LA RESPUESTA A LAS NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES QUE PRESENTAN LOS ALUMNOS CON DISCAPACIDAD INTELECTUAL
18 de Mayo de 2014
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ESCUELA NORMAL FRONTERIZA TIJUANA
LICENCIATURA EN EDUCACIÓN ESPECIAL
ENSAYO DEL
3er BLOQUE: LA RESPUESTA A LAS NECESIDADES EDUCATIVAS
ESPECIALES QUE PRESENTAN LOS ALUMNOS CON
DISCAPACIDAD INTELECTUAL
PRESENTA:
MÁRQUEZ MADRIGAL NORMA
23 / ENERO / 2014
CONTENIDO
Introducción …….….……………………………… 03
Principios Básicos de Intervención ……………………………………….. 05
La Intervención Psicopedagógica ………..……………………………… 07
La Escolarización De Los Alumnos Con Retraso Mental …………………… 08
La Adaptación Curricular ……………………………………….. 10
Metodología y Adaptaciones De Acceso ………………………………………. 11
¿Qué Funciones Tiene La Conducta Desadaptada Que Queremos Modificar?, ¿Qué Ocurre Antes, Durante Y Después De La Conducta? Y ¿Qué Otras Conductas Posee El Sujeto
En Su Repertorio? ………………………………………. 12
El Juego Como Medio Educativo En El Desarrollo Integral
Del Niño Y La Niña ………………………………………. 14
Educación familiar ………………………………………. 16
Conclusión ………………………………………. 18
Bibliografía ………………………………………. 19
INTRODUCCION
En este trabajo se retoman los aspectos que como docentes debemos tomar en cuenta y aplicar en la atención de niños con discapacidad intelectual antes llamado retraso mental.
El trabajo con un niño con discapacidad intelectual tiene que basarse en un adecuado conocimiento de su persona: su carácter, sus esquemas de comunicación y el entorno familiar y social en el que se desenvuelve.
Este proceso de conocimiento no es sencillo y requiere tiempo. Cuando se ha implantado en el alumno el interés por la relación y el entorno, es decir cuando manifiesta una actitud activa ante lo que le rodea, tenemos que ser conscientes de que su comunicación va a utilizar distintos cauces que debemos saber interpretar.
Los mensajes que transmiten tienen un contenido muy semejante a los del resto de los alumnos: necesidad de atención, de reconocimiento, deseo de aprender, cansancio, aburrimiento, celos de los demás al comprobar que son más eficaces, deseo de manipular, rechazo… Pero su lenguaje va a utilizar distintos códigos además del lingüístico como la actitud postural, el comportamiento, la pasividad y muchas veces el conflicto y la obcecación.
Es aquí donde necesitan ser interpretados y comprendidos por sus profesores. No siempre son conscientes racionalmente de todo lo que les pasa, de todo lo que quieren y lo que evitan. Lo manifestarán con su mirada, con su cuerpo, con el movimiento y, muchas veces, necesitan que seamos los adultos, que seas tú su profesor, quienes les ayudemos a comprender sus manifestaciones a ponerlas en palabras y a extraer de sus mensajes retazos de pensamiento, de razonamiento con el que van construyendo significados sobre lo que les pasa, lo que necesitan y, en definitiva sobre su propia identidad. Para hablar de Intervención Psicopedagógica, es importante considerar los pasos fundamentales que le anteceden. Primero se debe realizar una evaluación psicopedagógica y luego un informe psicopedagógico. La primera permitirá recoger información respecto a las áreas específicas que se encuentran descendidas y en el segundo se estampa una constancia de la evaluación realizada; aquí se registran todos los resultados obtenidos, tanto cuantitativos como cualitativos y se realiza una especificación de las necesidades educativas especiales detectadas.
Al tener estos dos pasos realizados, se ejecuta la intervención psicopedagógica, que tiene como objetivo mejorar los procesos deficitarios, compensar los afectados con los procesos que funcionen adecuadamente e implementar estrategias cognitivas que permitan su estimulación; mejorar la calidad de los aprendizajes a través de la propuesta de soluciones adaptadas a las necesidades de los estudiantes y a las características del contexto en que se encuentran. También se debe considerar en este proceso a la familia, que es el primer agente educativo de los niños. Para ello, se recomienda entregar asesoramiento en técnicas de estudio, pautas educativas y de relación con su hijo. Por otro lado, el centro educativo debe propiciar instancias para fortalecer el trabajo familia-escuela.
