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Parcial de psicologia evolutiva


Enviado por   •  27 de Junio de 2016  •  Tareas  •  13.261 Palabras (54 Páginas)  •  338 Visitas

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Etapas

Observación de los videos sobre embarazos únicos y múltiples.  Con aportes de Stone y Church.

prenatal

Semana 1: El ovulo fertilizado busca la seguridad del Útero, se divide por primera vez, se hace una copia del mapa genético, mientras viaja por la trompa de Falopio.

Semana 2: el embrión toma forma.

Semana 3: se produce un tubo alargado. Se forma el tubo neural. Se forma el corazón.  Se forma el embrión. El corazón se forma a las tres semanas de embarazo mediante unas células que se contraen y se relajan. Cuando el sistema nervioso se halla desarrollado, el cerebro controlara el corazón durante toda la vida del niño.

Semana 8: el embrión pasa a llamarse feto  en latín “cría”. El saco vitelino produce nutrientes para el embrión, luego se marchita, el cordón umbilical traslada alimento y agua para la sangre del feto por el torrente sanguíneo de la madre.  Su función es filtrar sustancias nocivas. El cuerpo de la madre cuida de lo que necesita el feto.

Semana 9: Su cuerpo empieza a temblar para el fortalecimiento de las extremidades. El cerebro está en fase de desarrollo  con espasmos involuntarios.  157 pulsaciones x minuto en esta etapa. Se inicio lento. 25 pulsaciones por minuto en la Tercer semana.  El sistema nervioso genera dos millones de células por minuto. El sistema nervioso se forma, y el feto empieza a moverse, estimulando a los músculos. El cerebro no es capaz aun de controlar esos movimientos, ya que los nervios no están muy desarrollados. Esos movimientos son involuntarios. 

El feto al tener entre 10 y 14 semanas. Las ecografías se desarrollaron para ver el cuidado del bebe. Las ondas ultrasónicas no causan daño al feto. Dentro del vientre,  83 mm de longitud normal, es equivalente al de un telescopio para ver crecer al bebé cómo se comporta y sus reflejos. Dando imágenes de 4 dimensiones. Ya se puede ver cuántos bebés nacerán.

Semana 11: El feto realiza movimientos de las piernas;  Son actos reflejos como un   recurso biológico pre-programado. El feto rebota y salta en el vientre se produce una metamorfosis. De 6 a 11 semanas ha aumentado 5 veces su tamaño.  Se crearon más de 200 tipos de células con todos los órganos y un riñón del tamaño de un granito de arroz.

Semana 12: Menos riesgo de aborto y ahí se forman los órganos genitales: el pene en el hombre y el clítoris en la mujer.  

Semana 13: se podrá visualizar el sexo del bebe.

Semana 16: el feto tendrá un tamaño de 15 cm. El cerebro de a poco controlará los movimientos. Se endurecen los huesos. El bebe desarrolla primero el movimiento de las manos. El cerebro asume el control, regula los músculos, el doble que los adultos 146 pulsaciones por minuto. Esta consciente del espacio y lo que lo rodea; tiene la capacidad de responder a los estímulos. Adquiere el reflejo de la prensión que es parte de la supervivencia de un bebe humano.  Se genera una imagen mental y un proceso de retroalimentación o feed back.

Semana 18: el aparato digestivo empieza a funcionar  traga el líquido amniótico, ese fluido se elimina y vuelve a formar parte del líquido amniótico nuevamente. Los movimientos son cada vez más fuertes y son detectados por la madre. Algunos bebes ya pueden abrir los ojos, pero aun no pueden ver nada. En los primeros meses del tercer trimestre, la madre se encontrara en la mejor etapa de su embarazo. 

Semana 24: Cualquier bebe que nazca en esta etapa desarrollará problemas en el aprendizaje, y sus pulmones serán muy pequeños. Se ubican para esperar el Tercer trimestre de embarazo. En esta etapa la madre se sentirá llena de vida y muy activa. En este período cobran vida los sentidos, señales de células sensoriales para interpretar el mundo que lo rodea.  Las nuevas generaciones de ecografías arrojan luz a esa nueva vida que se encuentra en el interior. La vista será lo único que no podrá experimentar hasta que salga del útero. El feto transcurre en la oscuridad. Abre y cierra los ojos para estimular el parpadeo.  La luz del sol penetra en el útero.

Semana 25: se desarrolla la visión; los ojos ya tienen pestañas. Pero el sentido más desarrollado es el oído. Los primeros sonidos que escuchara son los gorgojeos y murmullos de la madre. Los que marcaran el ingreso de comida. El feto también realiza sus propios ruidos. Reconoce los ruidos del mundo exterior “música”. Los sonidos más altos llegaran amortiguados. Voces distorsionadas. El sonido de la voz de su madre. Reflejos que desarrollara en el útero le servirán para el mundo exterior.

Semana 26: están atentos a todo lo que puede pasarle, alertan los ruidos repentinos. Extienden brazos y piernas. El bebé traga líquido amniótico, su sistema digestivo se desarrolla adecuadamente. Habrá perfeccionado el arte de llevar la comida de la boca al estomago. En esta etapa los latidos del bebe laten el doble de rápido que los de su madre. Se desarrolla el reflejo de autoprotección y defensa. Beben medio litro de líquido diario. Se produce el reflejo labial de succión y hipocontracción involuntaria del diafragma (reflejo);  el latido del corazón es un indicativo de su estado general. Presión sanguínea y latidos están relacionados a la mama y su estado de ánimo. Efectos fisiológicos del bebé atraviesan la placenta, a corto plazo puede provocar un bebe precoz, prematuro o que desarrolle una enfermedad crónica. El feto ya puede reconocer la voz de la madre, y puede responder a ella. El feto también puede oír, distinguir sabores, oler y sentir. El feto ya habrá cambiado de posición a la espera del parto, que la madre sentirá con dolor. El último órgano en formarse son los pulmones. El oxigeno le llega a través de la placenta. El feto hace movimientos con el diafragma. Irá ganando peso.

Semana 28: Ganara peso se formara capas de grasa debajo de la piel. Sus sentidos estarán más desarrollados y por primera vez creará un recuerdo. Responderá a la voz de su madre. Oye, distingue los sabores, puede oler y sentir. Se prepara para el momento de su nacimiento.

Semana 33: escuchara música de ritmos rápidos que  lo acelerará, la música clásica tendrá un efecto calmante. Si escucha  una misma melodía podrá recordarla. Reconocerá una música y se movilizara en consecuencia. La memoria a largo plazo funciona antes del nacimiento. El feto se familiariza con el ritmo de una canción o una rima de la mama, pensar, aprender y recordar lo ha entrenado durante meses. La mujer estará bastante incómoda, ya que el bebe pesa mucho, y la presión que ejerce sobre la espalda, puede causar a la mujer dolores de espalda y piernas, y puede tener ansiedad ya que sus pulmones trabajan más de lo normal.

Semana 38: la madre está alerta a las señales. Los pulmones ya están listos.  La oxitosina es una hormona que regula los dolores del parto. Se debe dilatar 10 cm. Para que logre salir el bebe. Su corazón late más rápido. La adrenalina lo prepara para ese trabajo.

Otra característica que destacan Stone y Church es que el neonato nace generalmente con la cabeza moldeada  por el canal materno. Ese moldeado desaparece en una o dos semanas y la nariz aplastada.

 Llamamos neonato al bebe en sus primeros minutos posteriores al nacimiento y en sus primeras semanas de vida posnatal.

Stone y Church     realizan una descripción del neonato a partir de sus primeros minutos de vida fuera del vientre materno, cuyas características difieren bastante de la  idealización del bebe que se muestra en la publicidad.

No todos los neonatos se comportan de la misma forma cuando se los sostiene, esto marca sus primeras diferencias individuales en el comportamiento.

En cuanto a los procesos vitales, el neonato  debe realizar por si mismo los procesos de respiración, digestión y control de temperatura.

Respiración es una nueva actividad para el neonato que implica obedecer a un estimulo que puede ser la exposición al aire, pequeña palmada en la nalgas, un estornudo o un bostezo.

Circulación: Comienza al mismo tiempo que la respiración. La circulación a través del cordon disminuye haciendo posible cortar el cordón. La clausura de las arterias umbilicales impulsa sangre hacia los pulmones, el nivel de oxigeno de la sangre llega al 90 % de lo normal aproximadamente trs horas después del nacimiento y el PH de la sangre se normaliza una semana  después y la presión arterial en unos diez días.  Al nacer algunos bebes padecen ictericia fisiológica normal del neonato se debe a la presencia de bilirrubina en la sangre que se produce al desintegrarse los glóbulos rojos.  Según se sabe provocan trastornos comparables con el factor RH. La ictericia moderada de breve duración desaparece solida no tiene consecuencias serias para el niño.  Pero es necesaria distinguirla de la ictericia grave y el kernicterus que puede provocar serias lesiones cerebrales.

Digestión  un  proceso que se diferencia en feto y  el bebe luego del alumbramiento el recién nacido debe ingerir, digerir alimentos y desecharlos por medio de la micción y al defecación por si solo. También toma del ambiente las bacterias que son necesarias para la digestión algunas bacterias intestinales que producen vitamina K benéficas y necesarias para la hemorragia. Las madres después del alumbramiento algunas sufren la dificultad de no secretar leche hasta dieciocho o veinticuatro horas después, aunque si secretan el calostro una sustancia lechosa muy nutritiva que los neonatos asimilan rápidamente como alimento y suelen ser algo torpes al procurar ingerirlo en principio en dosis de 30 cc. De las que muy probablemente regurgite con gran frecuencia, eliminan mucosidades y excretan el meconio ingerido en la placenta de la madre lo que contribuye a la pérdida de peso los primos días de vida en el mundo. Muchos bebes cerca de las primeras dos a tres semanas son afectados por intensos cólicos y dolores gástricos que luego cesan cerca de los tres meses.

