EXPANSION DEL FONDO OCEANICO
freddipo15 de Abril de 2014
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EXPANSIÓN DEL FONDO OCEANICO
¿Qué es fondo oceánico?
Se considera como relieve oceánico al manto de tierra que se encuentra al fondo de los océanos. También puede ser llamado relieve del mar, relieve submarino o lecho oceánico.
La mayoría de los océanos poseen una estructura común, creada por varios fenómenos físicos, mayoritariamente del movimiento de las placas tectónicas y sedimentos de varias fuentes. La estructura de los océanos, comenzando a partir de los continentes, se inicia con la plataforma continental, el talud continental, que es una zona previa al océano profundo, hasta llegar a la llanura abisal. Existen diversos accidentes en el fondo oceánico que provienen en su mayoría de relieves residuales de origen volcánico o tectónico, como las islas volcánicas, atolones, guyots y que fueron erosionados en la superficie y/o hundidos por la subsidencia con la expansión de las placas oceánicas.
Cada área del relieve oceánico tiene características típicas como una composición del suelo común, topografía, salinidad de mar y de agua superiores que le rodean, vida marina, dirección magnética del rocaje y sedimentación. La topografía del fondo marino es llana donde la sedimentación es fuerte y cubre los rasgos tectónicos. Esta sedimentación proviene de varias fuentes:
• Sedimentos de erosión, traídos principalmente por los ríos
• Nuevas «rocas jóvenes», nuevo magma compuesto de basalto, de la cresta oceánica media
• Esparcimiento de ceniza volcánica subacuática, especialmente de respiraderos hidrotermales
• Actividad de los microorganismos
• El propio mar erosionando el lecho oceánico
• Vida marina: corales, peces, algas, cangrejos, plantas marinas y otros sedimentos de procedencia biológica
Donde no hay sedimentos, como en el océano Atlántico, especialmente en el norte y el este, la actividad tectónica original se puede ver claramente como líneas rectas de grietas o respiraderos a lo largo de miles de kilómetros.
Autoridad Internacional de los Fondos Marinos
La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos, es una organización internacional establecida para organizar y controlar las actividades de exploración y explotación de los recursos en los fondos marinos y oceánicos y su subsuelo fuera de los límites de la jurisdicción nacional (denominados la Zona). Es una organización autónoma que tiene un acuerdo de relación con las Naciones Unidas. Su sede se encuentra en Jamaica.
La Autoridad, en funciones desde 1994, fue establecida y sus tareas definidas en 1982 por la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, confirmadas por el Acuerdo de 1994 relativo a la aplicación de la Parte XI de la convención. Esta última define a los fondos marinos y oceánicos y sus recursos como "patrimonio común de la humanidad". La Autoridad tiene 162 Estados miembros.
TEORIA DEL FONDO OCEANICO
En la década de 1920, el estudio de los lechos marinos progresó cuando el sonar, dispositivo de sondeo con eco, fue modificado para medir las profundidades oceánicas. Con un sonar se podía medir la topografía submarina y establecer su cartografía. Más tarde, los geofísicos adaptaron los magnetómetros aéreos para poder medir variaciones de intensidad y orientación geomagnética. Las travesías de los magnetómetros transportados en barcos por las dorsales oceánicas mostraron que las rocas de un lado de la dorsal producían un motivo reflejado del de las rocas del otro lado. Los métodos de datación aplicados a las rocas corticales basálticas del lecho marino mostraron que la materia más cercana a la dorsal era mucho más joven que la lejana, de hecho, era relativamente reciente. Además, no se encontraron capas de sedimentos marinos en la cumbre de la dorsal, pero aparecían a cada lado, otras más antiguas y gruesas a mayor distancia. Estas observaciones, añadidas a las del gran flujo de calor, hicieron pensar que la dorsal es el lugar donde se crea la corteza oceánica nueva; el material llega por corrientes de convección de lava caliente, pero se enfría y solidifica con rapidez al contacto con el agua fría del fondo oceánico. Para dejar sitio a esta suma continua de nueva corteza, las placas deben separarse lenta pero de forma constante. En el Atlántico norte, la velocidad de separación es de sólo 1 cm al año, mientras que en el Pacífico es de más de 4 cm al año. Estos movimientos relativamente lentos, impulsados por corrientes de convección térmicas originadas en las profundidades del manto terrestre, son los que han generado, en el curso de millones de años, el fenómeno de la llamada deriva continental.
