Afecciones del alcohol a la memoria a corto plazo

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Universidad del Valle de México

Medicina

Biología celular

Afecciones del alcohol a la memoria a corto plazo

Emiliano Calva Zamora

Yustina Guadalupe Mexia Arias

Marisa Natali Alejos Espinosa

Sara Gabriela Torres Padilla

Docente: Arturo Héctor Oliva Hurtazo

Fecha de entrega: 05/octubre/2022

Antecedentes

La investigación sobre las consecuencias del consumo excesivo de alcohol continúa creciendo. A pesar de esto, poca investigación se ha realizado para ver qué impacto podría tener el consumo excesivo de alcohol en el recuerdo diario (memoria prospectiva), que se refiere a la capacidad cognitiva de recordar para llevar a cabo una acción prevista en algún momento futuro. La mayoría de los estudios se han centrado en el impacto del alcohol excesivo en adolescentes y adultos jóvenes encontró que los bebedores excesivos reportaron más lapsos en aspectos de la memoria prospectiva cotidiana a corto plazo, en comparación con los consumidores en dosis bajas o no consumidores de alcohol. De esta revisión se concluye que los déficits de la memoria prospectiva deben agregarse a la creciente lista de secuelas neuropsicológicas asociadas con el consumo excesivo de alcohol. La magnitud de los efectos del alcohol depende de la cantidad de alcohol consumido y de cuánto tiempo se ha estado bebiendo.

Los estudios epidemiológicos cuantifican la gravedad de los problemas relacionados con el alcohol derivados del consumo excesivo de alcohol, con una incidencia creciente reportado en hombres en edad universitaria en los últimos 2 años. Estudios experimentales han encontrado déficits neurocognitivos para el procesamiento del lóbulo frontal y operaciones de memoria de trabajo en el consumo excesivo de alcohol en comparación con los no bebedores de alcohol. Por lo que se discuten implicaciones teóricas sobre cómo el consumo excesivo de alcohol puede alterar la función neurofisiológica y neurocognitiva.

El alcoholismo es considerado una enfermedad crónica que altera la funcionalidad cerebral en sus diferentes procesos, uno de ellos es la memoria de trabajo, asociada con la corteza prefrontal específicamente con la región dorsolateral. Esta alteración surge de la interacción del etanol con ciertos neurotransmisores principalmente GABA (inhibidor) y glutamato (excitador). Se presume que las personas alcohólicas presentan no solo cambios en la estructura cerebral, sino también importantes deterioros en tareas de memoria y altas tasas de fracaso cognitivo.

El etanol (CH3 -CH2 -OH), componente principal del alcohol, produce efectos no solo a nivel estructural, sino también en los neurotransmisores, de manera especial a través de la interferencia en las conexiones neuronales, mediadas por el neurotransmisor GABA (ácido gamma-aminobutírico) y el glutamato (Pereira, 2009, p. 14), favoreciendo la acción del GABA y antagonizando la acción del glutamato; consecuentemente a nivel cerebral, el etanol potencia los efectos inhibidores e inhibe a los excitadores (León Regal et al., 2014, p. 43; Moraga Cidoncha, 2016, p. 6). El receptor GABA-A de tipo ionotrópico es el más afectado por la molécula de etanol, propiciando la activación del canal iónico que permite la entrada de iones cloruro a las neuronas, produciendo así una hiperpolarización de la membrana y la consiguiente disminución de la excitabilidad neuronal (Baur, Minier & Sigel, 2006). 

Adolescentes con trastornos por consumo de alcohol presentan una peor recuperación de memoria, alteraciones en la atención y el procesamiento de información, déficits visoespaciales y dificultades en el lenguaje, respecto de los no bebedores. En adolescentes con abuso o dependencia de alcohol, más bebidas por día de bebida predijeron un peor rendimiento en atención y funciones ejecutivas, mayores síntomas posteriores al consumo se han reportado peor rendimiento en tareas de atención, visoespaciales y de memoria. Asimismo, en esta misma población, un mayor consumo de alcohol predice un peor rendimiento en tareas visoconstructivas y en tareas de aprendizaje verbal. (Gomez & Rubinstein, 2019)

La variabilidad en el uso de los términos, particularmente en las definiciones operativas de la memoria a corto plazo, dificulta la formulación de una sinopsis simple de la literatura sobre las alteraciones de la memoria inducidas por el alcohol. Como dijo Mello (1973) hace tres décadas con respecto a la literatura sobre la memoria en general, “El uso inconsistente de términos descriptivos ha sido una fuente recurrente de confusión en la literatura sobre la memoria de 'corto plazo' y la memoria de 'corto plazo' ha sido definido de diversas formas como 5 segundos, 5 minutos y 30 minutos”. A pesar de esta inconsistencia, se pueden sacar varias conclusiones de la investigación sobre las alteraciones de la memoria inducidas por el alcohol. Una conclusión es que el impacto del alcohol en la formación de nuevos recuerdos "explícitos" a largo plazo, es decir, recuerdos de hechos (por ejemplo, nombres y números de teléfono) y eventos, es mucho mayor que el impacto de la droga en la capacidad de recordar. recuerdos previamente establecidos o para retener nueva información en la memoria a corto plazo. (Lister et al. 1991)

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