El control de la temperatura interna es de desarrollo lento las glándulas sudoríparas funcionan al mes de nacido, de manera que no puede establecer una regularidad ante el frio o el calor del exterior y considera un error de los padres al abrigarlo demasiado ya que puede dificultar un desarrollo normal de los mecanismos de control de la temperatura.  

Con respecto a la inmunidad le lleva algunos años al niño desarrollar algunas defensas en su sistema, algunas enfermedades asociadas a la dentición que aparecen cerca de los seis meses o el estar susceptible a  infecciones de la piel (fiebre del heno o eczema), del sistema respiratorio o  del canal gastrointestinal se deben a la perdida de anticuerpos en las sustancias que absorbió de la corriente sanguínea de la madre por el cordón umbilical en la gestación.

Video sobre Embarazos múltiples

Embarazos de gemelos, trillizos y cuatrillizos.  El nacimiento de esta niña es inminente. El momento de su nacimiento será su primera vez al contacto con otros seres humanos.

300 millones de espermatozoides ingresan por el canal, el primer espermatozoide  que logre ingresar a las paredes del ovulo producirá la fecundación.

Se forma una primer célula luego ese ovulo viaja por las trompas de Falopio hasta ubicarse en el útero.  De cada 250 casos 1 de ellos, sucede que el ovulo se divide en dos y se producen gemelos. Suele ocurrir al principio o al final del año reproductivo que esto suceda. Es decir, ocurre el mayor índice de embarazos múltiples.

El día 3 se forman 8 células. Día 5 se forman dos secciones bien diferenciadas. El día 6 el ovulo se puede dividir en dos sacos amnióticos diferentes, pero idénticos.  Si esto no ocurre dentro de los 14días no ocurrirá. Su apariencia serán similares.

Algunos gemelos monocigóticos o gemelos idénticos al 6to día se fijan al útero cada uno en  dos sacos que se fusionan con el tiempo, compiten por espacio y la nutrición de la madre.

En el caso del embarazo de cuatrillizos, el ovulo se divide en 4. Con su propio amnión. Un solo cordón, una sola placenta  durante 30 semanas.  Se produce uno en 64 millones de posibilidades.

En el caso de gemelos bicigóticos: la madre libero dos óvulos 1 de cada ovario. Está embarazada de gemelos.

Algunos embarazos MULTIPLES se dan porque la mujer emite dos óvulos y el espermatozoide entra uno en cada ovulo.

En el día 7 todos los óvulos se implantaron en la madre. Se produce un cambio en las células, Primero  Esta célula forma dos capas. Sobre el cual se formara un disco el futuro saco amniótico y vitelino. En la mitad aparece la línea primitiva.

Todas las células son iguales.  Cada célula pasa por el organizador que determinará que parte será del cuerpo.  A los 15 días se forma la célula nerviosa y la columna vertebral. El primer órgano es el

El niño deja atrás el intercambio químico del vientre y lo ha reemplazado por  el cuidado materno dentro del sistema de educación de su sociedad.  

Erick Erikson

Donald Winnicott 1896- 1971

Francoise Dolto  “Niño deseado niño feliz”

DOLTO “Psicoanálisis y Pediatría”

POST-

NATAL:

Etapa  oral (0 a 18 meses o 2 años)

Zona Oral sensorial

Primer etapa  primer modo incorporativo domina la zona Oral: El pequeño ser vive a través de la boca y ama con ella. Incluye orificios faciales y partes superior. Reacciona cuando el material es introducido en su campo. Su sentido del tacto incorpora todo aquello que puede sentir como bueno. En la primera etapa incorporativa ejercitación de mandíbulas y encías, tendencia a escupir eliminatorio) y apretar los labios (modo retentivo). En niños vigorosos es posible observar incluso una tendencia general intrusiva de toda la cabeza a aferrarse a los pezones de la madre (oral intrusivo)

Obtener significa recibir y aceptar lo que nos es dado. Primera modalidad que se aprende en la vida.  La boca y el pezón son centros de una atmosfera de calor y mutualidad que ambos organismos disfrutan plenamente. Primera experiencia cordial con el otro.

Segunda etapa: Asume una actitud más activa. Aparecen los dientes y con ellos  el placer por morder. Los ojos aprendieron a enfocar, aislar captar objetos. Los órganos de la audición a discernir los sonidos. Localizar un cambio de posición (levantar y girar la cabeza y el tronco). Los brazos han aprendido a extenderse y las manos a asir en forma intencional. Puede ocurrir un cambio traumático hay una aproximación entre aparición de los dientes y el periodo de destete.  Lo bueno y lo malo irrumpen en el periodo del niño.

Esta primitiva catástrofe  en la relación

del individuo, consigo mismo y con el mundo es la contribución ontogenética  a la “leyenda bíblica del paraíso”.

Una pérdida drástica del amor habitual  de la madre puede llevar en circunstancias más agravantes a una aguda depresión infantil o un estado de duelo leve.

Las etapas orales: forman en el niño los resortes del sentimiento básico de confianza y el sentimiento básico de desconfianza.

Confianza Básica vs. Desconfianza Básica: la primer demostración de confianza social en el niño es la facilidad de alimentación, la profundidad de su sueño y la relación con sus intestinos. Este primer logro, está ligado a la idea de permitir el alejamiento de la madre sin experimentar indebida ansiedad o rabia. Tal persistencia, continuidad e identidad de la experiencia proporcionan un sentimiento rudimentario de identidad yoica que depende, del reconocimiento de que existe una población  interna de sensaciones e imágenes recordadas y anticipadas que están correlacionadas con la población externa de cosas y personas familiares y previsibles. El estado general de confianza implica que uno puede confiar en uno mismo y en la capacidad de los propios órganos para enfrentar las urgencias. Se supone que el proceso de diferenciación entre adentro y afuera es el origen de la proyección (experimentamos un daño interno como externo: atribuimos a personas significativas el mal que en realidad existe en nosotros) y la introyección (en la introyección sentimos y actuamos como si una bondad exterior se hubiera convertido en una certeza interior). Por tanto, la proyección y la introyección, están modelados según lo que tiene lugar en los niños cuando éstos quieren externalizar el dolor e internalizar el placer, intento que en última instancia debe ceder ante el testimonio de los sentidos en maduración y, en última instancia, de la razón.

El firme establecimiento de patrones perdurables para la solución del conflicto nuclear de la confianza básica versus desconfianza básica en la mera existencia constituye la primera tarea del yo, y por ende, en primer lugar, una tarea para el cuidado materno. Por tanto la cantidad de confianza derivada de la más temprana experiencia infantil no parece depender de cantidades absolutas de alimento o demostraciones de amor, sino más bien de la cualidad de la relación materna. Los padres deben guiar a través de las prohibiciones y permisos, y además de representar en la vida de los niños una convicción profunda de que todo lo que hacen tiene un significado.

La confianza debe mantenerse a través de toda la vida precisamente frente a esta combinación de un sentimiento de haber sido despojado, dividido y abandonado.

La comprensión de que la confianza individual debe convertirse en una fe común, la desconfianza individual en un mal comúnmente formulado, mientras que la restauración del individuo debe llegar a formar parte de la práctica ritual de muchos y convertirse en un signo de confiabilidad en la comunidad.

 

 

Realidad y juego:

Los recién nacidos tienden a usar el puño, los dedos, los pulgares, para estimular la zona erógena oral. Al cabo de unos meses los bebés encuentran placer en jugar con muñecas.

La primer posesión del no- yo. Las primeras actividades de introducción del puño en la boca por el recién nacido, y que a la larga lleva al apego a un osito, una muñeca o un juguete, blando o duro. Aparte de la excitación y satisfacción oral.

Introduzco los términos “objetos transicionales” y “fenómenos  transicionales” para designar la zona intermedia de experiencia, entre el pulgar y el osito, entre el erotismo oral y la verdadera relación de objeto, entre la actividad creadora primaria y la proyección de lo que ya se ha introyectado.

La etapa en la mano en la boca hasta la mano en los genitales, objetos distintos, que representan el pecho materno.

Estas experiencias funcionales van acompañadas por la formación de pensamientos o fantasías.

Todas estas cosas mencionadas con anterioridad, las denomino objetos transicionales, no importa cuál sea el objeto, cualquiera puede convertirse en una importancia vital para el bebé. Los mismos comienzan a aparecer desde los 4 a 6 meses hasta los 8 a 12.

El “no- yo” lo denomino, objeto transicional.

En esta etapa el bebé comienza a usar sonidos organizados puede aparecer una palabra para nombrar al objeto transicional. La palabra puede ser “naa”, y la “n” puede provenir del empleo de la palabra “nene” por los adultos.

