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ANATOMÍA DEL OIDO.

mentiroso78Ensayo20 de Febrero de 2014

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ANATOMÍA DEL OIDO.

• El oído medio: las vibraciones generadas en el tímpano se amplifican y transmiten a través de unos huesecillos, denominados martillo, yunque y estribo hasta el oído interno.

• El oído interno: en esta zona se realiza la compleja conversión de las vibraciones en impulsos nerviosos. Desde aquí se transmiten las señales nerviosas hasta nuestro cerebro, que se encargará de descifrar y convertirlo en una sensación auditiva. En el oído interno encontramos la cóclea o caracol.

CONTAMINACIÓN AUDITIVA

En general, podemos decir que se refiere a la emisión de ruidos que atentan contra la salud y la seguridad de los seres vivos o el disfrute de la naturaleza, a tal punto que las sociedades modernas conviven con el ruido y, lamentablemente, se han acostumbrado a él. La contaminación acústica crece junto al desarrollo urbano afectando cada vez más la calidad de vida de sus habitantes, los cuales por desconocer sus efectos irreversibles no la tienen en cuenta. Las molestias que los ruidos ocasionan pueden ser de muy distinta índole, dependiendo de la intensidad y duración de los mismos. Cuando nos afectan en exceso pueden producir además de problemas en la audición, efectos nocivos sobre nuestra salud como alteraciones del sueño y del ritmo respiratorio, taquicardia, náuseas, cefaleas, irritabilidad, disminución de la potencia sexual y del rendimiento laboral, cansancio, fatiga, aislamiento psicológico, tensión, trastornos en el organismo.

Por los altos niveles de ruido, cuatro de cada cinco habitantes de ciudades industrializadas padecen algún tipo de deficiencia auditiva; sin embargo, pocos son los que se percatan de su problema. Invisible e irreversible es el camino que conduce a la sordera, y lo más grave es que las personas se acostumbran al ruido nocivo y lo ven como parte de su entorno. El tránsito, la música en las discotecas, conciertos o fiestas; el sonido de las fábricas e, incluso, los gritos, son grandes enemigos de la salud auditiva y mental. De acuerdo con investigaciones del Instituto Nacional de Comunicación Humana, un 80 por ciento de los habitantes de las grandes ciudades sufren cierto nivel de sordera. Contrario a la creencia de que la sordera llega con la edad y que son los ancianos los más propensos a ella, actualmente son los jóvenes los más afectados. Recientemente, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos realizó un estudio con jóvenes entre los 15 y 25 años que vivieran en diferentes ciudades, y encontró con asombro que ninguno de ellos poseía íntegra su capacidad auditiva.

Ante estos hechos, concluyeron que la creciente población de sordos ya no sólo es consecuencia del proceso degenerativo natural del envejecimiento o como secuela de enfermedades respiratorias mal cuidadas, sino por ciertos sonidos que ya son parte de la vida del hombre.

¿Cuáles son las causas de la contaminación auditiva?

Podemos afirmar que la causa principal de esta contaminación es la actividad humana: el tráfico vehicular, bocinas, gritos, radios de automóviles, aeropuertos, ferrocarriles, construcción de edificios y obras públicas, industrias, etc. Si prestamos atención, la contaminación sonora está presente en la mayoría de las actividades de la vida cotidiana: si a ello le sumamos los altos niveles de ruidos que emiten las fábricas y otros medios laborales, estamos frente a un importante problema de salud en el que todos somos responsables. Los boliches, los pubs, los cines, la calle y muchas veces hasta la escuela, se han convertido en focos contaminantes de la vida moderna. Los especialistas sostienen que es muy grande el riesgo de sufrir daños auditivos en este tipo de situaciones y que los jóvenes son los más expuestos. El trauma acústico puede empezar a manifestarse a través de zumbidos, para luego evolucionar en una sordera que va incrementándose si se mantiene el grado de exposición.

Exceptuando los casos en los que se aborda el cuadro en sus primeros estadios, el daño producido es irreversible; sólo se puede hablar de tratamiento. Por eso, es importante trabajar en la prevención.

La contaminación auditiva se ha vuelto muy intensa.

No afecta solamente a los seres humanos sino que todos los seres vivos están involucrados ya que amenaza la biodiversidad e interfiere en el equilibrio ecológico y animal. Muchos animales se ven afectados porque poseen un sentido auditivo extremadamente sensible, necesario para su supervivencia como especies.

La pérdida de audición provocada por el ruido es una de las enfermedades irreversibles más frecuentes y problemáticas de la actualidad, especialmente si se tiene en cuenta que la mayoría de quienes la padecen son adolescentes que no sólo utilizan sus reproductores musicales todos los días, sino que además asisten frecuentemente a boliches en los cuales la música suele estar mucho más alta que los niveles aceptados. Hay que otorgar a este problema la atención que realmente merece. Es necesario educar y hacer conciencia del problema, ejecutar medidas inmediatas para atenuar los altos índices de emisiones acústicas contaminantes y así, contribuir a la prevención de futuros trastornos auditivos y mejorar en este sentido nuestra calidad de vida.

