ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Gramscy Educacion Y Hegemonia

chikizlorenz12 de Septiembre de 2013

4.353 Palabras (18 Páginas)431 Visitas

Página 1 de 18

GRAMSCI EDUCACION Y HEGEMONIA.

En este año que concluye se celebra el centenario del nacimiento del pensador Antonio Gramsci, el teórico marxista en quien se conjugó el pesimismo de la inteligencia con el optimismo de la voluntad. Sus escritos sobre el papel de lo ideológico en los procesos de cambio social abren el camino a la reflexión sobre el papel legitimador/transformador de los aparatos escolares. Sin embargo, Gramsci, a causa de las duras condiciones de su vida política y carcelaria, no tuvo tiempo ni oportunidad de desarrollar sistemáticamente sus concepciones pedagógicas . Éstas se hallan implícitas en sus conceptos de hegemonía y revolución cultural, y explícitas , aunque dispersas, en diversos textos de sus "Cartas desde la Cárcel" y en sus célebres "Cuadernos de Cárcel". Para Gramsci, el problema escolar se halla conectado con la relación neurálgica que existe entre pedagogía y política, tal y como la elaboró en su concepción central de hegemonía.

Así lo explicita, en uno de sus textos publicado en el volumen El materialismo histórico y la filosofía de Benedetto Croce, al precisar que "este problema puede ser relacionado con el del planteamiento moderno de la doctrina y de la práctica pedagógica, según la cual la relación entre maestro y escolar es una relación activa, de interacciones recíprocas, por las cuales todo maestro es al mismo tiempo alumno, y todo alumno maestro. Pero la relación pedagógica no puede reducirse al ámbito de las interacciones específicamente escolásticas, por las cuales las nuevas generaciones entran en contacto con sus predecesores, cuyas experiencias y valores históricos necesarios absorben para madurar una personalidad propia, histórica y culturalmente superior. Esta relación existe en toda sociedad en su conjunto y para cada individuo con respecto a los demás, entre las clases intelectuales y las no intelectuales, entre los gobernantes y los gobernados, entre las élites y los seguidores, entre los dirigentes y los dirigidos, entre las vanguardias y los cuerpos de los ejércitos. Toda relación de hegemonía es necesariamente una relación pedagógica y se verifica, no sólo en el interior de un país, entre las diferentes fuerzas que lo componen, sino en todo el campo internacional y mundial, entre grupos de civilización nacionales y continentales".

Educación de élites y educación de masas

Gramsci se planteaba también el problema de la educación como un problema esencial en el proceso de elevación cultural del pueblo, que en el período del "Risorgimento" —típico movimiento de élites— había sido descuidado. Empero, para Gramsci, hacer política no era sólo educar a una vanguardia sino tratar de elevar a las masas al nivel de una cultura integral. Y así lo subraya con la siguiente matización: "Crear una nueva cultura no significa hacer sólo individualmente descubrimientos originales, sino también, y especialmente, difundir críticamente verdades ya descubiertas, socializarlas, por así decirlo, y por lo tanto convertirlas en base de acciones vitales, elementos de coordinación y de orden intelectual y social. Que una masa de hombres sea conducida a considerar unitariamente el presente real es un hecho filosóficamente mucho más importante y original que el hallazgo por parte de

un genio filosófico de una nueva verdad que se conserve como patrimonio de pequeños grupos intelectuales".

Hegemonía y escuela

La profesora Cristhine Buci Glusckmann, analizando tales textos, considera que para Gramsci el sistema escolar es —como las demás organizaciones culturales que actúan en la sociedad civil— uno de los factores de hegemonía de una clase social y constituye el hilo conductor en la elaboración de los Cuadernos de la Cárcel. Y es lógico que así sea, pues la supremacía de una clase social no es sólo dominación sino —como hegemonía— dirección intelectual y moral. Para imponerla no basta la coerción —de los aparatos regresivos del Estado— sino que es preciso también el consenso o consentimiento de las clases subalternas.

Para el logro de esa hegemonía, es fundamental la función que desempeñan los intelectuales. Actuando como "funcionarios de las superestructura" cimientan la unidad de la estructura y la superestructura, que constituye un bloque histórico determinado, mediante la elaboración y difusión de la ideología de la clase dominante dando lugar a su hegemonía. De ahí la importancia de la educación, ya que ésta desempeña una función esencial en la formación de los intelectuales del bloque emergente como ya lo habían desempeñado en la gestación del bloque dominante. Con la particularidad de que, para los intelectuales del nuevo bloque emergente, la cultura constituye un integrante básico del socialismo, pues éste debe integrar una concepción integral de la vida que comprenda no sólo la organización política sino también la organización del saber a través de la actividad cultural.