Cualidades de la relación con los objetos transicionales:

  1. El bebé adquiere derechos sobre el objeto, y nosotros los aceptamos.
  2. El objeto es acunado con afecto, y al mismo tiempo amado y mutilado con excitación.
  3. Nunca debe cambiar, a menos de que lo cambie el propio bebé.
  4. Tiene que sobrevivir al amor instintivo, así como al odio, y si se trata de una característica, a la agresión pura.
  5. Pero al bebé debe parecerle que irradia calor, o que se mueve, o que posee cierta textura.
  6. Proviene de afuera desde nuestro punto de vista, pero no para el bebé. Tampoco viene de adentro; no es una alucinación.
  7. Se permite que su destino sufra una descarga gradual, de modo que a lo largo de los años queda, no tanto olvidado como regalado al limbo. Quiero decir con esto que en un estado de buena salud el objeto transicional no “entra”, ni es forzoso que el sentimiento relacionado con él sea reprimido. No se lo olvida ni se lo llora. En este punto se amplia y abarca el del juego, y el de la creación y apreciación artísticas , y el de los sentimientos religiosos, y el de los sueños, y también el del fetichismo, las mentiras y los hurtos, el origen y la pérdida de los sentimientos afectuosos, la adicción a las drogas, el talismán de los rituales obsesivos.

Relación del objeto transicional con el simbolismo.

Es cierto que un trozo de frazada (o lo que fuere) simboliza un objeto parcial, como el pecho materno.

Cuando se emplea el simbolismo el niño ya se distingue con claridad entre la fantasía y los hechos, entre los objetos internos y los externos, entre la creatividad primaria y la percepción.

Durante doce meses adoptó un conejo al que acunaba, y su afectuoso apego por el juguete se trasladó a la larga a los conejos de verdad.

Estudio teórico

  1. El objeto transicional representa el pecho materno, o el objeto de la primera relación.
  2. Es anterior a la prueba de la realidad establecida.
  3. En relación con el objeto transicional el bebé pasa el dominio omnipotente (mágico) al dominio por manipulación (que implica el erotismo muscular y el placer de la coordinación).
  4. A la larga el objeto transicional puede convertirse en un objeto fetiche y por lo tanto persistir como una característica de la vida sexual adulta.
  5. A consecuencia de la organización erótica anal, el objeto transicional puede representar las heces (pero no se debe a ello que llegue a tener mal olor y a no ser lavado)

Ilusión- desilusión

Un niño no tiene la menor posibilidad de pasar del principio del placer al de la realidad, o a la identificación primaria y más allá de ella, si no existe una madre lo bastante buena. La “madre” lo bastante buena es la que lleva a cabo la adaptación activa a las necesidades de este y que la disminuye poco a poco, según la creciente capacidad del niño para hacer frente al fracaso en materia de adaptación y para tolerar los resultados de la frustración.

La madre bastante buena comienza con una adaptación casi total a las necesidades de su hijo, y a medida que pasa el tiempo se adapta poco a poco, en forma cada vez menos completa, en consonancia con la creciente  capacidad de su hijo para encarar ese retroceso.

Entre los medios con que cuenta el bebé para enfrentar ese retiro materno se cuentan los siguientes:

  1. Su experiencia, repetida a menudo, en el sentido de que la frustración tiene un límite de tiempo. Es claro que al comienzo este debe ser breve.
  2. Una eficiente percepción del proceso.
  3. El comienzo de la actividad mental.
  4. La utilización de satisfacciones auto eróticas.
  5. El recuerdo, el revivir de experiencias, las fantasías, los sueños: la integración de pasado, presente y futuro.

Si todo va bien, él bebe puede incluso llegar a sacar provecho de la experiencia de frustración, puesto que la adaptación incompleta a la necesidad  hace que los objetos sean reales, es decir, odiados tanto como amados.

La ilusión y su valor.

Al comienzo, gracias a una adaptación de casi el 100 por ciento, la madre ofrece al bebé la oportunidad de crearse la ilusión de que su pecho de crearse la ilusión de que su pecho es parte de él. Por así decirlo, parece encontrarse bajo su dominio mágico. Lo mismo puede decirse del cuidado en general del niño, en los momentos tranquilos entre una y otra excitación. La omnipotencia es casi un hecho de la experiencia. La tarea posterior de la madre consiste en desilusionar al bebé en forma gradual, pero no lo logrará si al principio no le ofreció suficientes oportunidades de ilusión.

En otras palabras, el bebé crea el pecho una y otra vez a partir de su capacidad de amor, o podría decirse de su necesidad. Se desarrolla en él un fenómeno subjetivo, que llamamos pecho materno.

W. Expresa que el psicoanálisis del niño no  difiere del Psicoanálisis de los adultos. Es una teoría compleja del desarrollo emocional del infante y el niño. Teoría iniciada por Freud  constantemente ampliada y corregida. Esta teoría supone que el individuo posee un desarrollo emocional  tanto como el desarrollo físico. Supone una continuidad desde el nacimiento (o antes) asume el supuesto de un crecimiento gradual y la fuerza del YO, la aceptación progresiva de la vida instintiva y la responsabilidad por sus consecuencias reales o imaginarias.

En una charla emitida por la radio BBC, Winnicott dialoga acerca de la costumbre de los bebes de succionar la ropa o los objetos de tela.

El relata que los bebes adoptan todo tipo de objetos, de acuerdo a los dichos de las madres,  que son importantes para ellos, los succionaban o abrazaban. Los ayudaban a superar sus momentos de soledad e inseguridad, actuaron como sedantes. Estos objetos están a mitad de camino entre ser  parte del bebé y ser parte del mundo. Sus elementos esenciales son su olor y su textura. Estos extraños hábitos  expresan que en su vida hay algo más que obtener gratificación instintiva de un buen alimento incorporado, hay un bebe construyendo recuerdos, creando una pauta personal de comportamiento.  El niño incorpora no solo con la boca sino con las manos y con la piel sensible del  rostro.

La experiencia imaginativa es mucho más amplia que la experiencia física pura . Incluye una rica relación con el pecho materno o con la madre tal como lo va percibiendo el niño.  Esto se ve interrumpido cuando se lo alimenta de manera mecánica  ya que interrumpe su sentido de seguir siendo. Hay actividad refleja pero no experiencia personal.

Cuando un bebe es amamantado se estimula la imaginación,  se pone contento  ya que es la primera conducta cariñosa del bebé. Disfruta de acciones que no son otra cosa que jugar.  Estos primeros objetos y actividades lúdicas existen en un mundo intermedio entre el bebe y el mundo externo.  Empezamos a ver como discrimina las cosas y aprende que hay un mundo afuera y un mundo adentro:  “Es parte de mi y distinto a mi”

Para el self inmaduro de un niño muy pequeño, lo que siente como real es esta expresión de sí mismo, quizás en la forma de estos hábitos

Da la oportunidad a la mama y al bebe de establecer una relación humana que no esté a merced de los instintos animales.

Clasificación de algunas formas en que  la madre resulta necesaria:

  1. La madre es necesaria como persona viva . El bebe debe poder sentir el calor de su piel, su aliento,  es vital.  Se une el cuidado físico y psicológico.
  2. La madre es necesaria para presentar el mundo al bebe.  El bebe toma contacto con la realidad externa y el mundo circundante.
  3. La tarea materna de desilusión. El niño deberá pasar el proceso de destete. Lo más aproximado que puede ofrecerse al niño es el deseo de los adultos  de tornar las exigencias  de la realidad tolerables, hasta que el bebe pueda soportar todo el impacto de la desilusión y hasta que la capacidad creadora pueda desarrollarse  a través de la actitud madura y convertirse en una verdadera contribución a la sociedad.

Hay algunas razones que encierran al niño a la hora de jugar, además de que lo realizan porque les gusta hacerlo. EL placer es una razón, gozan con todas las experiencias físicas y emocionales del juego, es capaz de encontrar objetos e inventar juegos con mucha facilidad.

Expresan agresión, los niños liberan odio y agresión en el juego, como si necesitaran liberarse porque el resentimiento acumulado y los resultados de la experiencia de la rabia pueden hacerle algo malo. El niño valora la comprobación de que los impulsos de odio de agresión pueden expresarse en un ambiente conocido, sin que ese ambiente le devuelva odio y violencia, siente que un buen ambiente debe ser capaz de tolerar los sentimientos agresivos, siempre y cuando se los exprese en forma más o menos aceptable.

La agresión puede ser placentera, pero inevitablemente lleva consigo un daño real o imaginario contra alguien de modo que el niño no puede dejar de enfrentar esta complicación. En cierta medida la enfrenta desde que acepta la disciplina de expresar el sentimiento agresivo bajo la forma del juego y no sencillamente cando está enojado. También puede utilizarse en la actividad que tiene una meta final constructiva que se logran gradualmente. No se puede pasar por alto la contribución social que hace el niño al expresar sus sentimientos agresivos en el juego, en lugar de hacerlo en el momento en que siente rabia.

También juegan para controlar la ansiedad o controlar ideas e impulsos que llevan a la ansiedad si no se los controla. La ansiedad constituye siempre un factor en el juego del niño y el principal, la amenaza de un exceso de ansiedad conduce al juego repetitivo o a una exagerada de placeres relacionados con el juego, y si la ansiedad es excesiva el jego se transforma en na búsqueda de gratificación sexual.

Si el juego sirve para controlar la ansiedad no se puede impedirles que lo hagan sin provocar angustia, verdadera ansiedad o nuevas defensas contra ella como la masturbación o los sueños diurnos.

La adquisición de la experiencia la realizan a través del juego, para el niño las riquezas se concentran principalmente en la fantasía y en el juego. Así como la personalidad del adulto se desarrolla a través de su experiencia de vivir, del mismo modo la del niño se desarrolla a través del juego de otros niños y de los adultos, al enriquecerse aumentan gradualmente su capacidad para percibir la riqueza del mundo externamente real. El juego es la prueba continua de la capacidad creadora que significa estar vivo.

