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Origen De Las Escuelas Publicas Y Las Normales De Maxico


Enviado por   •  2 de Septiembre de 2013  •  2.414 Palabras (10 Páginas)  •  404 Visitas

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El reclamo de la independencia de los pueblos americanos y su proceso para erigirse en Estados nacionales no solamente constituye un período de profundas transformaciones políticas y sociales, merced al cual se van gestando en la población sentimientos de identidad y pertenencia orientados hacia la idea de nación; al mismo tiempo se instala en la conciencia de los actores la clara necesidad para fortalecer ese proceso a través de la educación. El ejercicio de la libertad precisa de un basamento insustituible: la difusión del alfabeto. El deslinde entre la ignorancia y el saber requiere de la instrucción como un derecho general de los individuos. Derecho fundamental para el advenimiento de una convivencia democrática y una plena integración social. Pero esta transformación sólo es explicable, en la medida que surge y se afirma la educación pública como un deber del Estado y como un patrimonio común de los ciudadanos.

En este contexto, el normalismo, que equivale a la presencia y acción de las generaciones de maestros que han hecho posible la educación, debe admitirse como una de las fuerzas decisivas que han impulsado el desarrollo de la nación. En consecuencia, se puede afirmar que el normalismo constituye un movimiento social y una fuerza histórica.

Aún cuando la idea sobre la obligación de educar a la población se advierte con claridad expresa desde la independencia, la concepción y sistematización moderna en lo referente a la formación de profesores en nuestro país es relativamente reciente. Se asume como una necesidad social en el siglo XIX una vez consumada nuestra independencia.

Hombres como José María Luis Mora y Lucas Alamán tuvieron gran confianza en la nueva nación y en el poder transformador de la educación.

Los propósitos para aumentar el número y la propagación de escuelas primarias se enfrentaron a un escollo:

Primero, había que preparar maestros. Esta condición marcaba un problema, ya que el gremio de maestros había sido abolido en 1814; el Ayuntamiento de la Ciudad de México se hizo cargo de examinarlos y darles licencia. No se puede dejar al margen el carácter de metrópoli centralista de la ciudad, luego, no resulta difícil imaginar cuál pudo ser el panorama para el resto del país.

La primera escuela normal fue la lancasteriana que de acuerdo con este sistema de enseñanza mutua se abrió en la segunda mitad de 1823, subsistió poco tiempo debido a la falta de estudiantes.

En 1824, por decreto expedido el 30 de diciembre, el congreso Constituyente de Oaxaca, dispuso el establecimiento de la Escuela Normal de Enseñanza Mutua. Al año siguiente se funda la de Zacatecas y en 1828 se abrió un plantel semejante en Guadalajara.

Hacia el año en 1870 la compañía lancasteriana empezó a decaer. Para esas fechas el país había fijado ya los grandes objetivos de la educación nacional contenidos en las leyes orgánicas de educación en 1867 y 1869. Surgía ya la nueva corriente de la pedagogía mexicana. Tal es el caso de la Escuela Modelo de Orizaba fundada por Enrique Laubscher, quien preconizaba los principios de la enseñanza objetiva; en 1895 se incorporó a esta obra el pedagogo suizo Enrique C. Rébsamen. Para él, la educación tenía como fin último la libertad y debía servir a los intereses nacionales.

Al intentar este repaso histórico, no se pretende desde luego, reiterar lecciones de historia de la educación sabidas por todo maestro. El interés reside en revisar a partir de esos años cómo van surgiendo algunas de las tesis que fundamentan el normalismo. Asimismo en valorar cómo estas ideas van perfilando un discurso y ciertas imágenes que habrán de prevalecer, durante un prolongado período, en la concepción del maestro y la forma como la sociedad percibe y valora la función docente.

La trayectoria de Enrique C. Rébsamen en la educación está estrechamente ligada con el impulso que hizo posible la fundación de las primeras escuelas normales, pensadas ya con la intención específica de preparar los cuadros para la enseñanza, a la vez que se les consideraba como los cuerpos colegiados capaces de sustentar y dictar la doctrina pedagógica y las bases científicas que normarían el desarrollo de la educación, principalmente en las instituciones públicas.

Estos propósitos son explícitos en las palabras de Rébsamen, para él, la educación resultaba indispensable en la consolidación de la unidad nacional, la cual no sería posible sin antes instruir al pueblo. Había que liberarlo mediante la instrucción para que existieran bases de lo que él preconizaba como la unidad intelectual y moral. Pero esta virtual redención de las masas por la vía de la educación requería de un extraordinario esfuerzo, dado el carácter incipiente del sistema educativo. Rébsamen, afirmaba convencido...

"El secreto está en la educación de las masas populares y el factor principal en las escuelas normales; pero, ¿qué entiendo por escuela normal?... ¿El plan de estudios para formar sabios, el edificio elegante y los gabinetes repletos de material escolar, las bibliotecas apretadas por gruesos volúmenes o el brillante profesorado desfilando majestuosamente como el cortejo de un rey? No, señores, nada de eso. Vais a oírme, ¡Escuchad!... Lo que caracteriza a la escuela normal es la aplicación teórico-práctica de la doctrina para formar hombres y para formar ciudadanos, y esta doctrina como tal, debe ser científica y debe ser práctica".(1)

Sin duda, la notable obra de Rébsamen al fundar la Academia Normal con cursos de perfeccionamiento para profesores se constituyó en un importante semillero de eminentes maestros, a los cuales en buena medida se debe el antecedente del normalismo mexicano. Ellos fueron voceros y propagadores de este impulso pedagógico fundando instituciones semejantes, la Escuela Normal de Jalapa en 1885, la Escuela Normal de la Ciudad de México en 1887, en cuyo proyecto trabajó Ignacio M. Altamirano. Posteriormente surgen las Escuelas Normales de Ciudad Victoria, de Coahuila, de Querétaro, de Colima, donde desde 1885 funcionaba ya la Normal para señoritas; la de Guanajuato, Sonora, Morelia. Para el año de 1900, funcionaban en el país 45 escuelas normales. En 1901, el presidente Porfirio Díaz nombró a Rébsamen Director General de Enseñanza Normal.

Con estas líneas puede ubicarse ya el origen del Normalismo Mexicano. Su desarrollo está unido a la evolución del Sistema Educativo Mexicano, va conformándose de acuerdo a la política educativa de los gobiernos emanados de la Revolución.

Bases doctrinarias del normalismo

Por principio, se debe tener en cuenta que para Rébsamen, las escuelas normales tienen

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