El hombre en la sociedad y en la escuela

Antes de iniciar, en 1929, una reflexión sistemática sobre los problemas pedagógicos, Gramsci se había planteado —reflexionando sobre la "filosofía de la praxis"— el problema de la naturaleza humana. Para Gramsci no existe una "naturaleza humana universal" (concepto metafísico) ni tampoco una individualidad preconstituida al proceso de formación histórica de cada uno de los hombres. Preguntarse ¿qué es el hombre? es preguntarse si el hombre puede modelar su propio destino. Es decir, si puede crearse una vida propia. Según Gramsci, la respuesta es que "el hombre es un proceso, el proceso de sus actos". O, dicho de otro modo, el hombre es, sobre todo, espíritu, o sea, creación histórica, no naturaleza. Aunque el hombre es un ser material, esta materialidad no puede reducirse al significado que la materia tiene en las ciencias naturales o en las metafísicas materialistas premarxistas. No existe, por lo tanto, una naturaleza humana de base, determinada y fija ontológicamente en la variedad de sus manifestaciones durante el conjunto de su historia sino que la naturaleza humana es un continuo transformarse que se va determinando poco a poco a través de la dialéctica de las relaciones sociales: la naturaleza humana es el conjunto de las relaciones sociales que determina una conciencia históricamente definida. Además, el conjunto de las relaciones sociales es contradictorio en todo momento y se halla en continuo desarrollo, de forma que la naturaleza del hombre no es algo homogéneo para todos los hombres y todos los tiempo.

Para Franco Lombardi. es ésta una historización de la realidad humana en la que adquiere sentido y significado preciso la primitiva observación gramsciana de que "el hombre es creación histórica, expresión de las relaciones entre la voluntad humana —situada en la superestructura de una formación económico-social— y la estructura económica de la sociedad. La escuela o, más genéricamente, la educación desempeña una función muy importante en el desarrollo de esas relaciones al asegurar la transmisión del acervo cultural de una a otra generación" (Gramsci).

Educación y formación de la personalidad

La concepción que Gramsci tenía de la función de la educación emerge así de todo el conjunto del pensamiento gramsciano y enlaza estructuralmente con la "filosofía de la praxis", en cuanto que ésta aspira a ser una reforma moral cuyo fin será elevar la conciencia crítica de las clases populares para que los individuos que la constituyeron lleguen a adquirir una concepción superior de la vida. En ese sentido, debe precisarse que la característica educativa implícita en la "filosofía de la praxis" (marxismo) se manifiesta, sobre todo, en el proceso de formación de la personalidad. Para Gramsci, el hombre, que es el resultado de unas condiciones de vida, es también el sujeto de una transformación determinada, ya por un cambio del conjunto de las relaciones sociales, ya por la toma de la conciencia de estas situaciones objetivas y por la voluntad de querer servirse de ellas.

De este modo, apoyándose en las condiciones objetivas de existencia, el hombre pone en movimiento la propia voluntad como aplicación efectiva del querer en abstracto y forma así su propia personalidad. Esta formación no es sólo individual y subjetiva sino una operación compleja en la que los elementos individuales y subjetivos se asocian a los elementos de masas, objetivos o materiales. con los que el individuo se encuentra en unas relaciones de acción recíproca. Conviene también precisar que, si bien la síntesis de dichos elementos es individual, ésta se realiza por medio de una actitud que está en conexión recíproca con el exterior —la naturaleza y los otros hombres— realizando un progreso ético que sería vano considerar individual.

Rechazo del determinismo y del innatismo pedagógico

El rechazo que Gramsci realiza tanto del determinismo como del innatismo pedagógico es una consecuencia de su concepción de la naturaleza humana. Según Gramsci, no se puede hablar de una naturaleza "a priori" del niño, ni del hombre en general, innata, cuya simple función sería la de manifestarse. Es evidente que en el individuo humano hay elementos naturales de carácter innato, pero después de un examen detenido se muestran menos innatos de lo que parecen, y, por lo tanto, su importancia debe limitarse al máximo, incluso porque no todo lo que en el niño parece ser natural resulta ser tal y, a veces, es mejor considerarlo como historia.

Dado que la

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (28 Kb)
Leer 17 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com