Los adultos contribuyen aquí al reconocer la enorme importancia del juego y al enseñar juegos tradicionales, pero ahogar o corromper la inventiva de los niños.

Al principio los niños solo juegan con la madre, no hay necesidad de encontrar compañeros de juego. Comienzan a establecer relaciones sociales a través del juego en el que los otros niños vienen a desempeñar papeles preconcebidos, que una criatura comienza a permitir que sus partes tengan existencia independiente, se hacen amigos y de enemigos durante el juego,  proporciona na organización para iniciar relaciones emocionales y permite así que se desarrollen los contactos sociales.

La integración de la personalidad y su unificación la realizan de forma relacionada el juego, el uso de las formas artísticas y la religión. Hay una relación del individuo con la realidad personal interna y su relación con la realidad externa o compartida, es el juego en donde el niño relaciona las ideas con la función corporal, el juego verdadero en el que predominan las ideas conscientes e inconscientes.

Cuando nos encontramos con un niño cuya masturbación compulsiva esta aparentemente libre de fantasías diurnas compulsiva están aparentemente libres de una excitación corporal general o localizada reconocemos con máxima claridad la tendencia saludable que existe en el juego que relaciona los dos aspectos de la vida, el funcionamiento corporal y la viveza de las ideas. Es también la alternativa a la sensualidad en el esfuerzo del niño por no disociarse, cuando la ansiedad es relativamente grande la sensualidad se torna compulsiva y el juego resulta imposible.

Cando encontramos un niño en quien la relación con la realidad interna y la relación con la realidad externa no están articuladas (personalidad dividida) en este sentido vemos con suma claridad que el juego normal como el recordar y el relato de sueños es una de las cosas que tienden a la integración de la personalidad. El niño con esta seria división de personalidad no puede jugar o no puede jugar en formas reconocibles para otros como relacionadas con el mundo.

La comunicación por medio del juego es la exhibición de por lo menos parte del mundo interior  así como el exterior a personas elegidas del ambiente, el juego puede ser algo muy revelador sobre uno mismo y es susceptible de transformarse a una edad muy temprana en lo opuesto, nos sirve para ocultar nuestros pensamientos mas profundos. Es posible mantener oculto el inconsciente reprimido, pero el resto es algo que cada individuo desea llegar a conocer, y el juego como los sueños cumple la revelación de autorevelacion y comunicación a un nivel profundo.

En el psicoanálisis de los niños ese deseo de ocmunicarse a traves del juego se utiliza en lugar del lenguaje adulto, el niño de tres años tiene a  menudo una confianza profunda a nuestra capacidad para comprender. Los niños de más edad ya están comparativamente en este sentidos desilusionados, para ellos no es un choque que no se los comprenda. Sin embargo todos siguen siendo en mayor o menor sentido capaces de recuperar la confianza en la capacidad ajena de la comprensión, y en su juego siempre podemos encontrar el camino hacia lo inconsciente y hacia la honestidad originaria que tan curiosamente comienza en plena floración en el bebé para volver luego al capullo.

Capitulo 14:

Siempre son inteligentes en Algo:

A partir del análisis del caso de una niña de nueve años hija única bizca de nacimiento y que al operarla perdió un ojo, quien a los cinco años su directora declaro que era rebelde y cuyo medico declaro, tal vez influenciado por la directora que la niña debía asistir a un instituto médico pedagógico Dolto manifiesta la importancia de escuchar a los docentes de la niña antes que a su directora, la importancia que se le debe dar a la incorporación de alumnos cualquiera sea la capacidad de desarrollo de esos chicos.  No importa la rapidez con que hagan progresos, lo que cuenta es la necesidad de que estén juntos .  Además las maestras notaban los enormes esfuerzos realizados por la niña y sus progresos en las actividades. Aquí Dolto expresa la necesidad de que la madre realice terapia para poder ayudar a su hija, en cuanto que resulta difícil para ella estar entre una directora que la detesta y una madre ofendida por ello.  Además de ayudar a su hija para que participe en un taller de juegos con otros niños y no viva como una hija única.

Dolto advierte de la necesidad de que los niños que tienen un desarrollo diferente al resto o que padece alguna enfermedad (discapacidad) Hay que hablarles enseguida de la cuestión. Por otro lado, sería menester que los padres ayudaran a sus

hijos “normales” a tolerar a quienes tienen una enfermedad o

una desventaja diciéndoles: Esto también habría podido

Ocurrirle a él o ella. Es un niño, y por lo tanto necesita ayuda.

Es importante que haya solidaridad entre sus pares.

Los niños que presentan alguna deficiencia y son

enviados a escuelas diferentes, en lugar de ponerlos en secciones

especiales de escuelas ordinarias: eso enseñaría a los demás niños a ser tolerantes con todas las enfermedades, con todas las diferencias. Es bueno que cada cual pueda conservar la confianza en sí mismo y comunicarse con todos los demás por diferentes que éstos sean de él. ¡La ayuda mutua! La ayuda mutua y la

comunicación entre los niños deberían ser los principios fundamentales inculcados en la escuela preparatoria y primaria; y el ejemplo debería ser dado por el ejemplo de los adultos en la

escuela misma, en ese lugar que eligieron para dedicarse al desarrollo de niños ciudadanos,  cualquiera sean sus atribuciones, sus títulos, sus funciones (docentes, administrativas o de

Mantenimiento). Pero parece que éste es un problema insoluble entre nosotros, esa comunicación y esa ayuda mutua entre todos los adultos de la escuela, entre los más y los menos favorecidos por el número de horas, por el sueldo, por las funciones. Están unos junto a los otros y en el mejor de los casos se ignoran. La conducta personal de un adulto tiene un valor formativo mayor que todo lo que pueda decirse a los niños. Y cuando la organización escolar en bloque instituye una segregación cada vez más temprana con el pretexto de brindar apoyo especializado, hace pasar por legítima una discriminación ética en el seno de la población, en lugar de corregir los prejuicios casi raciales de los padres de hijos sin problemas, respecto de los otros.

Psicoanálisis y pediatría:

Un complejo es una unión indisoluble entre: por una parte las pulsiones, de metas diferentes, a veces contradictorias, cada una de las cuales pretende dominar, y por otra parte las prohibiciones, de orden cultural, que oponen a la realización de algunas de esas pulsiones.

Las pulsiones son impulsos primarios de fuentes fisiológicas que tienden a un fin y exigen una gratificación. Por tanto, el complejo constituye algo inconsciente. Sin embargo, las reacciones generadas por esta situación se manifiestan en el comportamiento. El sujeto piensa y actua entonces siguiendo móviles que derivan de su desconocimiento de estas determinaciones inconscientes.

Castración  significa, destrucción de las glándulas genitales, supresión de las necesidades sexuales y del comportamiento concomitante; sin embargo, para Freud y los psicoanalistas el término “sexual” no designa únicamente las manifestaciones que se refieren al acto genital de la procreación, sino que comprende todo lo que concierne a la actividad hedónica, es decir, todo lo que se refiere a la búsqueda del placer.

Castración, en el sentido psicoanalítico, significa “frustración de las posibilidades hedónica”, frustración de las posibilidades de búsqueda del placer.

LA INSTANCIA DE LA PERSONALIDAD SEGÚN EL PSICOANALISTA FREUDIANO

Se distingue el ello, el yo y el superyó.

El ello, fuente de las pulsiones energía libidinal.

El yo, centro de satisfacciones y de insatisfacciones conscientes, núcleo limitado, organizado, coherente y lúcido de la personalidad. A través de él el ello entra en contacto con el mundo exterior.

El Superyó, especie de guía formado por la integración de experiencias, permitidas y prohibidas, tal y como fueron vividas en los primeros años. El superyó es incapaz de evolucionar sensiblemente por sí mismo después de los ocho años, aun si las circunstancias de la vida modifican totalmente las exigencias del mundo exterior.

Cuando decimos que el ello y el superyó son la sede de fuerzas ciegas, queremos decir que su funcionamiento es inconsciente. El yo, por lo demás, no es consciente sino en parte.

CONSCIENTE, INCONSCIENTE, PRECONSCIENTE

El conjunto de ideas que no representamos en un momento dado constituye el consciente. De todas aquellas que están en ese momento fuera de nuestro campo consciente decimos que son inconscientes. Sin embargo, entre estas últimas es necesario distinguir las que podemos evocar a voluntad (preconsciente) y el inconsciente propiamente dicho, que siempre será prácticamente desconocido.

Si sucede que desde su aparición el impulso libidinal encuentra prohibiciones en el mundo exterior, la representación es reprimida; la carga afectiva que la sostiene permanece; se vuelve angustia.

La angustia, va a depender en su intensidad de dos factores: por una parte, de la importancia de la carga afectiva separada de su apoyo original, por otra, del grado más o menos total, más o menos categórico, del obstáculo impuesto a la pulsión.

Si la carga afectiva encuentra la manera de injertarse en otra idea, mejor tolerada por el mundo exterior, tendrá lugar la formación de un síntoma: utilización desfigurada de la pulsión reprimida. Esta aparición del síntoma libera al sujeto de su angustia y proporciona un sentimiento inmediato de bienestar.

Superyó, asimila las prohibiciones del mundo externo para evitar desilusiones, sin embargo, una vez formado, el superyó es rígido. Gracias a el las pulsiones son espontáneamente obstaculizadas, aun antes de ser conscientes, desde el momento en que suscitan una resonancia asociativa de aquellas que, desde las primeras experiencias infantiles, implicaron alguna represión del mundo externo seguida de angustia. Éste es el mecanismo inhibidor llamado represión. Vemos que es un proceso interno.

