Ocho Maneras Para Mantenerte Saludable

OCHO MÉTODOS BÁSICOS PARA UNA VIDA SALUDABLE

Muchas personas piensan que la vida es para disfrutarla, gozarla, complaciéndose hasta el máximo, sin medir consecuencia alguna de sus actos, pero nadie le ha encontrado el verdadero sentido a la vida y la manera correcta de vivirla aplicando métodos sencillos como lo son los ocho remedios naturales que además de mantener la salud, prevenir la enfermedad, permiten la curación de la misma según el caso dado.

Estos métodos han tomado validez a través del tiempo y con la práctica de cada uno de ellos, pues cada uno tiene su evidencia en los beneficios que aporta a la salud humana. Estos forman un estilo de vida correcto e íntegro, pues abarcan el completo bienestar físico, mental, social y espiritual. Que interesante es poder vivir plenamente, lleno de alegría, motivación, comodidad, energía, tranquilidad y de una manera tan fácil, con la aplicación de los ocho remedios naturales que son: el agua, el sol, el aire, descanso, alimentación, ejercicio físico, temperancia y confianza en Dios. Muchos se cuestionarán la importancia de estos factores que ayudan a mantener una vida sana y más aún, muchos se niegan a permitir que estos ocho factores hagan parte de su estilo de vida o tal vez otros incrementan en su vida algunos, discriminando los demás. Hay que tener algo en claro y es que estos son un conjunto, ninguno puede desligarse del otro, pues su manera de operar es en unidad y de esta manera se obtienen los mejores resultados de una vida óptima.

White (1963) expreso: El aire puro, el sol, la abstinencia, el descanso, el ejercicio, un régimen alimentario conveniente, el agua y la confianza en el poder divino son los verdaderos remedios. Todos debieran conocer los agentes que la naturaleza provee como remedios, y saber aplicarlos. Es de suma importancia darse cuenta exacta de los principios implicados en el tratamiento de los enfermos, y recibir una instrucción práctica que le habilite a uno para hacer uso correcto de estos conocimientos. El empleo de los remedios naturales requiere más cuidados y esfuerzos de lo que muchos quieren prestar. El proceso natural de curación y reconstitución es gradual y les parece lento a los impacientes. El renunciar a la satisfacción dañina de los apetitos impone sacrificios. Pero al fin se verá que, si no se le pone trabas, la naturaleza desempeña su obra con acierto y los que perseveren en la obediencia a sus 345 leyes encontrarán recompensa en la salud del cuerpo y del espíritu (párr. 2). Es necesario entender la importancia de cada remedio y finalmente como en conjunto proporcionan un óptimo resultado.

El aire: El oxígeno que el cuerpo obtiene del aire es muy importante para el mantenimiento de una buena salud. El aire puro está considerado como el primero de los alimentos, ya que nutre y proporciona al organismo las energías vitales que necesita. White (1963) dice: la vida al aire libre es un medio de obtener salud y felicidad, pues este se obtiene en escenarios maravillosos, en campos abiertos que interactúan con la salud del cuerpo y el alma, de esta manera el aire puro tiene en sí, salud y vida, al ser inhalado tiene un efecto vigorizador sobre todo el organismo. La influencia del aire puro y fresco hace que la sangre circule en forma saludable por el organismo. Refresca el cuerpo, y tiende a fortalecerlo y a hacerlo saludable, mientras que al mismo tiempo su influencia se siente en forma definida en la mente, pues imparte cierto grado de compostura y serenidad. Excita el apetito, y hace que la digestión sea más perfecta, induciendo un sueño sano y dulce. Así se recibe una cantidad insuficiente de oxígeno. La sangre se mueve perezosamente. Los productos tóxicos del desgaste, que deberían ser eliminados por la respiración, quedan dentro del cuerpo y corrompen la sangre. No sólo los pulmones, sino el estómago, el hígado y el cerebro quedan afectados. La piel se pone cetrina, la digestión se retarda, se deprime el corazón, se anubla el cerebro, los pensamientos se vuelven confusos, se entenebrece el espíritu, y el organismo entero queda deprimido e inactivo y particularmente expuesto a la enfermedad (parr 3). Quizás ningún lugar de este planeta tenga una atmósfera ideal, pero sí hay sitios menos contaminados que otros, y podemos cuidar de que el aire que respiramos sea lo más puro posible.

Agua: El agua en nuestro cuerpo se encuentra tanto en las células de los tejidos como en el espacio que las rodea. La debida proporción de agua en estas dos zonas es esencial para mantener la salud. El 70 % de nuestro organismo está compuesto por agua. Permite una hidratación adecuada y un balance en los fluidos corporales, de tal forma que todas las funciones fisiológicas trabajen adecuadamente, es necesario compensar las pérdidas diarias del agua, que se producen de forma normal por diversas funciones y la eliminación de líquidos corporales, como son: la orina, el sudor, la respiración, la materia fecal y en menor cantidad por las lágrimas y humedecimiento de los ojos y por el moco. White (1693) agrega textualmente: “Estando sanos o enfermos, el agua pura es para nosotros una de las más exquisitas bendiciones del cielo. Su empleo conveniente favorece la salud. Es la bebida que Dios proveyó para apagar la sed de los animales y del hombre. Ingerida en cantidades suficientes, el agua suple las necesidades del organismo, y ayuda a la naturaleza a resistir la enfermedad”. El agua trae múltiples beneficios al cuerpo, es un regulador del mismo.

Ejercicio al aire libre: El cuerpo humano ha sido diseñado para moverse y requiere por tanto realizar ejercicio de forma regular para mantenerse

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