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La Miel


Enviado por   •  13 de Mayo de 2014  •  Tutoriales  •  7.528 Palabras (31 Páginas)  •  235 Visitas

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La miel como remedio fue descubierta por nuestros antepasados de forma empírica y desde hace mucho tiempo se conocen, entre otras, sus propiedades antisépticas, dietéticas, edulcorantes, tonificantes, calmantes, laxantes y diuréticas.

Aunque para muchos países occidentales la miel es un simple edulcorante sustitutivo del azúcar, para otros es considerada como un auténtico medicamento utilizado en múltiples afecciones.

Concretamente, en la antigua URSS los campesinos llamaban a las abejas "las farmacéuticas aladas". No obstante, también se le han atribuido a este alimento medicamento unas acciones farmacológicas que no posee, ensalzando propiedades que no manifiesta.

Existen autores que defienden la teoría de que la miel tiene las propiedades medicinales de las plantas de las cuales procede, atribuyendo a las diferentes mieles mono-florales procedentes de plantas melíferas medicinales sus propiedades curativas (Nahmias, 1980).

Si bien es cierto que la mayoría de las plantas medicinales también son melíferas, no se puede generalizar y caer en el error de que tengan sus mismas propiedades, ya que las sustancias activas, a causa de los diferentes metabolismos de la planta, difícilmente llegan al néctar y cuando lo hacen no es en la cantidad suficiente para que sean eficaces.

En este trabajo se pretende pasar revista a las acciones y usos farmacéuticos de la miel, comprobados por experiencias clínicas, científicas o de uso popular, y que pueden llegar a explicar los verdaderos valores terapéuticos de este producto apícola.

ETRATAMIENTO DE HERIDAS

La miel posee un gran poder antibiótico y emoliente, por lo que ha sido utilizada desde siempre en el tratamiento de heridas, quemaduras, úlceras, etc., debido a su contenido en una sustancia de efecto antimicrobiano denominada inhibina (Dolci, Du & Dziao,l937). En los papiros de Eberts y Smith, que datan de antes del año 1500 a. C. ya se aconsejaba tratar con miel las heridas.

Hipócrates, en su obra "Consideraciones sobre el tratamiento de las heridas", recomienda curarlas con miel.

Avicena, en su libro "Cánones de la medicina", escribe sobre la eficacia de la miel en el tratamiento de las úlceras profundas infectadas.

Plinio el Viejo (28-70, d. C) considera que la mezcla de miel con aceite de hígado de bacalao es el mejor remedio para tratar las heridas.

Según loirish (1985), el Dr. Lücke en 1933 propone tratar las heridas infectadas con un ungüento a base de miel y aceite de hígado de bacalao. El autor parte del hecho de que la miel actúa favorablemente sobre la desinfección y cicatrización de heridas infectadas, mientras que el aceite de hígado de bacalao contribuye a la regeneración del epitelio. También cita las experiencias del cirujano ruso Krinitski, que obtuvo buenos resultados al tratar 52 casos con este mismo ungüento de miel y aceite de hígado de bacalao. Doce enfermos presentaban osteomielitis, 7 estaban afectados de hidradermitis, 3 sufrían paranefritis y 30 mostraban quemaduras. Según sus observaciones clínicas, la presencia de miel en la herida condujo a una elevación brusca del glutatión en el humor de la herida, jugando un papel importante en los procesos redox del organismo. Por tanto, se estimula la división y el crecimiento de las células y, en consecuencia, favorece la cristalización.

Ioirish (1985) también cita el caso de un médico ucraniano que utilizaba la miel en el tratamiento de heridas y úlceras rebeldes que cicatrizaban con dificultad. Relata el caso de un paciente mutilado de 25 años que tenía en el reverso de la planta del pie derecho una gran cicatriz. En el centro de ésta tenía una úlcera de 3 x 5 cm con un fondo profundo, de color gris brillante y con bordes necrosados. Este estado persistía desde hacía meses, y después de aplicarle un ungüento a partir de miel la herida cicatrizó al cabo de 22 días.

Heinerman (1988) recomienda la aplicación de miel en el tratamiento de úlceras, lesiones herpéticas, grietas y llagas. Para las úlceras varicosas crónicas, quemaduras y lupus eritematoso, aconseja una mezcla de miel y vaselina (80: 20).

También indica que de 50 casos de ulceraciones de la piel tratadas con miel, del 38-76% se curaron completamente, del 10-20% sufrieron curaciones parciales y sólo del 2-4% no tuvieron ninguna mejoría, cosa que demuestra la gran actividad cicatrizante de la miel en estas afecciones y confirma la utilización de la miel incluso en cirugía hospitalaria.

AFECCIONES CUTÁNEAS Y COSMETICA

Los antiguos tratados de medicina rusa, como comenta Ioirish (1985), reflejan numerosos consejos sobre la forma de tratar las enfermedades de la piel con miel. Indica que 27 pacientes que sufrían de forúnculos y carbúnculos, fueron tratados exitosamente con miel. Asimismo, resalta casos de curaciones de tuberculosis cutánea con la aplicación de vendas impregnadas con miel.

La miel tiene una acción benéfica sobre la piel a causa de las propiedades nutritivas, emolientes y bactericidas que posee y que la convierten en un excelente cicatrizante, como hemos indicado. La miel también nutre los tejidos epiteliales y las ramificaciones nerviosas subcutáneas.

Así, la miel tiene buenas aplicaciones en cosmética a causa de sus propiedades calmantes, demulcentes, antiinflamatorias, epitelizantes, emolientes, hidratantes, refrescantes y tonificantes. Se puede utilizar en forma de lociones, geles, emulsiones, soluciones, cremas, jabones, ungüentos, stiks y pastas, entre otras formas, como indica Propersino (1988).

Se considera a la miel como un buen remedio para las arrugas, según Heinerman (1988), ya que proporciona suavidad y frescor a la piel. Recomienda su aplicación en forma de mascarillas y es un buen remedio para las pieles secas. Antiguamente, ya Hipócrates y Avicena señalaban las propiedades de la miel para otorgar a la piel del rostro matices de frescor y juventud. Como se ha indicado, la miel no sólo suaviza la piel, sino que además la nutre.

Gracias a su propiedad higroscópica, absorbe las secreciones cutáneas y actúa como desinfectante. Del mismo modo, la miel proporciona elasticidad y tersor a la piel, borrando arrugas y asperezas. Los baños de miel también ejercen una acción médico profiláctica sobre la piel y sobre todo el organismo en dosis de 200-250 g de miel por baño. Se pueden aplicar en baños fríos, tibios y calientes.

DERMATITIS SEBORREICA Y CASPA

El Dr. Al-Waili NS (Dubai Specialised Medical Centre and Medical Research

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