Declinacion De Anfibios A Nivel Mundial Y En Bolivia
jvelizh21 de Diciembre de 2013
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DECLINACIÓN DE ANFIBIOS A NIVEL MUNDIAL
Y EN BOLIVIA
1. ANTECEDENTES Y JUSTIFICACIÓN
La declinación de los anfibios es un fenómeno global creciente que demanda la preocupación y atención de cualquier institución identificada con la conservación de la biodiversidad (Barrio, 2003).
Este problema es complejo y no hay ninguna solución fácil (Storfer, 2003). Los informes de la malformaciones y declives globales de anfibios han llevado a que la gente se involucre, particularmente porque los anfibios son considerados importantes bioindicadores de la calidad ambiental debido a la versatilidad de desarrollar sus vidas en dos medios contrastantes: el terrestre y el acuático (Barrio, 2003; Collins & Storfer, 2004).
Las misteriosas declinaciones y desapariciones de seres tan pequeños como las ranas y sapos, bien podría representar una señal de alarma en relación a otras importantes alteraciones, aun no detectadas, en la "salud" del planeta (Barrio, 2003). Este tema también enfoca la atención científica porque no hay una simple ni obvia respuesta a la pregunta de ¿que está causando la declinación de las especies en los anfibios? (Collins & Storfer, 2003).
Desde finales de la década de los 80’s, los herpetólogos han descrito la declinación y extinción de anfibios. En el primer congreso mundial de herpetología en 1989, los científicos de todo el mundo intercambiaron reportes que llevaron a la preocupante posibilidad de que la declinación de anfibios seguía un patrón global. En 1990 se siguió con los primeros estudios sistemáticos de la declinación poblacional de anfibios (Barinaga, 1990; Wake, 1991; citado en Collins & Storfer 2003). Los participantes concuerdan que había un soporte empírico para la declinación de anfibios, pero no había un consenso en lo que respecta a la causa, se sospechaba que existían muchas causas que interactuaban entre si. (Collins & Ferrel, 2003).
Las características que hacen a los anfibios más vulnerables son que poseen una piel permeable, propiedad crucial para la respiración y absorción de agua. Desafortunadamente, la piel también es permeable a los contaminantes químicos presentes en el aire, suelo y agua. Además, como la mayoría de las especies de anfibios comienzan su ciclo de vida (estados de huevo y larvas) en el medio acuático para luego habitar principalmente en el medio terrestre (fase adulta), quedan potencialmente más expuestas a la contaminación ambiental, fluctuaciones climáticas y otras presiones ambientales que aquellos vertebrados completamente acuáticos o terrestres (Crump y Rodríguez, 2001)
Para evaluar la información es necesario considerar que las poblaciones de anfibios fluctúan ampliamente en el tiempo, dificultando así la distinción entre las disminuciones naturales de aquellas provocadas por la actividad humana y que podrían conducir a la extinción de especies (Pechmann et al. 1991)
Entre los problemas que existen para abordar el estudio y el entendimiento de este fenómeno están las variaciones entre y dentro de especies de anfibios con respecto a los reportes de disminuciones poblacionales; las especies en disminución son frecuentemente encontradas en ambientes que son fisiográficamente similares a ambientes donde las mismas especies están prosperando (Bridges & Semlitsch, 2000). Las especies que moran en hábitats más altos parecen estar en un riesgo mayor dado el número relativamente alto de declinaciones registradas sobre los 500 m de altitud en Centro América y sobre los 1000 m en las áreas Andinas (Yung et al, 2001).
Como se ha sugerido por las contribuciones a este problema, los mecanismos que afectan la declinación de anfibios son complejos y probablemente existen muchos factores causales involucrados (Blaustein & Kiesecker, 2002; Collins & Storfer, 2003). A pesar de que se ha avanzado en el entendimiento de la declinación de los anfibios, continuos estudios han hecho que los científicos se den cuenta que esto no tiene una solución fácil (Wake, 1998; Kiesecker et al.2001a; citado en Storfer, 2003).
Entre las hipótesis sobre la declinación de los anfibios podemos incluir: Pérdida y modificación de hábitat, introducción de especies exóticas (Kats & Ferrer, 2003), sobreexplotación, radiación UV, contaminantes químicos (Blaustein et al., 2003), enfermedades infecciosas emergentes (Daszak et al., 2003) y el cambio climático global (Carey & Alexander, 2003), todas estas causas pueden afectar a otros organismos; los anfibios al ser especies indicadoras, pueden proveer una alerta para la mayoría de los problemas medioambientales. Consecuentemente, la declinación de los anfibios puede servir como modelo para entender la crisis de la biodiversidad en general (Storfer, 2003).