PRINCIPIOS BÁSICOS DE INTERVENCIÓN
Todo proceso de intervención educativa tiene en su fundamentación unos principios que sirven de soporte para establecer el modelo de acción educativa. En líneas generales se señalan los siguientes: — El tratamiento de la diversidad: Aprendizaje individualizado y personalizado. — El aprendizaje cooperativo y participativo. — Aprendizaje constructivo, significativo y funcional. — Aprendizaje globalizado-interdisciplinar. — El clima educativo: Elemento facilitador del crecimiento personal. — El desarrollo del autoconcepto y de la autoestima.
El tratamiento de la diversidad: Aprendizaje individualizado y personalizado El Programa de Iniciación Profesional trata de responder a una diversidad de alumnado en el que existen claras diferencias en cuanto a su origen social, cultural, económico, étnico, lingüístico, de sexo, de religión... y en cuanto a condicionantes físicos, psicológicos, etc., que se traducen en una diversidad de ritmos de aprendizaje, capacidades, formas de relación, intereses, expectativas, escalas de valores... Dicha diversidad constituye el reto más significativo para el proceso formativo, exigiendo que se consigan, en un espacio de tiempo relativamente corto, procesos remotivadores y habilitadores de capacidades para la inserción en la vida activa y/o su reinserción en el sistema educativo. Esto exige asumir las diferencias en el interior del grupo como algo característico del quehacer formativo; también requiere una evaluación individualizada, en la que se fijan las metas que el joven o la joven ha de alcanzar a partir de criterios derivados de su propia situación. El tratamiento de la diversidad es posible si se parte de una evaluación inicial que ayude a definir qué necesita cada joven para alcanzar los objetivos planteados, cuáles son sus intereses, sus expectativas, sus valores, sus necesidades de manera que se puedan diseñar las respuestas más adecuadas, motivadoras y enriquecedoras posibles. Para ello sería necesario ofertar estrategias metodológicas variadas que permitan el aprendizaje en grupos y el aprendizaje individual, actividades ricas y complejas con distintos niveles de realización, utilización de recursos técnicos y materiales variados.
El clima educativo, elemento facilitador del crecimiento personal El clima de centro supone el conjunto de características psicosociales, determinadas por todos aquellos factores o elementos estructurales, personales y funcionales de la institución que confieren un peculiar estilo a dicho centro condicionando la respuesta educativa. Entre los diferentes aspectos que posibilitan un buen clima formativo se podrían destacar los siguientes: — Estructuración de las situaciones educativas para facilitar a los y las jóvenes la comprensión de los objetivos y de los procedimientos e instrumentos a utilizar. — Participación conjunta de los educadores y educadoras y los/as jóvenes en la toma de decisiones de carácter didáctico. — Apertura de expectativas positivas de los educadores y educadoras respecto a los logros de los y las jóvenes remarcándoles los progresos que experimentan. — Potenciación del mayor tiempo posible del o la joven en la actividad de aprendizaje. — Garantía de acompañamiento socioeducativo en el proceso formativo. — Las mayores tasas de implicación del o la joven se conseguirán más fácilmente con una organización ordenada y segura, con un clima de laboriosidad, altas expectativas de logro, y un alto porcentaje de éxitos en la realización de las tareas cotidianas. Es ésta, como elemento integrante y primordial del autoconcepto, la que debe concitar la atención del trabajo educativo. Las personas con una autoestima negativa se sentirán infravaloradas e insatisfechas, transformando esta insatisfacción, bien en una inaceptación propia, generadora de comportamientos depresivos, bien en una agresividad hacia el entorno, a personas circundantes. El educador o educadora intentará producir en sus educandos efectos positivos. Esto supone una ambientación, un clima en el aula, una actitud de acercamiento al alumno o alumna tratando de percibir sus aspectos positivos, interesándose por su mundo, por sus cambiantes altibajos. Muchas veces esta actitud motivadora se traduce en una serie de palabras, gestos y otras manifestaciones no verbales, que ayudan al alumnado a descubrir y potenciar sus propios recursos, a aceptar las medidas disciplinares debidamente consensuadas.
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