LA EDUCACIÓN AMBIENTAL EL CAMINO PARA LA ASIMILACIÓN DE UN DESARROLLO SONTENIBLE

LA EDUCACIÓN AMBIENTAL

EL CAMINO PARA LA ASIMILACIÓN DE UN DESARROLLO SONTENIBLE

Las últimas generaciones parece, han sido más conscientes de la realidad de nuestro mundo,  sobre todo desde el punto de vista  ambiental; Algunos líderes sociales y políticos, han enfocado su gestión en intentar detener el deterioro acelerado del planeta tierra y crear políticas gubernamentales para prevenir fenómenos como el calentamiento global y las catástrofes a causa de la inestabilidad climática; sin embargo, parece insuficiente el esfuerzo de unos pocos, ante la indiferencia de la mayoría, que aun conociendo lo delicado del tema se muestran apáticos a algo que no excluye a nadie.

Lo anterior hace necesario que se trabaje en proyectos que se centren en la prevención y la concientización de que nuestro planeta no es inacabable y que de no hacer nada radical, éstas y las futuras generaciones sufrirán los desastres de un mundo en caos tendiente a la desaparición. El cambio cultural que se pretende sólo se puede dar con un proceso de educación y reeducación para pequeños y grandes, en el cual se descubra la intensión de hacerle ver al adulto la necesidad de un cambio de costumbres ambientales  y al joven o niño, la importancia de cuidar, potencia y defender el entorno en el que se desarrolla.

Hablar de una educación ambiental es hablar de un proceso serio que cambie la mentalidad de los seres humanos en cuanto a mirar la naturaleza como la dispensadora de riquezas infinitas, que no pide nada a cambio y que como por arte de magia se renueva en pos de su eterna explotación; pues hasta hoy, ésta ha sido la forma con que la industria, el comercio y muchas otras actividades sociales han visto a los recursos que a diario nos provee el entorno natural, desconociendo en la  mayoría de los casos la inmensa huella ambiental que causan las grandes fábricas y el deterioro ambiental que no respeta ninguna forma de vida sobre la faz de nuestro planeta.

Ya no podemos hablar de una explotación de los recursos naturales, porque implícitamente supone una cultura de devastación,  en la que por el afán de incrementar riquezas, de manera irónica se empobrece el medio ambiente. Una educación ambiental debe convencer al ser humano de su relación vital con el ecosistema, pero no cómo una expresión romántica, sino como una realidad compleja en la se entiende de manera clara que somos tierra, agua, petróleo, bosque, fauna. Una realidad compleja en la que veneramos a la naturaleza como fuente de recursos, que siendo bien administrados, hacen nuestra vida más digna y provechosa.

En este punto se podría pensar que la petición de aquellos que se preocupan por el medio ambiente, radica en no tocar de ninguna manera los recursos naturales y parar con la industria y a tecnología definitivamente; pero no es así, hoy por los ambientalistas y en general los lideres y las organizaciones mundiales que velan por el cuidado de nuestro planeta plantean un desarrollo sostenible, en la que se aproveche a la naturaleza en su inmensidad pero reduciendo de manera sensible el impacto ambiental y devolviendo con generosidad a los ecosistemas los cuidados que con su riqueza ellos nos proporcionan.

El sistema económico basado en la máxima producción, el consumo, la explotación ilimitada de recursos y el beneficio como único criterio de la buena marcha económica es insostenible. Un planeta limitado no puede suministrar indefinidamente los recursos que esta explotación exigiría. Por esto se ha impuesto la idea de que hay que ir a un desarrollo real, que permita la mejora de las condiciones de vida, pero compatible con una explotación racional del planeta que cuide el ambiente, en esto consiste un desarrollo sostenible. La más conocida definición de desarrollo sostenible es la de la Comisión Mundial sobre Ambiente y Desarrollo (Comisión Brundtland) que en 1987 definió Desarrollo Sostenible como: "el desarrollo que asegura las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para enfrentarse a sus propias necesidades".

Según este planteamiento el desarrollo sostenible tiene que conseguir a la vez satisfacer a las necesidades del presente, fomentando una actividad económica que suministre los bienes necesarios a toda la población mundial. La Comisión resaltó "las necesidades básicas de los pobres del mundo, a los que se debe dar una atención prioritaria". Y satisfacer a las necesidades del futuro, reduciendo al mínimo los efectos negativos de la actividad económica, tanto en el consumo de recursos como en la generación de residuos, de tal forma que sean soportables por las próximas generaciones. Cuando nuestra actuación supone costos futuros inevitables (por ejemplo la explotación de minerales no renovables), se deben buscar formas de compensar totalmente el efecto negativo que se está produciendo.

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