamental para el ser humano, las modificaciones tanto físicas como psicológicas que emergen en esta edad, dejarán huella a lo largo del desarrollo intelectual del individuo.

Es así que el papel que se desarrolla como profesor cobra importancia y es por esto que debe de existir atención total y constante para los alumnos y para las actividades que se desarrollan, así como la forma en que son guiadas dentro del aula de clases o el escenario elegido, de modo que el alumno encuentre confianza y seguridad para adoptarlas para sí mismo.

Conclusión

En estas prácticas docentes, hice mis planeaciones refiriéndome al constructivismo, tratando de implementar dudas en mis alumnos, para que se valieran de sus conocimientos previos y resolvieran con sus propios medios lo que la actividad exigía, pero no a todos los motiva lo mismo, no todos perciben igual la actividad.

Durante la etapa de la escuela secundaria es muy complicado que el adolescente experimente conciencia en cualquier circunstancia. El alumno se encuentra en un momento de transición que lo lleva con frecuencia a la experimentación para el redescubrimiento de su identidad, impidiendo su análisis previo a sus acciones y su comportamiento se vuelve un tanto más instintivo, sin embargo de esto puede sacarse mucho provecho, si como profesora logro despertar la curiosidad de mis alumnos para con mi clase, toda esta energía e interés por el descubrimiento potencializará el trabajo que yo pueda realizar en conjunto con ellos.

Hacerse de alumnos críticos, conlleva una gran responsabilidad, uno no puede enseñar algo que no sepa, ni implementar un hábito que no tenga, es de vital importancia entonces que yo practique esa “crítica” ese análisis que pretendo que mis alumnos aprehendan para su vida, más que conceptualizar determinados enunciados, que ellos tengan la seguridad de que pueden aplicarlos, pero sobre todo que estén conscientes de que saben cómo hacerlo.

Otro de los factores que caracterizan al alumno crítico es que no le tiene miedo a la equivocación, en la etapa de la escuela secundaria las opiniones y perspectivas del alumno giran en torno a su grupo de pares y le tienen temor a la crítica, es por esto que se debe hacer un trabajo grupal para demostrar que mientras más equivocaciones existan en los procedimientos, más oportunidades tendremos de encontrar alternativas de solución y en el momento de la aplicación con el mundo real, sepamos las diferentes maneras en las que no obtendremos un resultado acertado, es decir mientras más nos equivocamos a la hora del aprendizaje menos nos equivocaremos en la práctica.

Existen varios métodos para hacer al alumno crítico, pero lo que realmente importa no es que lo sea sino que sepa que lo es, esto generará confianza en sí mismo y en su capacidad de análisis. El trabajo en equipo puede potencializar el aprendizaje de los alumnos en secundaria, cuando el trabajo es bien dirigido y encontramos las respuestas esperadas por parte de los integrantes del grupo, hace crecer de manera considerable y observable la seguridad del conocimiento adquirido, incrementando así la participación de los alumnos, pero si la respuesta del grupo no es la esperada o la actividad no es bien dirigida, vemos como las participaciones se encapsulan en los alumnos de alto rendimiento y los que de pronto se interesan por la clase y se animan.

Lo necesario para trabajar de esta forma con los grupos, es conocerlos. Cada grupo está integrado por diferentes personas, por lo tanto trabajan de distintas maneras, para lo que necesito planeaciones distintas que se adapten a las particularidades de cada grupo.

La relación que existe entre maestro y alumno es un eje dentro de la participación en clases, se necesita de un espacio armónico y de confianza que permita que el alumno experimente su libertad de pensamiento sin temor a equivocarse, verá el error como una alternativa de aprendizaje, porque el profesor así debe de interpretar la situación, sin evidenciarlo y con un gran umbral de paciencia que deje a los alumnos equivocarse y terminar con su propuesta.

Posteriormente analizarla entre todos y sobre todo tener una flexibilidad de pensamiento que englobe que no solamente las ideas del maestro son las correctas, cada uno en su realidad puede crear la utilidad más apta para los conocimientos. Mis metas logradas fueron entender esto, cada uno tiene un contexto diferente, no tiene que reaccionar de la manera que yo espero, ni comprender ni resolver como yo espero, el alumno tiene la libertad de pensar y en la medida en la que como profesora yo los deje ser libres de pensar, encontraré más respuestas, mayor motivación y mejores resultados en el aprendizaje de mis alumnos, es importante aclarar y guiar esta libertad, el adolescente por su naturaleza confusa y enredada necesita de una pauta para encausar de manera productiva sus estallidos de energía y sus ganas de hacer las cosas, potenciar la libertad que los adolescentes buscan, en su pensamiento.

Mis metas próximas son aún más claras, debo de comenzar a considerar muchos más aspectos de los que yo sabía para la planeación, para la elaboración del material didáctico y por su puesto enriquecer cada día más mis conocimientos en la materia de especialidad, es de vital importancia comprender y manipular ampliamente los contenidos que estoy guiando en mis alumnos, pueden ellos proponerme varias alternativas de usos, que quizás yo no conozca y las tome como nulas, cuando en realidad puedan tener un gran potencial.

Prepararme para mí, para mis alumnos, para este cambio que debe de comenzar conmigo, para esa disposición que espero de mis alumnos, esa cordialidad, la utilidad real y activa de lo que vemos en clase, debe comenzar en mí análisis de las situaciones, antes de preguntarles a mis alumnos, en donde usarían el conocimiento adquirido en clase durante su cotidianeidad, debo preguntármelo yo, para crear un perspectiva de aprendizaje más amplio para mí, que únicamente mejorará el resultado del aprendizaje significativo de mis alumnos.

Bibliografía

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• Astolfi Jean Pierre (1999), "¿Qué estatus se da al error en la escuela?", en El “error”, un medio para enseñar, Ángel Martínez Geldhoff (trad.), 'Sevilla, Díada (Colección: investigación y enseñanza, 15), pp. 9-25.

• Brandwein Paul, Memorandum On Renewing SchooIing and Education (Memorandum Sobre la renovación de la escuelaa y la educación), 1991.

• Dean, Joan (1993), "El rol del maestro", en La organización del aprendizaje en la escuela primaria, Barcelona, Paidós (Temas de educación, 34), pp,59-88.

Anexos

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