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Ensayo: La Lectura Académica

eliaschTarea19 de Junio de 2018

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Ensayo: La Lectura Académica [1]

Lic. Alonso Brenes

Revisado marzo 2018.

La lectura es una habilidad propia de los seres humanos que han tenido la gran fortuna de ser alfabetizados, es decir, que tienen la capacidad de representar e interpretar los caracteres de su lengua materna. La lectura la efectúan quienes logran descifrar los caracteres escritos y con ello entender los mensajes y la información del mundo al que pertenecen, integrándose al contexto social y cultural de su medio.

Sin embargo, todos sabemos que “leer y escribir” a nivel básico no es suficiente para alcanzar metas académicas y profesionales. Leer y escribir tienen grados de dificultad y accesibilidad. Para el desarrollo académico, intelectual y profesional se requiere  mucho más que estar simplemente “alfabetizados”. Para llegar a ser un profesional, se requiere un bagaje educativo y cultural muy superior.

El nivel de la interpretación de la lectura del idioma Español debería de ser proporcional a la edad. Por lo que se espera que adultos jóvenes en edad de cursar una carrera universitaria, tengan un mayor dominio de las técnicas de lectura. Lamentablemente, el lector universitario contemporáneo promedio tiene muchas deficiencias y deformaciones en los hábitos de lectura.

Saber leer es trascendental, es importantísimo a lo largo de la vida, especialmente cuando se trata de lectura académica, técnica o profesional. Parece una verdad evidente por sí misma, pero es necesario reflexionar al respecto, porque a la mayoría de las personas contemporáneas – universitarias o no -, no solamente no les gusta leer, sino que evitan la buena lectura, la instructiva, formativa, científica, tecnológica o la lectura lúdica de las grandes obras literarias.

Además de todos los males que padece la humanidad, hay que añadir que a la mayoría de las personas jóvenes contemporáneas [2] no les gusta leer, no aman los libros, no aman la lectura, desconocen que leer es un placer, que es recreativo, que desarrolla el poder de abstracción, de imaginación y que es indispensable para curar la terrible pandemia de la ignorancia. La lectura convierte a las personas en individuos educados y cultos, por eso es de especial importancia en los estudios de cualquier índole, además es un instrumento de poder.

Saber leer correctamente es absolutamente indispensable para convertirse en profesionales. En una carrera universitaria, es imposible que los profesores les transmitan a los estudiantes todos los conocimientos que deben tener de su especialidad en clases, el profesional se forma en las horas lectura que invierte en su carrera. La lectura hecha en la biblioteca, en la casa, en solitario, es la que moldea e instruye a quien aspira a ser profesional. La lectura crítica, reflexiva, cuestionadora es la que forma al individuo.

Leer es un mecanismo de poder. Dado que la lectura otorga conocimientos, quien los tiene adquiere el “poder” que le permite dicho beneficio. “El que tiene el conocimiento tiene el poder”, es una verdad que ha sido comprobada por generaciones. Por eso los especialistas en diversos campos tienen tanta influencia en la sociedad, porque saben, conocen y emplean la información de su especialidad con discrecionalidad.

Un buen ejemplo son los doctores en medicina. El buen médico se actualiza constantemente, accede a lo último de los descubrimientos y avances científicos, lee revistas especializadas en medicina. Un profesional, continúa enriqueciéndose mediante la lectura.

Una gran cantidad de profesionales en Costa Rica provienen de familias de recursos económicos limitados, muchos lograron estudiar gracias a una beca. El cambio de status socio-económico se dio por medio del estudio, y el éxito en el mismo radica en la rigurosa práctica de la lectura y del estudio sistemático.

 

Por eso, las clases gobernantes se preocupan tanto de instruir y educar a sus hijos, porque éstos deben mantener las estructuras del poder económico, social y político de los padres. Desde los intereses económicos y sociales de las clases gobernantes, entre más ignorantes sean las clases subalternas  (que son las mayoritarias en toda estructura social), mejor para sus intereses de conservar las estructuras de poder. Entre más gente maleducada, inculta y enajenada exista mejor para los dueños de los medios de producción en el capitalismo consumista en que vivimos. Menos peligros corren sus intereses, las masas siguen estando subalternas a su poder.

