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CIENCIA E INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA

ClaraGomezMonografía22 de Marzo de 2022

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GUÍA Nº 1

CIENCIA E INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA


¿ QUÉ ES CIENCIA?

La ciencia tiene que ver con el conocimiento, en cuanto el hombre adquiere datos sobre su naturaleza y su historia. Aparentemente, el hombre por su bajo desarrollo instintivo, ha pretendido desde siempre, modificar la naturaleza (su entorno) con el fin de lograr un medio más habitable.

Surgida la necesidad de obtener conocimiento,  comenzaron las acciones del hombre, principalmente basadas en el ensayo-error, cuya consecuencia ha sido un conocimiento que, por repetición, se ha asentado en el tiempo.

Cada individuo va tomando elementos de la cultura compartida, de modo que maneja algún conocimiento que le permite desenvolverse en su medio. Este conocimiento, puede ser de dos formas: vulgar o científico; cada uno de ellos tiene características distintivas, aún cuando ambos confluyen a modo de objetivo al tratar de explicar la realidad.

Mientras que el conocimiento vulgar es subjetivo, superficial, sensitivo,

acrítico, no sistemático, el conocimiento científico es objetivo, profundo en relaciones conceptuales horizontales y verticales, crítico y sistemático.

Existe una tesis que tiende a explicar lo que es ciencia,  como un sistema cartesiano en donde el desarrollo de ella está representado por una curva ascendente, al graficar cantidad de conocimiento versus tiempo. Este conocimiento, nuevo, proviene de la actividad de los científicos cuyo quehacer está más bien embebido del binomio Hechos-Experiencia y del proceso científico que implica el medir, que de las especulaciones, la idea, las categorías o el clasificar.  

Algunos filósofos de las ciencias coinciden  en postular que la ciencia se desarrolla a saltos y que en determinados momentos,  el conocimiento como cuerpo, está en crisis por acumulación variada. Es en estos momentos en donde ocurre la ruptura epistemológica, que origina una suerte de síntesis y abstracción de todo el conocimiento surgido en la línea de la experiencia a partir de los hechos.

Estas síntesis dan lugar a las teorías que explican sectores de extensión variable en la línea de la experiencia y que constituyen pilares del andamiaje teórico de cada ciencia.

Puesto que cada hecho es una observación empírica verificable y una teoría relaciona un conjunto de hechos de algún sector de la experiencia, las ciencias pueden considerarse como sistemas teóricos-empíricos, en donde el conjunto de proposiciones de cada teoría que relacionan los hechos de la experiencia, intentan explicar un sector de ella.

Conoceremos  el concepto de ciencia que plantean algunos autores :

Kredov y Spirin (1968) entienden por ciencia un “sistema de conocimientos en desarrollo, los cuales se obtienen mediante los correspondientes métodos cognoscitivos y se reflejan en conceptos exactos cuya veracidad se comprueba y demuestra  a través de la práctica social.  Para ellos, la ciencia es un “sistema de conceptos acerca de los fenómenos y leyes del mundo externo o de la actividad espiritual de los individuos, que permite prever y transformar la realidad en beneficio de la sociedad”.

Mario Bunge (1973) señala que ciencia “ es un estilo de pensamiento y de acción: precisamente el más reciente, el más universal y el más provechoso de todos los estilos. Como ante toda creación humana, tenemos que distinguir en la ciencia entre el trabajo  (investigación) y su producto final, el conocimiento. Afirma que “una ciencia es una disciplina que utiliza el método científico con la finalidad de hallar estructuras generales (leyes)”.

Por su parte Morles (1977) define ciencia como un “conjunto estructurado de conceptos, postulados, leyes, hipótesis y teorías acerca de un campo específico del conocimiento”.

Por medio de la investigación científica, el hombre ha alcanzado una reconstrucción conceptual del mundo que es cada vez más amplia, profunda y exacta (Lorca, 1989)

La ciencia, tiende a construir reproducciones conceptuales de las estructuras de los hechos, o sea, teorías factuales. Pero a diferencia de la mitología que también ofrece modelos del mundo, para entenderlo y para dominarlo mejor, lo que afirma la ciencia es :

  • que es más verdadera que cualquier modelo no-científico del mundo
  • que es capaz de probar, sometiéndola a contratación empírica, esa pretensión de verdad,
  • que es capaz de descubrir sus propias deficiencias, y
  • que es capaz de corregir sus propias deficiencias, o sea, de construir representaciones parciales de las estructuras del mundo que sean cada vez más adecuadas. No hay ninguna especulación extracientífica que sea tan modesta y que, sin embargo, dé tanto de sí.

