Alimentos Funcionales: Una Vista Hacia El Futuro
Manuela DuqueTrabajo17 de Octubre de 2019
2.739 Palabras (11 Páginas)160 Visitas
Alimentos Funcionales: Una Vista Hacia El Futuro
Manuela Patiño Duque.
Código: 801722288
Septiembre 2019
Universidad de Caldas.
Departamento de Ingeniería.
Ciencias de los Alimentos I.
La alimentación en los últimos años nos indica un interés acentuado de los consumidores hacia ciertos alimentos, esta exigencia se dirige cada vez más hacia la búsqueda de productos funcionales que proporcionen alto valor nutritivo y componentes con actividad fisiológica que permitan al ser humano alargar y mantener una vida de calidad.
El término Alimento Funcional fue propuesto por primera vez en Japón en la década de los 80’s con la publicación de la reglamentación para los "Alimentos para uso específico de salud" (FOSHU) y que se refiere a aquellos alimentos procesados los cuales contienen ingredientes que desempeñan una labor específica en las funciones fisiológicas del organismo humano, más allá de su contenido nutrimental. (Arai S. 1996). Un tiempo después, se dio que para ser considerado alimento funcional, debe estar siempre modificado de alguna forma (Milner, 2000). Y debe contener al menos un elemento nutriente o no nutriente positivo para una o varias funciones del organismo.
Según el ILSI Europa, un alimento puede ser considerado funcional: "si se logra demostrar satisfactoriamente, o bien que posee un efecto beneficioso sobre una o más funciones específicas en el organismo, más allá de los efectos nutricionales habituales, y que mejora el estado de salud y del bienestar o bien que reduce el riesgo de una enfermedad “. (Young, 1996, Diplock et al, 1998).
Un alimento proporciona suministro de nutrientes y propiedades sensoriales, como una respuesta al incremento de ciertas enfermedades relacionadas con el estilo de vida moderno y alternativa para mejorar la nutrición y la salud pública. Para generar un estilo de alimento más completo como lo son los alimentos funcionales, estos además de proporcionar estos nutrientes y propiedades proporcionan un valor añadido al alimento y de esta manera brindan grandes beneficios al consumidor. Cabe señalar que es este reconocido como funcional solo si cumple con condiciones como: ‘’ Estar constituido por ingredientes naturales, Se debe consumir como parte de una dieta diaria, Ser un alimento que al consumirse presente una particular función en el cuerpo humano como lo es el mejoramiento en los mecanismos de defensa biológica, la prevención o recuperación de algunas enfermedades específicas, el Control de las condiciones físicas y mentales, el retardo del proceso de envejecimiento; además de existir pruebas científicas de sus propiedades y estar definido a que grupos de población se dirige.’’ (Schneider, 2001).
Con el extraordinario aumento en la comercialización, el uso de suplementos dietéticos y alimentos enriquecidos y fortificados que el mercado ha experimentado, se hace cada vez más necesario un marco legislativo que proteja a los consumidores de las atribuciones de propiedades falsas o confusas y que además pudiera responder a las necesidades de la industria en cuanto a innovación en el desarrollo de productos, su comercialización y su promoción. Es claro que los alimentos con la aprobación FOSHU están soportados por informes de seguridad, evidencias científicas concernientes a los diversos efectos favorables de los mismos, esto brinda un incentivo a la población y así su consumo es mayor. En la actualidad no existe una legislación armonizada sobre las discusiones de salud, el conocimiento científico de las distintas acciones de los alimentos funcionales apenas comienza a conocerse; se obtienen con frecuencia resultados no concluyentes o incluso discordantes con relación a las acciones funcionales de alimentos o compuestos y por lo tanto las cuestiones relativas a dichas discusiones no son aceptadas por gran parte de los países.
Dicho anteriormente el término alimentos funcionales no es una categoría de alimento legalmente reconocida por la Administración de alimentos y Drogas (FDA) de los Estados Unidos. Aun así las regulaciones e la NLEA (Ley de Etiquetado y Regulación Nutricional) y de la DSHEA (Ley de Suplementos Dietéticos Salud y Educación) se encaminan a preparar el camino legal en que se debe fundamentar el uso de estos productos. Por su parte, la Asociación Americana de Dietistas (ADA), reconoce el papel potencialmente benéfico de los alimentos funcionales al enfatizar que estos alimentos "...deben ser consumidos como parte de una dieta variada, en una forma regular y a niveles efectivos”. (Bello, 1995).
