PARA QUE ENSEÑAR CIENCIA

LA ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS,

¿SERA EL CAMINO DEL PRESENTE, LA RAZON PARA UN MEJOR FUTURO?

Indiscutiblemente la enseñanza de la ciencia, es la oportunidad que tenemos los seres humanos para trascender. Prueba de esto es el progreso logrado a través de la historia con la alfabetización básica, que en sus más intrínsecos propósitos se ha y sigue preocupado por enseñar a leer, escribir, y dominar los algoritmos básicos de las matemáticas, subestimando la vital importancia de formar en ciencias. La enseñanza de la ciencia ha variado a lo largo de las últimas décadas, logrando mayor equidad en la cobertura educativa. Aun así se tiene la idea de que la ciencia solo es para personas raras o extraordinarias, o solo para aquellos que serán científicos.

Según la opinión de (Martín Díaz, 2002) “los objetivos de dicha enseñanza deben ser educar científicamente a la población para que sea consciente de los problemas del mundo y de su responsabilidad de actuación sobre los mismos, de su capacidad de modificar situaciones, incluso ampliamente aceptadas. No solo es aplicable a la educación secundaria sino a la universitaria. Los investigadores no deben olvidar en su quehacer diario las implicaciones sociales de la ciencia y su faceta de ciudadanos”, ahora según dice (Cutcliffe, 1990) “la ciencia y la tecnología son grandes empresas que tienen lugar en contextos específicos configurados por, y a su vez configurados de, valores humanos que se reflejan en las instituciones culturales, políticas y económicas”. Sin duda entonces, debemos empeñarnos en lograr una enseñanza científica que alcance aprendizajes significativos y prácticos, procedentes de las necesidades contextuales, que despierten la toma de consciencia ante las acciones propias de los individuos, valorando la repercusión en los lugares más próximos y lejanos del mundo.

Bien sabemos que a través del tiempo la enseñanza de las ciencias se ha ido disgregando especialmente en los contenidos curriculares, métodos, los medios y las estrategias para la adquisición de conocimientos a través de una enseñanza significativa.

Con la reforma de los nuevos planes y programas de estudio, la reducción en contenidos y horas dedicadas al estudio de las ciencias, su enseñanza se ha enfocado a dar más importancia al desarrollo del trabajo en el aula, muy apegado a los lineamientos de integración en ciencias en primer grado. Las herramientas de aplicación del profesorado se reducen al libro de texto del alumno y con cierto grado de resistencia al uso de materiales como enciclomedia y sus contenidos interactivos y el libro para el maestro. Aun así cuando la actividad de esta asignatura debiera servir para que los propósitos planteados se cumplan y la preparación de los alumnos se dé en un ambiente óptimo, el maestro limita sus alternativas y con ello su preparación en el desarrollo y planes de clase, dejándose absorber por el medio monótono, repetitivo, libresco, con miedo al cambio, ocasionando; desinterés, poca participación y apatía en clase.

La problemática es multifactorial, existe los requerimientos curriculares, administrativos, programáticos, los tiempos hora-clase, el poco acompañamiento de las responsabilidades padres-alumnos, los rasgos psicológicos y cambios fisiológicos, son factores que influyen y se complementan, favoreciendo a una forma ya establecida de enseñar y aprender ciencia, el aprendizaje “teórico-memorístico”, el cual tiene un valor importante, necesario, pero incompleto.

Así la construcción de conocimientos utilitarios y en consecuencia significativos nuevos solo depende de la comprensión a través de la asimilación de conceptos, falto de la constatación. (Pines y West, 1985) “El estudiante genera así dos -esferas- inconexas de conocimiento, una desarrollada en el contexto de su vida y otra en el contexto escolar que por lo general también se desarrolla en paralelo y sin coincidencia alguna entre ellas”. Esto lejos de construir nuevos y significativos conocimientos solo es parte del proceso, además no da la oportunidad de que el alumno junto con el maestro profundice y amplié su visión y de esta manera estructure nuevos conocimientos aplicables en su vida diaria, que provoquen cambios de conducta hacia su persona y su contexto: por ello es evidente y lógico que no se utilizan otros recursos didácticos que den el espacio para despertar y mantener el interés del educando.

¿Por qué enseñar ciencia? Es la pregunta que mueve mi necesidad de escribir y compartir la preocupación, no única, de cómo la sociedad contemporánea tecnológica y científicamente avanzada se ha visto involucrada en el consumismo de los beneficios que ésta genera, menospreciando en algunos casos en otros ignorando

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