Lo que permite a la ciencia alcanzar su objetivo – la construcción de reconstrucciones parciales cada vez más verdaderas de la realidad – es su método. En cambio, las especulaciones no-científicas acerca de la realidad :

  • no suelen plantear cuestiones propia y limpiamente formuladas, sino más bien problemas que ya contienen presupuestos falsos o insostenibles.
  • No proponen hipótesis ni procedimientos fundamentados y contrastables, sino que ofrecen tesis sin fundamento y generalmente incontrastables, así como medios incontrolables para averiguar su verdad.
  • No trazan contrastaciones objetivas de su tesis y de sus supuestas fuentes de conocimiento, sino que apelan a alguna autoridad.
  • Consiguientemente, no tienen ocasión alguna de contrastar sus conjeturas y procedimientos con resultados empíricos frescos, y se contentan con hallar ilustraciones de sus concepciones para nuevos fines de persuasión, más que por buscar realmente contrastación, como muestra la facilidad con que esas concepciones eliminan toda evidencia negativa.
  • No sustentan nuevos problemas, pues todo su interés es más bien terminar con la investigación, suministrando, listo para llevar, un conjunto de respuestas a toda cuestión posible o permitida.

Conocimiento : Ordinario y Científico

Parte del conocimiento previo de donde surge toda investigación es conocimiento ordinario, esto es, conocimiento no especializado, y parte de él es conocimiento científico, o sea, se ha obtenido mediante el método de la ciencia y puede volver a someterse a prueba, enriquecerse y, llegado el caso, superarse mediante el mismo método. A medida que progresa, la investigación corrige o hasta rechaza parte del acervo del conocimiento ordinario. Así se enriquece este último con los resultados de la ciencia: parte del sentido común de hoy día es resultado de la investigación científica de ayer. La ciencia, crece a partir del conocimiento común y le rebasa con su conocimiento: de hecho, la investigación científica empieza en el lugar mismo en que la experiencia y el conocimiento ordinarios dejan de resolver problemas o hasta de plantearlos.

La ciencia no es una mera prolongación ni un simple afinamiento del conocimiento ordinario, en el sentido en que el microscopio, por ejemplo, amplía el ámbito de la visión. La ciencia es un conocimiento de naturaleza espacial: trata primariamente, aunque no exclusivamente, de acaecimientos inobservables e insospechados por el lego no educado; tales son, por ejemplo, la evolución de las estrellas y la duplicación de los cromosomas; la ciencia inventa y arriesga conjeturas que van más allá del conocimiento común, tales como las leyes de la mecánica cuántica o las de los reflejos condicionados; y somete esos supuestos a contrastaciones con la experiencia con ayuda de técnicas especiales, como la espectroscopia o el control del jugo gástrico, técnicas que, a su vez, requieren teorías especiales.

Consiguientemente, el sentido común no puede ser juez autorizado de la ciencia, y el intento de estimar las ideas y los procedimientos científicos a la luz del conocimiento común u ordinario exclusivamente es descabellado: la ciencia elabora sus propios cánones de validez y, en muchos temas, se encuentra muy lejos del conocimiento común, el cual va convirtiéndose progresivamente en ciencia fósil.

 Imaginémonos a la mujer de un físico rechazando una nueva teoría de su marido sobre las partículas elementales porque esa teoría no es intuitiva, o a un biólogo que se aferrara a la hipótesis de la naturaleza hereditaria de los caracteres adquiridos simplemente porque esa hipótesis coincide con la experiencia común por lo que hace a la  evolución cultural. Parece estar clara  la conclusión que deben inferir de todo eso los filósofos: no intentemos reducir la ciencia a conocimiento común, sino aprendamos algo de ciencia antes de filosofar sobre ella.

Los enunciados referentes a la experiencia inmediata no son esencialmente incorregibles, pero rara vez resultan dignos de duda: aunque son también conjeturas, en la práctica los manejamos como si fueran certezas. Precisamente por esa razón son científicamente irrelevantes: si puede manejarlos de un modo suficiente el sentido común, ¿por qué apelar a la ciencia? Esta es la razón por la cual no existe una ciencia de la mecanografía ni de la conducción de automóviles. En cambio, los enunciados que se refieren a algo más que la experiencia inmediata son dudosos y, por tanto, vale la pena someterlos varias veces a contrastación y darles un fundamento. Pero en la ciencia la duda es mucho más creadora que paralizadora: la duda estimula la investigación, la búsqueda de ideas que den razón de los hechos de un modo cada vez más adecuado. Así se produce un abanico de opiniones científicas de desigual peso: unas de ellas están mejor fundadas y más detalladamente contrastadas que otras. Por eso el escéptico tiene razón cuando duda de cualquier cosa en particular, y yerra cuando duda de todo en la misma medida.

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