Imagen Radiofonica

Soto Peña José Daniel Trabajo: LA IMAGEN RADIOFÓNICA

Taller de realización de radio

• Camacho, Lidia. La imagen Radiofónica. México, D.F., Ed. McGraw-Hill, 1999, 125 págs.

Lidia Camacho Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Anáhuac, Maestra en Historia del Arte por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y Doctora en Ciencias Políticas y Sociales igualmente por la UNAM.

Ha desempeñado un papel fundamental en el medio radiofónico como promotora de la creatividad, lo que se ha visto concretado en su labor como fundadora y directora de diversos proyectos, como en el Festival de Cervantino, el de Bienal de Radio, entre otros; así como sus libros que se han ido destacando y son de soporte para las nuevas generaciones.

La importancia de los estudios de la radio como medio masivo de comunicación está en su poder de llegar hasta a zonas muy lejanas y transmitir información a bajos costos (a diferencia de las nuevas y costosas tecnologías), es de vital importancia su estudio y optima aplicación en pro de los avances no solo comunicativos sino culturales de la humanidad.

Empezaré definiendo primero qué es periodismo y literatura: el periodismo tiene que contar y explicar los hechos que suceden en la realidad y la literatura suele explicar hechos de ficción. Periodismo y literatura son dos formas de comunicar que presentan unas diferencias importantes: el literato puede dedicar todo el tiempo que necesite (un mes, un año, dos años) para escribir una novela, el periodista tiene que realizar su trabajo en un plazo breve y definitivo.

El escritor se dirige a un público universal, pero el periodista escribe para el lector de un periódico, que suele estar definido y además suele ser muy fiel. El mensaje literario no tiene límites de espacio y tiempo.

El texto que elabora el periodista está sometido por la actualidad espacio-temporal. Generalmente, literatura e información satisfacen necesidades distintas: el lector de prensa lee para recibir información sobre acontecimientos cotidianos que pueden afectarle inmediatamente, mientras que el lector de literatura puede buscar una satisfacción lúdica o una expansión más especializada de su conocimiento. El escritor literario puede experimentar libremente con el lenguaje, puede dar prioridad a la forma sobre la función.

El periodista debe ceñirse y dar prioridad a la función en el uso del lenguaje. El autor de una obra literaria puede sentir la presión de la editorial que le ha encargado el trabajo, pero suele realizar su trabajo sin reglas laborales. “Desde su nacimiento, la radio a transmitido obras literarias, sean cuentos, poesía o teatro… Las primeras transmisiones radiofónicas fueron de las obras de teatro de Broadway, hecho que años después daría origen al radioteatro y radionovela… La radio se convirtió rápidamente en un medio consumidor de obras narrativas para adaptarlas a su lenguaje sonoro, lo que dio origen a las radionovelas, cuyo éxito en nuestro país perduró tres décadas (de 1930 a 1950), y aun cuando la mayor parte de ellas era de corte comercial, representaba un reconocimiento al valor de la palabra radio”. (Camacho, Lidia. La imagen Radiofónica. México, D.F., Ed. McGraw-Hill, 1999, pág. 4 y 5).

La estética es la rama filosófica que estudia e investiga el origen del sentimiento puro y su manifestación, que es el arte. Podemos decir, “la radio es capaz de producir obras de arte, artefactos incorpóreos y fugaces que resultan del ensamble armonioso de sus componentes discursivos.

El arte se manifiesta cuando los textos sonoros amalgaman materiales amasados con la especificidad de lo estético y cuando se obtienen mensajes expresivos a partir de atributos como la multisensorialidad, sinestesia, registro de los relieves, principio de visibilidad, criterio cinemático y verosimilitud”. (M. Haye, Ricardo. Sobre Radio y Estética. Una Mirada desde la Filosofía del Arte. Ed. Universidad Nacional de Comahue, Argentina, 1993, pág. 7).

Entonces, también la radio despliega la actividad central del arte que consiste en expresar emociones. Los tres aspectos fundamentales que toma en cuenta son: “los materiales físicos del sonido: palabra, música, ruidos efectos sonoros de silencio; los códigos culturales y; la expresión radiofónica como resultado del proceso de la elaboración creativa que ordena y unifica los dos aspectos anteriores, con el propósito de hacer de la obra radiofónica un objeto estético acabado, con sistemas de significación específicos que ejercerán una influencia en el sujeto receptor.” (Camacho, Lidia. La imagen Radiofónica. México, D.F., Ed. McGraw-Hill, 1999, pág. 6).

El arte, entonces, comienza a configurarse cuando una obra se plantea el definitivo propósito de expresar emociones.

Esta concepción artística posee un campo sumamente fértil en la radio. La clave para comprender la función del arte radiofónico consiste precisamente en purificar las emociones, en vencer el terror y la piedad.

La imagen sonora es un concepto relacionado con la percepción. Se trata de la imagen mental subjetiva que a cada persona le sobreviene ante un estímulo sonoro. Sus elementos son:

1.- Iconicidad/abstracción: es necesario que se experimente más con el sentido simbólico de los sonidos, ya que se tiende a utilizar los que tienen un solo significado, con el fin de que la realidad sea reproducida fielmente. La superposición de dos o más sonidos genera una audición más abstracta, lo que permite al radioescucha interpretar de diferente manera. El radio arte, permite al radioescucha “participar en el juego activo de la libre interpretación, por demás enriquecedor” (Ibídem, pág. 6).

2.- Simplicidad/complejidad: no se mide el número de elementos sonoros que la integren, sino por la atención que requiera el radioescucha para interpretarla y está se vincula con otros elementos (grado de abstracción, referencias culturales, manipulación del sonido, utilización de múltiples fuentes sonoras simultáneas y música concreta o electroacústica).

3.- Redundancia/originalidad: se deben utilizar los elementos sonoros necesarios para que el radioescucha no pierda el hilo de la narración, si se abusa de ellos, perderá su creación imaginaria. No se debe narrar ni anunciar lo que se escuchará.

El silencio forma parte del lenguaje radiofónico y, al igual que los materiales hasta ahora tratados, es capaz de expresar, narrar, describir.

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