Se reserva el nombre de angustia primaria al sufrimiento resultante de un conflicto entre las pulsiones libidinales y las prohibiciones exteriores al sujeto. Se da el nombre de angustia secundaria  a la que resulta de un conflicto entre el superyó y el ello en el seno mismo de la personalidad del sujeto.

La angustia busca liberarse en un síntoma, que permite la descarga afectiva (la carga afectiva se liga a otra idea).

El papel del superyó es favorecer las “sublimaciones”: utilización de la libido en actividades sociales toleradas o estimuladas por el mundo exterior.

Es el caso de las pulsiones que, cuando no pueden llegar a la consciencia, van a despertar o reforzar manifestaciones correspondientes a un período anterior del desarrollo y que en aquel momento fueron toleradas.

El momento dinámico de ello es la libido y el elemento dinámico del superyó es también esa misma libido.

Etapa oral: Tal es el nombre que se da a la fase de organización libidinal que se extiende desde el nacimiento al destete y que está colocada bajo la primacía de la zona erógena bucal. La necesidad fisiológica de succionar aparece desde las primeras horas de la vida.

El placer de la succión independiente de las necesidades alimenticias es un placer autoerótico. Es el tipo de placer narcisista primario, autoerotismo original, en el que el sujeto no tiene todavía la noción de un mundo exterior diferenciado de él. Si se le da la ocasión de satisfacer pasivamente este placer, el niño se apega a este objeto ocasional; el seno o el biberón con los que tanto le gusta jugar, aun cuando ya no tenga leche.

El niño ama, al igual que a sí mismo, todo lo que se mete a la boca y, por extensión, siempre ligada al placer de mamar y a las que se identifica en consecuencia. Todos los momentos de sensación voluptuosa, el baño, el aseo, el mecerlo, se ligan a la presencia de la madre, por la vista, el sonido y el tacto. Asociada como está a estas sensaciones de placer, llegada a ser en su presencia y en su persona, un objeto de amor y el niño le sonríe y le hace fiestas incluso fuera de las horas de mamar.

Desde el momento en que una cosa interese al niño, se la llevará a la boca. Absorber al objeto, participar de él, implica el placer de “tener”, que se confunde para el bebé con el placer de “ser”.

Poco a poco el niño se identifica, pues, con su madre según un primer modo de relación, que por otra parte subsistirá toda la vida, aun cuando aparezcan otros.

Tal es la etapa oral en su primera forma, pasiva.

Pero, paralelamente a este progreso, ha aparecido la dentición, con su sufrimiento que exige ser aplacado mordisqueando. Es entonces cuando el niño entra y progresa en un período oral activo.

Morderá todo lo que tenga en la boca, los objetos y también el seno.

Si se espera a este momento para comenzar el destete, éste será considerado como una consecuencia de la agresión, es decir, como un castigo impuesto bajo la modalidad de la frustración. Es absolutamente necesario que el niño tenga a su alcance sólo objetos susceptibles de ser chupados y mordidos sin peligro y sin provocar las prohibiciones o los regaños del adulto.

Si un destete brusco priva al niño del seno materno, sin que haya desplazado todavía su catexis o interés libidinal sobre otros objetos, arriesga quedar fijado a una modalidad mal pasiva (por ejemplo chupar el dedo hasta muy tardíamente). Esto refuerza su autoerotismo y, al perder su interés en el mundo exterior, no concentra en sus fantasías, arabescos imaginativos, sucesión de imágenes representativas de emociones.

 Zona anal

1 ½ a 3 años 

El procedimiento a evacuar los intestinos y la vejiga se vuelve placentero debido a un sentimiento de bienestar.  Se presta a despliegue de una empecinada obediencia a impulsos contradictorios porque por un lado es la zona modal para dos modos conflictuales de acercamiento que se alternan la retención y la eliminación.  El desarrollo muscular del niño le permite la capacidad para alcanzar y asir, para arrojar y empujar , para apropiarse de cosas y para mantenerlas a cierta distancia. Comienza a ver el mundo como un  “yo, tu, mi, mío”.

En cuanto a las nuevas modalidades sociales desarrolladas,  recae en la antítesis de soltar y aferrar  cuya proporción y secuencia es de importancia decisiva tanto para el desarrollo de la personalidad individual como para las actitudes colectivas.

Cualidades perdurables: arraigadas en esta etapa: El sentimiento muscular y anal: da origen a la autonomía y al orgullo; el de maldad duda y vergüenza. Su medio ambiente debe respaldarlo en su deseo de pararse sobre sus propios pies, a fin de a fin de evitar que se vea abrumado por esa sensación de haberse expuesto prematura y que llamamos vergüenza o esa desconfianza secundaria que llamamos duda. Autonomía vs vergüenza y duda constituyen el segundo conflicto nuclear cuya resolución es una de las tareas del yo.

Autonomía vs. Vergüenza y Duda: la maduración muscular prepara el escenario para la experimentación con dos series simultáneas de modalidades sociales: aferrar y soltar. Así, aferrar puede llegar a significar retener o restringir en forma destructiva y cruel, y puede convertirse en un en un patrón de cuidado: tener y conservar. Asimismo, soltar puede convertirse en una liberación hostil de fuerzas destructivas, o bien en un afable “dejar pasar” y “dejar vivir”.

Los padres deben protegerlo contra la anarquía frente a su incapacidad de retener y soltar con discreción.

No deben avergonzar a los niños con demasía ya que esto generará en ellos, muchas dudas. Quien se siente avergonzado quisiera obligar al mundo a no mirarlo, al no observar su desnudez. Quisiera destruir los ojos del mundo. La duda tiene mucho que ver con la conciencia de tener un reverso y un anverso, y sobre todo un “detrás”.

Es  una etapa decisiva para proporcionar amor/ odio, cooperación/ terquedad, libertad de autoexpresión/ supresión. Autocontrol sin pérdida de autoestima. Ley y orden. Un sentido de dignidad apropiada y de independencia legitima por parte de los adultos que lo rodean, proporciona al niño de buena voluntad, la expectativa confiada de que la clase de autonomía promovida en la infancia no llevará a una duda o vergüenza indebida en la vida posterior.

Con respecto a los niños superdotados Dolto  expresa su crítica con respecto a la segregación que se hace de estos niños, al enviarlos a otras escuelas distintas por no ser como los demás.

se sabe que es posible detectar las aptitudes de un niño a partir de los cinco o seis años gracias a ciertos tests, especialmente el

test que se llama test de Wichs y que no se refiere únicamente a la escolaridad. El hecho de estar muy dotado en el plano escolar

no significa que un niño sea superdotado, si no tiene también una enorme curiosidad por alguna disciplina particular, si no tiene un vivo interés por desarrollarse y hacerse creador. Interpretando el test de Wichs, uno puede decir que un niño está

más dotado que otros a partir de un cociente de inteligencia que en este test es de aproximadamente 140.

Cuando ciertos niños se manifiestan superdotados sólo en el terreno escolar,

esa circunstancia indica que

tienen la obsesión de alcanzar éxito en la vida escolar, de ser los primeros,  no sienten curiosidad por las otras cosas de la vida y no tienen deseos de desarrollarse en una determinada dirección.

Etapa anal: Para el niño de 1 a 3 años, el 90 % de los intercambios con los adultos son a propósito del alimento y el aprendizaje de la limpieza y el control de esfínteres.

El segundo año de la infancia, sin destronar completamente la zona erógena bucal, va a conceder una importancia especial a la zona anal.

El niño alcanzado ya un mayor desarrollo neuromuscular: la libido, que provoca el chupeteo lúdico de la etapa oral, provocará ahora retención lúdica de las heces o de la orina (retención que a veces se prolongará hasta bien entrada la infancia y que se vuelve a encontrar en algunos adultos).

Y esto puede ser el primer descubrimiento del placer autoerótico, que es uno de los componentes normales de la sexualidad.

El aseo subsiguiente a la excreción es proporcionado por la madre. Si está contenta del bebé, el aseo transcurre en una atmósfera agradable; si el bebé ha ensuciado sus pañales, al contrario, será regañado y llorará.

Pero como, a causa de la satisfacción fisiológica de la zona erógena, este aseo es agradable, se asocian a la madre emociones contradictorias: es el primer descubrimiento de una situación de ambivalencia.

Expulsar los excrementos en el momento oportuno en que el adulto los solicita se convierte entonces, también, en una forma de recompensa, un signo de buen entendimiento con la madre, mientras que el rehusarse a someterse a sus deseos equivale a un castigo o a un desacuerdo de ella.

Por la conquista de la disciplina de los esfínteres el niño descubre también la noción de su poder y de su propiedad privada: sus heces, que puede dar o no, según quiera. Poder auto erótico por lo que se refiere a su tránsito intraintestinal y poder efectivo sobre su madre, a la que puede recompensar o no.

Pero expulsar sus excrementos a horas fijas, a menudo con esfuerzo, no esperar la necesidad imperiosa y espontánea, no jugar a retenerlos, constituye, en la óptica del niño, una renuncia. La prohibición de jugar con ellos, además, en nombre de un asco que afecta al adulto (aun cuando no lo experimente) crea también un renunciamiento.

Ahora bien, el niño no renuncia a un placer si no es a cambio de otro: aquí la invitación del adulto amado. La identificación, es uno de sus placeres.

