Alimentacion
angelakaren21 de Octubre de 2012
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CONOCIMIENTOS ALIMENTARIO-NUTRICIONALES Y ESTADO NUTRICIONAL DE ESTUDIANTES DE CUARTO AÑO BÁSICO SEGÚN ESTABLECIMIENTOS PARTICULARES Y SUBVENCIONADOS DE LA CIUDAD DE TALCA
KNOWLEDGE OF FOOD AND NUTRITION STATUS OF STUDENTS OF 4TH GRADE IN PRIVATE AND SEMI-PRIVATE SCHOOLS OF CITY OF TALCA
José Luis Pino V., Miguel Ángel López E., María Isabel Cofre T., Caroll González R., Liliana Reyes C.
Escuela de Nutrición y Dietética, Universidad del Mar, sede Centro Sur. Talca.
Dirección para correspondencia
ABSTRACT
The malnutrition by excess of school age children is problem that may also be treated at school, because Children spend most of their time at school. It was studied knowledge about food of students from year four in primary school of private and semi-private schools of Talca city. An instrument was created and was applied to measure the knowledge of eating habits in children in sample of 273 students. The average percentage of knowledge that students have, was 61,4 ± 14;75%. Students from private schools had a better domain in the knowledge of eating habits (p<0.005). Insufficient knowledge can affect the nutritional status of children. This research must be confronted from a multifactorial perspective, even though, only knowledge does not indicate enough success in the nutritional recovery of the children.
Keywords: Knowledge, food habits, school fourth grade, well-nourished, school grant.
RESUMEN
La malnutrición por exceso en la etapa escolar es un problema que también se puede abordar en el aula, dado que los niños pasan gran parte del tiempo en el establecimiento educacional. Se estudiaron los conocimientos de alimentación de alumnos de cuarto año básico de colegios particulares y particulares subvencionados de la ciudad de Talca. Se creó y aplicó un instrumento para medir los conocimientos de hábitos en alimentación para niños en una muestra de 273 escolares. En promedio, el porcentaje de conocimientos que poseen los estudiantes fue de 61,4 ± 14,75%. Los alumnos de colegios particulares tuvieron un mejor dominio en conocimientos sobre alimentación (p<0.05). El conocimiento insuficiente podría repercutir en el estado nutricional de los niños. Este tema se debe afrontar desde una perspectiva multifactorial, ya que sólo los conocimientos no son indicador de éxito suficiente en la recuperación nutricional de los niños.
Palabras clave: Conocimiento, hábitos alimentarios, escolares, cuarto año básico, malnutrición por exceso, subvención escolar.
INTRODUCCIÓN
A nivel nacional, la malnutrición por exceso se ha convertido en un considerable problema de salud pública a través de todo el ciclo vital, en el cual la población infantil constituye un porcentaje importante dentro del país, según los últimos datos existe una cifra cercana al 21% de obesidad (1-4).
El continuo aumento en las cifras de malnutrición por exceso en la etapa escolar se ha asociado a los estilos de vida que lleva actualmente esta población, caracterizados al igual que en el adulto, por sedentarismo con un gran número de horas frente al televisor, y hábitos alimentarios poco apropiados, con bajo consumo de verduras, frutas y lácteos, y un alto consumo de alimentos procesados de alta densidad energética.
La alta cobertura del sistema escolar chileno ofrece una excelente oportunidad para la educación alimentaria y nutricional (5). Conjuntamente, la alimentación del niño en la etapa escolar debe estar basada en una ingesta variada que asegure un buen estado nutricional, fomente la instauración de hábitos alimentarios correctos y perdurables (6).
La FAO y la OMS, considerando que los factores de riesgo de las enfermedades crónicas del adulto se inician en etapas tempranas de la vida, han hecho un llamado a efectuar acciones de prevención en la niñez y juventud, tendientes a fomentar hábitos de vida saludables y destacan especialmente el rol que juegan las escuelas, identificándolas como centros ideales de promoción de la salud comunitaria (7).
Las intervenciones a nivel escolar constituyen una de las estrategias más importantes para enfrentar la obesidad en la población infantil, ya que la cobertura escolar es prácticamente de un 100% en los primeros niveles de enseñanza básica. Así mismo, dichos niveles conforman un período de desarrollo en hábitos de alimentación y actividad física, ya que el contacto con los profesores es continuo. Aún cuando está demostrado que para la prevención de la obesidad es necesario lograr cambios conductuales en los aspectos de alimentación y actividad física, el primer paso necesariamente debe ser la adquisición de un nivel de conocimientos básicos en estos aspectos (8, 9).
