Empresa Caña De Azucar
LADYS_2020 de Mayo de 2012
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Bioetanol de caña de azúcar
Una energía para el desarrollo
sostenible
Resumen ejecutivo
BNDES, CGEE, FAO y CEPAL
2008
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Resumen ejecutivo1
La creciente necesidad de ampliar de modo sostenible el uso de fuentes renovables de
energía, para proporcionar mayor seguridad al suministro energético y reducir los
impactos ambientales asociados a los combustibles fósiles, encuentra en el bioetanol
de caña de azúcar una alternativa económicamente viable y con significativo potencial
de expansión. La producción y el uso de bioetanol como combustible automotriz se
practican regularmente en Brasil desde 1931, con una notable evolución durante las
últimas décadas, alcanzando madurez y consistencia, de acuerdo con un modelo
productivo que puede ser adaptado e implementado en contextos similares. Por medio
del bioetanol y de la bioelectricidad, la caña de azúcar representa actualmente la
segunda más importante fuente primaria y la principal forma de energía renovable en
la matriz energética brasileña.
Esta obra presenta, desde varios puntos de vista, las características de este
biocombustible y de su agroindustria, con énfasis en la experiencia brasileña y, en
algunos casos, cotejando con otras tecnologías bioenergéticas. Desarrollado en nueve
capítulos, brevemente descritos a continuación, el trabajo se orienta a lectores
brasileños y de otros países con interés en bioetanol y bioenergía.
Bioenergía y biocombustibles
Por medio de la fotosíntesis, la radiación solar se transforma en productos vegetales,
que pueden ser utilizados como combustible, directamente o después de procesados.
La leña de eucalipto y el bioetanol, producido a base de caña de azúcar o de maíz,
son ejemplos de vectores bioenergéticos. En sus formas tradicionales, el uso de la
bioenergía se confunde con la historia de la humanidad, pero, mediante tecnologías
modernas y eficientes, como biocombustibles líquidos, está siendo considerado en los
últimos tiempos una fuente energética renovable alternativa a los combustibles fósiles,
capaz de atenuar graves problemas ambientales. Una condición fundamental a ser
observada para la viabilidad de la producción bioenergética es la eficiencia en la
1 Las referencias bibliográficas fueron suprimidas. Por más detalles referirse al texto completo
original.
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captación de la energía solar, asociada a la productividad por unidad de recursos
naturales utilizados.
La productividad vegetal depende, esencialmente, de las condiciones climáticas
(disponibilidad hídrica, insolación y temperatura) y de la fertilidad del suelo cultivado,
variando de acuerdo con la especie vegetal. Entre las plantas utilizadas para fines
bioenergéticos, se destacan las gramíneas, como es el caso de la caña de azúcar,
cuya eficiencia fotosintética es de las más altas entre todos los vegetales. Tomando en
consideración tales presupuestos, las regiones tropicales húmedas, especialmente
Latinoamérica y África, se presentan indiscutiblemente como las más prometedoras
para la producción bioenergética, a ser promovida naturalmente de forma sostenible.
Sin considerar la bioenergía como la virtual sustituta de todas las formas
convencionales de energía en uso por la sociedad moderna, sino una componente
necesaria de un nuevo contexto, se constata que, en carácter global, existe una gran
disponibilidad de área para la producción vegetal y un uso todavía muy limitado de la
radiación solar, que incide generosamente en amplias regiones del planeta. De este
modo, es razonable suponer que en los próximos años la bioenergía se desarrolle de
modo importante.
Etanol como combustible vehicular
El etanol presenta algunas diferencias importantes con relación a los combustibles
convencionales, derivados de petróleo. La principal de ellas, es la elevada
concentración de oxígeno, que representa cerca del 35% de la masa de etanol. En
general, las características del etanol permiten una combustión más limpia y un mejor
desempeño de los motores (ciclo Otto), lo que conlleva a la reducción de las emisiones
contaminantes. Para el uso de etanol hidratado puro (con cerca del 5% de agua), se
necesita adaptar los motores, pero, cuando se trata de mezclas con concentraciones
de hasta 10% de etanol, se pueden utilizar los motores convencionales a gasolina sin
cualquier ajuste. En los motores flexibles (flex-fuel vehicle – FFV), con gran
penetración en el mercado brasileño, se pueden utilizar mezclas con cualquier
concentración de etanol.