El niño alcanza ahora un desarrollo neuromuscular muy satisfactorio, que crea en el la necesidad de la libre disposición de sus grupos musculares agonistas y antagonistas y le da en adelante la posibilidad de imitar al adulto no solamente en sus palabras sino en todos sus gestos. Es activo, gritón, brutal, agresivo con objetos y no solo con los que están a mano, como en la etapa oral, sino con aquellos que agarra y que desgarra, golpea, tira por tierra, como si encontrara un placer malicioso en ello, acentuado por lo demás desde que se da cuenta de que esto puede molestar al adulto en mayor o menor medida. Se ha logrado la identificación.

Pero, así como una educación favorable habrá permitido al niño encontrar sustitutos simbólicos a sus materias fecales, igualmente por lo que respecta a su educación muscular habrá que reservarle horas cotidianas, en las que, sin coerción de los padres, pueda jugar tan brutal y ruidosamente como le plazca.

A la etapa anal se remite la formación de los caracteres concienzudos, sobrios, regulares trabajadores, serios y científicos en aquellos que hallaron placer en conformarse a las nuevas exigencias que se les planteaban: en los otros, se encontrará a los obstinados, los malhumorados, los testarudos, los que gustan llamar la atención por su desorden, su suciedad, su indisciplina o también aquellos que se hacen insoportables a los que rodean por su afán de orden meticuloso, rayando la obsesión.

Es a los componentes dominantes de la fase anal a los que hay que atribuir en el adulto los caracteres posesivos y mezquinos, la avaricia.

El pensamiento en la etapa anal: esta edad que es la de la iniciación ambivalente, esta sensibilizada a la percepción de pares antagonistas.

Sobre un esquema dualista, derivado de la catexis anal (pasivo- activo) el niño va a establecer con el que lo rodea toda una serie de conocimientos calificados por la relación de este objeto con el propio niño, después de haberlo identificado con alguna cosa ya conocida por él.

Toda mujer es una mamá; buena- mala. Toda mujer mayor es una abuelita, buena- mala, grande- pequeña. He aquí cómo se procede su exploración comparativa.

Los objetos que se oponen a su voluntad son “malos” y les pega; y está en pleito permanente con ellos y con todo lo que se les parece o les está asociado. Pero cuando su voluntad se opone a la del adulto, no lo puede golpear o, en todo caso si es malo, es castigado y (se imagina) pierde su amistad. Es la moral de lo bello y lo feo.

El niño cede, porque necesita del adulto en todo momento, a la persona grande omnipotente, divina y mágica y solo obedeciéndola o no se la torna favorable o indiferente, si no peligrosa.

El hecho de dirigir sus afectos hacia objetos da a estos una realidad subjetiva que el niño tomara por realidad objetiva –de la que no tiene todavía noción, no teniendo aun el sentido de las “relaciones” ni del porqué causal- , de tal manera que no aprehende la realidad objetiva sino según las repercusiones agradables o desagradables que ella tenga sobre su propia existencia.

Vemos, pues, en el estadio anal un pensamiento caracterizado por mecanismos de identificación y de proyección: estas proyecciones se efectúan siempre en el cuadro dualista inherente a la ambivalencia sadomasoquista de las relaciones objetales. Es la época de los animales tótem y la de las fobias que traducen la angustia ante un objeto investido por el propio niño de un  poder mágico. Este objeto, generalmente animal, representa, para el inconsciente del niño, el adulto al que ha retirado su catexis libidinal agresiva para proyectarla sobre su sustituto, el animal temido.

Fálica de (3 a 6 años)

La locomoción y las genitales .

Etapa donde el niño con tres años de edad  se da cuenta que además de caminar puede hacer otras.

Primera estación: intermedia es la relajación previa, la confianza basada en la experiencia de que los mecanismos básicos de la respiración, la digestión, y el dormir tienen una relación constante y familiar con los alimentos y las comodidades ofrecidas.  Promueve la capacidad de alcanzar primero  una posición sentada y luego de pie.

La segunda estación intermedia ( fines de los años) sentarse con seguridad, discriminación mas fina, autónomamente selecciona y descarta, apila cosas y las descarta.

La tercera estación intermedia: el niño capaz de moverse de manera independiente. Se relaciona con sus pares  participa de los juegos con otros niños. Su aprendizaje es intrusivo: se desplaza a hechos y actividades siempre renovados. El niño comienza a percibir claramente las diferencias de los sexos.

La genitalidad infantil aparece rudimentaria. Al ser en esta etapa donde hay un interés centrado en la genitalidad infantil. Las profundas consecuencias de esta revelación constituyen lo que Freud denominó Complejo de Edipo. Debido a la dirección exclusiva de los tempranos impulsos sexuales hacia los padres.

La genitalidad infantil se dirige a los protectores ideales de la infancia y sufre intensas complicaciones.

El modo intrusivo domina gran parte de la conducta, caracteriza una variedad de actividades y fantasías “la intrusión en otros cuerpos a través del ataque físico.

Las niñas tienen una experiencia funesta  en esta etapa,  carecen de pene.  Sus instintos maternales  quedan relegados a las fantasías lúdicas o al cuidado del bebe.

La niña tiende a desarrollar modos básicos de receptividad femenina e inclusión materna.

La etapa genital infantil y ambulatoria agrega al inventario de modalidades sociales básicas een ambos sexos de la conquista. En el sentido de una pujante y hasta desconsiderada  tendiente asegurarse a algún beneficio.  Gozo experimentado en la competencia. La insistencia de alcanzar una meta, el placer de la conquista. En el varón a través de modos fálicos intrusivos. En la niña se convierte haciéndose atractiva y despertando afecto.  El niño desarrolla  así prerrequisitos para la iniciativa,  es decir,  la consecuencia es un profundo sentimiento de culpa , un extraño sentimiento que parece implicar que el individuo ha cometido un crimen  que en realidad no sólo no ocurrió.; sino que habría resultado biológicamente imposible.

Con esto se presupone que se ha encontrado una solución perdurable  para el tercer conflicto nuclear, el conflicto entre la iniciativa y la culpa.

Iniciativa vs. Culpa: Existe en el niños un desenvolvimiento vigoroso, un exceso de energía, Iniciativa para todo lo que hace, lo que le permite olvidar rápidamente los fracasos y encarar aquello que le parece deseable con un sentido más preciso e íntegro. La iniciativa es una parte necesaria de todo acto, y el hombre necesita un sentido de la iniciativa para todo lo que aprende y hace.

El peligro en esta etapa radica en el sentimiento de culpa con respecto a las metas planeadas y los actos iniciados en el propio placer.

Los celos y la rivalidad infantiles, esos intentos amargos e inútiles por lograr un lugar privilegiado al lado de la madre, llega a su fin, hecho que lleva a la resignación, la culpa y la ansiedad.

Esta es entonces la etapa del complejo de Castración, donde el temor de que sus genitales, ahora altamente erotizados han sufrido un daño como castigo por las fantasías relacionadas con su excitación.

La sexualidad infantil y el tabú del incesto, el complejo de castración y el superyó, se unen aquí para provocar esa crisis en la cual el niño debe dejar atrás su apego exclusivo y pre genital con los padres y comenzar con su propio desarrollo de la responsabilidad moral. El niño aquí es capaz de hacer cosas de forma cooperativa, de combinarse con otros niños con el propósito de panear y construir. Desde luego, permanece identificado con su progenitor del mismo sexo pero por el momento busca oportunidades donde la identificación en el trabajo parece prometer un campo de iniciativa sin demasiado conflicto infantil o culpa edípica, y una identificación más realista basada en una igualdad experimentada en hacer cosas juntos.

La presencia o la urgencia de la micción  es un factor importante ya que favorece a un diagnostico de acción psicológica no física. El aumento en el tracto urinario de la sensibilidad provoca ENURESIS. En especial incontinencia diurna. Los niños que padecen estos cuadros  no siempre son llevados al médico por estos síntomas sino porque no pueden permanecer quietos ni siquiera a la hora de comer . Tienen otros síntomas de angustia como cólicos abdominales, trastornos en la defecación, disuria sobre todo en las niñas. La enuresis de los que pertenecen a este grupo bastante claramente definido es uno de los productos colaterales de la angustia, forma manifiesta  que adopta el sentimiento de culpa que acompaña las fantasías masturbatorias (inconscientes). La enuresis si se produce de manera diurna expresa el grado de enfermedad. Los niños llevados a la consulta a raíz de la incontinencia o algún otro síntoma de nerviosismo. Psicológico, fantasías, tartamudeo. Estos niños componen un grupo enorme y heterogéneo pero en todos los casos es el concomitante físico de una fantasía habitualmente inconsciente de micción.  El niño evito la angustia a través de un medio que era normal para el bebe, en una etapa pregenital en la que su sentimiento de culpa era comparativamente débil. Parte de una REGRESIÓN.

 

Niños que aprenden con gran facilidad suelen no

interesarse en nada de lo que les pueda ofrecer la escuela ordinaria.

Hay que estimularlos con otras cosas, como la música, un arte, actividades creadoras.

Es importante estudiar a

esos niños y ayudarlos sin hacerles daño. Lo que hay que organizar son lugares en los que puedan hallar respuesta a lo que buscan, lugares que les interesen, en los que obtengan información y encuentren personas calificadas en las técnicas y conocimientos que les atraen, sin dejar de respetar las iniciativas individuales o de los grupos de niños.

