LA DIVERSIDAD A NIVEL MUNDIAL
yomitos79 de Octubre de 2014
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Los bosques, la diversidad biológica y el mantenimiento del patrimonio natural
K. Isik, F. Yaltirik y A. Akesen
Kani Isik trabaja en el Biodiversity Research. Development and Application Centre en la Universidad de Akdeniz (MED-BIOME), Antalya, Turquía.
Faik Yaltirik y Aytug Akesen trabajan en la Faculty of Forestry, de la Universidad de Istanbul, Bahceköy, Turquía.
Adaptación de la memoria general preparada para el XI Congreso Forestal Mundial, sobre el tema «Diversidad biológica forestal y el mantenimiento del patrimonio natural».
Los espacios protegidos son un componente esencial de la conservación in situ de la diversidad biológica forestal. En la fotografía, una zona de conservación en Eritrea
El problema
La siguiente declaración del Programa 21 de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD) define claramente los problemas actuales de los bosques y la diversidad biológica:
«Los bosques mundiales están amenazados por la degradación incontrolada y la conversión a otras formas de uso del suelo; afectados por las crecientes necesidades humanas, la expansión agrícola y por una mala ordenación ambientalmente perjudicial que incluye la falta del control de los incendios forestales y de medidas contra el furtivismo, la explotación maderera comercial no sostenible, el sobrepastoreo, los contaminantes atmosféricos, incentivos económicos y actividades de otros sectores de la economía. Los efectos de la pérdida y degradación de los bosques se traducen en la erosión del suelo, la pérdida de la diversidad biológica, el daño a los hábitats silvestres y la degradación de áreas de las cuencas hidrográficas, el deterioro de la calidad de vida y la reducción de oportunidades para el desarrollo.»
La intensidad y magnitud de los sucesos enumerados pueden ser diferentes en ecosistemas distintos. Además, las direcciones de sus efectos pueden ser también diferentes para distintos grupos de sociedades humanas, pues se trata de problemas bien reconocidos internacionalmente. La cuestión inmediata que concierne a todos los sectores interesados es: ¿cuál es la solución del problema?
El lema del XI Congreso Forestal Mundial representa en parte la respuesta a esta pregunta: «La actividad forestal para un desarrollo sostenible: hacia el siglo XXI La finalidad de este artículo es por tanto ampliar el temario del problema y hacer una revisión sobre las soluciones hasta ahora propuestas.
Los bosques
Evolución del concepto de sostenibilidad en la ordenación forestal
En los milenios que siguieron al neolítico, los bosques y el paisaje fueron modificados por los seres humanos para utilizarlos en diversos tipos de actividades agrícolas. Como la población humana se incrementó rápidamente después de los siglos XVIII y XIX, las presiones sobre los terrenos forestales también aumentaron, especialmente en la zona mediterránea y en Europa central, lo que fue seguido por la erosión del suelo y la degradación de muchos hábitats valiosos. En medio de estas actividades, se desarrollaron en Europa central, específicamente en Alemania (Tabel, 1995), métodos fundamentales sobre ordenación forestal. En consecuencia, muchos principios de la ordenación forestal sostenible, tienen sus raíces en el siglo XVIII. La sostenibilidad, por lo tanto, no es un concepto nuevo para el sector forestal. Se ha considerado tradicionalmente al decidir el grado de aprovechamiento de madera para el consumo humano (SAF, 1992).
Además de los productos madereros, se han reconocido en la segunda mitad del siglo xx otros bienes relacionados con el valor ecológico de los bosques. Los bosques constituyen el hábitat de una gran diversidad de especies vegetales, animales y otros organismos. Muchos taxones de plantas agrícolas y de especies animales domesticadas tienen su origen en parientes silvestres que todavía habitan terrenos forestales. Muchas especies de los bosques proporcionan a la población alimentos, madera, leña, medicinas, otras diversas materias primas para la industria y forraje para los animales. Además de estos insumos socioeconómicos directos, los bosques y terrenos forestales cumplen una variedad de servicios ecológicos complejos como la producción de oxígeno, la fijación del dióxido de carbono, el ciclo de minerales y el ciclo hidrológico, la protección del suelo y el agua, la regulación del clima y así sucesivamente. Además, los bosques ofrecen oportunidades para el turismo y el uso recreativo.
Las influencias de muchos de estos servicios y beneficios sobrepasan los límites regionales y nacionales de los bosques y naciones involucradas, tanto en el espacio como en el tiempo. El tema clave es que la producción de estos servicios es indispensable para un ambiente humano saludable y acogedor; y aún más, cada uno de estos servicios no lo puede cumplir ni producir en gran escala la tecnología humana.