En comparación a la gasolina pura, un análisis detallado de los aspectos más relevantes
del uso de las mezclas gasolina/etanol, como octanaje, volatilidad, desempeño,
separación de fases, compatibilidad de materiales (elastómeros y metales) y emisiones de
gases de escape (incluyendo monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno, de azufre y
aldehídos), muestra como este biocombustible puede ser utilizado sin problemas de orden
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técnico y ambiental. En efecto, la expresiva mayoría de los fabricantes de automóviles
acepta el uso de gasolina con un 10% de etanol en sus motores.
Confirmando la madurez de este biocombustible, diversos motores aeronáuticos (para
aviones agrícolas y de pequeño porte) fueron homologados para uso de etanol puro.
El uso de etanol en motores diesel presenta perspectivas interesantes, pero aún se
encuentra en desarrollo.
Desde el punto de vista económico, el análisis de los costos de oportunidad del
bioetanol de caña de azúcar, frente al azúcar y a la melaza, y la comparación de los
precios pagos a los productores de bioetanol en Brasil con los precios internacionales de
la gasolina durante la última década, confirman la atractividad del empleo de este
biocombustible y refuerzan la importancia de que se promueva en bases competitivas, y
en la medida de lo posible, bajo reducida intervención gubernamental. No obstante, para
desarrollar adecuadamente el mercado del bioetanol y potencializar sus ventajas, el
Estado debe asumir responsabilidades importantes, como definir las especificaciones
del bioetanol y las concentraciones mínimas obligatorias de mezcla en la gasolina, así
como establecer un marco tributario equilibrado en el mercado de los combustibles.
Para completar la revisión de los aspectos relacionados al uso de etanol como
combustible, cabe comentar la logística para este biocombustible, en que la
estacionalidad de la producción impone la formación de existencias de entre zafras,
cuyo volumen depende directamente de la extensión del período productivo. Para el
transporte del bioetanol, se puede recurrir a los modos usualmente empleados para
los demás combustibles, inclusive ductos.
Producción de bioetanol
La producción de bioetanol se realiza en bases comerciales y por dos vías
tecnológicas, utilizando materias primas dulces, directamente fermentables, como la
caña de azúcar y la remolacha azucarera, o materias primas amiláceas, como el maíz
y el trigo, cuyo almidón debe ser convertido en azúcares (sacarificado) antes de la
fermentación, como se esquematiza en la Figura 1. Una tercera vía, utilizando la
biomasa disponible en materiales como el bagazo y la paja, hidroliza las cadenas
celulósicas y produce una solución fermentable de azúcares, presentando gran interés
gracias al bajo costo de la materia prima. Con todo, esta vía de valorización energética
de la biomasa aún no está disponible en escalas comerciales, aunque haya
expectativas de que en los próximos años pueda alcanzar viabilidad económica.
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Figura 1 – Vías tecnológicas para la producción de bioetanol
Fuente: Elaboración de Luiz Augusto Horta Nogueira.
En función de las diferencias en las productividades agrícola e industrial, los
volúmenes de bioetanol producido por unidad de área cultivada varían bastante, de
acuerdo con el Gráfico 1. En el caso de la caña de azúcar, son valores representativos
una productividad agrícola de 80 toneladas de caña de azúcar por hectárea y un
rendimiento industrial de 85 litros de bioetanol, resultando en una producción de 6.800
litros de bioetanol por hectárea cultivada. En este gráfico, para la caña de azúcar, se
considera además la producción de etanol de los residuos celulósicos, tecnología aún
en desarrollo, asumiendo la utilización del 30% del bagazo disponible y mitad de la
paja, convertida en bioetanol a razón de 400 litros por tonelada de biomasa celulósica
seca. De los 51 mil millones de litros de bioetanol producidos en 2006, la producción
norteamericana, a base de maíz, y la brasileña, a base de caña, representaron un 70%
del total. Los otros grandes productores de bioetanol son India, China y la Unión
Europea, pero en escala mucho menor.
Biomasa azucarada
(caña, remolacha)
Solución azucarada fermentable
Biomasa amilácea
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