En cuanto a la relación de los abuelos con los nietos; Doltó sugiere que deben existir ciertas pautas de comportamiento de los abuelos hacia sus nietos la prohibición de dejarlos dormir en la misma cama, acceder a todos los caprichos de los niños, dejarlos ver televisión hasta tarde. La idea es tratar de que el niño entienda que ya son grandes y deben tener su espacio, y que no los traten como bebes.

Felizmente no todas las abuelas son como ésas. Muchas enseñan a sus nietos a cantar, otras les hacen conocer juegos inteligentes o les cuentan historias interesantes; y son muy castas en su comportamiento con los nietos, pues les hacen respetar su propio cuerpo y ellas mismas respetan el suyo frente a los nietos.

Etapa fálica

Desde la etapa oral del lactante asistimos al despertar de la zona erógena fálica, el pene en el niño y el clítoris en la niña. La causa ocasional de ello puede ser la excitación natural de la micción, añadida a los tocamientos repetidos que tienen lugar durante el aseo. Estas manifestaciones se prolongan, a pesar de los pequeños “golpecitos en la mano” que el bebé recibe cuando su educadora es severa. Pero lo más frecuente es que esta masturbación primaria del bebé sea poco marcada y cese por sí misma, para no reaparecer sino en el curso del tercer año.

Hasta el momento en que se adquiere definitivamente el control de los esfínteres, la micción a voluntad servía de apaciguamiento a la excitación fálica uretral según el libre juego de las tensiones libidinales locales. A partir de la disciplina del esfínter vesical, por lo demás exigido por los adultos menos perentoria y precozmente que la del esfínter anal, aparece la masturbación secundaria.

La curiosidad sexual comienza desde antes del tercer año, en pleno periodo sádico- anal. Su primer objetivo es saber de dónde vienen los niños. Este interés es despertado a menudo por el nacimiento de un hermanito en la familia.

Viene después otra pregunta: ¿qué diferencia hay entre un niño y una niña? También aquí de ordinario los adultos eluden la respuesta. El niño utiliza entonces sus conocimientos personales y refiriéndose a su experiencia de la época musculo- excrementicia y se responde a sí mismo: “el niño es más fuerte”; lo que generalmente es cierto en la primera infancia.

Pero bien pronto, los niños advierten que los chicos orinan de pie, cosa que las niñas no pueden hacer. Esto es considerado como una superioridad que, para el niño, es algo natural, mientras que la niña imagina que su clítoris crecerá.

En cuanto al chico, será preciso que se le alerte por amenazas de mutilación genitales, para tomar clara conciencia de lo que hasta entonces se ha rehusado a ver: que la niña no tiene “eso”. Esto ocurrirá alrededor de los 5 o 6 años, edad en que las pláticas con los otros y sobre todo los juegos sexuales entre niños y niñas no les dejaran ya lugar a dudas. Pero, antes de los 6 años, el chico piensa aun que la niña tiene “uno más pequeño”, incapaz como es de concebir nada si no es en la relación consigo mismo.

El pensamiento en la etapa fálica: cuanto mayor se hace el niño, menos se ocupa de él materialmente la madre y los afectos libidinales que se refieren a ella como objeto, adoptan casi siempre la forma de fantasías o ensueños que le conciernen.

La observación de la actividad de la madre y la reflexión sobre sus palabras, que son para él resonancias sonoras  que recuerda de manera ritmada a veces en voz alta, conducen al niño a adquirir dos nociones de una importancia considerable.

Hasta entonces el niño actuaba según sus pulsiones inmediatas, por el solo placer de satisfacerlas. No sabía diferirlas y reaccionaba inmediatamente a su insatisfacción por “un capricho”. La inutilidad de esta protesta rabiosa, el bienestar afectivo que, al contrario, proporciona el “portarse bien”, la expectativa del “en seguida” prometido por el adulto amado, enseña al niño la noción de “tiempo”. Ahora, hay un “en seguida” y un “mañana” cuando el en seguida se presenta después de la noche.

Segunda noción: observando la actividad de su madre, con la atención que merece todo lo que él hace el ser amado y esperando que su madre pueda al fin ocuparse de él, el tiempo de paciencia animado de inteligente observación dependerá de los ritmos propios de cada niño, pero también de la presencia afectiva, del buen humor.

Se despega así por vez primera del interés exclusivo en las cosas por relación a si mismo. Por ejemplo: el fuego y todo lo que era caliente “quemaba” y era “malo”, motivo de fuga. Ahora “el fuego es para calentar” y calentar es “agradable cuando hace frio”, y es “necesario para hacer la comida”, etc. La mamá está hecha “para ocuparse de él, para hacer la comida, para arreglar la casa”, etc.

Es aquí donde puede entrar en juego la angustia de castración.

Gracias al conocimiento de la motivación por el uso, el niño posee ahora la clave de muchos problemas.

Las ganas engendran la ambición, el deseo de suplir su inferioridad por el rodeo de la explotación practica de sus conocimientos. Sin duda alguna está ahí la base afectiva del interés cada vez mayor que el niño mostrara por aprender y conocer y su valoración creciente del “saber”.

En cuanto al sentido real de la muerte, le será preciso ver morir al animal o a un ser amado para captar el sentido de la ausencia sin retorno, de la pérdida definitiva del objeto. Que el adulto tampoco pueda impedir la muerte, o resucitar algo que murió, como no puede arreglar tantas otras cosas, es algo que remite nuevamente al niño al misterio del nacimiento. Advirtamos la importancia de esta coincidencia cronológica de la aparición de la angustia de castración y del descubrimiento de la muerte.

Chico o chica, el niño a quien su madre abandona, al menos a sus ojos de pequeño déspota amoroso, se da cuenta de que no es el único interés de su madre, ni la única meta de sus actividades. Hay un rival en la persona de su padre, cuando no hay rivales suplementarios, como lo hermanos.

Durante mucho tiempo el padre forma parte del ambiente materno y, por poco que sepa regañar y recompensar con acierto, será investido de una gran afección. Para el niño es un ser fuerte; pero poco a poco se convierte en un rival, con el que la madre se queda gustosa sin prestar atención a las reclamaciones del niño, al que ella se somete menos que en los tiempos de la primera infancia. Se topa con los “vete a jugar, déjanos”.

Puede decirse que, en la gran mayoría de los casos, y si los padres están psíquicamente sanos, la hija es más dócil, menos agresiva y menos ruidosa que el niño.

Desde el estadio anal ella se interesa más espontáneamente, entre los juguetes, por las muñecas, mientras que el interés del muchacho se dirige a los caballos y los autos. A ella le gusta jugar con agua, a lavar trapos, bañar las muñecas, mientras que el chico tira piedras, juega a la pesca o a los barcos.

En el estadio fálico, la niña juega a las comiditas, a las muñecas, acostándolas, cuidándolas, acunándolas, vistiéndolas, etc., mientras que el niño si se encariña con una muñeca, no sabe cómo jugar con ella.

Durante este tiempo, el chico se entrega a todos los juegos agresivos, le gusta dar miedo y ordenar. Cuando puede, se adorna con el sombrero de papá o con su bastón. En una palabra, se identifica con él cuando puede, así como con los hombres a los que ha podido observar, comportamiento social sexuado, rector del plano genital masculino que comienza a brotar.

Todo el mundo ha visto a los niños jugando a papá y mamá y cómo se reparten los papeles ya, tal como lo serán durante toda la vida, tomando el chico naturalmente el papel del padre y la niña el de la madre.

Hacia los 4 años y medio a más tardar, el niño entra en abierta lucha emocional con su padre; juega a matarlo, trata de acaparar toda la ternura de la madre, le dice que se casará con ella, que la llevará lejos de su casa, en avión, que tendrán hijos. Y entra en el período de Edipo.

Hacia los 3 años y medio o los 4, un poco antes ella que el niño, la niña se comporta frente a su padre como una pequeña amante, coqueta, seductora, afectuosa y centrando todo su interés libidinal en él. Se muestra celosa de él, no tiene mayor alegría que la de salir sola con él, la de acaparar su atención y su afecto. Ella le confiesa sus maravillosos proyectos, él será su marido, la llevará a una bonita casa y tendrán muchos niños.

Pero la triste realidad está ahí, el padre y la madre son el uno para el otro, y aun cuando traten con ternura a su hijo lo frustran muchas veces mandándolos a jugar con sus juguetes; y el niño se siente impotente para suplantar a su rival.

Para plegarse a la naturaleza el niño deberá no solamente abandonar su rivalidad, a veces odiosa, con el progenitor del mismo sexo sino identificarse con él. Deberá desarrollarlas cualidades que harán del muchachito un hombre y de la chica una mujer. Además  del complejo de castración, del que estudiamos más atrás de las modalidades energéticas que operan en este trabajo estructurante, la disminución de las demandas libidinales, inherente a la fase de latencia, concurrirá a ayudarle en este paso difícil.

En casos normales, el niño de 3 años no tiene ya está "civilizado",  tiene un carácter, hábitos, ocupaciones favoritas, una forma de pensar y numerosas posibilidades afectivas que son canalizadas en las relaciones sociales con quien lo rodea y a menudo, en la más feliz de las eventualidades, con niños de su misma edad, niños o niñas. Su libido está ya bien empleada.

La facilidad con que se ha desprendido de la zona erógena anal se debe a que ha podido descubrir el placer reservado a la excitación fálica (pene o clítoris).

no es un perverso instintivo esto es un ello ávido de saciedades hedónicas desordenadas e inmediatas; posee un yo.

