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TEORIAS DEL DESARROLLO


Enviado por   •  23 de Noviembre de 2012  •  2.825 Palabras (12 Páginas)  •  270 Visitas

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TEORÍAS DEL DESARROLLO

Al igual que nos encontramos con diversos términos de designación de los

países no desarrollados –pobres, subdesarrollados, en vías de desarrollo, dependientes,

atrasados, del tercer mundo, emergentes, del sur, menos avanzados …-, existe un

profundo debate entre las diferentes escuelas económicas que reflexionan sobre el

desarrollo, según sea su opción ideológica y en función del momento histórico de su

elaboración.

Ante una misma realidad de Subdesarrollo existen distintas teorías que difieren

en la respuesta a estas preguntas básicas:

- ¿En qué consiste el desarrollo y cuales son las metas a conseguir?

- ¿Qué variables son las estratégicas para alcanzar los objetivos del desarrollo?

- ¿Qué obstáculos de la realidad socioeconómica hay que afrontar y qué

políticas son las más adecuadas para superarlos?

Las diferentes escuelas de la economía del desarrollo se situan en dos posiciones

extremas:

- Los países en vías de desarrollo son los responsables de su situación y

pueden superarla ellos mismos.

- Los países en vías de desarrollo tienen una imposibilidad objetiva de

alcanzar el desarrollo.

Orígenes de las teorías del desarrollo: las teorías clásicas

Las primeras preocupaciones de los economistas clásicos se dirigieron

precisamente hacia el problema del crecimiento económico. El modelo elaborado por

Adam Smith y desarrollado por Malthus tenía un substrato esencialmente agrarista.

Mientras hubo tierras libres, la humanidad pudo crecer sin ningún límite. El exceso de

población, cuando se producía, tenía una vía de escape en la emigración y en la

roturación de nuevas tierras. Todos los individuos podían así obtener con su trabajo el

producto suficiente para su subsistencia y para el mantenimiento de su familia.

Pero cuando todas las tierras fértiles fueron ocupadas, el proceso de crecimiento

empezó a mostrar sus limitaciones. Al continuar aumentando el número de los

pobladores, los nuevos terrenos agrícolas requerían un mayor esfuerzo y

proporcionaban menor cantidad de producto. Las mejores tierras tenían que alimentar a

una población creciente y la mayor cantidad de trabajo que se les aplicaba conseguía

muy menguados resultados en la producción. En otras palabras, cuando la tierra se

convirtió en un factor limitativo, la ley de los rendimientos decrecientes empezó a

actuar y la productividad del trabajo a disminuir.

Esta disminución en la productividad del trabajo conduce a un punto de

equilibrio en el que los individuos sólo pueden obtener lo necesario para su

subsistencia. Si se intenta superar ese punto, si continúan reproduciéndose los seres

humanos, el exceso de población resultante será eliminado por el hambre, las

enfermedades y las guerras. Este estado estacionario es la situación a la que tienden

todas las sociedades, el punto final ineludible de todo proceso de crecimiento

económico.

El reverendo Thomas R. Malthus era un pastor anglicano, hombre de profundas

convicciones morales y religiosas. Consideraba la existencia de sólo tres formas de

control de la población: a) la miseria, es decir, hambre, enfermedades y guerras; b) el

vicio, es decir, el desahogo de las pasiones humanas mediante prácticas sexuales que no

conducen a la procreación y c) la autorestricción moral, es decir, la abstención sexual.

Esta última era la solución que el reverendo Malthus proponía. Es curioso observar en la

actualidad cómo se deforman las ideas de los autores clásicos y cómo los que están más

próximos ideológicamente a Malthus son precisamente los que lo demonizan y se

consideran a sí mismos "antimaltusianos".

SOBRE LA RESTRICCIÓN MORAL Y NUESTRA OBLIGACIÓN DE PRACTICAR ESTA VIRTUD

“Como resulta que en la situación de todas las sociedades que hemos revisado el progreso natural

de la población ha sido constante y poderosamente controlado, y como parece evidente que

ninguna forma de gobierno, ni planes de emigración, ni instituciones de benevolencia y ningún

grado o dirección de la industria nacional puede impedir la acción continuada de un gran control

sobre la población en una forma u otra, se deduce que debemos someternos a él como una

inevitable ley de la naturaleza; y la única pregunta que permanece es cómo puede ejercerse ese

control con el menor perjuicio posible a la virtud y felicidad de la sociedad humana.

Todos los controles inmediatos de población que se observa que han prevalecido en el mismo o en

diferentes países parecen poderse resumir en restricción moral, vicio y miseria; y si nuestra

elección está confinada a esos tres, no podemos vacilar más tiempo en nuestra decisión respecto a

...

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