Estres En Docentes

Creemos necesario empezar a desarrollar algunos conceptos que serán el punto de inicio que nos permitirá analizar y recortar la complejidad de la temática elegida.

Para comenzar teorizaremos el concepto de institución: Castoriadis sostiene que las instituciones reproducen en su interior mismo, las relaciones de poder, de dominio y de hegemonía que están presentes en las relaciones sociales. Por lo tanto, aquello que tiende a repetirse y a reproducirse de un ámbito a otro es una situación de tensión, de juego de fuerzas, un equilibrio alcanzado en un momento histórico, es decir, una situación dinámica.

Toda sociedad necesita consumarse en torno a la adhesión de ciertos valores compartidos, que exista un lazo fundante capaz de promover la cultura. Será necesario que ese lazo se transmita de generación en generación donde algo de lo que es donado deberá ser resignificado, es decir, trabajar sobre los contenidos adquiridos, ordenándolos de forma diferente y otorgándoles un nuevo significado. (Manavella & Faustti, 2006, p.80).

La escuela nace como un nuevo dispositivo institucional al cual se le encomendará la tarea de sostener el lazo. Tomando el concepto de “lazo social” desde el Psicoanálisis: Se parte del supuesto que el sujeto del inconsciente definido por Freud, es social, a partir de su determinación como un efecto de la palabra, dada su condición de ser hablante, alojado en una estructura que implica el lenguaje como condición del inconsciente.

Teniendo en cuenta esta definición nos permite reflexionar acerca de las problemáticas sociales que se presentan en dicho lazo, entre las cuales podemos ubicar la violencia en sus diversas manifestaciones.

En la Escuela se generan también fenómenos que tienen que ver con lo grupal, que merecen ser indagados. Pichón Riviere define al grupo como "un conjunto restringido de personas que, ligadas por constantes espacio temporales, el cual, articulado en su mutua representación interna, se propone en forma implícita y explícita una tarea que conforma su finalidad, interactuando a través de complejos mecanismos de asunción y adjudicación de roles" (Pichon-Rivière, Enrique; El proceso grupal, ed. Nueva Visión, Buenos Aires, 1999.). Aquí para pensarlo dentro de la escuela podemos rescatar principalmente el concepto de “mutua representación interna” el cual nos habla de un sentimiento de pertenencia y de identificación con el otro, y por otra parte la forma de interacción que propone el autor, es decir, ‘complejos mecanismos de asunción y adjudicación de roles’. Indagando en este punto encontramos que por rol el autor considera “un modelo organizado de conducta, relativo a una cierta posición del individuo en una red de interacciones ligado a expectativas propias y de los otros" y propone prototipos: El portavoz es "el miembro que denuncia el acontecimiento grupal, las fantasías que lo mueven, las ansiedades y necesidades de la totalidad del grupo", es la persona que habla por todos. El chivo emisario en un miembro del grupo en el cual se vuelcan aspectos negativos o atemorizantes, apareciendo mecanismos de segregación y/o violencia frente a dicho integrante. En la otra cara encontramos al líder; los miembros del grupo depositan en él solamente aspectos positivos. El saboteador se encargara de dificultar el cambio y atentará contra la tarea.

Aquí vemos que surge en la misma definición de grupo un rol que implica en la persona ser el depositario de lo negativo, es decir, cuestiones que el grupo en vez de resolver, deposita en uno de ellos considerándolo como causa imaginaria de los males siendo esto motivo de reacciones violentas.

Un tipo de grupo es la relación que se construye entre el docente y el alumno. Para plantear esta relación, se debe partir de conceptualizaciones tales como:

- tríada didáctica (docente-alumno-saber)

- rol del docente y rol del alumno

- contexto (interacciones sociales)

La tríada didáctica constituye un campo de relaciones varias entre cada uno de sus componentes: docente, alumno y saber. Es decir, en realidad, este triángulo encierra el vínculo del docente con el contenido, del alumno con el contenido y entre el alumno y el docente. El alumno accede al conocimiento, al saber, a partir de la relación que se construye entre ambos sujetos (docente - alumno).-

Los términos docente y alumno, hacen referencia a lugares objetivos en un dispositivo pedagógico, en cambio si se habla de enseñante y de aprendiente, se está indicando un modo diferente de situarse subjetivamente; es decir, como se posiciona cada uno de estos, en su rol.

El posicionamiento, que si bien, se relaciona con las experiencias que el contexto le provee al sujeto, no está determinado por ellas. El docente, así como el alumno, son sujetos cargados de emociones, significaciones, identificaciones, deseos que intervienen en el proceso de aprender y en la relación misma.-

El contexto favorecerá u obstaculizará ese encuentro: entre el docente y el alumno, alumno saber y entre alumno y docente, así mismo, por todos los aspectos en movimiento que interfieren.-

La relación docente - alumno, interjuego de posiciones subjetivas dentro de un campo de relaciones e interacciones, es el que va a permitir el acceso al conocimiento. El docente, sujeto enseñante, trae bajo su responsabilidad, el contener, acompañar, orientar, ayudar, motivar al alumno (sujeto aprendiente); con el fin de lograr así, el acontecer del aprendizaje. El cual hoy se ve perturbado x actos de violencia, falta de atención, irritabilidad.-

La violencia (tanto verbal y más aún física) interfiere, fisura esa relación y en ese contexto.-

Hoy muchos docentes se refieren a su alumnos diciendo: " no me prestan atención, son inquietos y violentos".... Y es justo allí, cuando el docente, sujeto enseñante, debe pensar que hay "una atención a prestar" a alumnos quizás, atravesados por un sin número de dificultades.-

No existe un concepto absoluto de violencia. La violencia no es un fenómeno preexistente que el concepto nombra, sino que es una construcción determinada socialmente. El concepto de “violencia” es construido a la vez que construye al concepto que designa. Eso significa que la violencia como objeto de conocimiento existe dentro de determinados paradigmas de pensamientos que la constituyen como tal(…) Desde un enfoque relacional, se considera la violencia como modos de interacción globales en los que los comportamientos considerados violentos cobran sentido,

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