Digamos, en términos generales, que en el más feliz de los casos el niño superará el complejo de

Edipo antes de la fase de latencia, en la cual podrá entrar en plena salud física y moral, lo que le

permitirá las mejores adquisiciones culturales, las cuales a su vez facilitarán el florecimiento

Normal, sentimental y fisiológico, de su pubertad, de su adolescencia y de su madurez.

Latencia pregeni-

talidad y genitali-

dad:

Inicios de la Pubertad

La utopía es la genitalidad. Al  principio se la concibió como la integración de las etapas pre -genitales hasta un grado de perfección que más tarde,  después de la pubertad aseguraría tres difíciles  reconciliaciones 1) reconciliación del orgasmo genital, y las necesidades extragenitales 2) reconciliación del amor y la sexualidad 3) la reconciliación de los patrones genitales,  En el caso de los neuróticos demuestran estar trabados en sus ciclos sexuales. En todos ellos las huellas de la pregenitalidad son muy evidentes. Rara vez conscientes.  Las personas neuróticas prefieren incorporar o retener, eliminar o intrusar, antes que disfrutar de la mutualidad de los patrones genitales.  Un juego sexual pleno es el mejor recurso  para resolver los residuos pregenitales.

La pregenitalidad sería la absorción de intereses libidinales en el temprano encuentro del organismo en maduración con un estilo particular de cuidado infantil y en la transformación de sus formas congénitas  de acercamiento (agresión) en las modalidades sociales de la cultura.

Como animal el hombre no es nada. Los instintos innatos del hombre son fragmentos de impulsos a los que era necesario reunir, otorgar sentido y organizar  durante una infancia  prolongada, a través de métodos de instrucción infantiles que varían de una cultura a otra y están determinados por la tradición.

Para establecer una relación , el proceso social se apropia de de la temprana energía sexual así como de los modos tempranos de acercamiento completa a través de la educación infantil tradicional los impulsos fragmentarios  con que nace la criatura humana.  Lo que implica que el resultado de este completamiento variable de patrones impulsivos por parte de la tradición, gloriosa en  sus logros cooperativos  y en sus especializaciones y refinamientos inventivos. Liga para siempre al individuo a sus tradiciones. Y a las instituciones de su medio ambiente infantil y lo expone a la autocracia, no siempre lógica y justa de su conciencia.

Aquí el niño debe olvidar las esperanzas y deseos pasados, al tiempo que su exuberante imaginación se ve domesticada y sometida a las leyes de las cosas impersonales. Pues antes de que el niño, que ya es psicológicamente un progenitor rudimentario, pueda convertirse en un progenitor biológico, debe comenzar por ser un trabajador y un proveedor. Con el periodo de latencia que se inicia, el niño de desarrollo normal olvida, o mas bien sublima, la necesidad de conquistar a las personas mediante el ataque directo o de convertirse en papá y mamá en forma apresurada: ahora aprende a obtener reconocimiento mediante la producción de cosas. Desarrolla un sentido de la industria, esto es, se adapta a las leyes inorgánicas del mundo de las herramientas y habilidades: el principio del trabajo le enseña el placer de completar el trabajo mediante una atención sostenida y una diligencia perseverante. La escuela parece ser una cultura por si sola, con sus propias metas y limites, sus logros y sus desencantos.

El peligro del niño en esta etapa radica en un sentimiento de inadecuación e inferioridad. Si desespera de sus herramientas y habilidades o de status entre sus compañeros, puede renunciar a la identificación con ellos y con un sector del mundo de las herramientas. El hecho de perder toda esperanza de tal asociación “industrial” puede hacerlo regresar a la rivalidad familiar más aislada, de la época edípica. El desarrollo de más de un niño se ve desbaratado cuando la vida familiar no ha logrado prepararlo para la vida escolar, o cuando ésta no alcanza a cumplir las promesas de las etapas previas.

Freud la denomina etapa de latencia porque los impulsos violentos están normalmente inactivos. Pero se trata tan solo de un momento de calma antes de la tormenta de la pubertad, cuando todos los impulsos reemergen en una nueva combinación, para caer bajo el dominio de la genitalidad. Se trata de una etapa muy decisiva desde el punto de vista social: puesto que la industria implica hace cosas junto a los demás y con ellos, en esta época se desarrolla un primer sentido de la división del trabajo y de la oportunidad diferencial, esto es, del ethos tecnológico de una cultura.

 

No hay seguridad en cuanto a lo que constituye el periodo de latencia. Biológicamente habría que suponer entre los 6 y los 10 años, cesa el desarrollo del instinto. Por el momento el niño queda con una vida instintiva basada en sus desarrollos del periodo anterior.  Los cambios se reanudaran en la PUBERTAD y el niño tendrá que organizarse contra un estado alterado de las cosas: alerta ante angustias, nuevas experiencias, nuevas satisfacciones.  Existen grandes defensas organizadas defensas organizadas y sostenidas. Melanie Klein y Anna Freud coinciden.  M.K se refiere  a las dificultades de este periodo: “ A diferencia del niño pequeño cuya viva imaginación y angustia aguda nos permite una visión intuitiva mas fácil de su inconsciente  y un contacto más fácil con ellos. (niños en la latencia) tienen una vida imaginativa muy limitada concordante con la fuerte tendencia a la reflexión característica de su edad, en comparación con la adulta, su YO es todavía subdesarrollado y no comprenden que están enfermos ni quieren ser curados, no tienen incentivo para iniciar el análisis ni estimulo para continuarlo”.

En la salud el niño en latencia no se ve forzado a ceder ante las exigencias del ello, aunque los impulsos del ello conservan su fuerza y aparecen de todas maneras en formas indirectas.

Winicot expresa que en el periodo de latencia:

1.El niño está en cierto sentido solo aunque necesitado de la compañía de otros que se encuentran en una posición similar. Las relaciones entre los niños sanos que se encuentran en la latencia pueden ser intimas durante periodos prolongados, sin sexualizarse en un sentido manifiesto. El simbolismo sexual se mantiene, los simbolismos sexuales de los niños deprivados perturban  el juego y la relacionalidad del yo.

  1. El niño en la latencia está preparado para introyectar pero no para incorporar: pero esta preparado para absorber elementos totales de las personas elegidas pero no para comer o ser comido, ni para fusionarse en una relación intima que involucre el institnto.
  2. El niño en la latencia es un especialista en la exhbición de fenómenos externos sin quedar directamente involucrado en la vida plena. La persistencia de fase de latencia puede reflejarse en la capacidad del adulto para el rendimiento del YO a expensas de la libertad del ello.
  3. En esta fase la cordura es esencial el niño que no puede conservarla esta muy enfermo desde el punto de vista clínico. La organización del YO porta el impulso, que tanto antes como después, es en parte llevado por el ello.  (análisis del Niño en el periodo de latencia)

Etapa de latencia

La fase de latencia, normalmente muda, o casi, desde el punto de vista de las manifestaciones y curiosidades sexuales, se emplea en la adquisición de los conocimientos necesarios a la lucha por la vida en todos los planos.

Las facultades de sublimación pronto entrarán en juego progresivamente.

La represión del interés sexual erótico va a permitir a la personalidad liberada desplegar toda su actividad consciente y preconsciente en la conquista del mundo exterior, como caja de resonancia abierta a todos los sonidos, como vela abierta a todos los vientos, como placa sensible a todos los colores. Es el aspecto cultural de la fase de latencia, fase no solamente pasiva, sino activa, puesto que implicará la síntesis de los elementos así recibidos y su integración al conjunto de la personalidad irreversiblemente marcada por el sello de su pertenencia al grupo masculino o femenino de la humanidad.

Si al entrar en la fase de latencia el niño se encuentra en un estadio edípico bien trazado y bien marcado, no quedara en el inconsciente más que esos pares antagónicos ligados a catexis arcaicas. La libido, no inmovilizada en el inconsciente estará eternamente al servicio de un súper yo objetivo. También el inconsciente participara en la adquisición cultural, en la conquista del mundo exterior. El complejo de Edipo será progresivo y enteramente disociado y el tabú del incesto claramente integrado a la vida imaginaria. Y cuando el niño experimente los estados afectivos y eróticos que anuncian la pubertad, y masturbación terciaria en lugar de reaccionar como si fuese pecaminoso, se expansionara aún más, sabrá conquistar su intimidad sin timidez ni pena, progresivamente, día a día, sin reacciones autopunitivas.

La importancia y el valor de las sublimaciones de las fases de latencia son grandes. No solo porque en esta época, cuando se esbozan las características sociales del individuo, sino porque la manera  en que un niño utiliza neurótica o normalmente este periodo hace que fije o no, exagere o haga desaparecer componentes arcaicos de la sexualidad y sus elementos perversos.

Con el despertar de la pubertad, malas adquisiciones sociales, harán difíciles la expansión, porque el niño no podrá legítimamente tener confianza en sí mismo. Y se dirá con razón de este niño que no se desarrolla, que está en la edad ingrata.

La causa de ello puede ser una deficiencia real de las disposiciones naturales del niño, cosa bastante rara. En efecto, en este caso, habrá tratado por sí mismo de superar su inferioridad en un punto por el desarrollo compensador de otras disposiciones. La culpa puede ser de causas exteriores al niño (cambios constantes de escuela que madres inconscientemente castradoras imponen a sus hijos, enfermedades, accidentes personales, catástrofes familiares, duelos, reveses de fortuna) que perturban la atmosfera afectiva del niño.  


BIBLIOGRAFIA

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  • Winnicott, D. W. (1993). Realidad y Juego. Barcelona: Gedisa.
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