Los parásitos emergentes: un nuevo problema para la salud pública

Los parásitos emergentes: un nuevo problema para la salud pública

En los últimos años se ha reconocido que existen parasitosis capaces de causar afecciones a personas que tienen una inmunodeficiencia adquirida. Algunas de las especies que conforman a estas parasitosis son: Cryptosporidium, Isosporidium, Ciclospora, Microsporidium y Blastocystis. Se han mencionado a estos 5 géneros presentes en personas que han contraído VIH/SIDA, cáncer, entre otras. Es por esto, que es importante mencionar los avances que se han logrado en materia de diagnóstico mediante técnicas moleculares; y el descubrimiento de nuevas especies que pueden llegar a infectar al hombre, entre otros datos interesantes.

Empezando con Cryptosporidium, sabemos que es un género de parásitos protozoarios que son una causa importante de infección gastrointestinal en todo el mundo. Pero en 2015, Hadfield y colaboradores lograron realizar el primer informe de secuenciación del genoma completo de aislados de Cryptosporidium (Hominis y Parvum) directo de heces humanas. Esto se logró mediante el uso de la librería de preparación de transposomas Nextera XT y la plataforma de secuenciación Ilumina. Esto permitió la reducción del uso de animales para una amplificación in vivo de los ooquistes para extraer suficiente DNA parasitario. Además, Kalantari y colaboradores en 2019 lograron demostrar que las especies de Cryptosporidium presentan una asociación positiva en pacientes con cáncer (específicamente neoplasias colorrectales), pero no se relacionaba la presencia de estos parásitos con cáncer en la sangre. Otro hallazgo hecho por Liu y colaboradores en 2016, fue la gran diversidad de metabolismos mitosómicos (derivados de mitocondrias) entre las especies: C. ubiquitum, C. andersoni, C. parvum y C. hominis. Esto puede indicar la aparición de una evolución reductora progresiva en el metabolismo de Cryptosporidium spp. y la modificación de cadenas de transporte de electrones, la superficie relacionada a la invasividad y la secreción de proteínas y peptidasas. En 2019, de igual forma, Zhang et al en China descubrió un gen subtelomérico que es característico de la especia C. parvum. Se lograron identificar siete tipos de secuencia principales del gen cgd6_5520-5510 entre IIa, IId, IIc, Subtipo IIo, y IIp familias de C. parvum, incluyendo IIa y IId. Estos promueven el incremento del rango de huéspedes de C. parvum. Finalmente, para terminar con Cryptosporidium, Stensvold y colab. en 2015 lograron utilizar y aplicar un ensayo basado en la detección de la proteina gp-60, que esta ligada a la invasión celular. Normalmente, se utiliza el análisis del polimorfismo de longitud de fragmento de restricción (RFLP) de los productos de PCR de ADN ribosómico SSU (ADNr) para diferenciar las especies de Cryptosporidium, siendo una alternativa rápida y económica a la secuenciación que también evita el problema de secuenciar los homopolímeros característicos de al menos algunos Cryptosporidium. Sin embargo, los cebadores de PCR desarrollados para caracterizar C. viatorum parecen ser robustos ya que son 100% específicos para C. viatorum. Y es por esto que se recomienda utilizar esta prueba para la detección de C. viatorum inclusive en combinación con otras especies.

Por otro lado, Isospora spp. ahora denominado Cystoisospora spp.; son coccidios parasíticos con varias especies que infectan una amplia variedad de organismos como humanos, felinos y caninos. Se le ha relacionado con pacientes inmunocomprometidos, pero en 2016, Lai y colaboradores realizaron una revisión de 18 casos de pacientes que presentaban infección en la vesícula biliar pero que tenían como característica el ser inmunocompetentes. La infección de la vesícula biliar por Cystoisospora spp. es muy rara, sin embargo, los autores proponen las siguientes razones: puede existir un bajo índice de sospecha en la vesícula biliar extraída de pacientes sin síntomas significativos o sin hallazgos graves de colelitiasis, la apariencia atrofiada de las vesículas infectadas a bajo aumento debido a la falta de reacción tisular significativa, y el hecho de que la distribución de organismos puede ser muy focal. Sin embargo, la mayoría de los pacientes son mujeres jóvenes que pueden presentar síntomas inespecíficos de discinesia biliar y dolor abdominal. Sin embargo, se necesitaría posterior investigación para determinar cual es el daño máximo que puede llegar a causar en pacientes inmunocompetentes. De igual forma en Marzo de 2016, Chiu y su equipo reportaron un caso de infección en vesícula biliar por Isospora belli. Para el diagnostico, se propuso un método de extracción de bilis en estasis, en el cual se insertó un stent (tubo poroso) biliar de plástico modelo de 10 Fr hasta el conducto intrahepático común con respecto a un adecuado drenaje biliar. Se colocó el inserto del catéter endoscópico en el orificio del stent y se enjuagó con 20 ml de solución salina normal a través del catéter endoscópico. Posteriormente, el muestreo de bilis se aspiró con una jeringa del catéter endoscópico en el orificio del stent. Y se realizó la identificación posterior mediante PCR y análisis en bases de datos de genes (como, GeneBank). Al mismo tiempo, Huang y colaboradores le apostaron a la detección de los ooquistes de I. suis mediante una prueba de amplificación isotérmica mediada por bucle en tiempo real basada en fluorescencia (LAMP), para esto se diseño un primer especifico de unión basado en la secuencia del gen 18s rRNA. Se hizo una comparación contra la técnica de ADN plasmídico recombinante. Se demostró que la sensibilidad del ensayo LAMP fue aproximadamente 100 veces mayor que la de la PCR convencional, lo cual lo convierte en una técnica molecular muy útil en la identificación de I. suis.

Sin embargo, esto aplica para especies que ya son bien conocidas de Isospora spp. Pero, en 2019, Trefancová y Kvičerová describieron una nueva especie perteneciente a este género llamada Isospora svecica. Esta se encontró en las aves Luscinia svecica cyanecula (conocidos también como pechiazules) en la República Checa. El ave fue encontrada muerta en una villa, y fue recogida para su posterior análisis. Se encontró la presencia de muchos quistes del género Isospora en el tracto intestinal. La descripción morfológica es la siguiente: los ooquistes esporulados tienen una forma ligeramente elipsoidal y miden 26.2 × 20.3 μm; con una bicapa de ooquistes de aproximadamente 1 μm de espesor. El gránulo polar está ausente. Los esporoquistes tienen forma de botella y son notablemente elipsoidales, y miden 18.8 × 8.8 μm; tienen una pared delgada incolora y un cuerpo de Stieda llamativo de 1.9 × 1.3 μm. El cuerpo substieda es apenas visible; el cuerpo parastieda está ausente. Presenta un residuo de esporoquiste que consiste en gránulos de varios tamaños dispersos entre los esporozoítos. Los esporozoitos tienen forma de plátano y poseen un gran cuerpo refractil anterior, un pequeño cuerpo refractil posterior y un núcleo ubicado entre ellos.

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