A lo largo del tiempo se han utilizado muchos términos para identificar los alimentos funcionales, tales como alimentos de diseño, productos nutracéuticos, alimentos genéticamente diseñados, farmalimentos, vitalimentos, fitoalimentos/fitonutrientes, alimentos de alto rendimiento, alimentos inteligentes, alimentos terapéuticos, alimentos de valor añadido, alimentos genómicos, prebióticos/probióticos, alimentos superiores, alimentos hipernutritivos, alimentos reales. (Xu, 2001, p.231). Y sus presentes hoy en los supermercados son sorprendentes, abarcan tanto alimentos no modificados como los procesados industrialmente. La transformación de un alimento en funcional puede realizarse eliminando algún componente nocivo (alérgeno, grasa saturada), fortificándolo con sustancias beneficiosas (cereales con minerales y vitaminas, pan con fibra, leche con calcio), mediante la adición de un elemento no presente de forma habitual en el mismo (aceite con antioxidantes), la sustitución de un compuesto perjudicial por otro deseable (grasas por inulina, leche desnatada con ácidos grasos omega 3) o a nivel de optimización de la biodisponibilidad/estabilidad. Sobre estos alimentos modificados industrialmente recae toda la atención del público y los notables esfuerzos de los expertos en mercadeo (Marriott, 2000).
Las causas que originaron estos tipos de alimentos fueron principalmente el público que actualmente se preocupa más por su salud y compra alimentos con valor agregado al nutricional, las entidades alimentarias reconocen los beneficios de los alimentos funcionales a la salud pública, el gobierno ve un potencial económico de estos productos. Otros factores que generan expectativas alrededor del tema de los alimentos funcionales, no solo por su impacto en los hábitos de nutrición y consumo, es que involucra áreas tan importantes como lo es la salud, la economía, la investigación científica, la legislación, el comercio, el desarrollo de mercados, los avances tecnológicos (Biotecnología), así como la investigación científica que documenta los beneficios para la salud de estos alimentos. Es un hecho que los consumidores han comenzado a ver la dieta como parte esencial para la prevención de las enfermedades crónicas. De esta manera es que se presenta un fenómeno denominado de auto-cuidado (self-care) que es el factor principal que motiva a decidir comprar alimentos saludables (Sloan, 2000).
América latina es actualmente un potencial productor y consumidor de alimentos funcionales, posee grandes recursos naturales, una amplia biodiversidad de flora y fauna asociada a gran variedad de plantas y frutos comestibles, con potenciales efectos beneficiosos para la salud. Depende de los gobiernos diseñar las políticas para fomentar la investigación científica y la producción de nuevos alimentos o componentes alimenticios con propiedades funcionales, teniendo en cuenta que podrían ser una importante alternativa para contribuir a mejorar la calidad de vida de la población y generar divisas para el desarrollo de otros sectores económicos proporcionando beneficios de tipo ambiental, comercial, cultural, social y científico.
Para que estos alimentos logren un impacto en el mercado es necesario relacionarlos con diversos factores como: gusto, calidad, precio, comodidad, fiabilidad de las alegaciones, familiaridad con el producto, naturaleza de la compañía oferente, forma de comunicar los efectos en la salud y de los conocimientos y conciencia que se tengan sobre los mismos; reflejando la importancia y necesidad de comunicar e informar a los consumidores con mensajes sencillos, claros y fáciles de comprender. Por estas razones, resulta relevante analizar el conocimiento de los expertos en nutrición sobre los alimentos funcionales, ya que actúan como referentes y líderes de opinión en temas relacionados con la alimentación y la salud, ejerciendo un importante papel en el tratamiento nutricional de enfermedades y en la mejora de la calidad de vida de la población. Como vínculo entre ciencia, industria y consumidor, constituyen una pieza clave y cumplen un rol fundamental en educación y asesoramiento. De ahí la importancia de actualización sobre los productos con el fin de tomar decisiones óptimas, con fundamentos científicos y esto aumente al mismo tiempo el interés de los consumidores, la industria y los legisladores por este tipo de alimentos generando avances en la industria del mercado.
El sistema regulatorio japonés, FOSHU (Alimentos de uso exclusivo para la salud), describe 11 categorías de ingredientes con actividad fisiológica (Mazza, G. 2000): Fibras alimentarias, Oligosacáridos, Alcoholes derivados de azúcares, Ácidos grasos poliinsaturados, Péptidos y Proteínas, Glucósidos, Isoprenoides y Vitaminas, Alcoholes y fenoles, Colinas (lecitina), Bacterias del ácido láctico, Minerales. Otros. El poder funcional de los alimentos sobre la salud es de origen milenario, principalmente a lo largo de la historia de la cultura oriental, donde los alimentos y la medicina son considerados igualmente importantes en la prevención y curación de enfermedades, basado también en la filosofía "deja que la alimentación sea tu medicina y que la medicina sea tu alimentación", propuesta por Hipócrates hace casi 2,500 años. (Astiasarán I y A. Martínez 1999). Actualmente existe una renovada atención en este campo que soporta el paradigma de los alimentos funcionales.
...