La ciencia ha provisto algunas respuestas en cuanto a la destrucción del hábitat y la introducción de especies no-nativas, que son la causas de declinación mejor documentadas; Sin embargo, tanto la declinación y extinción de anfibios han sido reportadas en áreas que no han sido afectadas por destrucción de hábitat o introducción de especies no-nativas (Storfer, 2003).
Al comienzo del nuevo milenio, nuevas investigaciones sobre el estado de conservación de anfibios en Latinoamérica (Young et al, 2004) han provisto evidencias de las causas potenciales de la declinación (Merino-Viteri, 2001; Lips, 2005).Basadas en estas y otras contribuciones, algunos de los factores (cambio climático, enfermedades y sobreexplotación) pueden ser asociadas de manera confiable a la declinación de anfibios en Latinoamérica y a nivel mundial; las especies que habitan elevaciones altas y moderadas presentan larvas acuáticas y un grado relativamente alto de especialización ecológica, están generalmente amenazados (Lips, 2005).
La alteración del hábitat y deforestación también puede estar ligado directamente a algunas de las declinaciones, muchas perdidas de poblaciones de áreas remotas o protegidas en el mundo han sido asociadas con patógenos descubiertos recientemente (y que han emergido recientemente) como Batrachochytrium dendrobatidis. Se han postulado interacciones complejas entre el cambio climático, enfermedades y contaminación, pero hay un déficit de datos experimentales para todos los países tropicales (Lips, 2005).
En Sudamérica las poblaciones más afectadas corresponden a especies que se reproducen en arroyos y quebradas, estas corresponden a las familias Bufonidae (Atelopus, Bufo, Nelsonophryne, Osornophryne), Centrolenidae (Centrolene, Cochranella, Hialinobatra-chium), Dendrobatidae (Aromobates, Colestethus, Nephelobates), Hulidae (Hyla, Scinax, Phyllomedusa), y Leptodactilidae (Telmatobius); hasta el momento no existe información publicada sobre el fenómeno de las declinaciones en Bolivia (Reichle, 2003).
En un estudio realizado en los andes de Ecuador, Bustamante et al. (2005), compararon abundancias poblacionales y densidades de especies entre muestreos iniciales (entre 1967 y 1988) y muestreos recientes (2000-03), reportando diferencias significativas en las abundancias poblacionales de anfibios en seis de siete localidades estudiadas, mostrando una declinación en dichas poblaciones, especialmente en las especies que presentan desarrollo de huevos o larvas en cuerpos de agua, sin embargo no encuentran diferencias significativas en las especies que no dependen de cuerpos de agua para su desarrollo (Desarrollo directo), como especies del género Eleutherodactylus.
Según La Marca et al (2005), lo que está pasando con el género Atelopus, es el caso mas catastrófico de pérdida de especies jamás documentado para un solo anfibio e incluso vertebrado en la historia reciente.
Estas disminuciones poblacionales no parecen haber afectado a las salamandras y cecilias (Ron et al, 2002); sin embargo, en lo que respecta a las salamandras, Parra – Olea et al. (2005), mostraron que el 40% de todas las especies descritas en el mundo se encuentran en México, en lugares donde se colectaban cientos de especies en los 70s y 80s, y ahora es difícil encontrar un solo individuo, este efecto no se puede disociar al efecto directo que tiene el cambio climático en los ecosistemas forestales de pino y roble en México central a los cuales las salamandras (Pletodontidos) están asociadas directamente.
Debido a la insuficiencia de datos de la distribución y la dinámica poblacional de las especies, y combinado con los altos niveles de diversidad de especies, se conoce relativamente poco acerca del estado actual de las poblaciones de anfibios en los países de Sudamérica (Cabral et al, 2005). Sin embargo a nivel global se ha documentado la declinación de las poblaciones de anfibios para 159 especies, 35 de ellas extintas localmente y 2 desaparecidas para siempre (Duellman, 1999).
Actualmente al menos el 43.2 % de las especies de anfibios en América Latina enfrentan alguna forma de reducción en sus poblaciones (Stuart et al, 2004). En Bolivia, a pesar de que no hay ninguna especie extinta registrada hasta ahora, existen por lo menos 21 especies amenazadas, que en su mayoría tienen una parte de su distribución en Áreas Protegidas (Ayala, 2005).
Los esfuerzos para la conservación de especies de anfibios en declinación deben considerar a los individuos, poblaciones, familias y las variaciones geográficas para protegerlos de la contaminación química (Bridges & Semlitsch, 2000) y otros factores que afectan a la declinación de las poblaciones de anfibios.
La conservación
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