En la década de 1960, los datos detallados del suelo oceánico fueron agrupados e incorporados en mapas fisiográficos donde el relieve submarino fue representado por científicos del Observatorio Geológico Lamont en la Universidad de Columbia. Se dieron cuenta de que la cresta de las dorsales oceánicas tiene la forma de una rendija, o grieta, de unos pocos kilómetros de ancho, situada en el centro de la dorsal. También descubrieron que en el mar Rojo la dorsal penetra en el continente africano para convertirse en el famoso valle del Rift, que llega desde el valle del Jordán y el mar Muerto, pasando por el mar Rojo, a Etiopía y al este de África. Resulta evidente que la dorsal marca una división en la corteza terrestre como lo hace en la oceánica.
Los nuevos mapas fisiográficos del fondo del océano también revelan, por primera vez, que las crestas de las dorsales tienen muchas grietas, llamadas zonas de fractura. Estas grietas señalan la dirección de las fallas de transformación (lo que se llama `deslizamiento según el rumbo') que se han desarrollado para compensar las tensiones generadas por velocidades distintas de expansión del suelo marino. Aunque la mayoría de estas fallas están ocultas bajo el océano, una de ellas, la falla de San Andrés conocida por su propensión a los terremotos, emerge del océano Pacífico, cerca de San Francisco, en California y atraviesa cientos de kilómetros de tierra.
Esta hipótesis está apoyada por la simetría de varios elementos a ambos lados de la dorsal: edad de la corteza, espesor de sedimentos, y, especialmente, por la polaridad magnética (los cambios de polaridad son simétricos respecto al eje de la dorsal).
Si el proceso se inicia sobre un continente, el resultado será la separación del mismo en dos partes separadas por un océano. En sus primeros pasos la dorsal ocupará una posición continental, durante esta fase se le denomina Rift continental
Harry Hammond Hess fue un geólogo y oficial de la Marina de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial.
La hipótesis de expansión del piso oceánico formulada por Hess en 1962, contenía, la idea central de lo que se llamaría, cinco años más tarde, la tectónica de placas.
Hess reunió los datos conocidos sobre el fondo de los océanos y se atrevió a formular una hipótesis muy atrevida sobre su formación: “El fondo de los océanos se extiende a partir de la dorsal”. En detalle y según su hipótesis, las placas que hay en los fondos oceánicos se alejan y queda entre ellas un hueco que se llena con material proveniente del manto, roca fundida (magma) de la astenósfera, que puede fluir por encontrarse muy caliente. En cuanto llega a la superficie sufre cambios físicos y químicos al perder gases y entrar en contacto con el agua del fondo del mar. Al descender su temperatura se convierte en nueva corteza oceánica. Al continuar separándose las placas, esta nueva corteza oceánica es arrastrada hacia los lados de la cresta y deja lugar para que ascienda más material del manto.
El material que asciende está muy caliente, y transmite parte de este calor al material que tiene cerca, el cual empuja el material que tiene encima, dando lugar a las grandes elevaciones sobre el nivel medio del fondo marino que presentan las cordilleras oceánicas.
Las placas siguen separándose y el nuevo fondo, cada vez más frío, pasa al punto más alto y comienza un descenso muy rápido, se rompe y se crean nuevas fallas normales, pero ahora el movimiento relativo de las paredes es en sentido contrario al que ocurre del mismo lado dentro del valle. Conforme se aleja del centro de expansión, la nueva corteza oceánica se va enfriando, lo cual la vuelve más densa y, por tanto, más pesada. Al pesar más, hace más presión sobre el material de la astenósfera y lo hace descender. El resultado de esto es que el fondo oceánico se encuentra apoyado sobre una superficie inclinada, y la fuerza de gravedad hace que resbale sobre esta superficie alejándose del centro de expansión y por tanto de la placa que se encuentra del otro lado. Este proceso continuado, a lo largo de millones de años, trae como consecuencia el ensanchamiento de los océanos.
Pruebas a favor de dicha teoría.
Las campañas de sondeos del fondo oceánico mostraron una curiosa distribución de su edad. A partir de una dorsal oceánica, al alejarnos a un lado y al otro de la dorsal, la edad es progresivamente mayor.
De todo ello se deduce que el fondo oceánico se está formando continuamente en las dorsales y que está en continua expansión.
FORMACIÓN DE UN OCÉANO
Debido a esfuerzos extensionales, junto a un movimiento de material astenosférico, provocan la formación de un rift continental, en el que la litosfera se estira y adelgaza. Si este proceso de adelgazamiento prospera, producirá finalmente la rotura de la litosfera con la consiguiente separación de los
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