Los bosques tropicales húmedos son de interés especial debido a sus importantes influencias globales. Son notables tanto respecto a la cantidad como a la diversidad biológica que sustentan. Son más complejos que los bosques templados y boreales en cuanto a su estructura y funciones. Los bosques tropicales húmedos abarcan sólo el 7 por ciento de la superficie terrestre aunque se estima que contienen por lo menos el 50 por ciento y posiblemente hasta el 90 por ciento de las especies terrestres (Rodgers, 1997). La rica diversidad de los bosques tropicales puede destacarse con un ejemplo: en Perú, se han registrado cerca de 300 especies arbóreas en una sola hectárea. En contraste, sólo hay 50 especies arbóreas indígenas en todo el norte de Europa a partir de los Alpes (Drewery, 1994).
Los objetivos de la ordenación forestal actual deben basarse siempre más a menudo en los denominados principios de ordenación de los ecosistemas (Sexton et al., 1997). Por ejemplo, Kaufmann el al. (1994) describen el objetivo del Servicio Forestal de los Estados Unidos como «la creación de ecosistemas saludables y productivos mediante un método ecológico que incorpora las necesidades y valores definidos mediante criterios sociales, físicos, económicos y biológicos». El método de ordenación forestal dirigido al ecosistema representa por tanto bosques ecológicamente estables, saludables, diversos y sostenibles. El desafío para los forestales es equilibrar el desarrollo económico y la diversidad ecológica (SAF, 1992). Es necesario que las estrategias de ordenación forestal tomen en consideración la diversidad biológica, los procesos de los ecosistemas y la productividad de la estación a largo plazo para mantener y mejorar e 1 bienestar humano sobre bases ecológica y económicamente sostenibles.
Más de 150 gobiernos firmaron el Convenio sobre Diversidad Biológica legalmente vinculante en la Cumbre de la Tierra de Rio de Janeiro, en 1992. Al ratificar el Convenio, las partes interesadas aceptaran la responsabilidad de proteger el material genético, las especies, hábitats y ecosistemas que componen el mundo natural. El artículo 6 del Convenio plantea las medidas generales para la conservación y el uso sostenible de los recursos biológicos, pidiendo el desarrollo y aplicación de estrategias, planes o programas nacionales. La cita que sigue, tomada del prefacio de la Estrategia sobre la biodiversidad global (WRI, UICN y PNUMA, 1992), indica la postura de las principales organizaciones conservacionistas.
Es necesario aumentar el número y la superficie de los parques nacionales. En la fotografía, cigüeñas pico amarillo en las orillas del canal Kazinga, en el parque nacional de Ruwenzori, en Uganda
«El desarrollo tiene que centrarse en el hombre y basarse en la conservación. A menos que protejamos la estructura, funciones y diversidad de los sistemas naturales del mundo -de las que depende nuestra especie y otras especies- el desarrollo se destruirá a sí mismo y fracasará. A menos que utilicemos los recursos de la Tierra sostenible y prudentemente, estaremos negando al hombre su futuro. El desarrollo no puede producirse a expensas de otros grupos o de generaciones posteriores ni puede amenazar a la supervivencia de otras especies.»
Se apruebe o se rechace esta declaración, dependiendo de grupos de intereses opuestos, el concepto de la diversidad biológica o biodiversidad, como se conoce popularmente, entró por tanto en las consideraciones sobre la ordenación de los recursos a finales del siglo xx.
Biodiversidad
Definción
La biodiversidad es la totalidad de genes, especies, ecosistemas y procesos ecológicos de una región. Por lo tanto, la biodiversidad consta de cuatro elementos: diversidad genética, diversidad de especies, diversidad de ecosistemas, y diversidad de procesos (SAF, 1992; IPGRI, 1993; Isik, 1997).
Biodiversidad genética
La diversidad genética, diversidad intraespecífica y diversidad entre especies es la suma de la información genética total, expresada por genes de individuos. Normalmente, hay muchos individuos dentro de una especie; todos -excepto los gemelos idénticos (y los clones)- son genéticamente únicos. La presencia de diferentes genes y alelos y sus combinaciones diferenciales entre individuos producen la variabilidad de un rasgo determinado. Las diferentes combinaciones y diferentes frecuencias entre poblaciones de una especie dada producen la variabilidad entre poblaciones, como por ejemplo la diferente resistencia a las enfermedades, a la sequía y a temperaturas extremas.
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