La humanidad no ha vivido época más tecnológica que la actual, sin embargo, la invención de los múltiples artilugios cibernéticos no ha mejorado sustancialmente la educación real. El “homo videns” contemporáneo se goza en la imagen, en las “pantallas” del teléfono móvil, del ordenador. Pero desconoce el poder, la instrucción, el placer y la satisfacción que otorga la lectura.

Hemos visto a muchos jóvenes pasando de pantalla a otra con un clic, deslizando sus dedos sobre las pantallas del celular, sin ni siquiera leer la información que se ha desplegado. Lo mismo sucede al leer un texto, si hay una palabra o concepto que se desconoce, el joven de hoy en día se “salta” la palabra, literalmente la ignora y no la busca en el diccionario.

Un lector que evade el significado de las palabras jamás podrá comprender a cabalidad lo que está leyendo, negándose su propio derecho a la instrucción.

Lamentablemente, las nuevas generaciones no han conocido el placer y los beneficios de la lectura, probablemente porque padres y educadores no han tenido el poder de convocatoria y convencimiento que si tienen los medios de comunicación audio visuales. La culpa no se le debe atribuir a la tecnología y a sus manifestaciones, todo lo contrario, hay que aprovecharlas para instruirse.

El docente universitario tiene que enfrentar el terrible problema de tratar con jóvenes que pretenden convertirse en profesionales con el hecho de asistir a lecciones, evitando las lecturas mínimas asignadas, personas que desean ser profesionales pero sin leer. Personas que no pagan el precio en horas lectura y estudio. Los estudiantes que no efectúan las lecturas con rigurosidad académica están condenados a perder los cursos, porque no tienen los recursos de instrucción para poder aprobarlos.

En el idioma se transmite la cosmovisión, educación y la cultura. Muchos jóvenes universitarios evidencian una formación muy débil y una cultura general deficiente. La pobreza en el uso del idioma es impresionante y alarmante, la expresión oral es muy elemental y la expresión escrita es deficiente. En general el léxico y la ortografía también son muy defectuosos.

Por fortuna el mal tiene cura, radica en la decisión personal de re-educarse, modificar patrones de conducta,  adquirir hábitos de estudio y re-aprender a leer.

El antiguo proverbio que dicta que la práctica hace al maestro es totalmente válido en la lectura. Entre más frecuente sea la lectura, - lectura de calidad – los beneficios redundarán en favor de la persona que se esfuerza por leer con inteligencia.

Entre más frecuente sea la buena lectura, el lector se volverá más diestro en ésta, tendrá mayores recursos para enfrentar textos más complejos, leerá más rápido comprendiendo lo que lee, mejorará su vocabulario. Cuando se exprese oralmente será notoria la mejoría en el léxico, la fluidez de las ideas, la claridad con que se exprese, asimismo tendrá mayores posibilidades de presentar conferencias o exposiciones de calidad, con dominio del idioma y del arte de la oratoria.

Si se trata de la escritura, el lector disciplinado, mejorará su ortografía, identificará sus errores y los enmendará, aprenderá muchas palabras nuevas ampliando el  léxico, mejorará la redacción de los trabajos escritos, de los ensayos, la composición y el estilo se pulirán. Evitará los “vicios del idioma” tan frecuentes en la comunicación oral y escrita.

Un buen lector, una persona que practica la buena lectura, es fácilmente reconocible en cualquier círculo social, se le identificará como una persona instruida, educada y culta.

Para cursar una carrera en cualquier universidad hay que estar dispuesto a adquirir el nivel de la lectura universitaria si no se posee. Es necesario estar al nivel de la lectura universitaria para poder comprender, asimilar y aprender lo que se requiere en los diversos cursos y formarse como profesional.

La capacidad de leer, de ejecutar la lectura inteligentemente, es lo que le permite a la persona el acceso a la información. Pero tener acceso a la información es lo básico, la persona consciente, que piensa y que actúa con inteligencia, aprovecha la lectura para desarrollar capacidades que le permiten discernir, interpretar, comprender, evaluar, criticar y aprender datos que le enriquezcan y le instruyan, le hagan crecer como ser humano y como profesional, también la lectura dota a la persona para formar criterios y argumentos que le permiten descartar datos que no son importantes o inútiles.  

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