Los niños están la mayor parte del día en la escuela, especialmente los que asisten a establecimientos de jornada completa. Desde el punto de vista nutricional, no sólo tienen oportunidad de ingerir alimentos para satisfacer sus necesidades biológicas, tanto en el desayuno, las colaciones, el almuerzo o la cena, sino también una dimensión social donde comparten, adquieren e imitan hábitos de alimentación de sus pares (10).
La infancia es una etapa fundamental en la obtención y desarrollo de hábitos y pautas alimentarias que condicionan el estado nutricional en etapas posteriores de la vida. Si estos hábitos son adecuados, contribuirán a una buena salud en la edad adulta (11,12). La evidencia actual señala que, cuando los niños cursan el cuarto año de enseñanza básica, específicamente a la edad de nueve años, éstos ya han adquirido una mayor autonomía para internalizar los conocimientos y modificar actitudes respecto a los alimentos y además dan una visión intermedia de lo que podría esperarse en términos de comprensión y rendimiento de niños entre tercero a quinto básico (8).
La elevada y creciente prevalencia de sobrepeso y obesidad en los niños chilenos requiere de la identificación de sus causas y de las medidas adecuadas para enfrentarlos, entre las cuales la educación en alimentación y nutrición tienen un papel fundamental (13).
Algunos estudios epidemiológicos muestran que aunque en ocasiones la población está informada y conoce los conceptos básicos de una dieta saludable, estos conocimientos no se traducen en consumos reales de alimentos que formen parte de una dieta equilibrada (12), en definitiva, no se ponen en práctica los conceptos aprendidos (14).
La adquisición de los conocimientos se considera positiva, en la medida que repercute y refuerza la práctica alimentaria correcta creando buenas actitudes hacia la alimentación saludable (15). Sin embargo, no es suficiente que la información sea correcta, es necesario también que se produzca la modificación o abandono de estos hábitos alimentarios insanos y erróneos (13, 16).
Por otra parte, el estado nutricional está relacionado con múltiples factores, tales como los ingresos económicos para cubrir las necesidades nutricionales con alimentos adecuados y el nivel educativo de los padres con respecto a la nutrición (17,18) lo que sin un asesoramiento adecuado sobre la alimentación, influye directamente sobre la calidad de vida de los niños(as), y por ende, en la calidad de vida del futuro adulto (19).
La ingesta nutricional inadecuada del grupo familiar, tiene consecuencias importantes debido a que la malnutrición, puede afectar negativamente al desarrollo cognitivo de los niños durante la enseñanza básica (29).
La configuración de los hábitos alimentarios en la edad infantil y juvenil responde a una estructura compleja en la que interactúan múltiples factores. Sin duda, la familia y el medio escolar son dos elementos clave en este sentido (21). Se ha observado el impacto que produce la escuela sobre las prácticas de alimentación de niños participantes en programas de educación nutricional, cuyo éxito parece depender en gran parte de la preparación e interés de los profesores, la flexibilidad y adecuación de los programas de enseñanza y su proyección a nivel de la familia y la comunidad (22).
Una alimentación saludable en el hogar debe complementarse con lo que los niños consumen en la escuela. Aquí la educación alimentaria adquiere un rol esencial; se considera un proceso multidisciplinario, a través de los profesores y profesionales de la salud (23), que involucra la transferencia de información, el desarrollo de actitudes y la modificación de prácticas alimentarias, cuando sea necesario, para promover el buen estado de nutrición y salud. No debe contemplar sólo la adquisición de conocimientos, sino su interpretación significativa y su transformación en acciones para toda la vida (10).
Se ha pasado de considerar la obesidad infantil como un problema individual a caracterizarla como una epidemia. La necesidad de reflexionar de manera colectiva sobre el problema, ha devenido en la necesidad de determinar el nivel de conocimiento de los niños en etapa escolar respecto a hábitos alimentarios y nutrición, debido a que, la escuela se considera como depositario de las responsabilidades sociales de educación y contribuidor de hábitos alimentarios, de forma independiente a los niveles socioeconómicos de los niños.
El objetivo de la presente investigación fue determinar el estado nutricional y los conocimientos de los estudiantes de 4o año básico, respecto a alimentación y hábitos saludables, en colegios privados y particulares subvencionados
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