Maquiavelo (1469-1527)

6.1 Maquiavelo (1469-1527)

La necesidad política de los príncipes que debían mantener estados nacientes promovía la aparición de un pensamiento como el de Nicolás Maquiavelo. En la obra El príncipe, se explica la manera en que debería ejercerse el poder de tal forma que el gobernante tuviera triunfo. Para aquel objetivo quien desempeña el poder debería atender a la naturaleza gubernamental, a sus objetivos y a los medios eficaces, que los líderes tienen que utilizar para sostenerse y hacerse respetar. Entre los medios hay 2 primordiales: las leyes idóneas y los buenos ejércitos. El legislador es un puntal fundamental de la acción gubernativa. Las previsiones legales para orientar los diversos movimientos de los pobladores de un Estado son decisivas. Política y Derecho van de la mano, y en los tiempos en que nace el Estado nuevo, esta interacción se intensifica.

Las primordiales bases de todos los estados nuevos viejos o mixtos, son las buenas leyes y los buenos ejércitos; y no habrá buenas leyes donde no haya buenos ejércitos.

Redacta casi sobre la mecánica gubernamental, medios con los que se puede robustecer al Estado, políticas sensibles de incrementar su poder y de errores que conducen a su decadencia o ruina. Las medidas políticas y militares son el exclusivo objeto de su interés, y separa casi por completo de toda importancia religiosa, moral y social, salvo en el tamaño en que éstas están afectando a los expedientes políticos. El fin de la política es mantener e incrementar el poder político, y el jefe para juzgarla es su triunfo en la consecución de aquel objetivo. Trata a menudo de los beneficios que la inmoralidad hábilmente usada puede dar a los objetivos de un gobernante y es esto lo cual ha provocado primordialmente la mala fama del florentino. Se limita a abstraer la política de toda otra importancia y redacta sobre ella como si fuera un fin en sí.

Para Maquiavelo los estadistas son deficientes si permiten que sus estados se debiliten o relajen. El logro del orden es una meta que está detrás de la mayoría de los tips que Maquiavelo da al príncipe. El orden que pone parámetros a las ocupaciones aventuradas, que trae seguridad y da estabilidad a los gobernados, tienen que estar por arriba de la práctica benevolente de virtudes privadas. Maquiavelo se mueve al interior del suceder político y propone las superiores modalidades para que éste se conduzca. Se concentra en lo cual es inherente al ejercicio del poder en una sociedad. Su teoría se define, de manera, como inmanente al poder. Dicha es la característica primordial y la novedad importante de su estudio. Y esta es el motivo por la que se estima el papá de la ciencia política.

George Sabine respecto de Maquiavelo:

Primero habría que mencionar que redactó una buena proporción de poemas, con talento, humor y espíritu crítico; además divulgó comedias como La Mandrágora (1518), que le brindaron popularidad y prestigio en aquel campo; estudió profundamente la crónica de la vivencia de regimen, las leyes y las prácticas de los romanos, obviamente, intentando encontrar en aquel análisis las lecciones políticas más importantes. Dice Viroli al respecto:

Los hombres prudentes saben transformar en mérito propio sus ocupaciones, aun las que por necesidad ejecutan. El Senado Romano empleó hábilmente esta prudencia al decidir que se pagara salario del tesoro público a los que hasta el momento militaban a su costa. El corazón de la República era el consejo más grande o consejo grade. Para conformar parte de él era primordial haber cumplido los 29 años, estar en regla con el pago de los impuestos y que sus predecesores hubieran accedido a cualquier persona de las 3 monumentales funcionalidades públicas: ser señores veduti, magistrados u hombres buenos, como se denominaba a otros miembros gubernamental de la localidad de Florencia. En verdad, el requisito era tener precedentes de individuos que se habían dedicado a alguna labor de Estado. El Consejo Enorme estaba compuesto por unos 3000 miembros y era la expresión de lo cual hoy llamamos una clase política. Le correspondía la selección de los magistrados o jueces y aprobar las leyes que la Señoría proponía.

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