CONOCIMIENTO, CONCIENCIA Y NEUROCIENCIAS DESDE LAS PERSPECTIVA DE JEAN-PIERRE CHANGEUX

CONOCIMIENTO, CONCIENCIA Y NEUROCIENCIAS DESDE LAS PERSPECTIVA DE JEAN-PIERRE CHANGEUX

El cerebro humano es el objeto de estudio de la neurociencia que investiga la organización estructural y funcional del cerebro humano; el componente fundamental del sistema nervioso es la neurona la cual tiene una función independiente y en sincronía con las demás células del cuerpo, se comunica a través de axones y dendritas ramificadas que forman redes complejas con otras células, esta sinapsis está regulada por las células gliales. Las células gliales – conocidas como el pegamento neural y de actual importancia para el desarrollo neural- son más numerosas que las neuronas y sus principales funciones son: dar soporte estructural a las sinapsis formadas, regulan la transferencia de los impulsos nerviosos, retiran materiales de desecho y participan en los procesos de nutrición y reparación del sistema nervioso.

Las redes neuronales son las unidades fundamentales de la actividad cerebral, dichas redes se comunican entre sí por medio de grupos de células que producen y reciben señales químicas –neurotransmisores- y eléctricas que fluyen con velocidad entre las distintas conexiones. Los neurotransmisores son reconocidos por células con receptores específicos que originan o impiden una respuesta, son liberados cuando se reciben estímulos del medio externo que son analizados y generan otro impulso en dirección opuesta.

El término plasticidad se emplea para describir el proceso de adaptación de sus propiedades en relación a los estímulos recibidos, se expresa como el proceso generado por sí mismo de almacenar y organizar señales recibidas. Para llevar a cabo este proceso las redes neuronales establecen una extensa interconexión en distintas direcciones; los estímulos recibidos se procesan simultáneamente en varias regiones cerebrales originando una percepción del mundo exterior la cual es proyectada en la misma dirección en la que se recibe. Este proceso de regulación de la información se hace de manera autónoma y activa en relación al estado actual del cuerpo y su entorno.

El instinto de supervivencia del ser humano lo impulsa a reconocer las características de su entorno; el hombre adquiere el conocimiento de lo que le rodea a través de la experimentación y la anticipación, usando la predisposición a los eventos que desencadenarán sensaciones que serán almacenadas para elaborar nuevos conceptos que serán utilizados en situaciones que requieran una solución; el proceso de ensayo y error se lleva a cabo a nivel personal y social, determinando acciones semejantes de los individuos en un mismo entorno.

Para adquirir un nuevo conocimiento (concepto) las sensaciones previas se categorizan según la compensación que obtenga el individuo al comprobar su creencia; otra manera de reforzar lo aprendido es por medio de eliminación de una imagen previa al ser experimentada, si la experiencia fue útil se almacenará en la memoria del individuo. Una de las características de este es la modificación que se puede hacer al conocimiento para adaptarlo a las experiencias nuevas.

A través del ordenamiento de las experiencias y sensaciones autoadaptables en la memoria se logra un enlace persona-persona y persona-ambiente. El conocimiento reflexivo que se lleva a cabo mediante la unificación de las interconexiones entre las redes neuronales córtico-talámicas e interhemisféricas; esta “imitación mental” del exterior se genera por la labor cerebral en respuesta estímulos neuronales, y el resultado es un conocimiento reflexivo trabaja a través de lar áreas cerebrales sensitivas otorgándole una noción de sí mismo y de lo que se encuentra a su alrededor. Las estructuras cerebrales que modulan la conciencia controlan los procesos de vigilia, sueño, atención y compensación por lo que la percepción de los estímulos recibidos puede variar según los sistemas neuronales que intervengan en este proceso.

Después de formar una percepción personal del mundo exterior se debe saber si coincide con el exterior real, para llevar a cabo esta tarea se usa al lenguaje como herramienta para comunicar sus propios conocimientos y ponerlos a prueba. El lenguaje está compuesto por signos y símbolos a los que se les da un significado concreto que depende del contexto social.

El ambiente externo es lo que le da significado a una idea u objeto; asimismo actúa sobre la estructura cerebral modificando la percepción no el proceso cognitivo que se lleva a cabo en las áreas corticales especializadas (Broca y Wernicke) y tiene el mismo efecto sobre los individuos que conviven en un mismo entorno.

Para que el proceso de comunicación concluya, se generan estímulos desde la corteza prefrontal que activan múltiples redes neuronales que se encargan de

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