Procuremos tener todos los días momentos de silencio, no sólo por nuestra salud física, sino para tener calma y paz mental.

LIMITES DE TOLERANCIA AL RUIDO.

Someter a los seres humanos al ruido de una ciudad puede resultar perjudicial a la salud. El límite Niveles tolerables de ruido, según la norma 081: -68 decibeles durante el día. -65 decibeles durante la noche. Lo adecuado Niveles sanos, adecuados para el bienestar de las personas: -40 decibeles tanto en sitios de trabajo como en el hogar. Contaminación sonora: sonido y ruido

Conviene distinguir inicialmente dos conceptos: sonido y ruido.

Sonido: conjunto de vibraciones que pueden estimular el órgano del oído.

Ruido: perturbación sonora, periódica, compuesta por un conjunto de sonidos que tienen amplitud, frecuencia y fases variables y cuya mezcla suele provocar una sensación sonora desagradable al oído. Físicamente no es posible fijar un límite neto entre sonido y ruido porque intervienen factores psicológicos dependientes del ambiente y del modo de producirse la manifestación sonora.

En nuestros días el incremento del ruido se debe, como es notorio, a diversos factores: innovaciones tecnológicas, medios de transporte, instrumentos eléctricos, medios de comunicación: radio, televisión, cine, etcétera. Su ámbito de manifestación se da tanto en zonas urbanas como suburbanas y rurales, incrementándose en las cercanías de aeropuertos, puertos e industrias.

Pueden considerarse dos grandes grupos:

Ruido industrial: deterioro producido en la capacidad auditiva debido a las condiciones laborales. La pérdida de audición sobreviniente se presenta como temporaria para luego ser permanente. En la actualidad, en la mayoría de los piases, el nivel normal no contaminante llega hasta los 90 dB. Más allá de ese tope deben utilizarse protectores auditivos Ruido comunitario: es el deterioro producido en la audición que reconoce su causa en el trajín diario, con. fuentes variables que pueden ir desde una bocina a,. Un recolector de basura, pasando por un zua~kmnn ~ máximo volumen o un choque. La medición del ruido se efectúa a través de una unidad física Leq = nivel de decibeles cuya energía en el tiempo considerado es igual a la energía producida por fuentes, es decir, por la adecuación del sonido, debe ser correlativa a una correcta emisión por la fuente emisora. Este criterio se mantiene en diversas naciones y se miden las emisiones de ruido a través de estaciones ubicadas en diversos puntos de las ciudades, dividiéndose las ruidometrías en dos bandas horarias, de '7 a 22, y de 22 a 7.

El ruido y el sonido son perceptibles a través del oído. Un oído corriente sólo puede percibir una onda sinuosidad si la frecuencia de la misma está comprendida entre 15 y 20 mil herz. El umbral de audibilidad es la curva que para cada frecuencia da la energía expresada para hacer el sonido audible. El umbral del dolor indica la energía a partir de la cual el oído experimenta dolor.

Los dos umbrales, umbral de audibilidad y umbral del dolor, determinan el campo de audición no contaminante, que abarca frecuencias de 500 a 5.000 Hz.

A modo de ejemplo, podemos enumerar los decibeles producidos por diversas fuentes generadoras de sonidos: 0 dB: no podemos oír; 10 dB: murmullo de personas ubicadas a un metro y medio de distancia; 30 dB: calle tranquila de barrio: 40 dB: ruidos nocturnos de una ciudad. 50 dB: ruido de coche que se desplaza a 6 km de distancia; 60 dB: multitud en un lugar grande y cerrado;

70 dB: tránsito muy intensov 80 dB: tránsito muy pesado: 100 dB: sonido doloroso;

15 dB: martillar sobre acero a 60 m de distancia. 40 dB: posibilidad de rotura del tímpano. El hombre tiene derecho a un mínimo de sanidad y seguridad ambiental, resultante de una armónica relación entre las condiciones del aire, suelo y agua y de todos los factores modificadores de las respectivas circunstancias que conforman el medio. Tiene el derecho a un ambiente sano, tal como lo consagró nuestra constitución Nacional. La contaminación del aire, junto con la contaminación sonora, es motivo de gran preocupación en las grandes ciudades del mundo, incluyendo a las de América del Sur. El tema ha sido objeto de gran cantidad de seminarios jornadas científicas efectuadas en las dos últimas décadas.

- Importantes y frecuentes factores de naturaleza política y económica perturban una consideración ecuánime del problema.

-El

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